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Full text of "Historia de la exposición de las Islas Filipinas en Madrid el año de 1887"

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Esta obra se hallará de venta en las prin- 
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OBEAS DEL MISMO AUTOR 



El CenleBarici de BolÍTar. con cartas de D. Eduar- 
do Gaicano y de D. Héctor Várela. 
Historia del conflicto de las Carolinas. 



Los pedidos se dirigirán á casa del autor, 
Madrid, calle de Alcalá, H, principal. 



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HISTORIA 

DE LA 

iimiciMUsisusfi 

EN MADRID EL AÑO DE 1887 
m Expuucioa de su posición geomífiu 

¡!% Z¡l»a LIS lEMCIS tSaDIKIDO 

ON COMPENDIO DE LA HISTORIA. 

II B LAS 

IWIMAS, GMOUNiS, FILIMÍÜS Y I'AIAOS 

^U l'í.OIlUCClÓN , IMPORTACIÓN Y EÍPOKTACIÓN 

ENBIQUK TAVIEL DE A.NDKADE 



TOlVIO II 



MADRID 

lüPREHTA DE ÜLPIANO GÚMIZ Y PSREZ 

C«be», X, D»Jo, izquierd» 

1887 



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faíif" '-í-t f'ru.i-n.tii 



HISTORIA 

nB LA 

mosiciMusisiis 

EN MADRID EL AÑO DE 1887 

UM EXrUMCION DE SU POSICIÓN CEOCSÁFIM 

DE CÓMO US SlXeS ktWlkllt) 

,l)N COMPENDIO DE LA HISTORIA. 

umm, mmm, niipists y palaos 

MPORTAÍIÍÍN Y EXPORTACIÓN 



ENRIQUE TAYIEL DE ANDBADB 



TOMO II 



MADRID 
IMPREMTi DE DLPIANO GÚMEZ ¥ PÉREZ 

€abeis, Sí, bají', iüquierfla 

1887 



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V.2. 



Eta obra es propledsá c 
preohos reservados. 



Hosledby Google 



CAPITULO PRIMERO 

•B CÓMO 8B ORGANIZÓ LA. CELEBRACIÓN DBL ANIVERSARIO 
DUr. DESCUBRIMIEKTU DB F1LIPÍNAS.— MANER». DE CELB- 
BRARLO BH BL CÍRCULO DE LA UNIÓN MERCANTIL DE ESTA. 
CORTE. — DISCURSOS QUE SE PRONUNCIARON CON ESTB MO- 
TIVO. — T DE CÓMO ASÍ SE HA CONSEGUIDO AUMENTAR NÍJB8- 
TKA IMPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN EN FILIPINAS. 

El amor á las íjlorias de nuestra raza reunió en 1884 
k muchos filipinos, españoles y americanos para acor- 
dar la ueiebración del aniversario del deacubrimiento de 
Filipinas por Magallanes el 22 de Marzo de 1521. 

Muchos de los que se reunieron habían, cotKO n08- 
otro9, pnimayidü el año anterior de 1883 la celebración 
del aniversai'io del descubrimiento de América por Co- 
lón. Aniversaria que ae celebró el 12 de Octubre de aquel 
año en el teatro Real, y a! cual hablan asistido todos loa 
embajadores CKtrang'erog y todas las persooas más dis- 
tinguidas que encierra Madrid.- En aqueÜa solemnidad 
se dio por nosotros lectura á la carta famosa del ilustre 
o genera! Guzmán Blanco (1), presidente de la 



{1) Como nosotros habíamos estado tratando de realizar 
el peneamieuto de ia conteileraciiín ibero americsna, y los 
presidentes de las repütilicas uorfe mriericaiJBSs nos han 
honrado siempre dejando á nuestra iDiciativa el procedi- 
miento y orden del trabajo, accedieroD B nuealro parecer 
de no proceder á ia realización oficial de ia confederación 
ibero-americana, hasta que la guerra en el Pacífico entre 
Chile, Perü y Bolivia no se hubiese acabado, y en el entre- 
tanto dar á conocer á las diferentes naciones americanas 
este pensamienif». Porque ain su consentimiento, siempra 
bemoB e ido opuestos á su realización. 



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república Je VeneztieSa, en la que noa rogaba dié- 
semos publicidad al pensamiento de coDfederación ibe- 
ro ame ricaaa, de acuerdo con 8. M. el Rey y su g-o- 
biemo. 

Los elocuentes discoraos del doctor Gaicano, ministro 
plenipotenciario de Venezuela, los no menos notables 
de loa ministros de Inglaterra y Estados Unidos, demos- 
traron todos que la gloria del descubrimiento de Améri- 
ca era una gloria universal — y por eso, exclamaba el mi- 
nistro de los Estados Unidos Mr, Forster — «Nosotros en 
particular consideramos á España como nuestra verda- 
dera madre patria, y en prueba de ello, hemos erigido 
delante de la Casa Blanca [palacio presidencial en 
Wahsingtonj las estatuas de Colón y de Isabel la Católica 
como antepasados de donde arranca nuestra naciona- 
lidad. 

Ei discurso del ministro inglés sir Rohert Morier fué 
aotabtlísimo también, diciendo que no era posible que 
un representante de la Gran Bretaña dejase de asistir á 
un acto tan solemne y grande como era el de la celebra- 
ción del aniversario del descubrimiento de América en 
España. Si Inglaterra ha progresado; si ha alcanzado el 
gran poder comercial y marítimo que hoy tiene, y si ha 
llegado á ser un imperio colonial, á los españolos se de- 
be coa el descubrimiento de los nuevos mares y de loa 
nuevos mandos. 

Pero el míts trascendental de los discnrsos fué el del 
doctor Gaicano, representante de Venezuela. Lo castizo 
y elegante de la frase; lo correcto, lo bello y lo armo- 
nioso de sus períodos, hacían resaltar más su amor á íaa 
glorías que nos son comunes á todos los individuos de 
la raza española. Y sobre todo, io que el doctor Gaicano 
demostró más elocuentemente, fué la importancia que h 
sus ojos tenía la confederación ibero americana. 

En efecto, dijimos nosotros á nuestra vez en el dis- 
curso que pronunciamos entonces, es grande y Irascen- 
dental la unión de áetenta millones de hombrea, que so- 



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mo3 los que en este momento histórico formamos !a raza 
ibero americana. 

La resonancia que esta celebración en Madrid del 
deacnbrimiento de América tuvo, aespertó también el 
deseo de !a celebración del de las islas Filipinas, y con- 
vinimos loa señores filipinos Ponas, Cañas y Govantes, y 
los españoles americanos Sres, Gaicano, ministro pleni- 
potenciario de Venezuela en Madrid, el ministro de Gra- 
cia y Justicia de la misma república y algunos más de 
las otras repúblicas hispano americansa, el Sr. León y 
Castillo, actual ministro de la Gobernación en España y 
el que escribe este libro el realizarlo el 22 de Marzo 
de 1884. 

Pensamos, como lo mejor, pedir ai gobierno todo lo 
que fuese de una inmediata ejecución para ese dia en 
bien de la industria, aj^ricultura y comercio. Y así pedi- 
mos medios de comunicación entre aquellos pueblos y 
otras mejoras que el ministro de Ultramar que era enton- 
ces el conde Tejada de Valdosera, se apresuró á satisfacer 
y hablamos acordado al mismo tiempo que se diera una 
conferencia en el Circulo de la Unión Mercantil el dia 
del aniversario, y el autor de este libro fué el encargado 
de darla. Nuestro objeto era despertar al comercio es- 
pañol, americano y filipino, en vista de los datos que se 
expusieran en la importación y exportación de las islas 
Filipinas, que había centuplicado desde 1869, y de que 
en el entretanto, las demás naciones extranjiTas, y muy 
particularmente Ing-laterra y los Estados-Unidos, se ha- 
bían apoderado de todo el comercio de aquel archipiéla- 
go filipino, que solo en la exportación de abacá asciende 
á sumas fabulosas y cuyo lucro es grande. Y ver de esta 
manera si conseguíamos que los comerciantes españoles 
si interesa^n y tomasen parte en este comercio. 

KI día 22 de Marzo de 1884 pues, concurrimos al 
Circulo de la Unión Mercantil y vimos con agradable 
sorpresa la inmensa concurrencia que llenaban sus salo- 
nes, y he aquí el discurso que pronunciamos. 



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DESCUBRIMIENTO DE FILIPINAS POR MAGALLANES 

Gonfefencia dzda en, el Circulo de la Unión Mercantil 
el diz 22 de Marzo de 1884, por elSr. D. Enrique Ta- 
viel de Ándrade: 

«Señores: 

Doy las gracias á la Junta directiva de esta sociedad 
por haber aceptado mi pensamiento con tanto patriotis- 
mo y con tanta prontitud: hace cuarenta y ocho hora9 
que vine aquí á pt-dir este favor, y es hasta asombroso 
que hayamos podido tener la reunión esta noche. No 
recordaréis que yo trate de exhibirme en ning-uaa parte; 
si vengo aquí, es porque creo cumplir un deber mucho 
más alto que el del patriotismo, como ea el quo impone 
el amor íi la raxa española que, repartida por todo ei glo- 
bo terráqueo, en todas direcciones, al unirse como se 
unirán ahora los dos caminos que abrió el canal de Siieíi 
y que abrirá dentro de un año el canal d<í Panamá, la 
raza española dominará la enlrada y la salida de estas 
dos vías marítimsa del globo terráqueo. 

Hoy es el aniversario del descubrimiento dn las islas 
Filipinas por Magallanes, y es muy natural que la raza 
española celebre y conmemore este gran acto para su 
gloria y para el porvenir del mundo. El sitio que hemos 
escogido para celebrarlo me parece que es el más natu- 
ral y el máb lógico. Si oo tiene la sociedad del Círculo 
de la Unión Mercantil é industrial el derecho de iniciar 
la conmemoración de un acto que, como el descubri- 
miento de las isias Filipinas, ha desenvuelto las rela- 
ciones mercantiles y comerciantes del globo terráqueo, 
no sé quién lo puede tener. 

Y permitidme que 03 recuerde con este motivo las 
disputas que surgieron entre las cortes de Castilla y 
de Portugal con motivo de los descubrimientos d« Amé- 
rica y de la Ücceanía, porque estas disputas han sido 



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la causa y e! origen del deacubrimlento de las ialas Fili- 
pinas. Tan pronto como Cristóbal Colón rompió las co- 
Inmnag de Hércules, y con ellas cayeron envueltos todos 
los errores geo^áñcos y cosmográficos, cuando ya la 
corte de Portug'al no9 disputaba esos mismos terrenos 
que descubríamos y que cun quistábamos en la América 
y en la Occeania, á tai punto llegó la disputa, que los Ee- 
yes Católicos, al año sig-uiente de la conquista y del des- 
cubriraiento de América, es decir, el año 1403, se vieron 
ob ligados á hacer uu tratado con la corte de Portugal, 
concebido en los siguienleá términos: Que todos los te- 
rrenos que se descubrieran al Oriente dei meridiano de 
la isla de Hierro pertenecieran á la corona de Portugal, 
y que todos los terrenos que se descubrieran al Occi- 
dente fueran para la corona de Cotilla. Kl Papa Alejan- 
dro VI sancionó este convenio, y así le impuso el sello 
augusto de la silla apostólica, pero los portugueses no 
por eso callaron sus disputas. Por un lado Vasco Nóñez 
de Balboa, nuestro compatriota, tomaba en 1513 pose- 
sión del Pacifico, y Navarro descubría Las Moíucaa en la 
Occeania; i'ercí se la disputaron los portugueses. Sube 
Carlos V ai trono de España, y Portugal pretende, no 
sólo Las Molucas, sino el Brasil, que después ha sido 
suyo. Entonces Magallanes, ora disgustado porque no 
le subieran el sueldo, como algunos escritores aseguran, 
aun cuando no parece lógico por su mezquindad, ora 
porque no atendiesen á las sugestiones que hacía para 
nuevas investigaciones en el mar Pacifico, la verdad es 
que Magallanes vino á España, pero no vino solo, vino 
con un gran cosmógrafo, con Iluiz de Talero, también 
portugués. Encontraron á Carlos V en Valladoiid, y so- 
bre el globo le explicaron su pensamiento, que no era 
otro que dar gusto á Portugal, porque dándoselo demos- 
tró sobre el globo á Carlos V Magallanes que no sola- 
mente se podía cambiar el meridiano déla isla de Hierro 
por el de la isla Tercera, puesto que era un meridiano na- 
tural, que la aguja marca ostensiblemente siempre, sino 



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que él creía que la América meridional ó septentrional 
concluía con un punto á manera del Cabo de Buena Es- 
peranza: creia, por consiguiente, que el Atlántico se 
unía al Pacífico en ese lado, como así fué, y que por con- 
siguiente, no solamente había lugar é encontrar nuevas 
islas de especierías tan buenas como las Molucas, ó 
más ricas quizás, sino que las Molucas, por esa nueva lí- 
nea, volverían sin disputa á ser propiedad de !a corona 



Hablemos ahora de Magallanes. ¿Quién era Maga- 
llanes? Un gran cosmógrafo, un gran navegante, el' 
cuai, después de haber servido á su patria en África y 
eu la India, vino á España á, buscar lo que era natural, 
protección, que esta ea la verdadera razón de su venida 
á España, que era la primera nación del mundo en aque- 
lla época; dominaba por todas partes, amparaba todos 
los genios, y era natural que, ora rechanado por Manuel 
el afortunado, Rey de Portugal, ora por natural instinto 
de todos los genios, do .buscar las unciones generosas 
que impulsan en su época á todos los talentos y á todas 
las aptitudes, vino y venció: hizo un contrato con el em- 
perador, protegido por el gran obispo de Burgos, Fonse- 
ca, en cuyo contrato se estableció que todas las islas que 
se encontraran con la nueva línea de! meridiano de las 
Terceras, pero de acuerdo con el convenio de Portugal, . 
habrían de ser para Castilla, al mismo tiempo que el go - 
bierno de Castilla debía declarar, como declaró, adelan- 
tado 4 Magallanes, gobernador de las islas, títulos trans- 
feribles á sus legítimos sucesores. Este contrato ori- 
ginal fué imitado por muchas naciones después. 

Magallanes fué á Sevilla, no encontró dinero, á pesar 
de las órdenes del emperador, que las había dado á 
la casa de contratación para que se lo facilitara; pero el 
patriotismo del comercio español, de¡ comercio sevillano, 
vino entonces en ayuda de aquel genioy deaquelfamoso 
navegante; le suministraron el dinero y partió en busca 
de aquello por lo que él tanto suspiraba. El 16 de Agoa- 



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to de 1519 salió de Sevilla; al año atravesaba el estrecho 
de Magallanes y lograba aquello que él tanto había co- 
diciado conocer por primera vez: la unión del Paci- 
fico con p1 Atlántico. Poco después llegaba y descubría 
laa iskg Filipinas, muriendo allí, según dicen, por un 
flechazo envenena-lo de los indios, después de haber to- 
mado posesión de las ialas Filipinas en Cebú. Fué luego 
jefe de la expedición, ya mermada porque se habían 
perdido dosjbuques y no quedaban más que otros tres, el 
famoso Sebastián Elcano, y llegó en Setiembre de 1521 al 
puerto de Sanlücar, á los tres años y un mes de la salidar 
de esta'expedición, así ha bia dado el hombre por primera 
Tez la vuelta alrededor del mundo, y aun cuando no sea 
máa que esta gran victoria conseguida por la tenacidad 
y la suerte, y siempre ea una página muy gloriosa para- 
nuestra historia, que todo español debe recordar, no para 
enorgullecerse, sino para imitarla. 

Y á propósito de esto, hace tres días que me he en- 
contrado en La Correspondencia con un suelto respecto 
á la equivocación del nombre de Sebastián Elcano. 

Dice así La Correspondencia: 

vMn socio eorreepondieiite de la AcadPinia da la Histo- 
ria ncaba de dirigirao a! ministro de Marina censurando- 
que iiaya sido bolado al agua un buque de gunrra con el 
nombre de Elcano. 

Defiendi! el corresponaal de la Academia de la Historia 
que el ¡lustre navegante se llamaba Sebaslidn del Cano, y al 
efecto acompaña á su comunicación folletos, facsímiles y 
otros medios de prueba. El socio correspondiente á que alu- 
dimos es el Sr. Soraluce, residente eu San Sebastián.» 

Señores (y aeui entra el objeto principal de mi na- 
rración, porque realmente no ea un discurso), si nosotros 
hemos escogido á esta sociedad mercantil é industria. 
para expresar nuestras idea.'», es porque creemos que el 
tiempo, el momento histórico, como ahora se dice, exige 
que todas laa miradas, que todas laa tendencias se diri- 



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jan allí donde la actividad del hombre en al comercio y 
en la industria exÍBte, Ahora bien: ¿Qué es Ulipinas? 
¿Qué importancia ha tenido, tiene y tendrá bajo el punto 
de vista mercantií é industrial? Y á este propósito creo 
que será conveniente que tanto ios señores socios como 
los que no loson que han venido á oirme sepan cuál 
era el comercio y las relaciones mercantiles de las 
islas Filipinas en 1810, época que realmente es pre- 
ciso fijar. Hasta 1810, una gran parte de su comercio 
la tenía con el Pacífico, Pues bien; rota la unidad 
de la patria ; emancipadas las colonias , rompieron 
las relaciones que tenían, no solamente con la madre 
patria, sino con las colonias que permanecían bajo su 
poder, y asi es que cortaron también el comercio con las 
islas Filipinas. Pues bien; en 1810 el comercio, según 
datos oficiales, era el siguiente: 5.319,000 pesos fuertes 
de importación y de exportación 4,795.000; total: pesos 
fuertes, 10.124.000. 

En este período se re que el comercio de Filipinas 
con América consistía en recibir numerario en cambio 
de géneros de Manila, de la India y de la China. La im- 
portación para el consumo del pais era por valor de 
900.000 pesos fuertes, y ia exportacién de 500.000. Como 
se ve, la importación excedía de casi una mitad, ó sea 
400.000. 

Y á pesar de haberse interrumpido las relaciones co- 
merciales de Filipinas cun las repúblicas hispano ame- 
ricanas, su comercio con la China, con la India, con la 
Australia, con Ing^laterra y con los Estados Unidos ha 
centuplicado, puesto que en el promenio de los años de 
1879, SO y 81, asciende la importación á 21.431.739 y !a 
exportación ¿22.247.91 4. 

Ahora bien, pregunto yú: ¿merece consideración 
para los españoles el que se tienda la vista sobre el 
mapa, y que los navieros y los comerciantes com- 
prendan las ventiijas que obtendrían con fijarse allí don- 
de existe Filipinas, que por su propia naturaleza es y 



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11 

será, después de abierto el canal de Panamá, el depósito 
del coüierciu de las cinco partes del mundo, cuyos ei- 
tremoa tocan ea aquellas ialas? La historia misma lo in- 
dica. ¿Qué encontramos nosotros en Fiiipinasí Una raza 
que se llanm la tag^ala, que dominaba en las costas, ¿T 
qué es esta raza? Loa indios del mar Pacífico, que allí 
fueron impulsados por los monzones. Todos sabéis que 
los monzonea, desde el mes de Marzo k Octubre, lo lle- 
van todo, hasta el punto de que — y permitidme la pala- 
bra, por lo gráfica— una saliba que se arroje en el mar 
Pacífico, va á depositarse inmediatamente en las islas 
Filipinas, Otro tanto sucede desde Nangasaki, en el Ja- 
pón:, desde cuyo puerto los monzones arrastran á Fili- 
pinas todo lo que encuentran. Lo mismo acontece desde 
los puertos de China, Cantón, Chinoheu y Vicheo. Así 
es que chinos, japoneses y otros pueblos, ayudaron á los 
tagalos en la obra de arrojar á la raza aeg^rita, que es la 
originaria filipina, á bis selvas y á los montea, viéndose 
asi lo múltiple de las razas mestizas del interior del Ar- 
chipiélago formadas coa los diferentes individuos de to- 
das las naciones que le rodean, incluso la Malaya. 

Comparad, pues, lo que los españoles podramos ha- 
cer en Filipinas, situada como está en el centro de las 
cinco partes del mondo, entre el mar Indo Chino y el 
mar Pacífico, siendo además como una estación ó centro 
natural de lo que surca el Atlántico y el Mediterráneo, 
desde la apertura del cüual de Suez. Compárese, digo, 
con lo que hicieron los venecianos, que, colocados en 
una hendidura del Adriático, y sobre una laguna, for- 
maron allí un imperio marítimo que dominó no sola- 
mente el comercio dfi todos los mares, sino el mismo im- 
perio de Con^tantinopla. 

En vista, pue^, de estas circunstancias, yo he queri- 
do, como es natural, buscar apoyo no solamente en los 
gobiernos con quienes estoy en correspondencia de las 
repúblicas de la América del Sur y del Pacífko por con- 
secuencia, sino también en el gobierno de España, para 



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12 

que se Uamejla atención hacia el comercio, y volver ¿ 
despertar el que existia en el Pacifico entre ias qtie fue- 
ron nuestras colonias y las islas Filipinas, liaciendo 
sentir al propio tiempo la conveniencia de qne los g-o- 
biernos perfeccionen algo la administración, la Hacien- 
da, laa vías de comunicación, etc., que pueden dar un 
empuje al progreso y riqueza de ia raza española. 

La facilidad y buenas disposiciones que para atender 
& esto he encontrado en el g^obierno, honran segura- 
mente, lo mismo al presidente del Consejo de ministros, 
Sr, Cánovas, que al actual ministro de Ultramar. Y como 
para solemnizar este día creo de importancia el que po- 
damos decir que algo se ha hecho por mejorar en el pre- 
sente las condiciones de ¡as islas Filipinas, me vais á 
permitir que lea uua carta del señor miuistro de Ultra- 
mar, por la cual veréis lo que yo he pedido, io que con- 
cede, y !o que piensa hacer. 

Dice así; 

mSr. D. Enñ¡ue Taviel de Anirade. 

Moy SEÑOR Mío T ESTIMADO AMIGO: Abundando en su 
deseo de V. de honrar ¡a memoria de Magallaues por medio 
de actoa favorables al dcsarrüüu de ¡as islas Fiiipiuas, ya 
que no pueda ser ud acto ostensible, como me proponía, la 
adjudicación de la línea de Manila á Bulacan, por hallarse 
el asunto pendiente de consulta del Cocaejo de Estado, y 
de DO haber podida evacúa ' éste su iufurine, á causa de 
faltar en el expediento un documento tan importante como 
el pliego de condicioues, me creo en el deber de mauifes- 
tar á V. que haré los mayores esfuerzos para que este asun- 
to sea despachado defl^itivameme tan pronto como llegue 
aquel antecedente. 

También hubiera deseado participar á V. que liabían 
tenido resultada las iuaicacioues hechas por este miniice- 
rio al de Hacienda para la compra de tabaco filipino en lu- 
gar del Virginia y Keutuky, pero aquellas han tropezado 



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J3 

con dificultades de ccste y preferencia de los fumadores, 
qne dicho ministerio ha expuesto, y i que do he p<>dido re- 
plicar por DO ser el eaunto de mi competencia, Pero no 
dude T., ni duden laa persorms amantes del Archipiélago, 
((n cuya represe üt ación me habló "V., de mi vivo interés por 
su fomento y desarrollo, como de ello son pruébalas varias 
medidas que iie dictado muy recientemente, y que han 
sido comunicadas por los (iltimoa correos. Con efecto, ade- 
más del reciente decreto unificando y convirtiendo los an- 
tiguos impuestos en el nue^o de cédulas de Tecindad, quB 
ha de contribuir á llevar á aquel Tesoro la hoigura de qua 
momentáneamente carece, han sido comunicados por el co- 
rroe próximo pasado la aprobacidn de varias líneas de tran- 
vía en Manila; la autorización a! gobernador g-eneral para 
establecer una linea de vapor entre Filipinas y Marianas; 
la invitacjóu á la Junta de Obras del puerto para acome- 
terlas en grande escala, por medio de subastas en que pue- 
dan interesarse las casas constructoras españolas y extran- 
jeras, siendo rtc advertir que, por un Beal decreto reciente, 
so habían aliviado en una mitad en beneficio del comercio 
los arbitrios aplicados á dichas obras. Kespecto de la Escue- 
la de Artes y Oficios, será objeto de la especial prolección 
de este ministerio, ya que felizmente hace uu aüo que s» 
celocó la primera piedra. 

Ai hacer á T. estas macifeslacioLes, que ya Ib indiqué 
en nuestra entrevista, aplazada por causas que á V, cons- 
tan, me repito de V. afectísimo atento S. S. Q. B. S. M., — 
SI C. de Tejada de Yaldosera.' 

Debo advertir á YV., porque para ello estoy autori- 
zado por el señor ministro de Hacienda, que se trata de 
traer para el consumo de la Peninsula una cantidad de 
tabaco filipino, mayor aún de lo que pretendían loa ha- 
bitantes de aquellas islas, ó sean 2,500.000 kilos. 

Como acaban de ver los señores que me honran con 
su asistencia, dei mismo contexto de la carta del señor 
ministro de Ultramar se deduce que yo no me he inspi- 



y Google 



14 

rado más qtie en aquelloa deseos y aspiraciones de loa 
filipinos que me han parecido más convenientes y juati- 
ficarios; y á mis peticiones responde el señor ministro 
que ias unas ya las íenia en estudio y en vías de trami- 
tación, y que respecto de las otras tenia también vivdg 
deseos de complacerme; asi es que, no solamente acog"e 
favorablemente el proyecto del ferrocarril de Bulaeán, 
cuya concesión, si hubiera sido posible, se hubiera pu- 
blicado hoy en ia Gacela, sino también los proyectos de 
tranvías para unir con la linea férrea g-eneral á los pue- 
blos situados fuera de ella. 

Ahora bien, señores; además de esta gran importan- 
cia del Archipiélago filipino, considerado en si y en sus 
relaciones con la madre patria, hay otra conslderacióa 
que se deduce de su posición {geográfica, y que ofecta 
grandemente, no ya sólo á nuestra nación, sino á toda 
la raza española. Esta noble raza está hoy dividida y di- 
seminada, sin que género alguno de lazos y de relacio- 
nes la aproximen, cuando no tendría que hacer más que 
unirse para ejercer ai menos el derecho de defensa de 
sus intereses abandonados, y expuestos continuamente 
á la audacia y á la codicia de otros pueblos. 

Yo siento mucho que la enfermedad del señor minis- 
tro representante de Venezuela no !e haya permitido ve- 
nir aqui, porque su palabra elocuente os diría cómo el 
señor presidente de la república venezolana fué el pri- 
mero ea ofrecer á España ¡su cooperación para el estable- 
cimiento de una gran confederación hispano americana, 
y así me io indicó en ía carta que se sirvió dirigirme, J 
que yo leí en el banquete conmemorativo del descubri- 
miento de América. Sin embargo, acabo de ver á dicho 
señor ministro de Venezuela, que se halla en cama, y me 
ha dicho que puedo declarar á W. que él, por su parte, 
defiende y defenderá siempre la unión de la raza espa- 
jiüla desde las islas Filipinas hasta el Pacífico, y desde 
el Pacífico hasta el estrecho de Gibraltar. 

Deseo concluir esta conferencia para no fatigar 



y Google 



15 

á W., y debo hacerlo repitiecdo io que ya he dicho lo 
mismo á los presidentes de las repúblicas c¡ue á ios pue- 
blos americanos. ¿Por qué setenta millones de habitan- 
tes que forman la raza española no ocupan el lugar que 
les corresponde en el mundo? 

Porque España ha vuelto su espada victoriosa contra 
su propio pecho, y porque las anügiias colonias hispano- 
americanas se han dividido -y subóividido, hasta el extre- 
mo de haber repúblicas como el Paragay, que no tienen 
más de 40Ü.000 habitantes. En cambio ha realizado su 
unión ¡a raza alemana, con cincuenta millones de al- 
mas, la italiana con treinta, y la norte americana coa 
setenta. 

¿Cómo se puede remediar esta decadencia de la raza 
española? Con una confederación de toda esa raza, que 
no soto posee las dos orillas del estrecho de Gibraltar, 
comienzo de la vía recta al Indo-Chino por el canal de 
Suez, sino que también dentro de cuatro años poseerá las 
dos orillas del canal de Panamá, que abrirán por el Pací- 
fico otra vía directa al Indo-Chino, y allí están las islas 
Filipinas, donde ondea el pabellón español, aquel pabe- 
llón que por ig^notos y procelosos mares conducían Colón 
y Magallanes á América y á las islas Filipinas. He di- 
cho: [Grandes aplausos. y>) 

Y como el Círculo de la Unión Mercantil nos rogara 
que diésemos otra conferencia con el objeto de obtener 
detalles más minuciosos y sobre todo datos estadísticos, 
que son lo más elocuentes, á los pocos días pronuncia- 
mos el siguiente discurso: 



y Google 



CONFEDEaAClÓN IBERO AMERICANA 

■Conferencia dada por el >Sr. Taeiei de Áiidrade el día 10 
de Mayo de 1884 en el Circulo de la unión Mercantil 
é Industrial, acerca del estado comercial de las islas 
Filipinas y d$ su importancia geográjlcí, que la hice 
el corazón de la proyectada Co/tfers/icia Ibero Áwe- 
}-icana. 

Señores: Comienzo volviendo A daros las gracias más 
expresivas, porque yo no podré olvidar mmca las prue- 
bas de aprecio y consideración que me estáis dando des- 
ee el día, para mi venturoso, en que tuve la lionra de in- 
vitaros k que con memo rasemos juntos el aniversario del 
descubrimiento de las islas Filipinas por Magallanes, 
Ksíe recuerdo no podré olvidarlo nunca, y quedará gra- 
bado en mi corazón como uno de los raás gratos de mi 
vida. Después me babéis invitado á que diera esta con- 
ferencia para det^envolver la tesis que en mi anterior 
anuncié, acerca del estado mercantil é industrial de las 
islas Filipinas, así como de su importancia geográfica, 
la cual hace de ellas el corazón, el vértice, la confluen- 
cia de las dos grandes vías marítimas que habrá en de- 
rredor del mundo, una vez concluido el canal de Pana- 
má: la una, terminada y funcionando ya, como todos 
sabéis, es la que partiendo del estrecho de Gibraltar, y 
siguiendo por el Mediterráneo, cana! de Suez y mar 
Rojo, termina en el mar Indo -Chino, donde se encuen- 
tran nuestras islas Filipinas: la otra es la que, partiendo 
de Cádiz y atravesando el Atlántico, el canal de Panamá 
y el mar Pacifico, irá á terminar asimismo en el Indo- 
chino, en donde ondea la bandera española que condu- 
jo á Colón y á Magallanes al descubrimiento de América 
y de las islas Filipinas. 



y Google 



17 

Está, pues, comprobada la importancia que para la 
raza española tienen las ¡Hlas Filipinas, y por consi- 
guiente, bueno es llamar la atención sobre esto, para 
que sepamos evitar á tiempo los peligros que iioy se co- 
rren en el canal de Suez, y que se repetirán sin duda 
mañana en el canal de Panamá, 

Señores: la historia del esiado mercantil é industrial 
de las ialaa Filipinas, podemos dividirla en tres épocas: 
1.' época, desde su depcubrítniento en 1521 hasta el año 
1810,en que regía allá el sistema prohibicionista; 2." épo- 
ca, desde 1810 hasta 1870 en que fué desapareciendo 
aquel sistema, sustituyéndolo por el proteccioDÍsmo, y . 
3." época, desde 1870 hii^ta 31 de Diciembre de 1883, en 
que la libertad de corapixio triunfa y se implanta alli, 
aboliéndoae adem&s los derechos diferenciales de bande. 
ra. El primer período es tan ilustre, que, á pesar de lo 
largo y de la lentitud con que en él camina el desarrollo 
comercial y mercantil en las isla^ Filipinas, basta que 
se hiciera el gran descubrimiento de la unión del Pacifi- 
co con el Atlántico, que era el objeto principal de Ma- 
gallfines, para ennoblecer á la raza española con el dea- 
cubrimiento de aquel Archipiélago, y llenar todo este 
primer período. 

Y permítame esta Pociedwd que diga algo, siquiera 
sea en recompensa de tanta amargura como se experi- 
menta cada vez que se oye atacar á nuestros antepasa- 
dos que hicieron «n grande imperio, que rompieron los 
moldes de lo antiguo; purq'ie si hay hoy algo grande y 
prepotente en caa]qiii>-ra de las cinco partes del mundo, 
no puede menos de ntribiiirsele á España, que fué la pri- 
mera que descubrió América y dio la vuelta alrededor 
de los mares y de lO'í mundos, y dejó agí registrado des- 
de entonces todo el globo terráqueo, para que el vapor y 
la electricidad pudieran ponerlos hoy en instantánea y 
constante comunicación. 

Hay otra gloria en el descubrimiento de las islas Fili- 
pinas que es preciso recordar, y no lo digo yo, lo dicen 



y Google 



18 
loa franceses, ingleses y alemanes, y hasta el mismo La- 
rousse, que tan decidido está cuntra todo ío que ea espa* 
ñol. En sa Diccionario de 1874, al liescribrir laa islas Fi- 
lipinas, no puede menos de recoiiocr que bo hay ejem- 
plo en la antigua ni en la miídenm hiatoria de que una 
colonia haya aido descubierta y no haya sido conquis- 
ta-da, sino reducida por la educación civilizadora y cris- 
tiana que líevaron aíli tus que implíintaron la bandera 
española. Tended la vista, añade Larousse, y ved allí 
cércala isla de Batavia y el Archifiiélago de la Sonda, 
que pertenecen á los holandeses. Pues hasta 1860 ha es- 
tado alti impreso el sello de la esclavitud, que no se ha 
conocido en Filipinas ni aun disimuiaiiamente; y si en 
el año 1866 cesó la esclavitud en Batavia, en Java y en 
Madura, ha sido después de aquellos grandes trastornos 
y de aquellos grandes cataclismos que todos debéis re- 
cordar, ocurridos después de ¡a viulencia que tuvo que 
emplear la Holanda en sus culonias. Luego les otorgó la 
libertad pero nosotros podemos decir que las islas Filipi- 
nas no han sido conquistadas, sino reducidas á la amis- 
tad de España por su propia voluntad; nunca la esclavi- 
tud ha sido alli conocida, como Hcabiraos de decir, y por 
eso estamos seguros de que el imi«;rio filipino no lo- 
quebrantará nadie. íío h»y filipino que no se crea en- 
noblecido con pertenecer á lisjiaña, de la cual ha reci- 
bido todos los beneficios de que goza, y de seguro que 
no tiene que recordar agravios contra los que allí lea- 
llevamos la civilización, 

Pero también en el desarrollo del movimiento mer- 
cantil hemos, tenido gloria en esta primera época. 

No conquistad iiS las islas Filipinas por laa armas si- 
no por la persuasión, y encontrando allí al natural go- 
zando de un clima benéfico, en una primavera contir- 
nua, donde no iiay necesidad ninguna, donde el hom- 
bre no tiene que buscar abrigo coiitru la iaclenvencia 
de la temperatura ni alimento de ninguna clase, puesto 
que ae lo proporciona cualquier árbol, bajo el cual 



y Google 



se cobija, ¿cómo era posiblf arrastrar á ese hombre al 
trabajo penoso de la civilización? Sin embarfjo, eso ha 
liecho el Gobieroo español desde 1521, y coa eftp nio- 
livo es preciso evocar la memoria de nuestros ilustres 
hombrea, porqtie ya es tiempo, y estamos fatig-ados de 
ver las desdicha'^ de nuestra patria, y á ranchos españo- 
les, que además de suicidas -Bon parricidas, queriendo 
matar hasta el recuerdo de nuestros antepasados. Alli, 
en Filipinas, hemos tenido un hombre ilustre, el gene- 
ral D, José Basco, que con previsiÓQ y acierto dispuso 
lo que en aquellos tiempos era un gran adelanto y un 
g;ran bien para el Archipiélago: el estanco del tabaco. 
Sabia aquel general que un filipino, tanto como el co- 
mer, necesita tabaco; porque alli, lo mismo que en la 
India y en la China, donde tienen que trabajar en el 
agua, porque una de sua principales producciones es el 
arroz, neceditau mascar tabaco para preservarse del 
escorbuto y de las fiebres espasmódícas que el sudor, la 
íatiga y el cansancio producen, y excitan y aumentan 
el riego de las plantaciones y el sol de las regiones tro- 
picales. 

Pues bien; el general Basco, para sacar de la indo- 
lencia á los naturales de Filipinas, que son buenos y 
obedientes, pero que como hemos dicho viven en un 
clima templado, delicioso, y en donde no es necesario 
trabajar para subvenir á laa primei-as necesidades de la 
vida, estancó el tabaco seguro de que, para comprar el 
que necesita el filipino, empezarla por abandonar su 
natural indolencia y comenzarla á trabajar. Y asi ha 
sucedido. 

Y no hay duda, porque tan luego como en 1771 se 
estancó el tabaco, el filipino comenzó á trabajar y la 
producción de aquel Archipiélago á desenvolverse. 

Concluiremos, pues, esta primera época prohibicio- 
nista, examinando las cifras exprexivas del movimiento 
comercial del Archipiélago durante el año 1810, en que 
termina, para compararlas después con las del realizado 



y Google 



20 
en si año IrtíO, en que concluye la época proteccionista. 

Cojtienio (le importación y exportación ditra'ite 1810 

IMPORTACIÓN 

Feaoa fuertaa 

Maderas de BengRla 650 000 

Idemdolacostft deCaríímaiidel 500.000 

Mercancías y plata de Europa, de Estadoa- 

Unidos, Mauricio é Iloüo 315.000 

Mercancías de Cantón, Macau.l.anquiQyEmv. 1.150.000 
Plata y oro acuñado de Nueva-España (Méjico), 2, 100.000 
Cocbiiiilla, cobre, cacaoy otros efectos de Nue- 
va España 124.000 

Plata y oro acuñado del Perü 550.000 

Cobre, cacao y aguardiente del Perü 80.000 



5.529.000 



EXPORTACIÓN 

A Bengala y Madras en plata acuñada 1.100.000 

A loa mismos puntos eu cobre y otros géneros. 90.000 

A la Oniua, plata acuñada 1.550.000 

A ia China en nido de Salaogaues, balate, ó 
eea pescado seco, nácar, concba, cueros, ta- 
pa. salazoQes, algodón, azúcar, arroz, ébano, 

aibucao n5.000 

A Europa y Ksta-los Unidoa, aílil, asücar y pi- 
mienta 250.000 

A Acapnico i'Méjlco), géneros de la India y de 

la China 1 .100.000 

A Lima (Perü), Ídem id., y las producciones 
del país 530.000 



4.705.000 
Total de imporlaáona y espOTtaciones (1) . 9.604.000 

El consumo de toda clase de géneros del iaterior, as- 
cendía á 9.000.000 pesos fuertes. 

Entremos ahora á examinar la segnada época, que es 
la proteccionista, en la que vemos desaparecer poco á 

'{1) Véase Buceta, Diccionaño de ¡as ishs Filipinas. 



y Google 



21 
poco el sistema prohibicionista, gustituyéndole el pro- 
teccioDismo. 

En 1810 concluye eí sistema prohibicionista, época 
que se marca con un sello indeleble para nuestra polí- 
tica colonial, por la separación é independencia de Amé- 
rica, que afecta á Filipinas, por la razón de haber desde 
entonces interrumpido las repiiblicaa hispano-america- 
nas sus relaciones mercantiles con la madre patria y el 
resto de las colonias que permanecieron fieles. Filipinas 
entretenía con Méjico, Perú y el resto de ia Ami'rica 
del Sur un comercio, como hemos visto, que formaba 
la mitad del total de su importación y exportación, y de 
desear es que se abra el canal de Panamá para que 
reanuden su comercio, que tan grande impulso ha de 
dar á las transacciones mutuas en ésa joven y hermosa 
parte del globo terráqueo. Anteriormente á 1810 no se 
había hecho más que sacar ai indio con dulzura y amor 
de la indolencia, para ir preparándolo á la vida dura, 
que es la vida civilizada, vida del trabajo y de la indus- 
tria. Pero al llegar el año de 1810, ya habían comenzado 
para Filipinas los albores de adelanto económico y ad- 
ministrativo. En 1785 se había ya abierto p1 puerto de 
Manila para el comercio proviniente de la India, da ia 
China y del Japón; y luego, niáa adelante, en 1809, se 
había permitido k una casa comercial inglesa estable- 
cerse en Manila, corneuzando asi, como era natural, el 
movimiento que tomaba el comercio en Fiiipiíias. Más 
tarde se permitió la exportación del arroz, causa princi- 
pal ea aquella época del desenvolvimiento de la ri- 
queza filipina, así como la apertura al comercio extran- 
jero de ios puertos de Cebú é Ilo-Ilo, y todas las demás 
medidas que permitía el sistema proteccionista. 

Yo excuso á España en este largo período de 1810 
á 1870 por lo que ha dejado de hacer; yo pido para mi 
patria alguna caridad al liistoriador que juzgue esta 
época, en que tuvo lugar la invasión francesa y des- 
pués la guerra civü'y la lucha fratricida de lus partidos 



y Google 



22 

hasta nuestros díaa. jCóuiü atender á nuestrító colonias, 
cuando habíamos vuelto nuestra espada victoriosa del 
dos de Mayo contra nuestro propio pecho? 

Y sin embargo de la invasión francesa; y sin embar- 
go de la guerra civil; y sin embargo de loa pronuncia- 
mientos sin cuento desde 1810 hasta 1870, el promedio 
de la importación y exportación durante eata época no 
es tan desconsolador, puesto que duplica lo que impor- 
taba anteriormente. 

Importación, y exportación desde 1810 hasta 1870, 
ditraníe el sistema proteccionista ■ 

PROMEDIO 

Pesos fuertes. 



Importación 9.930.000 

Eicportacióü 10.000 000 



). 950. 000 



Eatramod á es.aminar la tercera y última época, que 
63 librecambista. La libertad de comercio, la i'iltima pa- 
labra de la ciencia económica es, pues, lo qi'e impera 
en el archipiélago filipino desde 1870. 

Yo, señores, tenia esperanza de ver en eata conferen - 
cia al Sr. Moret, porque me lo había prometido, y siento 
que no esté presente para rendirle un tributo de justicia. 

Yo no puedo menos de aplaudir coa absoluta impar- 
cialidad todas las reformas beneficiosas para mi patria, 
sin tener en cuent-a ei color político del que las realiza, 
Y no hay duda que la reforma arancelaria de 1870, que 
*:1 Sr. Moret tuvo In fortuna de llevar á cabo, ha dado an 
gran incremento al movimiento comercial, que la aper- 
tura del canal de Suez ha completado. No cabe también 
duda alguna que el comercio busca el camino más corto 
y directo. Asi es, que no ha tardado en buscar al canal 



y Google 



23 

úe Suez, como que es la vía más directa desde el Medi- 
terráneo al Indo Chino, y por la que se ahorran 9.600 
millas que había qiiií n ivegar pur el Cabo de Itueno Es- 
peranza, que era ht via naarítima por la que anterior- 
mente se iba. Co^icluid) en Noviembre de 1869, el canal 
■de Suez ha puesto eu cuntf,cto directo las cinco partes 
del mundo, desde el extremo Oriente al extreno Occi- 
dente. 

Asi es que á puco el movimiento comercial y mer- 
cantil aumentó cousiiierablemente, como se puede ver en 
el siguiente cuadro estadístico d-'. la importación y ex- 
portación del trienio dn 1879, 80-81, 

Cuadro estadístico del comercio de importación y expor- 
tacióii dt Fihpiíb'is en el de 1879, 1880 j/ 1881, y el 
eaadro de lo imp'irtzdo y exportada con bandera nacio- 
¡13.1 y extranjera. 



ASO, 


Import«.L6„ 


Kxporlaoíón. 




IS. 031. 547 
25.48<1.465 
ai. 177. 210 
21.431.739 




1880 




1881 




Promedio 


22. 247. «14 



IMPORTADO CON 



A.Ñ03 


NSOioilill. 

Pesoí, 


Ejtninjer». 




II.149.fiT7 
15.794 097 
12 H75.4r,9 
la .273- 081 





















y Google 



EXPORTADO CON BANDERA, 



AÑOS 


PtlDl. 


Eitranjer». 
Pttoi. 




h ñ24 .239 
5.9 ojm 
4.K75.225 
5.4>:í.;!s3 





















CoDTiene que conozcáis la jirocedencia y el destina 
de las mercancías importadas y exportadas en este trie- 
nio, porque conviene que el comercio de Madrid las exa- 
mine y estudie. 

Procedencia y destino de lis mercanciis importidas 
y exportadas en el trieni') de 1879, 1880 y 1881. 



PROCEDENCIA 



Ahíb.: 

iDglaterra 

EsDBña 

China 

EstadoB Unidoa 

Alemania 

Fosesioueí' inglesas di 

Asia 

JoW 

Japón 

Poeeaiones francés asi. . . 

Au (illas españolas 

Australia 

Siam 



349.3»» 


11.183.379 


3T7.8T: 


5.952.6(56 


8313.171 


1.534 451 


708.005 


623.714 


■191.256 


266.591 


284.968 


545.800 


89.464 


63.337 


33.511S 


5.680- 


50.6ri9 


89t> 



y Google 



2b 

EXPOItTAClÓN 



DESTINO 


ABO 1819 

Pesos 


Pesos 


Aüo 198) 
Pesos 


iDglaterra 

Estados ü nidos 

Poaeaionea inglesas de 
Aaia 


5.212.105 

4.904.137 

7.075.548 
1.0IÍ4.655 
211,140 
36.910 
102.304 
55.451 
3.405 

140.108 
37-725 


6.070.800 
¡0.417.491 

5.099.311 

1.U4 030 

185.tj2D 

4.505 

39.5fi3 

48.384 

409.984 

99 

60.603 


9,343.208 
8.366.152 

4.556.055 
i .093.623 




139.8ÍÍ1 










Posesiones holandesas.... 


58.069 























Más inl:eresante es aún para nuestros comerciantes el 
conocer los artículos exportado.s é importados en Filipi- 
na-s, procedentes de nuestros puerto.'! peninsulares, así 
como los import:ído3 en España de Filipiaas. 



y Google 



Helos aqui: 

A''tíc->iios importados y reportados á Espa^x en et trienio 
(áel879, 1880 y 1881. 



ARTÍCULOS. 



Ano ¡S81 

Pesos 



Aceite de olivas 

Aguardiunte 

Calzado 

Couaervas aümeuticias . . 

Garbauzas 

Fideoa 

Dulces , 

Frotas 

Hortalizas 

Libros impresos 

Mapas 

Naipes 

Papel para escribir 

ídem para cigarrillos 

ídem para imprimir 

Productüs quíaiicos y far- 
macéuticos 

Tejidos de algodón.-. 

Ídem de punto dfi jilgodón 

Tipos para ülrogratiai 

Viaos generorus y espu- 
mosos 



61.008 
78.823 
7. BU 
13.117 
13 868 
17.184 
17 8a7 
12.337 
30.970 
e4.53li 
13.ó5tí 



8.^48 
45,205 
41 .765 
I3.9ál 

9.008 
14.562 
10.036 

2.919 



9.054 
12.495 
74.140 



54.940 
58.970 
4.810 



yGoogle 



.™,o„„s 


iiüo 1879 

Pelos 




Auo 1881 

pMOi 




234.688 

ím.552 

101.516 

916 

133 

94.145 

Ó60 

23.256 


501.834 
490.005 
33.810 
119 
H.9fi9 
31.145 
14.12B 
n.035 




Cafe 






8.45G 




2.15B 














Libros impresos 


4.Ü86 



Ue modo que ae han neceaitado casi trescientos años 
desde la ocupación de Filipinas por Leg-aspi, para elevar 
el total de su comercio de importación y exportación á 
9,604.000 pfisoa fuertes. Sesenta aüos para doblar esta 
suma en 1870, pues Ueg-a á 19.950.000. Y en este último 
período, hasta 1831, no han necesitado más que once 
años para doblar con creces la anterior suma, puesto 
que hemos visto que ha alcanzado á 43.67T,6d3 (1), 



(1} La lentitud del dése ovol vi miento del comercio y 
riqueza del archipielag^o ftlipino, porque cuando io dea- 
cabrimos no eucontramoa más poblacióo que 400.000 ó 
500 000 Labitantes, y hoy hay 10.000.000, y porque además 
tuviíDOs que combatir en todo ese primer periodo con los 
ingleses y hulaodeses que nos lo querían quitar. T además, 
porque á Filipinas le sucedió cou ñ\i madre patria !o que 
al l^ltimo de los hijos de uua mimeroda familia que al 
poco tiempo empieza á decaer en poder y riqueza. Aaí 
como el crecimiento que se nota en el comercio y riqueza 
del arcbipielago filipino, bg debe íi la ¡apertura del canal 
de Suez que lo ba puesto en comuDicacióii fácil, corta y 
directa con Europa. Y seria mucho más 3i en iu^ar de do 
haber masque 13 265 españolea en todas las islas hubiera 
lo meaos doa ó tres millones. 



y Google 



Importscióií de 1882, tal corno resulta, ds los datos pit- 
ilicadospoT la admnisiraciáa central de Filipinas 



Posesiones iogleeas 9.400.210 

IiifTlaterra 5.094.774 

Espaaa 1.884 180 

Balados Unidos 1 .505.866 

Alemania 683.599 

Chio» 510.542 

Posesiones fraacapas 147.492 

J ,lú e.076 

Japón 3.7-iO 

Posesiones holandesas 3.716 

Autillas españolas 1 .345 

Francia 1 .084 



KXPOETaCIÜN 



Estallos Uo idos 7 .482 .753 

Inglaterra, 5.816.641 

Piisesiones inglesas 3.435,2Ü1 

España 3 .276.7^ 

Püaesioiios francesas 155. 00i 

ídem holandesas 120.999 

Cliina 14.195 

Posesiones tiolandesas 6.563 



Total... 39.625.856 



yGoogle 



29 

Estos ültimos datos ofrecen algunas particularidades 
muy dignas de tomarse en cuenta. Ocupa eu ellos el 
primer lugar la república anglo-americana, que hasta 
ahora veiiía figurando en el segundo; las poaesionos in- 
glesas de Asia ya no presentan cantidades tan elevadas 
como durante el trienio de 1879-81. 

Ya lo veis demostrado. Filipinas progresa á vista de 
pájaro; su porvenir es grande, debido á la apertura del 
canal de Suez, que es el principal elemento de su rique- 
za; pero fáltanos hablar de lo que ha coronado el edifi- 
cio, que es la abolición del derecho diferencial de ban- 
dera, debido á la iniciativa del Sr. Moret, que lo decre- 
tó en 1870, que se suspendió después hasta 1878, que se 
ha restablecido la abolición y <iesaparecido con ella los 
temores de los navieros filipinos y españoles, como de. 
muestran los datos oficiales, que son muy elocuentes. 
Helos aqui; 

Resultado beneficioso obtenido -por la abolición del derecho 
diferencial de bandera en 1878. 

El promedio de las toneladas de carga transportadas 
con bandera nacional y extranjeras en los períodos 4 
que venimcs refiriéndonos, fué el siguiente: 





Con banaern 
Bitranjara 


Con bandet. 
naeional 


Período 1872-75 

Período 1879-81 


45.856 
19D.154 


8^.874 
148.207 



Como se ve, con el derecho diferencial de bandera de 
72 á 75, el comercio hecho en buques españoles no lle- 
gaba á la tercera parte de lo que ha importado de 79 á 
81, El temor, pues, de loa navieros españoles era infun- 
dado. 



y Google 



:)0 

En 1SS3 liaQ llegado al puerto de Müiiila, co» b;iudc- 
ra española, ¡asómbrense ios oyentes! 333 buques con 
270.610 t&neladap, de los cuales 215 vapores, 37 fraga- 
tas, 73 barcas y uii:i corbeta. 

Con bandera inglesa, 132 buques con 91 toneladas.— 
Con bandera española, 110 idem con 93 ídem, 

Pero de ellos 104 vapores e.ipañoIes, 93 ingleses. 

Lleva, pues, la bandera española la supremacía, por 
que la dan hoy los buques de vapor, que hacen al año nu- 
merosos viajas y conducen mayor número de tonelaiías. 

Con bandera anglo-americana, 39 buques de vela, 
con44.902 toneladas y ningún vapor. Con bandera ale- 
mana, 12 vapores, 6 fragatas y 16 barcos, con 26.720 
toneladas. 

Volvamos la vista á law mercancías que España envía 
actualmente á Filipinas, y que antes no enviabii, así co- 
mo las que obtienen mayor precio, porque conviene lo 
conservéis bien en la memoria. 

Vino y aguardiente por valor de 274.340 pesos 
fuertes. 

Telas de algodón y cantidades importantes de dul- 
ces, conservas y otros artículos. 

Por su parte, el Archipiélago exporta, entre otras, 
una mercancía preciosa que á principios de este siglo 
no teníft-aplieación alguna, y hoy la tiene tan grande 
para fabricación de telas, jarcias de buques, esteras j 
hasta para los paños ingleses y yankes: me refiero al 
abacá, cuya extracción en 1881 ha llegado á mas 7 mi- 
llonea de pesos. 

Además del abacá, exportan las islas Filipinas gran- 
des cantidades de azúcar y de café. El Sr. Jimeno 
Agíus, que ha publicado excelentes artículos en la Re- 
vista de España, dice que había disminuido en los últi- 
mos añoa la producción de azúcar j de café, y por últi- 
mo, paralizado su exportación sin que se sepa por qué 
causas. Yo puedo asegurar, por los datos que de otras 
publicaciones he recogido, que ha cesado la paraliza- 



y Google 



31 

ción, y lo único que ha sucedido, es que la produccción 
se paralizó durante la época de la epidemia colérica en 
las comarcas donde se sintió tan terrible azote; pero 
una vez terminada la epidemia, no solamente volvió la 
producción á ser lo que antes era, sino que se elevó 
conaiderablemente. No hay m¿8 que ver la exportación 
de azúcar por las tres aduanas principales del Archi- 
piélag-o durante el año próximo pasado, para conven- 
cerse de que este articulo de extracción produjo 16 mi- 
llones de pesos en 1881, ¡o que es un aumento de 3 mi- 
llones de pesos más que el año anterior. 

Bueno es, como hemos dicho, que hagamos notar sí 
comercio de Madrid las mercancías que obtienen mayor 
precio de las que España envía á Filipinas: ocupan el 
primer lugar los vinos, cuyo comercio ha recibido en el 
espacio de siete años un 58 por 100 de aumento: des- 
de 168.232 é. 274.340 pesos. Después se presentan los 
ag'uardientes, cuyo valor ha más que duplicado, pues ha 
ascendido su valor desde 22.451 pesos á 67.007. Los 
objetos de punto de algodón, que hace muy pocos años 
figuraban con insignitícantes cifras, ocupan ya el tercer 
lugar entre los artículos españoles importados á Filipi- 
nas, y con valor medio de 64.940 pesos anuales. A 
continuación se presentan las conservas alimenticias, 
cuyo comercio va eu aumento, pues ha subido desde- 
30.404 pesos á 62.946. Taraiúén crece considerable- 
mente la importación de papel para escribir, pues ha 
ascendido desde 30.404 pesos á 62.946; y aun mayores 
diferencias presenta el aceite de olivas, cuyo valor casi 
ha triplicado. Aunque no tanto, ha aumentado también 
la importación de garbanzos y de naipes, y figuran ya 
con cifras muy elevadas' el calzado, los fideos, las fru- 
tas, las hortalizas y los mapas^ 

Entre los articulo» filipinos exportados á Españfty 
ocupan los primeros lugares el azocar, cuyo valor hA 
recibido el aumento de un 216 por 100, y el café, quw 
ha aumentado nada menos que un 594 por lOO'. La 



y Google 



imporlaoióli total de artículos españoles en Filipinas, 
que en 1873 no era mita que de 504.433 pesos, en 1881 
lué de 1.200.001) peaos fuertes. 

Cualquier esfuerzo que haga el comercio de Madrid 
V de España entera por extender sus relaciones con los 
puertos filipinos, no serán perdidos, porque además del 
progreso de la riqueza, ae nota sensible mente el de su 
población. Antes de 1810 no llegaba íi2 millones de 
habitantes, y hoyes de lO.OOO.OOÜ [1). Elcenso oücial 
de 1877 y el de 1876 del arzobispo de Manila, es verdad 
que arroja un número mucho mks pequeño, y aunque 
mayor que el de éstos, no alcanza tampoco á la exacti- 
tud el de Mr. Larousse en su iliccionario Universal pu- 
blicado en 1874; pero esto dimana que, como le han 
hecho creer al filipino que cuando lo recuentan es para 
echarle contribuciones, no se deja recontar, y se ha he- 
cho por esto causa imposible el obtener un censo de 
población exacto. He aquí ahora la población de Fili- 
pinas según el censo oficial, el de¡ arzobispo y el de 
Larousse: 



Cenao del arzobispo de Manila de 1876 6. 173.632 

Aquí están incluidos ]i>s iuflelea uo reducidos, 

que el arzobispo calculó en 602.853 

Censo oficial de 1877 5.567.685 

La de Larousse. 1874 7.451 .352 

Larousae forma así esta suma: 

Isla de BatáD 1 .200 



(1) SegÜD una de laa crónicas de frailes, 
el total de habitautee en Filipíoaa era, cuando 

la conquista, de 500.000 

Eq 1735, següu Fray Juan de San Antonio 1.000.000 

En 175?, següu Canga Arguelles 1.350.000 

En 1805, segtiu recuento oficial 1 .741 .000 

En 1S18. segíiu Arago 2.593.000 

En 1840, según estado oficial 3.209.007 

Bn 1850, segfin estado oficial 3.815.878 

En ld60, segtin cómputo 4.500.000 



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33 

Eq las 25 provincias de Luzón 4.540.191 

Bn las 14 de Pítiday 1.052.586 

Ed lase deMÍDdariao 191.802 

7.785.779 

Tribus llamadas iudependieo tes 1.654,773 

Por consiguiente, el censo de la población sujeta é, 
recuento es el miarao en el arzubispo, en el censo ofi- 
cial y en el del Sr. Larouasie. La dilerencia está en la 
no yujeta á recuento. De los no reducidos consiste, 
pues, la variación, porque mientras que el g-obierno no 
la menciona, el arzobispo la hace elevar h 602.853 y 
el Sr. Larouase á 1.654.773. Y según nuestros datos, 
la población total de lus i^lag Filipinas, Palaoa y Caro- 
linas, asdende á lO.OOO.OOO (1). 

No Citará de m&8 que el comercio de Madrid y el de 
España entera conozca el estado bancario .de Filipinas. 
En Manila hay un banco que se llama Banco filipino: 
esté en un brillante estado, y si extiende sus operaciones 
y establece sucur.sales en las Visayas, como están !ia- 
ciendo las casas extranjeras, llegará áobtener mayores 
resultados: 

Peso3 fuBrlea 
La cartera del Banco al finslizarel año de 

1882 á 1883 1.274.675,61 

Para bus operaciones de giro en el Banco 

Hispano Colonial de Barcelona ](54. 379,37 

Guarda en Tesoro 3.870.383,73 

Ijos depÓBitoa ascendían '. íi23. 183,37 

Bilietesefl circulación 'eiircseiitabau valor. 1.062.140 » 
Cuentas corrientes sumaban pesos 2.308.588,95 

Ha ganado en 1882 124.323,90 

Gastado ^ 15.903,09 

■Quedándole 108.401.81 

ó sean 8.175,4 pesos más que el año anterior de 1882. 

(1) Hay mucbas ocultaciones, ronque el indio tiene 
temor & la estadía Eica. y no quiere que lo recuenten. 



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34 

Acabamos de recorrer todas ias fases por las que ha 
pasado el raovimiecto mercantil é industrial de las islas 
Filipinas desde el dia de su descubrimiento, 22 de Mar- 
zo de 1520, hasta el 31 de Diciembre de 1881. Hemos 
Tisto el progreso asombroso que !a apertura del canal 
de Suez "ha realizailo en el Archiélago. pues de dieci- 
nueve y pico de millones de pesos fuertes le vemos lle- 
gar h cuarenta y tres y pico su comercio de importa- 
ción y exportación. Hemos contemplado con satisfacción 
que su población ha doblado desde 1810. Que Manila esté, 
en comunicación telegráfica con todas las demás partes 
del mundo; que su agricultura, su industria y su comer- 
cio van marchando con paso igual á nivelarse con las de- 
más partes del globo terráqueo, en donde la civilización 
ha|alcanzado elgrado másalto en este glorioso sigloXIX. 
Habéis oido también en mi anterior conferencia las me- 
joras que, á ruego mió, el actual gobierno ha introduci- 
do en el Archipiélago, decretando se continúen las obras 
del edificio que empezó el año pasado á construirse en 
líanila para instituto de artes y oficios, como también las 
de los puertos del Archipiélago. El establecimiento de 
un vapor-correo á las Marianas, que dependen de la 
capitanía general de Filipinas. La abolición de ios an- 
tiguos tributos; e! estabiecimieuto de cables submarinos 
que unan con Manila el resto de las islas Filipinas, para 
lo cual se han mandado los ingenieros y demás indivi- 
duos que hagan el estudio y lleven á cabo la obra. El 
señor ministro me ha ofrecido, como os dije entonces, 
abrir puertos en eí Pacífico, Por el pronto el de Basiling, 
y más tarde los que se puedan en la isla de Luzón, desde 
la punta de Inaguican hasta el Cabo Engaño, para ir 
preparando asi el aprovechamiento de la riqueza inmen- 
sa forestal que encierra aquel Archipiélago, y cuya sa- 
lida principal comienza á ser aliora los Estados Unidos 
de América. También se proveerá, á fin de qae los bu- 
ques madereros no teogan que venir á Manila dando ét 
rodeo peligroso y costoso del estrecho de San Bernardi- 



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35 
lio, habilitando lo^i puertos ña aquellas islas que están en 
el loio Chino, para que exportea directamente á la Chi- 
na, que 63 la otra nación que compra en mayor cantidad 
maderas filipiaas. También hemos notado en la primera 
conferencia, y en ésta, el grraQde incremento que el ar- 
eliipiélago filipino Lumaríi uaa vez continuadas laíí rela- 
ciones mercaiililes con Australia, sostenidas hasta ahora 
con interrupciones, y sobre todo cuando Jsea reanudado 
el comercio con las repúblicas hispano americanas, in- 
terrumpido desde 1810, épüca de su emancipación, por- 
que daeñ,i nuestra raza española de las dos oriUaa del 
canal de Panamá, y partiendo en línea recta á través del 
Pacifico á las islas Filipinas, que montados los dos mares 
Pacífico é Indi-Chino, tendrá que ser el corazón, eí vér- 
tice, la confluencia de estos dos g-randes mares. Como se 
Te, el estaco actual del Árchipiélag^o ea lisonjero asaz, y 
más lisonjero aún su porvenir, y no tardaremos en verlo 
ponerse ít Ja cabeza de los demás archipiélag-os é ialaa de 
la Occeania, y ser el depósito g-eneral de todas las mer- 
cancías que cruzan el Pacífico y el Indo-Chino. Pero 
para esto es preciso que nuestro gobierno se dé prisa á 
abrir los puertos que tiene el irchipiélago en el Pacifico, 
al e.stablec i miento en las Carolinas de una administra- 
ción local, y evitar así las cuestiones que Ing:laterra y 
Alemania allí nos suscitan; y simplifique los trámites de 
administración, para que no se dé el caso de ver todos 
los días dormu" los expedientes en el Consejo de Estado ó 
en el ministerio, como ha sucedido hasta aquí. Detenido 
está en Madrid, ó donde sea, el expediente de un filipino 
que pide se le conceda establecer en Manila un di^ue 
flotante. 

Precisamente se necesitan hacer allí grandes diques, 
para impedir que loa de Singapore atraigan los buques 
mercanias y loa hagan huir de Filipinas, como también 
el que se abran puertos francos, de acuerdo con los na- 
vieros filipinos, para que anulemos el puerto franco de 
la ^la de Labuán, que los ingleses han abierto, y que 



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36 
ya iioíi ha quitado gi^n parte del comercio de Borneo y 
de Joló, freute á cuyas aguas está, y que es una amena- 
za constante á nupstra riqueza y poder en aquellas re- 
griones occeánicaü y que se declare puerto franco é, Zam- 
boanga. l^to ea cuanto ai g^obieriio. Porque la parte que 
correapbnde al comercio español ea más urgente, más 
importante y trascendental. 

Ahora bien, señores, yo creo que para tener colonias 
io primero que hay que hacer es atenderlas convenien- 
temente, y no basta que el gobierno las atieuda, es ne- 
cesario, además, que estén íntimamente ligadas á la ma' 
dre patria por relaciones mutuas de comercio. 

Pero todavía no basta esto; es preciso que laa rela- 
ciones de !a madre patria con las colonias sean fáciles, 
continuas é inmediatas. Ya sabéis lo poco que representa 
todo el comercio de Filipinas con España en estos tres 
últimos años y que en realidad está entre las manos de 
Inglaterra y de los Estados Unidos; solo Inglaterra co- 
mercia con Filipinas por Talor de 18 millones de pe- 
sos. ¿Por qué ha de aer asi? ¿Por qué el comercio con 
Filipitías na lo hemos de hacer los españdles? Parece que 
nuestros comerciantes no han comprendido todavía la 
necesidad de desterrar aquellas rancias preocupaciones, 
segiin Jas cuales cada español no debe tender la mirada 
más alia del umbml de su casa, y cada casa debe ser 
como una fortaleza cerrada. Afortunadamente yo creo 
que la hora de la regeneración de la raza española se va 
acercando; hemos atravesado tristísima épocas de dis- 
cordias y de luchas fratricidas; todavía cruzan alguna ■ 
vez la atmúsfera chispas eléctricas que indican que la 
tempestad no ha pasado del todo, pero á través de esas 
nubes, ya se ve lucir el sol, que anuncia tiempo más 
próspero y bonancible. 

Entiendo que, tanto España como la América espa- 
ñola, están en e¡ camino de su regeneración social y po- • 
lítica; podré equivocarme, pero debo tener este consue-' 
lo, porque no es posible, señores, que nuestro pueblo 



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37 

haya realizado ayer ln heroica epopeya de la fjuerra (ie 
la lodepentiencia para morir al día sig-uiente; lengramoR, 
pues, conliaoza, porque la resurreccián de nuestra raza 
■está ya próxima. {Grandes aplausos.] 

Heno de etitugiaamo me dirijo á Togotros, repreeen- 
taates del comercio y de la industria, quB habéis tenido 
la dignación de invitarme á eata conferencia. Yo no 
conozco partidos políticos en estas materias; no conozco 
más que á España. Es menester que el pueblo español 
se persuada de que dentro de ia Constitución que nos 
rige, como de cualquiera otra, tiene medios eficaces de 
contribuir al bien de la patria, comenzando cada ciuda- 
-dano por asar bien de su voto para eieg-ir diputados á 
Cortes. 

La mayor parte de nuestros males nacen de que la 
gra.a masa de los electores españoles no han comprendido 
que su interés y su deber están en ejercitar su derecho 
con entera indepeadenda, porque no hay gobierno que 
resista á la voluntad de un pais cuando se manifiesta con 
independencia. Ved si no io que no hace mucho tiem- 
po ha ocurrido con Inglaterra, donde el gobierno de 
Mr. Gladstone habia realizado una convención con 
Mr. Lesseps, acerca de los derechos de pasiije por el ca- 
nal de Suez, y agruptidos todos los comerciantes y na- 
vieros ingleses, han conseguido que el Parlamento re- 
chace la convención por no convenir k ios intereses del 
comercio, iA.h, señoresl Yo no puedo menos de aplaudir 
la cordura y ta energía del comercio inglés; á. mí rae 
inspira verdadera simpatía aquel comercio, al paso que 
sólo tengo censura para el gobierno inglés: censura que 
durará toda mi vida mientras vea ondear la bandera in- 
glesa sobre e! Peñón de Gíbraltar. (Muí/ bien.] 

Así es que, k pesar de haber tenido familia en Gí- 
braltar, á pesar de que alií estaban eiucímdose en un 
colegio católico unos sobrinos míos, nunca he querido vi- 
sitar aquella plaza, porque me avergüenza ver tremolar 
sobre un pedazo de mi patria el pabellón extranjero. Es 



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un despojo inicuo. Y no soy yo solo el que dice esto; lo 
ceusara más fuertemente que nadie el actual presidente 
del Consejo de minígtras de Inglaterra. Mr. Gladstoue, 
quien ha dicho antes de aubir al poder á sus electores 
y á la nación entera: «Uobo inicuo es la posegióa de 
Uibraltar, Malta, Ferina y Chipre.» 

Creo, pues, que los comerciantes é industriales espa- 
ñolea! pueden contribuir grandemente á la regeneración 
de la patria, y para elio lo primero que hay que hacer es, 
como he dicho, que cada elector reivindique su derecho, 
para que se haga la rectificación del cerao y no sean 
posibles esas exclusiones del voto de 16.000 comercian- 
tes é industriales; siendo de ello más culpables que loa 
gobiernos los electores mismos. 

No, señorea, esto no puede seguir; la España no pue- 
de continuar de esta manera, y es preciso que todos tra- 
bajemos en fa^or de su regeneración. Si, agrupémo- 
nos en derredor de D. Alfonso Xll, que es un gran 
Rey; y no soy yo quien lo dice, porque, señorea, yo 
he sentido noble orgullo, como español, al oir decir 
al príncipe de (jales: oue el rey de España era de los 
más ilustrados y liberales del mundo, palabras que por 
cierto ae han publicado en todos los periódicos de In- 
glaterra; yo he sentido también legítimo orgullo al oir 
de boca del príncipe imperial de Alemania frases pare- 
cidas k las que he citado; yo he recibido una inmensa 
aatiafacción al leer una carta que el general y presi- 
dente de la república de Venezuela, Guzmán Blanco, 
me dirigió el año pasado cuando el aniversario del 
descubrimiento de América, eu la cua! me decía: «El 
Rey de España es más liberal que nosotros; una visita 
suya a estos |)aises haría más que todos los protocolos y 
todas las negociaciones diplomáticas para unir la taza 
española.» 

T no es solo e! general Blanco el que hace justicia 
al Rey. Está aquí presente, entre nosotros, el doctor 
Viso, ministro de Estado y de Gracia y Justicia de Ve- 



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ido defensor de la cueatiOn de límites de 
Colombia, déla cual ca jaez y arbitro nuestro Rey; y 
este geño]", la primera vez que habló con 8. M. dijo, y 
ya io he publicado en todos los periódicos con mi firma, 
que si el Rey de España Alfonso XII, hubiera reinado al 
princi|PÍo de este sigilo, América no se habría separado 
de España. Opinión que también la sustenta y declara & 
todo el mimdo el Dr. Calcaño, ministro de Venezuela en 
Madrid, y que noa está honrando también esta noche con 
8u presencia. En una palabra, lo dice y repite todo el 
mando. [Grindes aplausos.) 

Por más que á primera vista parezca ajeno á esta 
eonferencia lo que estoy diciendo, si se reflexiona un 
poco, se verá que no es aRÍ. Sí esta conferencia tiene 
pop objeto animar á la induswia y al comercio español 
á emprender en mayor escala las relaciones con Filipi- 
nas, no es sólo el propósito y la resolución lo que falta, 
sino que también es necesario afirmar la paz y el orden 
en la Península, y esto no lo lograremos hasta el dia en 
que la clase mercantil é industrial tome mano en la 
cosa pública. 

Cuando las ciases comercial ó industrial tomen parte 
en la política, la ceguera de ios partidos y su lucha fra- 
tricida desaparecerán para que no perjudiquen á los in- 
tereses morales y materiales de la nación. Y á medida 
que las clases productoras se vayan asi imponiendo, irá 
afirmándose el orden, la paz y riqueza del país, que la 
restauración nos ha traído. 

Voy á concluir hablando de la confederación ibero- 
americana, que es de lo que me habéis mostrado más 
empeño de que hablara esta noche. 

Desde hace muchos años veng'o acariciando la idea 
de que mi patria, ia patria española, sea lo que ha sido 
en los tiempos antiguos, y no creo difícil esta tarea tra- 
tándose de una nación que ha descubierto nuevos mun- 
dos y nuevos mares; creadora de una raza de 70 millo- 
nes de habitantes, que ocupan y ciñen toda la América 



y Google 



del Sur, excepto el Brasil, toda la América Centra! y 
gran parte de la Septentrión «I, donde está enclavado 
.Méjico, y en el extremo Occideme tíuropa, la península 
ibérica, la madre patria, dominaudij tas doa orillas del 
estrecho de Gibraltar, entrada de la gran vía maritima 
del canal de Suez, como Cult,inbia en América domina 
las dos orrillas de la otra g-ran vía marítima del canal 
de Panamá, y teniendo como corazóo, vértice, con- 
fluencia de estas dos grandes viaa las islas Filipinas, en 
donde ondea la g-loriosa bandera española. Pero el pre- 
■ dominio de nuestra PHza, aunque seguro, no se obtendrá 
sin prevenirnos, y quizás lenieudü que arrostrar la lucha. 
Cíin el objeto de que nos previniésemos, empecé hace' 
seis años á llamar la atención en la prensa y en la tri- 
buna del peligro que corríümos desde el instante que en 
1869 fué abierto el canal de Suez. Peligro que aumenta- 
rá el día en que esté concluido el de Pacamá. 

«Tan pronto, decía yo, como se presente la ocasión 
oportuna para apoderarse de Egipto y de Colombia, In- 
glaterra no las dejará eectipar; y justificada está mi pro- 
fecía. Ya habéis visto címo luf^laterra aprovechó el mo- 
mento crítico de ver á Francia indecisa, abandonar las 
conferencias de Constuntiiu pía, bombardear Alejandría, 
apoderarse del Egipto después de la batalla de Tel-el 
Kebir. Pero la luiha armada que ha renovado el Mahdi, 
en el Sudán, y la pacífica que las potencias europeas, 
con la conferencia que acerca de la de deuda ligipto 
pretende Inglaterra celebrar en Londres, son el princi- 
pio de la gran lucha que ha de venir, y en la que se jne- 
ga la libertad de los mares, comprometida en el canal 
de Suez y en e! de Panamá. El día que el canal de Pa- 
namá esté concluido, la lucbi se extenderá allí; porque 
Inglaterra, que hoy es la dominadora de los mares, no 
consentirá que se le reduzca á ser igual á las demás na- 
ciones marítimas, como ya io ha dicho y los está soste- 
niendo. . 

Si es vencida en la lucha, concluirá pa^a .siempre su 



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41 

poder marítimo; pero aun sieodo vencedora, bo podrá 
continuar dominando los marea por mucho tiempo, por- 
que por más que se diga, desde que ios españoles descu- 
brimos América y el camiuo marítimo para dar la vuel- 
ta al mundo, la solidaridad del género humano, que era 
antes una aspiración, se ha convertido en un hecho y 
elevado á base del derecho universal. El vapor y la elec- 
tricidad han venido después de nuestros descubrimien- 
tos de los nuevos mundos y los nuevos mares, » ponerlos 
en comunicación rápida, constante, instantánea con al 
mundo antiguo, fortaleció ndo así la solidaridad de los 
hombres. T esta solidaridad del género humaío forma 
una cadena cuyo primer atiülo es el hogar doméstico; 
el segundo, el pueblo del nacimiento; el tercero, la pro- 
vincia; el cuarto, la nación; el quinto, la raza, y el sexto 
y último, el género humano, que forma la integridad del 
hombre, del ser, que exige que la libertad sea, y no po- 
drá ser mientras Inglatf ira pretenda aherrojar los its- 
moay los canales, para dominar los mares y esclavizar- 
loa. Y creo que la Providencia, que en el siglo XV esco- 
gió á la raza española para romper las columnas de 
Hércules, la escogerá también ahora para que, uniéndo- 
le y confederándose, rompa las cadenas con que los po- 
derosos y audaces pretenden aherrojar los mares y los 
mundos, y entonces la raza española de aquende y allen- 
de los mares, habrá salvado por dos veces al género hu- 
mano de toda esclavitud. He dicho.— (ffmíiíieiy repeti- 
das aplausos.) 

RESULTADO Dfí ESTAS CONFERENCIAS 

Como á estas conferencias del Círculo de la Union Mer- 
cantil asisten los taquígrafos del Congreso de los Di- 
putados, que recojen los discursos que se pronuncian 
y se insertan en Él Comercio, órgano del Circulo de la 
Unión Mercantil, se hizo una gran tirada de mi discur- 
so que se repartió en todos los centros mercantiles de 



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42 

Barcelona, Vaieneia, Cádiz, Sevilla y demás plazas co- 
mercialps de España y América. Y así como hemos con- 
seg-uido deg'l obieroo todo cuanto ie habíamos pedido, 
incluso el decreto de 9 de Julio de 1885 por el que se 
declaran libres de todo derecho diferenciul en nuestros 
puertos de la Península á los buques y mercancías pro- 
cedentes de Fiiipinas, de la misma manera coníeguimos 
despertar y avivar á ios centros comerciales de la Penín- 
sula que inmediaiamente los pedidos á Filipinas fueron 
tantos, como lo demuestran los siguientes datos oficiales 
estadísticos, expuestos un año después en la Junta gene- 
ral de accionistas del canal de Suez, el It) de Marzo de 
1885, por el ilustre Lesseps. 

En efecto, en la Memoria que leyó y que anda impre- 
sa, dice que era asombroso e! movimiento de tráfico que 
se notaba en el canal de Suez en todo el año de 1884. 
Que España resultaba á la cabeza del aumento del tráfi- 
co que era de un 47 por 100; Inglaterra de un 28 por 100, 
y Francia de un 14; pero con la particularidad de que 
mientras ese aumento de Francia é Inglaterra estaba 
representado por el trasporte de tropas y pertrechos de 
guerra al Tonkin, y á China y á Egipto en las costas 
del mar Rojo, el aumento de Kspaña que era el más 
g-rande j sorprendente io habla, consistía todo en mer- 
cancías. 

Así es, que estas noticias tan gratas para España no 
tardaron en verse corroboradas en el Anuario oficial de 
la Dirección general de Filipinas referentes al año de 
1884, en el cual vemos que la importación y exportación 
entre la Península española y aquellas islas que antes no 

sumaban ^n conjunto más que 1,500,000 pa. fs. 

ascendieron en 1884 á la suma fabu- 
losa de 5.131.893 » 

es decir: importación de España en 

Filipinas 1.000.991 » 

y la exportación de Füipinas á España 4.124.902 » 
resultando, pues, un aumento de. . . 3.631.893 » 



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43 

No puede, por cünsig-iiiente, caber duda alfruna de 
que si las geationes que hicimos cuando la celebracióu 
del auiversario dei descubrimiflnfo de las Filipinas por 
Mag'allanea no fueron la causa de este aumeuto asom- 
broao del comercio peninsular con las iala.'i Filipinas es 
por lo menos en la apariencia y mucho más, ai re atiende 
ala circunstancia particular de que el aumento del trá- 
fico en el canal de Suez y el que arroja el Anuario eata- 
disiico de la Dirección general de Aduanas de Filipinaa 
provienen de la exportación de Filipinas á España en 
aquel año de ISH. 

Y con este motipo creemos oportuno insertar aqui los 
datos estEidisticos del comercio de importaciún y expor- 
tación de Filipinas referentes al año próximo pasado que 
Fl Comercio Español de Manila, publicó ea su número 
de 24 de Enero de este año lie 1887, por los cuales resul- 
ta en 1886 una disminución de 1.446.185 pesos fuertes 
comparados con los del año de 1885. Nosotros no .salimos 
garantes de la exactitud de estos datos del Comercio; 
pero aunque el f^obierno no lia publicado todavía el 
Anuario Estadístico de Filipinas, deiaño del886 en cues- 
tión, ni tampoco el del año anterior de 1885, no puede 
tardar mucho en publicarlos, y entonces ae comprobará 
la exactitud de estos datos del Comercio Español. Y en 
el entretanto diremos que nos parece ha padecido equi- 
vocación en la evaluación del valor de las raercanciaa, 
asi como también en las noticias de Ja disminución de la 
exportación del abacá que, según nuestras noticias, fué 
quizá mayor en 1886 que en 1885. Por lo demás, aunque 
la disminnción resultase cierta, siempre la suma total 
del año de 1886 hecha por el Comercio, que asciende á 
23.106.700 pesos fuertes, seria un buen resultado por 
más que no llegase así á igualar la suma oficial del año 
anterior de 1885. 

Las dudas que manifiesta también El Correo á cerca 
de la bondad del desestanco del tabaco en Filipinas por 
los resultados que se van tocando, debe aminorarlas en 



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parte si tiende la vista ¿ loa esfuerzos que la sociedad 
tabacalera filipina eatá haciendo, invirtieiido grrandes 
sumas en adquirir terrenos en ta Isabela de Cag-ayán; en 
poner la siembra de tabacos á la misma altura que la de 
la Vuelta de Abajo en Cuba; en montar fábricas, y por 
último, en difundir entre aquellas poblaciones provecho- 
sa enseñanza industrial, cuyo adelanto se nota en la 
buepisima elaboración que las últimas remesas de su 
producto denota. 

Pero no por esto dejaremos de unirnos con M Comer- 
cio Fsptiñol en el deseo que manifiesta en e! último pá- 
rrafo de la eetadíatica del ano de 1886 que estamos co- 
mentando, de que la Exposición filipina en Madrid pro- 
duzca buenos resultados para el comercio de aquel ir- 
chipiélago, aunque no pai'ticipemos del toque de duda 
con que se expresa. 

Trabajemos todos para que el porvenir sea lisonjero 
á los intereses de la Península y de las demá,s provincias 
ultramarinas, y no dudemos entonces del buen éxito, 
porque éste ^ólo depende de la voluntad de los españoles. 
Abrigamos ta esperanza de que esta Exposición que ae 
está verificando en Madrid de los efectos aerícolas é 
industriales del rico archipiélago filipino, dará gran 
resultado, porque el comercio peninsular conocerá de 
ceíca y verá por bus propios ojos la bondad y variedad 
de productos, y en particular del abacá, y comprenderá 
que U pingüe ganancia que de su exportacióu están 
obteniendo Inglaterra y ¡os Estados Unidos -es de apro- 
vechar, y entonces ae decidirán á redoblar el comercio 
que hacemos con Filipinas. Y habiendo leído en este 
instante et siguiente articulo de SI Jmparcial de 27 de 
Mayo recomendando lo mismo á todo el mundo y lla- 
mando la atención acerca de lo que pasa con la rica 
mercancía del abacá, !o transcribimos aquí: 



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«UNA ACLARACIÓN IMPORTANTE 

SOBRE EL COMERCIO CON FILIPINAS 

A consecuencia del articulo que hemos publicado 
sobre Filipinas, mereció El Imparcial ser citado en la 
alta Cámara por el aeñor marqués de Caaa Jiménez con 
elogios que agradecemos? por lo lisonjeros, aunque tan 
meritorios no pueden ser unos escritos que, debiendo 
acomodarse á corto espacio, no dicen todo lo que ae diria 
en libros y revistas. 

Explanada la interpelación del señor marqués de Casa 
Jiménez con luminosos antecedentes y notables obser 
vaciones; contestada por el ministro de Ultramar con 
patrióticos propósitos y halagüeñas p-omesas de gran 
alcance, que Indudablemente cumplirá, si ae lo permite 
su vida ministerial, se tocó, sin embargo, un punto es- 
pecialisimo que exige aclaraciones. 

Habíamos expuesto algunos ejemplos de lo que pasa 
con el comercio filipino; no todos, porque no cabían, ni 
pretendíamos prolongar las mortificaciones engendradas 
por el abatimiento en que se encuentra todo lo que se 
refiere á relaciones con las provincias de Ultramar, 
siendo para nosotros fenómeno incomprensible que de 
los Estados Unidos, de Méjico, del Brasil y liasta de 
Cliinay del Japón, y sobre todo de la India inglesa, 
traigamos primeras materias que abundan y no recoge- 
mos en Filipinas, primeras materias necesarias para la 
industria peninsular que paga fletes de mayores pro- 
yectos que los naturales y grandes sumas por derechos 
de Aduanas sobre productos que, importados de nuestras 
provincias ultramarinas, serian libres. 

Habíamos comparado la exigua cantidad de abacá. 
que nop viene de Filipinas con la que se trae de nació 
nes intermediarias, y pudo creerse sin más explicacio- 
nes que esa mercancía, venida por torcido camino á la 
Península, pasando por dobles recorrido y pagando de- 



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4fi 

rechos, ch el articulo munnfactiiradü y no la ;iriniera 
materia. 

Así se ha dicho on el Senado, y se cotnprende.j Cómo 
había de ocurrir á ii,.dip que lo importado de Inglaterra 
y Alemani.'i es primera materia para aer elaborsida en 
España? Y, sia embargo, esto es lo cierto. Los indus- 
triales eepañoles que trabajan con yute y abacé, no lo 
traen directamente, lo cual les libraría de derechos aran- 
celarios, sino que lo adquieren en Inglaterra ó Á.lemania. 

Kso no tiene explicación por la diferencia de fletes, 
que algunos suponen compensatoria del gravamen aran- 
celario. Por barato que sa suponga el transporte de Ma- 
nila á Liverpool, al fin hay que pagar otro de Liverpool 
á un puerto de la Península, y hacer gastos de comisión 
y de agencia en las Aduanas. Lejos de ser compensato- 
rio ese rodeo incomprensible, cuesta más dinero, ha- 
ciendo perder más tiempo. Todo lo vamos á demostrar 
con datos oficiales. 

La última estadística, que es la de 1885, enseña que 
de hilazas de abacá, yute y pita, entraron en España 
6.095.669 kilogramos, de cuya cantidad, nada de Filipi- 
nas, y cosa bien extraña, algo del Japón. 

De las mismas materias, en rama, vinieron 5.492.116 
kilogramos, al todo 11.587.785 kilogramos. 

En mercancías manufacturadas sólo entraron 303 .514. 
La proporción de lo manufacturado que viene á la Penín- 
sula ni aun liega al 3 por 100 de las primeras materias. 

Por lo que se importa del extranjero en rama se paga 
un corlo derecho que encarece la operación en poco 
más de 2 pesetas la tonelada, pudiendo influir en esto, 
no io negamos, algo ios fletes; pero respecto de las hi- 
lazas, los derechos satiafechoa ascendieron á 474.954 
pesetas, que sale íi cerca de 78 pesetas la tonelada. Si 
el flete de Manila á la Península se supone en 100 pe- 
setas la tonelada, sería preciso que fuera basta Liver- 
pool de 22 pesetas para que hubiese compensación. T 
no tenemosen cuenta otros gastos. 



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47 
s lina ilusión la de esperar, como lo ha dí- 
clio el señor ministro de Ultramar, que los gervieios de 
la Trasatlántica contribairan á mejorar los rumbos del 
comercio. La Compañía no está obligada á poner sus 
tarifas al nivel cou las extranjeras, sino tratándose de 
servicios postfdes paralelos, de donde se deduce que las 
empresas librea que híicen el comercio con Filipinas 
están fuera de comparación. Seguirá, por lo tanto, la 
Compañía española tomando carga para Liverpool cou 
menos flete que para la Península, porque así convendrá, 
á sus intereses. 

Verdad es que la Compañia se oblig"a á transportar 
por un 50 por 100 de sus tarifas ¡os artículos cuyo co- 
mercio quiera fomentar el gobierno, pero sólo hasta el 
límite de 500 pesetas anuales por antigüedad de pedido 
ó á prorata, sea h la ida, sea á la vuelta. ¿Qué se va á 
fomentar cou eso? 

Algunos han pretendido explicar las anomalías que 
vamos señalando por ese espíritu comercial de Inglate- 
rra y Alemania que adquieren grandes partidas de mer- 
cancías obteniéndolas asi más baratas. ^.Y por qué no 
puede hacerse lo mismo en España? ¿No sería mas ade- 
cuado que fuera nuestra nación la depositaría de sus 
propios productos para distribuirlos al comercio euro- 
peo? Se dirá que esto es cuestión de alientos en la ini- 
ciativa particular; pero no hay tampoco uada que la 
incite contra mucho que la esteriliza. Hsy más protec- 
ción en Filipinas para e¡ desenvolvimiento de las em- 
presas mercantiles extranjeras que para las españolas, 
siendo un absurdo que allí se pongan dificultades á todo 
peninsular que quiere establecerse , mientras que se 
prescinde de ellas para los extraños. 

Por lo demás, no comprendemos cómo nuestra mari- 
na mercante se queja de falta de alimento cuando ella 
misma pudiera promover la creación de compañías que 
supieran hacerlo que se hace en otras partes. 

No sabemos si los que veranean por los alrededores 



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de Bayona habrán observado que atracan allí en el idour 
unoa buques de vela que sueieu llegar carg-adoa de yute, 
tan pequeños, que no 1109 pareciaa utilizables más que 
para la navagacién costera. 

— ¿De dónde viene este yute? — preguntamos. 

— Del Japón. 

— ¿Cómo? },En tan insignificante barco se atreven 
ustedes á tal travesía? 

— Gomo DO es de vapor, aprovechamos toda su capa- 
cidad, tañemos poca tripulación y raras veces hemos su- 
frido averias, porque podemos esperar el buen tiempo 
sin grandes gastos. 

No parece sino que aquella valentía marinera de los 
españolea en los tiempos en que hacían descubrimientos 
geográficos con débiles carabelas, se ha trasladado á 
otros países con espíritu de tráfico más prouunciado. 
Con este motivo recordamos que todavía hay en España 
arrieros que, haciendo los negocios por su cuenta, com- 
piten con ios ferrocarriles, comprando barato donde lo 
hay para venderlo caro en las oapituies. 

¿No puede haber en Filipinas, establecimientos para 
la preparación de las hilazas? 

No puede haber nada mientras aquello no se gobier- 
ne como se gobiernan otros pueblos. 

Es muy peregrino lo que va á poner término á este 
artlcnlo. Kn 1885 se remitieron á Filipinas 327 kilogra- 
mos de tejidos de abacá labrados en la Península. No' es 
gran coaa por la cuantía, pero lo es por la estrañeza que 
causa, porque se da el caso de ir la primera materia de 
Filipinas á Inglaterra, venir de Inglaterra á España y 
luego volver tejida para nosotros á Filipinas. Es un pe- 
queño juego de despropósitos. 



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CAPITULO II 

DB CÓMO SE ORIGINÓ LA EXPOStOlÓN DE FILIPINAS. — LLEGADA. 
Á BARCELONA T MADRID DE LOS INDIOS FILIPINOS, CAROLI- 
NOS, J0L0AN03 É IGORROTES, LA DB LOS ANIMALES Y PLAN- 

' TAS Y DBMÁS EFECTOS QUE CONSTITUYEN LA EXPOSICIÓN. 

De resulta de la celebración del aniversario del des- 
cubrimiento de Filipinas por Magallanes, S. M, el Rey 
que fué D. Alfonso Xtl el pacificador, dos habló de la 
conveniencia de abrir en Madrid una Exposición de las 
islas Filipinas, y más tarde pensó en que al mismo tiem- 
po concurriesen todas las demás provincias ultramari- 
nas de Cuba, Puerto Rico, Fernando Pó y Aonabon y de 
nuestras posesiones en Marruecos. 

Pero el conflicto de las Carolinas vino á suspender 
los trabajos, y más tarde su muerte vino á ponerles fin. 
Mas eo buen hora patricios eminentes como son los se- 
ñores Gamazo y Balagruer qne sucesivameate han ocu- 
pado desde la muerte de! Rey el ministerio de Ultramar, 
han realizado el pensamiento de la Exposición de Pili- 
pinas, Palaos, Marianas y Carolinas, con lo cual han 
prestado un gran servicio á la patria. 

Las primeras remesas de plantas, flores, animales y 
de indígenas de aquellos archipiélagos, llegaron á Bar- 
celona el día 4 de Mayo de 1887. 

EXPOSICIÓN DE FILIPINAS.— DETALLKS CURIOSOS (1) 

A principio de Mayo llegará á Barcelona el vapor 



(1) Estos detalles los hemos recogido de ios periódicos 
de Madrid que loa han publicado y de las cartas y noticias 
-que recibimos de nuestros amigos de Maulla, que á nuestra 
Tez hemos facilitado á la prensa de Madrid. 



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50 

correo Santo Domingo, con la correspondencia de Fili- 
pinas hasta 1,° de Abril. Así nos escribía un amigo de 
Manila. 

Van á bordo de aquel bnque 44 indigenag, repre- 
sentación viva de algunas délas distintas razas pobla- 
doras dei vasto Archipiólag'o español. 

Según nuestras iioticiag, con iui;e también aquel bu- 
que varios animales vivos que darán á conocer la fauna 
de Filipinas, tanto la pobladi,ra de los bosques como 
la aplicada á los usos de la vida doméstica y agricul- 
tora. 

Ciervos, toros, carabaos, palomas, gallinas, un ori- 
ginalisimo perro de Pollok y tres enormes culebras do- 
mésticas, algunos monos y otros animales, vienen k ex- 
hibirse en !a Exposición que, según nuestras noticias, 
deberá inaugurarse oficialmente ei día 1." de Junio, si- 
quiera no hayan llegado ¿ Madrid algunos de los nota- 
bles objetos que conduce el vapor Isla de Pa,nay, que 
hasta los primeros días de aquel mes no fondeará en 
Barcelona. 

Las culebras boas viven en Filipinas en domestici- 
cidad, y son consideradiis el gato de la casa. Rara es la 
que en las poblaciones no tiene uno de esos animales, 
que, oculto durante el (iía, sale por las noches á perse- 
guir lagartijas, cucarachas, chacones y otros anima- 
luchos que tanto abundan alli, Esla clase de culebras 
son inofensivas. 

De los 44 indígenas que en el Santo Domingo van, 
forman parte nueve visayos, seis mujeres tejedoras de 
esas telas diáfanas conocidas por nipisypiña; dos hom- 
bres que Son los que hacen los dibujos y dan los colores, 
y como jefe ó cabecilla del grupo de industriales el mu- 
nicipe de Antique, capilán pasado, como allí se les lla- 
ma, D. Raimundo Picio, hombre rico, que eipontánea- 
mente se ha brindado á venir á la Exposición, cum- 
pliendo asi el deseo que tenia de visitar á España, en la 
que será útil á su provincia y á la patria, por los cono- 



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51 

cimientos poco comunes que tiene de los asuntos del 
Arcliipiélag-o. 

Acerca de las seis tejedoras de pina, ha diciio la 
prensa de Manila: 

«Con 3U8 vistosas sayas, camisas y cadongas, fina 
media y bordada cliinela, han de ser muy celeiiradas 
en Madrid las ilongas, y cuando regresen al país han 
de traer gratos recuerdos de las poblaciones de España 
que visiten y en las que serán obsequiadas.» 

Los visayos son en Filipinas lo que los catalanes en 
la Península; tienen las mayores aptitudes para la in- 
dustria y el comercio, y aun para la agricultura. Por 
eso Isla de Negros ha llegado eo pocos años á ser el em- 
porio de la producción azucarera de Filipinas; ¡a isla de 
Samar, cuya población m&s importante es llo-Uo, la 
que mejores y más abundantes tejidos diáfanos produ- 
ce; e¡ puerto de Ilo-I!o el que rivaliza en vida mercantii 
con el de Manila, existiendo entre uno y otro análoga 
emulación que entre Barcelona y Madrid. 

Las razas pobladoras de las Carolinftó y Marianas 
vienen taaibién representadas en el grupo de indig'enas. 
De ellos se ocupó ya la prensa de esta corte. 

Una chamorra, procedente de Aí,aña, capital de 
las Marianas, es la representante de aquella raza que 
Arago desL-ribió tan minuciosamente en sus viajes. 

La que en la Exposición veremos es de fisonomía 
agradable, sin que se diferencie de las tagalas 6 pobla- 
doras de Luzón, en ninguno de sus rasgos fl:íotiómicos. 
Habla perfectamente el castellano y es lista. 

Un matrimonio caroliiio y un joven de veinte años 
vienen representando la escasa población que habita 
la multitud de islas cjue hace cerca de dos años motiva- 
ron una explosión de patriotismo en España. 

La Carolina es de color bronceado, ojos grandes y 
expresivos, y habla caroliuo é inglés; su esposo, hom- 
bre fornido, de cerradn barba y color muy oscuro, sólo 
habla su idioma natal y usa como signo de distintivo 



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52 

cierta superioridad de un szlucot — especie de sombrero 
que afecta la forma de iinn cizuela— muy alto y coro- 
nado por do3 grandes mechones de plumas. 

El carolino joven tiene bastantea conocimientos de 
música y de canto. 

Los pobladores de las selvas de Luzón, esa multitud 
de razaa que viven en estado de naturaleza y cuyo nú- 
mero no se ha podido aún fijar, pero que quizá Ueg'ue á 
uü millón de almas, viene también representada. 

No conocemos de un modo preciso el número, pero 
creemos son ocho adultos de la pnrte Norte de Luzón y 
dos niños de los bosques de Camarines. 

A. todas estas tribus no sometidas y qne son diversa 
en sus costumbres, en aa fisonomía y en au modo de 
ser, ae las conoce en Filipinas con el nombre de Ii/o- 
rroles. 

El periódico de Manila líl Comercio dijo á la llegada 
de los del Norte: 

«Los ig-orrotes, ellas y ellos, vienen algo más decen- 
tes (le vestuario que lo que estamos acostuiEbrados á 
ver en otros que alguna vez han visitado esta capital. 
íSon en su mayoría de fisonomía simpática é inteligente, 
fornidos, y vienen á cargo de un intérprete. Una de las 
mujeres ha llegado enferma de calentura.» 

El igorrots, al encontrarse rodeado de los elementos 
de civilización, pasa por transiciones diversas. 

Principia por encerrarse en un mutismo de observa- 
ción y en un abatimiento aparente hasta cerciorarse de 
lo que le rodea, conocer las personas con quien vive, es- 
tudiar y á solas imitar cuanto ha visto y oido. Después, 
cuando sabe á qué atenarse, cuando íomn la ¿ierra, sue- 
le emprender el camino de las travesuras infantiles, y 
aguza el ingenio para hacer cuantas diabluras puede. 
Es enteramente un niño consentido que se complace en 
desesperaros, pero que se somete cuando se ve reprendi- 
do con energía. Si se le ríen sus gracias, llega al infini- 
to en sus travesuras. Pasando, en fin, per todas las ía ] 



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53 

ses infantiles, aunque muy rápidament*^, llega k entrar 
de lleno en ¡a vida de la civilización, pero jamíiB olvida 
el monte, su libertad y su choza. 

Entre e¡ igorrote y el habitante de laíí poblaciones 
civilizadas, hay una distancia inmensa. Los primeros 
los veremos uraños ó traTiesos; los otros los encontrare- 
mos delicadoa, inteligentes, agradecidos á cualquier dis- 
tinción. 

El indio es, en general, suspicaz, receloso; tiene el 
instinto de imitación dei niño y el afán constante de 
perfeccionarlo todo. Ve un objeto nuevo y pone formal 
empeño en perfeccionarlo. 

Al verse rodeado de nna población blanca, la obser- 
va y la imita en cuanto puede. Si ve una sonrisa cariño- 
sa ó una manifestación de afecto, la agradece en el 
alma; si os sorprende una sonrisa de desdén ó un gesto 
despreciativo, ahogará su despecho, pero le habéis lasti- 
mado en lo más Intimo de su alma, y no lo perdonará 
nunca, se vengará aunque sea escupiéndoos por la es- 
palda ó üHciendo que no os oye cuando le habléis; será 
una trivialidad su venganza, pero él ha de vengarse. 

El indígena filipino ha tomado de nosotros el hábito 
de la hospitalidad; y la práctica en tal forma, que los 
veis recorrer largas distancias sin llevar un real ni 
preocuparse de su alimentación y hospedaje. Pasa por 
una casa en que ve comer, da los buenos dias ó las bue- 
nas noches, se pone en cuclillas y principia á comer 
marisque la— arroz cocido— como si fuera de la familia. 
Nadie sabe quién es, nadie le pregunta k dónde va ni de 
dónde viene; come, duerme allí si la noche le sorprende, 
y al dia siguiente sigue su camino sin que nadie le mo- 
leste. 

Esta costumbre, que inalterable se conserva en el in- 
terior, va desapareciendo de ias grandes poblaciones 
donde la civilización es mayor, pero la masa general 
del pais la conserva. 

Es muy vulgar la creencia de que ei indio filipino 



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bi 
reconoce una gran superioridad en la raza blanca, y 
esto no ea exacto. El indigena divide en dos clases la 
raza blanca; cistilas. que son los españoles, y en ex- 
tranjeros. Para todos conserva alguna consideración, 
pero sus respetos son para el castila. La tradición le en- 
seña que un puñado de españoles hicieron la conquista 
y le recuerda hechos heroicos realizados por este puñado 
de españoles. 

Evocando estos recuerdos se explica el respeto que al 
castila prodiga el indígena, pero ese respeto no alcanza 
A la raza blanca, líl simple acento extranjero basta para 
que esa consideración disminuya mucho. 

Hospedar y obsequiar á un castila es una honra para 
el indígena de Filipinas, especialmente en las provin- 
cias del interior. 

Hoy que ellos vienen aquí, y que mañana volverán á 
su país pregonando lo que hayan visto, bueno es que 
lleven una impresión favorable, que les haga perseverar 
en su tradicional hospitalidad. 

Por eso hemos visto con gusto que ia comisaria re - 
gia, inspirándose en sentimientos de patriotismo que 
pueden ser trascendentales, ha adoptado medidas muy 
acertadas para que se lea instale en buenas condiciones 
dentro del recinto de la Exposición, y ha enviado á Bar- 
celona á uno de sus individuos, persona muy conocedo- 
ra de aquel pala y de aquella raza, para que al desem- 
barcar provea á todas sus necesidades, y al conducirlo.^ 
á Madrid lo haga en la forma míis conveniente para que 
laa primeras impresiones que del suelo patrio reciban, 
les hagan formar la justa idea que deben tener de lo 
que es la hidalguía castellana. 

LOS FILIPIMOS EN BARCELONA 

Los periódicos recibidos de aquella capital, del jue- 
ves 5 de Mayo, dicen lo siguiente: 

«El miércoles por la noche llamaban la atención en 



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55 

el Circo ecuestre unos ocho ó diez palcos ocapados por 
gran número de individuos de U raza, malaya, que, si 
bien la majror parte vesiían á la europea, notábase que 
era la primera vez que usaban los trajes que uosotros 
llevamos. Además alg-unos lucían trajes orientales muy 



Procuramos enterarnos de quiénes eran aquellos in- 
dividuos, y he aqui el resultado de nuestras investiga- 
ciones: 

En el último vapor correo de Manila han llegado á 
esta capital, con destino á la Exposición de productos 
filipinos que se celebnirá este año en Madrid^ cuarenta 
y tres ¡üdiriduos de ambos sexos, de posición humildísi- 
ma, que representan los (¡iferen';es tipos indígenas del 
país y (jue al propio tiempo se dedican á diversas indus- 
trias, en las cuales son excelentes operarios. Entre ellos 
hay un escultor notabilísimo que durante la traveiia ha 
ejecutado en madera y barro los retratos del capitán, se- 
gundo y contramaastie del buque. Como presente k la 
líeina Regente, dicho artisra es portador de un magni- 
fico busto de Alfonso XII que ha tallado en marfil. 

A bordo usan un traje por demás ligero y ninguno de 
ellos se ha resistido á ves ir unos dias á la europea para 
abrigarse, mas las mujeres no han podido en manera 
alguna calzar nuestras botas ó zapatos. Entre éstas hay 
algunas cigarreras, y según tenemos entendido, en la 
Exposición de Madrid se trata de montar una fábrica de 
tabaco para que se pueda apreciar su elaboración. 

Dichos individuos, á quienes ha venido á recibir el 
comisario regio de dicha Exposición, el inteligente ma- 
gistrado ü. Juan Alvarea Guerra, saldrán probablemen- 
te pasado mañana para Madrid. 

Actualmente dicho señor se ocupa con gran activi- 
dad en el traslado y envío de los artefactos y ejemplares 
de plantas y animales que ha traído también eí susodi- 
cho correo. 

Las plantas, muy bien acondicionadas, pasan de 



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56 

4.000 y vienen al cuidado del reputado naturalista señor 
Vidal, ingeniero de montea en las islas Filipinas y natu-» 
ral de Htiestra ciudad. De estos ejemplarea, ninguno se 
cría en España, y muchos eran desconocidos hasta la fe- 
cha. Entre las plantas textiles ■viene un ejemplar de ra- 
mio, planta que crece alli, según se noa dice, sin culti- 
To alguno. 

Entre los animales vivos vienen una pareja de toros 
del país, siete venados, uno de ellos zebrado, y por lo 
tanto, sumamente raro, varias serpientes, entre las tales 
una boa, que es notabilísima, un carabao, etc., etc. 

Durante la travesía, solo se ha sufrido la pérdida de 
otro carabao que se descornó en uno de loa temporales 
que han sufrido. 

LOS FILIPINOS EN MADRID 

Llegaron á Madrid ios indígenas de Filipinai que 
vienen á la Exposición el 7 de Mayo. 

Han llegado 43 entre hombres y mujeres. 

La colonia filipina está representada por individuos 
de todas las razas indias que pueblan el archipiélago, 
incluso las Carolinas. El Sr. Alvarez Guerra, comisario 
regio de la'.Exposición , recibió en Barcelona á la colonia, 
que ha hecho el viaje bajo la dirección del Sr. Torron- 
tegui y del intérprete de los igorrotes, de quien se han 
valido todos los jefes militares que han tenido que ha- 
cer expediciones por las islas. 

Este diatinguido funcionario, que á primera vista re- 
vela inteligencia y carácter, adorna su pecho con varia» 
cruces ganadas en estas expediciones militares. 

En Barcelona el comisario regio que recibió á los 
filipinos, dispuso que se les proveyera de trajes euro- 
peos, á fin de que resistieran cómodamente la diferencia 
entre la temperatura peninsular y la de sus islas. 

En la estación de Madrid aguardaban á los viajeros 
la comisaria regia de la Exposición, representada por m 



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57 

presidente el Sr. tiamazo, y por los vocales Sres. Lato- 
rre ViJlanueva, Eapig-a, general Montojo, Loren y Cabe- 
zas de Herrera. 

Además de algunos individuos de la colonia filipina 
en Madrid, estaban también en la estación el Sr. Pozas, 
acaudalado naviero filipino, quien, como el Sr. Alvarez 
Guerra, conoce todos los dialectos de aquel vasto archi: 



Estos señores han acompañado á los indígenas filipi- 
nos al local de ia Exposición, y después de enseñarles 
sus dependencias, dieron las órdenes oportunas para que 
quedaran interinamente instalados en el almacén de ia 
Exposición, y para que se les sirva la comida á estilo de 
su país. 

Entre loa expedicionarios vienen 12 mujeres, cuyos 
vistosos y multicolores trajes oestacan alegremente del 
color bronceado de sua caras. 

Estas filipinas son notables por la energía de sus fac- 
ciones y la abundancia de sus cabellos. 

Los moros que vienen en ía expediciiin, no han que- 
rido cambiar de traje, y conservan el característico y 
tradicional de au raza. 

NOMBRES nK LOS EXPEniCIONARIO.S 

D. Ismael Alsate, encargado de los hombres, posee 
diecisiete dialectos de! país de igorrotes y está condeco- 
rado con tres cruces y habla bien el español, natural de 
Abra. 

Raimundo Picio, encargado de las mujeres, patrón 
de barco menor, de Antique. 

Ambrosio Talán, de sesenta años, nu habla el espa- 
ñol, marinero, de Antique. 

Feliciano Ibut, de veintisiete años, no habla el espa- 
ñol, marinero, de Antique. 

Vicenta Eico Toling, de diecisiete, años, no habla el 
español, tejedora, de Antique. 



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Petra Talam, de veinticinco años, no habla el espa- 
ñol, tejedora, de Antique, 

Eleuterio Samudio, habla regrular el español, maestro 
de telares, de I!o-Ilo. 

Bonifacio Guimera, de treinta y un años, no habla 
español, dibujante, de Ilo-Ilo, 

Maí-ea Bada, no habla español, tejedora, de Ilo«Ilo. 

Satarnina Llana, de treinta y treg años, no habla ea- 
pañol, tejedora, de Ilo-Ilo. 

Emilia Gimera, no habla español, tejedora, de Ilo-Ilo, 

Francisca Urmas, no habla español, tejedora, de 
Ilo-Ilo. 

Romana Ramoa, id., id-, de Ilo-Ilo. 

Margarita Gordonciilo, id., id., de Ilo-Ilo. 

Fabián liopral, de dieciséis años, marinero, de Uo-Iio. 

Antonio Mabituen, de veintidós años, había regular 
el español, cocinero, de Zambales. 

Bonifacio de la Cruz, de veintisiete años, no habla 
español, de Anluagne Bulacan. 

Martin Espiritii, de treinta años, no habla español, de 
Anluagne Bulacan. 

Andrés Espíritu, de treinta años, no habla español, 
de Anluagne Bulacan. 

Felipe Torres, de veintiocho años, no habla i 
de Anluagiie Bulacan. 

Simón García, de veintiocho años, no habla ( 
de Anluangne Bulacan. 

Juan Legaspi, de cincuenta j siete años, no habla 
español, de Manila. 

Antonio Píivilin, de veintisiete aílos, habla algo es- 
pañol, de Camarines Sur Caiaaligan. 

Mónico Rojas, de veintiocho años, habla muy bien 
el español y es encargado de la sección de Botánica, de 
Bulacan. 

Custodiodelos Santos, de veintinueveaños.ds Bulacan. 

José Flores, de veintidós años, habla español, cha- 
morro, de Marianas. 



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5f) 

Antonia de los Santos, de veintidós años, iiabla espa- 
ñol, chamorra, de Marianas. 

Pearipio, de treinta años, habla mal el español, de 
OaroUnas. 

Dolores Tíeíaem, de veintidós años, habla bien el es- 
pañol, de Carolinas, 

Vicente Francisco, de veintidós años, habla bien el 
español y es notable por sus conocimientos en escultura, 
de Manila. 

Tek, diecinueve años, negrito, no habla español; 
pero es muy listo y gracioso, de isla de Negros. 

Cal-Ubag, veintiocho años, propietario rico, no habla 
español, de Abra. 

Asang-, treinta y tres años, principal ó jefe de tribu, 
no habla español, de Abra. 

Purganan, treinta y ocho años, maestra de escuela y 
ha estado al servicio de los gobernadores, habla algo el 
español, de Abra. 

Lav-lav, de cincuenta y cinco años, guia de las co- 
lumnas expedicionarias militares, no habla el «spañol, 
de Lepan to. 

Gumfidaot, de veintiocho, gobernadorcillo (alcalde), 
de Lepan to. 

Üit-tavit, de treinta y cuatro años, gobernadorcillo, 
de Bontoc. 

Sumad-en, de cincuenta años, principal ó jefe de tri- 
bu, de Bontoc. 

Buton-Bason, veintinueve añoa, moro, de Joló. 

Basaíia, treinta años, mora, de Joló. 

Oto Jadcaqui, veinticinco años, moro, de Joló. 

Juda, veintidós años, mora, de Joló. 

José Nacido, treinta años, Antuague, de Albay. 



Kl Sr. (jaraazo ha dudado j 

"~ " I-- !■"■-- ¿e Filipinas eu u^^ w^u^., ^-^.^^-j^^^^^ 
rez que fueran y vinieran á !a Exposi- 



r:i »r. uaraazo na auaaüo por algún momento si iuo 
talar á los hijos de Filipinas en una fouda; pero conside 
raudo que cada vez oue fuer -'-" ^ '- " " 



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ción fuesen objeto de excesiva curiosidad, lo cual podía 
causar mal efecto, ha tomado el buen acuerdo de insta- 
larlos en el local que hemos dicho, hasta que se constru- 
yan casas á propósito en el Retiro que les sirvan de vi- 
vienda. 

En el defartamento donde hoy han sido instalados, 
se han hecho las separaciones convenientes de razas y 
de sexos, y á poco de llegar se les ha servido un buen 
almuerzo, dándose además órdenes por !a comisaría de 
que dos delegados, loa Sres. Pozas y Alvarez tiuerra, 
tengan ía inspección diaria de la alimentación de los in- 
dios, procurando que sea sana y abundante. 

Todos son muy sumisos, algunos muy inteligentes, y 
¡03 que hablan el español manifiestan estar contentos, 
por encontrarse en España, su patria querida, según al- 
gunos han dicho. 

El encargado de los hombres, Sr. Alsate, es listo, 
instruido y manifiesta mucho respeto h los eastilas, aun* 
que comprende que él es hombre libre y responsable. 

Ha dicho en la conversación que con varias personas 
ha tenido, que hacía mucho tiempo que deseaba ver á 
España, donde se encuentran los sucesores de los que 
han llevado la civilización é su país y donde está su rei- 
na; es igorrole (y por consiguiente salvaje ó remontado) 
y por eso es más extraña &u cultura, su porte y su len- 
guaje. 

Las mujeres son muy amables, algunas graciosas y 
hasta espresivas; y todas sumamente respetuosas. 

En el Retiro esperaban desde temprano á los filipi- 
nos el Sr. Mesa, vocal del comité y el arquitecto Sr. Ve- 
lázquez. 

La Exposición, ya hemos dicho que se abrirá los pri- 
meros días de Junio, todo hace esperar que sea brillan- 
te y de excelentes resultados. 

Debemos también esperar que cuando regresen á 
Filipinas los hijos de aquel país que han venido á Espa- 
ña, llevarán de la metrópoíi las ideas y el concepto que 



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corresponda á nn pueblo de tan corteses, caballerescas y 
cristianas iradiciones Gomo el pueblo español. 

MÁS DETALLES 

El jefe de los igorrotes usa levita, g-uantea y sombre- 
ro lioiip:o. Los demás visten, por ahora, trajes adquiri- 
dos por la comisaría reg"ia en Barcelona. 

No aólo se ex¡}re3a bien en castellano, sino que pare- 
ce un verdadero cortesano, pues emplea muy oportuna- 
mente ¡os tratamientos de Excelencia y Majestad, y á 
todo el mundo habla con la cortesía m^ erquisita. Por 
él sabemos el vivísimo deseo que á todos anima de ver 
á la Reina de España, la primera Reina que la suerte lea 
depara en su vida. 

Tienen éi y los qiie con él vienen altísima idea de la 
Majestad regia, j á todo trance quieren ser presentados 
á la augusta madre de Alfonso XIII. 

Nunca han oído hablar de más Reyes que del empera- 
dor de China. 

Sigue al jefe de los igorrotea en importancia y !e 
iguala en valor un joven moro, aspirante á datío, que 
tiene extraordinaria influencia en las tribus de su co- 
marca. Puede levantar en armas fácilmente cuatro ó 
cinco mil hombres. Es afable, cariñoso é inteligente y 
fumador empedernido. Ayer obsequió con cigarros á 
cuantas personas le visitaron. Estuvo muy obsequioso 
con una señora y una niña, á quienes también dio ciga - 
rroa, que ellas aceptaron. Habla correctamente el inglés. 

Es notable el capitán Picio, que trae consigo el bas- 
tón de gobernad orcillo. 

Una de las Carolinas habla correctamente inglés, ca. 
rolino y español. 

Todos han gozado de buena salud durante su larguí- 
simo viaje. 

Para comer se les dio arroz, pescado salado, café y 



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62 
pan. De pan apeuas prubaroii al^^ún ptáacito que otro, y 
ya no se les volverá á dar sino para el café. 

En lo que más semejanza tienen con los españoles, 
es en qtie algrunos tocan la guitarra y otros cantan. A 
las siete de la tarde de ayer, muy aliviados ya de las fa- 
tigas del viaje, uno de los más hábiles guitarristas ras- 
gueó unas sonatas melancólicas, sentimentales y para 
nosotros incomprensibles, coreadas por los cantantes 
más diestros. 

El trayecto recorrido en el ferrocarril ha sido para 
los expedicionarios una serie no interrumpida de sor- 
presas. El silbido de ¡a máquina, el traqueteo de los co- 
ches en su rápida carrera, las vertiginosas vueltas de 
las ruedas, el cambiar incesante de panoramas, la varie- 
dad de trajes en ias diversas estaciones por que han pa- 
síido, un espectáculo á cada paso renovado y para ellos 
siempre desconocido, es sin duda para asombrar á quie- 
nes hasta ahora han vivido ia vida del campo bajo otro 
cielo, en otros climas, y por decirlo asi, en otro mundo. 

La colonia filipina continúa siendo objeto de la aten- 
ción de gran número de curiosos, que por maaana y tar- 
de acuden á tomar puesto en las inmediaciones del re 
cinto de la Exposición. 

Por su parte los filipinos gustan del interés que el pú- 
blico demuestra por contemplarlos, y frecuentemente se 
prestan á servir de blanco á las miradas de cuantos, dado 
el rigor que se observa para no permitir á nadie la en- 
trada en la Exposición, tienen que contentarse con per- 
manecer fuera de la verja, 

Ismael Alsate, que ejerce la jefatura de los hombres 
muéstrase sumamente agradecido á las atenciones que 
tanto é. sus compañeros como á él se les prodigan. 

Cuantas personas hablan con Ismael quedan prenda- 
das de su trato. 

El intérprete de ¡os filipinos saluda cariñosamente á 
loe que se le acercan, contestando á cuantas preguntas 
le hacen. 



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Log filipinos han logrado aclímstarfie. Machos de 
ellos se han despojado hoy de las vestiduras que les fue- 
ron compradas en Barcelona, luciendo los vistosos tra- 
jes de su país. 

En la mañana del 8 de Mayo algunos de los insulares, 
acompañados de uno de los guardias civiles que prestan 
servicio en laExposición, han recorrido en cochelas calles 
más céntricas de la corte, y hanhecho alg-uiias visitas. 



No puede precisarse si las inslalacíones estarán ter- 
minadas para el dia 1.° del próximo Julio; lo que si po- 
demos afirmar es que las obras avanzan rápidamente, á 
fin de que la inauguración teoga lug^r dicho dia. 

Los destrozos causados por el último ciclón en el pa- 
bellón central, han quedado talmente reparados. 

Más de sesenta operarios trabajan actualmente en la 
construcción de las mesas, estantes y vitrinas en que se 
han de colocar los objetos presentados. 

Los filipinos, por 811 parte, contribuyen á restaurar 
los objetos que en el viaje han sufrido deterioro, cuyas 
operaciones llevan á cabo con una habilidad y una pa- 
ciencia limitada. 

Los canastillos de flores, macizos, grupos de palme- 
ras, drasenas y heléchos, que de trecho en trecho hay 
colocados y en los que se observa un marcado carácter 
de buen gusto, se han confecciouado bajo la dirección 
del Sr. D. Pedro Pastor y Landero. 

En distintos sitios se construyen viviendas que han 
de habitar los filipinos, y como remate una preciosa cas- 
cada sobre la cual se alza esbelto y elegante pabellón 
estilo árabe. 

El señor conde de Morphy salió para Aranjuez, á- 
entregar á S. II. una nota de los nombres y datos curio- 



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sos de la vida de cada uno de los naturales indígenas de 
Filipinas, que Impedido la augusta señora. 



En trea aeaianaa ?e compromete la empresa conce- 
Bionaria. á terminar las obras del tranvía de la Exposi- 
ción. 

Dará la vuelta alrededor del Parque de Madrid, desde 
ei paseo de Atocha por la calle de ilfonso XU, carretera 
de Aragón, paseo de cochea del R^ítiro, hasta la puerta 
central dei palacio de la Exposición. 

Todo este trayecto podra recorrerse por sólo 10 cén- 
timos. 



Ha llegado también el 8 de Mayo la colección de ani- 
males del archipiélago filipino. 

Forman !a colección un carabao viro y otro que ha 
muerto en la travesía; (ios toros, doa culebras, una ser- 
piente boa, once ciervos, ua gallo, tres guineas, tres 
micos, uueve tórtolas de diferentes clases y un perro. 

El ejemplar que más ha excitado la curiosidad, es 
una enorme serpiente boa, que tiene más de seis me- 
tros de largo, remitida por el capitán general de Filipi- 
nas, Sr. Terreros. 

La serpiente viene encerrada en una endeble Jaula 



Todo el viaje le ha pasado adormecida. 

Cada veíí que come este fiero animal— que suele ser 
de quince en quince dias — devora un cerdo de cinco á 
seis arrobas, que hay necesidad de meter vivo en la 
jaula. 

Distingue á la persona encargada de cuidarla— que 
en Filipinas era uno de los ordenanzas del Sr. Terreros, 
y cuando no es éste ei que le lleva la comida, suele em- 
berrenchinarse. 

Esta serpiente fué cogida y criada en una de las pro- 



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vincíaa del interior de Filipinas, por un capitán de in- 
fantería de nuestro ejército, el cual se la reg-aló al capi- 
tán g^eneral. 

Los naturales indígenas de Filipinas, excepto los mo- 
ros, asistieron á misa el domiogo 15 de Mayo, de madru- 
gada. 

Han sido retratados por el fotógrafo Sr. Debas. 

A fin de que los filipinos tengan cómodo y decorado 
alojamiento, se han pedido al director general de Admi- 
nistración Militar ocho tiendas de campaña de oficial 
donde serán instalados. 

El director del embarcadero del Retiro, ha puesto á 
disposición de los naturales de Filipinas, el vapor y lan- 
chas del estanque grande, para que se pasearan en ellas. 



La comisaría regia ha publicado en los periódicos el 
higuiente aviso: 

«Próxima la celebración en esta corte de una Exposi- 
ción general de productos de las islas Filipinas, la co- 
misaria regia encargada de disponer aquel certamen 
verá con especial satisfacción que los particulares resi- 
dentes en Madrid y poseedores de objetos curiosos ó ra- 
ros, procedentes de aquellas provincias occeánicag, con- 
tribuyan con su presentación á hacer más notable dicha 
solemnidad. 

Al efecto, y por conducto de la prensa, dirija al pú- 
blico madrileño que en el citado caso se halla, la más 
expresiva invitación, debiendo hacer constar para ge- 
neral inteligencia, que en el alarde á que se alude, sólo 
han de ser exhibidos los productos materiales de las pro- 
fesiones é industrias ejercidas en los pueblos que viven 
bajo la protección del gobierno general de Filipinas, las 
manifestaciones debidas á su actividad intelectual, las 
•que revelan sua tradiciones, usos y costumbres y las que, 
en fin, determinen el grado de progreso que hubiesen 



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alcanaatlo en el orden moral y en los diverws ramos dtl 
saber humano. 

Tomailas todas lag disposiciones necesarias para el 
recibo, instalación y devolución de los objelos que los 
particulares presenten al certamen, los que correspon- 
dan k la invitación de la comisaría, se servirán dar cuen- 
ta á la misma de su propósito de concurrir al certamen 
para los oportunos efecto?, en la sefruridad de que nin- 
gún quebranto habrán de snfrir en sus intereses, y en la 
de que todos los gastos de trasporte y devolución de lo- 
que exhiban será de cuenta de dicha comisaría.» 



El viernes 13 de Mayo por la noche fueron al teatro 
de Apolo. 

El popular empresario Sr. Ducazcai, con la genero- 
sidad y esplendidez que le distingue, paso á disposicióit 
del comité ejecutivo las localidades necesarias. 

Las mujeres vestían larg-a falda de vistosos colores y 
manteleta de fiDÍpimo lienzo, luciendo en la cabeza ra- 
mos de claveles. 

Excepto loa moros que vestían el traje de su país, los. 
demás filipinos llevaban los trajes peniniularcs que les 
fueron comprados en Barcelona, 

Ismael Alsate, el simpático intérprete de los ígorro- 
te?, lucia en sn ^orra -de visera las insignias del país, 
que le distint^uen como jefe de una de las rancherías su- 
misas, y cuyo distintivo consiste en la lanza, hacha y 
cuchillo entrelazados. 

Las personas que acompañaban á los filipinos tuvie- 
ron el cuidado de advertirles que allí debían estar en si- 
lencio, lo cual algunas veces no solían cumplir los fili- 
pinos, k quienes ha producido sorprendente efecto cuan- 
to vieron. 



El 14, muy temprano, fueron á misa á la iglesia délo» 



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Jerónimos, y por la noche al teatro de Variedades, cuya 
empresa invitó á la colonia filipina por conducto del co- 
mité ejecutivo. 



Las innovaciones hechas en ei edificio que sirvió para 
Exposición de minería y las obras de instalación conti- 
núan activamente, y no pasa diasin que lleguen nuevos 
elementos á enriquecerla gran colección de proauctos 
riquísimos del archipiélag-o filipino. 

Entre los muchos objetos desembalados el 13, fig'uran 
tres cañones, dos de ellos de los moros de Joló; éstos no 
tienen ruedas y sí una especie de pincho que se clava 
en tierra para efectuar los disparos. 

El tercero de estos pertrechos de guerra es un cañón 
fundido en Filipinas en mil seiscientos y tantos. 

Dos enormes lanzas muy parecidas á nuestras ala- 
bardas y varias muestras de pólvora y cartuchos, ya 
construidos, fueron ei H colocados en algunos .ana- 
queles de la sala de Guerra y Marina, á cargo del coro- 
nel de artillería Sr. Mesa. 

Hay también unas grandes balas de piedra que da- 
tan nada menos de cuando llegaron los españoles & Fili- 
pinas. 

Pero si curiosos son estos objetos, no lo son menos los 
cráneos y huesos recibidos de Manila, que proceden de 
indígenas de las Carolinas, las Marianas y demás islas 
que forman parte de aquella Antilla. 

Ei estanque grande de la Exposición está ya termi- 
nado. 

Algunos modelos de Bajai están terminados, y den- 
tro de un plazo muy breve comenzarán á construir laB 
demás con la gran cantidad de ñipa recibida. 



Hemos tenido ocasión de ver los objetos que presenta 
nuestro amigo el director general de A<hninisíración de 



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aqufii;i3 lilas, D, Vicente Barraníes, que Jlamarán gran- 
dernenie la ateoctón, míis que por su número, por ati 
trascendeacia artística y literaria. Ka el primero un tríp- 
tico de purísimo estilo gótico dei sig-lo XIII, de metro y 
medio de altura por 85 centímetros de latitud, esculpido 
en madera de alcanfor y tindalo por D. Isabelo Tampi- 
nco, uno de los artistas máa distinguidos de Manila. Está 
inspirado en los mejores detalles del baptisterio de Flo- 
rencia, y así las inscripciones góticas de su dedicación 
[pues fué inventado por nuestro amigo para retratos de 
familia), como las cenefas de acanto, los rosetones, las 
ornacinas, las volutas, etc., son un modelo de gracia y 
delicadeza. La repisa, que representa en una rama del 
clásico acanto un nido de palomas lleno de pclluelos, ha 
. padecido bastante en el viaje. Algunos la prefieren al 
tríptico mismo, por su extraordinario mérito. 

También presentará el Sr. Barrantes dos tablas del 
siglo pasado, con los retratos de Legaspi y Magallanes, 
en sus trajes y actitudes legendarias en Filipinas, que 
boy pretende alterar el arte con dudoso acierto. Baste 
decir que estos retratos son iguales á los que existían en 
el ij'untamienfo de Manila, y aunque menores en tama- 
ño, quizás de la misma época, que fueron destruidos por 
el terremoto de 1863. Confrontan igualmente éstos que 
veremos en la Exposición con los que publicó el francés 
Mallat en el Atlas de su Hisioria de Filipinas (Parísi 
1846) que indudablemente fueron copiados de los del 
Ayuntamiento. 

Una colección de poesía popular tag.ila será objeto 
de interés para los aficionados á estos estudios, pues pone 
tan de relieve las calidades del genio y fantasía indíge- 
nas, quemultitud de fenómenos históricos y antropológi- 
cos acaso pueden hallar su explicación en estos corridos 
(que así se llaman en Filipinas á los romances y relacio- 
nes de.stiiiados á ía lectura del pueblo, que es muy afi 
clonado á ella.) Los más notables, ya por su mérito lite- 
rario, ya por su relación con nuestras leyendas y libros 



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60 
óe caballería, esién encuadernados con su traducción res- 
pectiva hecha ai pie de la letra en los casos que ha eido 
posible, para que pueda apreciarse bien el espirita y el 
texto del original; j los menos importantes, encuader- 
nados en tomos, van precedid&i:j de un examen ctitico, 
obra de los Padres Hevia, Moreno y Rodríguez, tres de 
ios primeros tagalistas que cuentan respectivamente las 
órdenes de Sanie' Do mingo. Recoletos y Agustinos. 

Es posible también, si hubiera tiempo para encua- 
dernarlos decorosamente, que en el ramo bibliog-ráflco, 
en que es una especialidad nuestro amigo el Sr. Barran- 
tes, y que ie ha llevado á his Academias de !a Lengua y 
de la Historia, presente una colección de crónicas y li- 
bros antiguos del país, otra de vocabularios y gramáti- 
cas de los principales dialectos qae en él se hablan, y 
otra casi completa de Balanzas tnercanUles desde que 
empezaron á redactarse, en 1837, por cuya razón están 
las primeras inéditas, y nuestro amigo las posee manus- 
critas. Esta presentación, asi como la de algunos paisa- 
jes y cuadros de Filipinas, dependerá también de que las 
corporaciones ó particulares de allá no envíen coleccio- 
nes, mejores, como pueden hacerlo. 

LA. MOKA BASALIA 

Ha fallecido la mora Basaba, la más joven de b¡« dos 
que han venido á la Exposición de Filipinas el 26 de 
Mayo. 

Basalia tenia treinta años, era natural de Joló y esta- 
ba casada con Buton-Bason. 

Basalia era una de las mujeres de la colonia que con 
más facilidad hablan conseguido aprender bastantes pa- 
labras del castellano. 

Los castilas y las mirivellas — que asi llaman los in- 
dígenas á cuanto es para ellos desconocido — cansaban á 
Hasalia gran admiración. 

Desde q'ie la joven mora salió de Jaló, se sintió en- 



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70 
ferrua, aumentando !a dolencia á medida que cambiaba 
de clima, tomando el carácter de un fuerte catarro á los 
pocos días de llegar á Madrid. 

A pesar de loa quejidos de la enferma, I03 moros no 
avisaron h ninguna de las jiersonas que en e! recinto de 
la Exposición están & su cuidado. 

Toco después de las nueve, Ismael Alsate penetró en 
el barracón que los moros habitan: y al observar el peli- 
gro en que Basalia se encontraba, lo primero que se le 
ocurrió fué preguntar á los hombrea si querían que ae la 
bautizase. 

Los moros se opusieron, colocándose en loa últimos 
momentos alrededor del lecho, y murmurando al oído de 
la enferma las oraciones que acostumbran en casos tales. 
Tan pronto como espiró, Buton-Bason descolgó de la 
pared un espejo, desenvainó su machete, y loa colocó 
sobre el cadáver, en unión de su lanza de combate y la 
de su compañero Oto Jadcaqui. 

Después se consagraron á las expansionea del festín 
de la muerte, saboreando cigarros puros y pidiendo á 
los guardias civiles y demás personas allí presentes que 
á todos se les sirviese chocolate y licores, para celebrar 
el vi^Je de Basalia, siendo estos deseos satisfechos cum- 
plid;! mente. 

iluéstranae sumamente agradecidos con las personas 
que han acudido á visitarios, pidiendo con insistencia á 
los individuos del comité ejecutivo les adelanten alguna 
CHUtiiUul de sus Uaheits pura hact f ül).?eL|UÍ03 á cuantos 
han acudido á enterarse del estado de Ba^Miliii, cuyo ca- 
dáver, después de lavarle dos veces, ruciarle con polvo.s 
de arroz, tapándole la nariz y oídos y vestirle de blanco, 
han envuelto en un lien;io de nueve metros, que atado 
fuertemente, fué conducido en un furgón al depósito del 
cementeriodelEste,dondese ha verificado la inhumación. 
Dentro del lienzo han colocado un papel con e¡ nom- 
bre de B'isaüii y la fecha en que ba muerto. 



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71 
No Ueg-aron á Madrid iiasta ei día 13 de Junio loa flli- 
pinos que faltaban, y el 14 todoa loa periódicos daban 
cuenta de su arribada en estas palabras: 

«El personal procedente de laa islas Filipinas que 
llegó ayer á Ma^irid con destino á completar la colonia 
de aquel ArchipiélasfO en la Exposición general de di- 
chas islas, se compone de dos matrimonios, uno natura! 
de Joló y el otro de Mindaiiao. 

Se llaman los maridos Buyon y Mendi, y las esposas 
Antnela y Burlón. 

Aquéllos hablan el castellano con alg-una corrección. 
Ademíts llegaron seis cigarreras y dos barquilleros. 
'Todos éstos se han instalado en la calle de la Cruz, Ínte- 
rin ae les dispone alojamiento en la Exposición.» 
Y anadian: 

«El comité ejecutivo de la Esposicióii de Filipioaa 
obsequió ayer tarde, 13 de Junio á los igorrotes con una 
res de cerda. 

Con tal motivo, aquellos individuos celebraron una 
animada fiesta que consiste en cantar y bailar alrededor 
de la vkiwiz.» 

La mayoría de loa igorrotes rinden adoración á Ca- 
iuiiian, Dios Supremo, y respectivamente á sos hijos 
Zumubi^ y Cabigat y ít sus hijas Banigan y Danugaii, 
k quienes suponen progeuitures del género humano. 

Adoran á la lluvia, como á divinidad bienhechora, 
con el nombre de P'iti, dirigiéndole frecuentes plegarias, 
asi comoá las diosas Liboiigon, Tibagon y Limonn, cu- 
yaa imágenes, talladas en madera, colocan en lugar pre- 
ferente en sus casas. Las llamadas ^a/ííac, Linian, Piit, 
/Sanean, Tatao, Banguiis, Oasiasoias, Batacayan, Ladi- 
bubw y Dalig, son divinidades inferiores, aunque muy 
respetadas, cala una de las cuales tiene sus particulares 
atributos. Las imágenea que aparecen con la cabeza en- 
tre iaa manos y los codos sobre las rodillas, son las mas 
•consideradas, porque representan la beatitud y el re- 
poso. 



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72 
El culto de estos dioses es privado, A veces se reúnen 
todos los individuos de la tribu alrededor de una ancia- 
na, especie de sibila ó agorera, quien hace sacrificios de 
búfalos ó jabalíes, unta de sangre el ídolo Aiiiio y finge 
que trasmite sus revelaciones, paralo cual practica ex- 
traordinarias ceremonias, invocando a¡ dios Caitínian, 
con grandes gestos, contorsiones y alaridos. Todos los 
concurrentes gritan enajenados, jamn, agitando sus ar- 
mas, cumplir y hacer ejecutar los mandatos del ídolo, y 
acaban por celebrar una monstruosa orgia, bailando y 
bebiendo hasta caer rendidos y á veces muertos. Nos- 
otros, dice el Sr. Montero y Vidal en su obra M archi- 
piélago Filipino, fuimos testigos de una de estas festivi- 
dades en que creímos ser víctimas de su exaltacii^n idó- 
latra, ó de su extraordinaria embriaguez, no logrando 
apaciguarlos hasta que oyeron dar orden de remitirles 
algunas tinajas de vino del país. Su bebida es el basig,. 
que hacen del mosto de la caña dulce. Sus alimentos, 
arroz, raíces, frutas, aves, jabalíes y vecados, 

EL PALACIO DE LA EXPOSICIÓN FILIPINA EN MADHIB 

A las últimas noticias, los trabajos para instalar la 
Kxposición de productos de estas islas, se llevaban íi ca- 
bo con bastante actividad. 

Vamos á. dar fe nuestros lectores una reseña del edi- 
iicio y de los jardines que forman el parque del mismo. 

Ocupa el palacio y jardines aquella parte del par(¡ue 
de Madrid llamado Campa grande, comprendida entre el 
paseo que desde la& norias del Sur del Estanque grande 
va á la Casa de Fieras, y una línea que pasa por la ria de 
patinar, limitada al Este por el paseo de carruajes y 
al Sur por el de San Antonio, que va desde la fuente de 
ia Alcachofa á la del Ángel Caídj. La superficie es de 
nueve hectáreas y los acciáputes que el terreno ofrece 
«ontribuyen á que el aspecto general sea más bello. 

El palacio, que tiene carácter permanente, mide 30.000 



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73 

pies de superficie. La longitud total es de 73,80 metros, 
28,75 8u anolio, contando con Us facliadas laterales, y 
26,70 en las crujías. 

La distribución interior es una galería central de 
N. á S.. de 18 metros de altura y 15 de latitud. Tres 
cnijias longitudinales por cada lado, de 8,90 metros de 
anchurii, interceptadas p(ir la aTiterior, sin más inter- 
medio que un corredor de 2,(0 que sigue la dirección 
de ésta, sirviéndola de apoyo. En ciida uno de lo-s knga- 
los se levanta un pabellón de 10,75 metros por 8,50, re- 
matado por balaustradas y protegidos por techumbres 
peraltadas de cerchas curvas á cuatro aguas. En el cen- 
tro de cada dos pabellones queda una pequeña logia. 

La galería central está sostenida por columnas de 
fundición de 5 metros de altura, terminadas en su parte 
superior por pies derechos de hierro laminado de 3,50 de 
alto, arrancando los arcos á 8'50 metros del suelo. Las 
demás galerías están sostenidas por columnas de hierro 
distantes entre si seis metros y con una altura de cinco. 

Dan ingreso al edificio dos pórticos flanqueados por 
pequeñas torres que sirven á la vez de contrafuerte. El 
pórtico N, está al nivel del terreno; pero á la fachada 
del Mediodía, que ea la principal, precede una escalina- 
ta de ocho gradas de mármol blanco de 15 metros de 
ancho, comprendidos los pedestales que la flanquean. 

Todas las fachadas del palacio acusan completamen- 
te la estructura ó disposición del edificio, siendo iguales 
respectivamente la de E. y O. y la de N. y S., excepción 
hecha del zócalo y de la escalinata. 

La fachada principal, consta de un zócalo ó basa- 
mento imitando sillería berroqueña sobre el que se le- 
vanta e! cuerpo del edificio. 

En la parte central hay un pórtico formado por tres 
arcadas sostenidas por columnas exentas, y flanqueado 
por dos contrafuertes ó torretas. A ambos lados del pór- 
tico, se encuentran dos galerías claustradas, cada una 
con seis ventanas de medio punto, las cuales correspon- 



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74 
den á las naves laterales. En los ánguloa hay dos torreo- 
nes con ventanas también de medio punto, que correspon- 
den á los pabellones de los ángulos dei edificio, los 
cuales terminan por bóvedas de rincón de claustro. 

Todo el palacio es incombustible, pues solo se em- 
pleó en él fábricii de ladrillo recocho y hierro. Descansa 
sobre una espesa capa de arcilla muy compacta, y la 
obra de cimentacióu eslA hecha con buen peaernai, cal 
de Valdemorillo que ya es un tanto hidráulica, mezclada 
además en la mayor parte de los puntos, con cal hi- 
dráulica. 

El resto de la fábrica es de ladrillo recocho y de 
ladrillo fino prensado, de Zaragoza, que se empleó en 
todas las punías de las fachadas eij qiia debe quedar al 
descubierto. Las cubiertas son todas de zídc y cristales. 

Kl estilo del edificio es renacimiento moderno cou 
influencias neo-grieg-aa. Toda la ornamentación, así en 
las claves impostas, archivoltas y cornisamentos, como 
en la crestería, son de barro cocido hecho en la fábrica 
de los señores Sautig-ós y üompañi'a, de Madrid, y todos 
los adornos de las pilastras enjuntasy entrepaños son de 
barro esmaltado (azulejos) hechos en la fábrica de la 
Moncloa. 

Los azulejos de la Moncloa, tanto por el color y es- 
malte, como por la composición del dibujo, recuerdan 
las mejores obr^s en este género de la cerámica españo- 
la ó italiana. La idea de aplicar el barro esmaltado á la 
composición rie la decoración arquitectónica que no se 
había hecho en Kspaña desde el siglo XVI, ha sido to- 
mada de la portada de Santa Paula de Sevilia y de las 
construcciones de ItaUa, especialmente de la Lombardia, 
en cuyo país fue muy genera! esta ornamentación en el 
siglo XVL 

Las cornisas y cresterías del edificio, son de yeso. La 
cubierta, las cresterías de los pabellones y los adornos 
de la armadura de hierro, son de zinc, fabricado todo 
por la compañía española Real Asturiana. 



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75 

En la parte central, y sobre !a escalinata flanqueda 
por dois pedestales de mármol decorados con grandes 
grifos, ee eleva el cuerpo central del edificio formado 
por un micho pórtico con arcos sostenidos por columnas 
adosadas, hechas de fundición y flanqueado por dos to- 
rreones destinados en lo interior á escaleras de serTicio 
y porterías. Estos torreones llevan en su parte superior 
bajos relieves aleg-óricos á las Bellas Artes. Las enjuntas 
de !os tres arcos están decoradas por barro esmaltado 
y con varios retratos. Termina esta parte central de la 
fachada por un g-ran frontón circular cubierto de cris- 
tales y decorado con adornos de zinc que cierra la bó- 
veda de medio punto formada por la nave central, vién- 
dose en su vértice el escudo de España. 

A. ambos lados del cuerpo central se halla una gale- 
ría claustrada, formada por seis arcos de medio punto, 
separados entre si por pilastras de ladrillo, y sobre el 
cornisamento de esta parte una crestería con fig-ura y 
jarrones, modelada al estilo moderno, 9i bien la idea y 
disposición está tomada de las que adornan los palacios 
de Salamanca, construidos en el sigilo XVI. 

Los entrepaños de las pilastras, las enjuntas de los 
arcos y el friso de la cornisa, están decorados con ba- 
rro esmaltado, formando grandes composiciones y con 
medallones ornamentales ó de bustos, de hombres céle- 
bres, hechos de ¡a misma materia. 

Terminan la fachada en sus estrechos dos torreones, 
correspondientes á los pabellones de los áng'uios del edi- 
ficio. Las impostas de las pilastras y las archivoltas de 
los arcos están decorados con ovarios, y en las claves 
cabezas de Minerva, tddo de barro cocido. 

Las cúpulas de esta cubierta de zinc están decoradas 
con adornos del mismo material en forma de crestería ó 
coronamiento. 

Bste es el edificio donde se ha de instalar la Exposi- 
ción de productos de Filipinas; y si él no fuese suficien- 
le para todas laíf instalaciones, hay además dos grandes 



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76 

edificios construidos de madera con techumbre de zinc, 
llamado anejo, donde pueden tener cabida muchos efec- 
tos hábilmente presentados. 

Bl parque consta de un jardín c en traí delante del pa- 
lacio y otros varios distribuidca hábilmente, con calles 
para el tránsito: en los jardines liay estatuas, fuentes, 
surtidores y asientos rústicos de madera. 

El pabellón^real esta situado frente al palacio y so - 
bre las rocas que forman la cascada sobre un lago arti- 
ficial. 

Pertenece su estilo el g:énero mudejar, y el techo, que 
es notabílisimo y , está pintado con exquisito primor, es 
un arreglo del que existía en el antiguo palacio de loa 
lleycS de León, copiado algunos a&os antes de su des- 
trucción por el arquitecto D. Iticardo Vázquez, 

La pintura de este techo, en cuyo centro existe una 
lazería octogonal árabe de mucho gusto, débese á los 
alumnos de la Escuela de Arquitectura. 

Consta el pabellón de un salón central de descanso, 
un mirador sostenido por columnas á imitación de los 
pabellones de la Pérsía moderna, situado en la fachada 
jirincipal, y iina|terraza en el costado opuesto que mira 
lia cía el lago. 

La cascada dicha forma en su desagüe un pequeño 
Ciinal que Ta á morir á la ria de patinar, la cual es de 
forma ovalada y de bastante extensión; sobre el canal es 
de creer se coluque el puente de caña y en la ría Toguen 
las banquillas y barangayanes tripulados por los indí- 
genas. 

Dentro también del parque hay un gran camaría 
para almacén ó depósito de efectos, cajonería etc., un 
bonito edificio para í-(J5/íiMríiwí y café y otro muy lindo 
para retrete de señoras y caballeros. 

El parque tiene dos entradas en las que se levantau 
bonitos arcos de arquitectura gótica y á ambos lados 
casetas para la Teata de billetes de entrada y catá- 
logos . 



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De Manila nos dicen lo siguiente: 

Hemos leiúdo ei guato de examinar una notable obra 
de arte que se destina á la Exposición de Madrid. 

Es ésta una bella escultura, y la forma el grupo de 
Santo Domingo y Sun Francisco, en 3ii encuentro en 
Roma, abrazándose. Las figuras, que son de poco máa 
de un palmo de altura, están perfectamente estudiadas 
y el ropaje bien entendido. 

El grupo está encerrado dentro de una artística urna, 
en la que pueden admirarae también labores de indispu- 
table mérito. 

Ha sido trabajada en el pueblo de Paete, de la provin- 
cia de la Laguna, que ya goza de justo renombre por 
los escelentes trabajos que en él se realizan. 

OBJETOS CURIOSOS 

Dícennos que la remesa de objetos que para la Expo- 
sición tíiipina ha remitido e! gobernador de la Paragua, 
es bastante buena, y contiene muestras de tejidos, pro- 
ductos de la tierra, artefactos y varios objetos curiosos, 
entre ellos bonitos pájaros y una hermosa culebra, 

PARA. LA EXPOSICIÓN 

Sabemos que un rico vecino de Bínondo envía á la 
Exposición filipina en Madrid, una pañoleta de pina 
en cuyo centróse encuentra bordado el busto del Rey 
D. Alfonso xn (q. g. h.), rodeado de una corona de lau- 
rel, y entre las ramiis de éste, una cinta con inscripcio 
nes alusivas al Monarca Pacificador. En las cuatro pun. 
tas de la pañoleta estén bordados los castülos y leones 
deí escudo de España. 

Dicese que el trabajo está apreciado por una borda- 
dora de la Ermita en 500 pesos. 



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MUY NOTABLES 

Los frabajoa que para la Exposición de Filipinaa pre- 
senta la Sección 4/ de la Comisión central, son muy no- 
tables, especiaimente en ei grupo de modelos de embar- 
caciones, trabajados muchos de ellos en el arsenal de 
Cavite. 



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CAPITULO 111 

OBREIiVACIOKEy ACííHGA DLL AIIACA QüE ES UNA RE LAR MÁ* 
IMPORTANTES PRODUCCIONES DE FILIPiNAM 

Una de laamucJias noTC'lades que ae presenlnrán al 
público en la próxima Exposición de productos filipino?, 
serán 50 ponoa de abacá, segunda producción de aque 
llas}islas, representada por término medio de unos 8 mi- 
llones de pesos su valor, cuyo ingreso por derechos de 
exportación es la cuarta parte de la recaudación total 
del presupuesto anual de aduanas. 

En España so» contados los industriales que conocen 
aquel filamento: los franceses poco uso hacen de aquel 
producto, que le dan el nombre de se4a vegetal, debido' 
al brillo sedoso de la fibra. 

Los ingleses y americanos son los extractores del 
abacá filipino, que los naturales llaman biindala. 

La planta del abacá es una especie de plátano indíge- 
na, en el Archipiélago, muy parecido al plátano comes- 
tible — Musa paradisiaca— que es uno de los vegetales 
más útiles de los trópicos, y conocidos por cultivarse en 
algunas estufas de los jardiDes de Europa. 

La del abacá pertenece ai género de las herbáceas; 
el tallo, tronco en apariencia, lo forman los peciolos de 
las hojas, que aparecen de forma semilunar en corte 
trasversal, envolviéndose recíprocamente y recubriendo 
el eje central de la inflorescencia que es muy delgado. 
Los hacecillos fibrosos del Uber abundan, y por esta cua- 
lidad se usan para atados. Como materia textil ee supe- 
rior á todas las conocidas hasta el dia, incluso el decan- 
tado ramio, por exceder en resistencia, ligereza, fuerza 
de atracción y baratura al cáñamo de Rusia, sin necesi- 



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dad de loa cuidadoa en au cultivo y operaciones para. 
tíu trasformación como es indispensable al ramio, plan- 
ta que también se da en Filipinas expontáneameate. 
y cou triple desarrollo que la presentada en Madrid por 
lo^ propagandistas de su cultivo en la Peninatila. 

Ha sido la planta del abacá muy codiciada por ingle- 
sea y americanos para aclimatarla en sus posesiones 
orientales y proceder al cultivo, evitándose cuantiosos 
gastos que l^s representa el exportarla de Filipinas; 
hasta hoy no les fué posible por ninguno de los procedi- 
mientos que han empleado; el abacá, la Providencia io 
destinó para Filipinas exclusivamente, con ]a particulari- 
dad especiaiíaíma que aun en el Archipiéiago no se da 
más que en las provincias orientales, donde las lluvias 
aon frecuentes y abundantes; en las provincias del Nor- 
te y del Oeste, fué también imposible aclimatarlas, no 
alcanzando las plantas ni dos pies de altura. 

La provincia privilegiada de esta producción es la de 
Albay, situada al Sur de ia isla de Luzón, localidad en 
la cual, en buena explotación, produce al año por térmi- 
no medio 330 quintales por quiñón, ó sea 117 por hec- 
tárea, con una longitud la ñbra de cuatro metros, y aun 
de diez varas hemos tenido ocasión de apreciar filamen- 
to, con la particularidad también, que la cosecha no se 
interrumpe como en otros cultivos, es anual, sin época 
determinada, más que la de secas, por ser ventajosa al 
blanqueo, ni se abónala tierra obteniéndose la primera 
materia desde el mismo momento que se cosecha; cir- 
cunstancias todas que no reúne ninguno de los filamen- 
tos conocidos. 

Si el producto del abacá es desconocido en nuestra 
industria y comercio desg-raciadamente, la planta lo 
es de la mayoría de las personas que han re.sidido 
en Filipinas, y su beneficio ó forma de cosecharlo, de 
machos también en las mismas provincias abacalerag. 
por ser un trabajo que se practica ea el interior de 
los montes y á grandes distancias de poblado; se puede 



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81 
asegurar hay personas naciiias en esas provincias, que 
no conocen el abacá, más que por los fardos que condu- 
cen las carretas á loa almacenes de depósito para su em- 
barque. 

Pues bien, en el Retiro de Madrid ae ha instalado, en 
el recinto destinado para la Exposición de productos 
filipinos, un plantío de cincuenta arbustos de abacá de 
diferentes tamaños y estado de desarrollo, que remite 
D. Ceferino df Aramburu, propietario y el mayor cose- 
chero agricultor de la provincia de Aibay, plantas con- 
venientemente acón dicion altas en pipas g'randes, con la 
misma tierra en que se han criado; y para que todo sea 
conocido y apreciado enuia un indio, llamado José Na- 
cido, beneíici'f.dor de oficio, inteligente trabajador, que 
practicará ante el Jurado y señores ingenieros las ope- 
raciones del beneficio de aquellas plantas, con teíar y 
útiles necesarics que se usan en ei país para esta clase 
de trabajos agrícolas. 

El Sr. Aramburu remite Memorias sobre el cultivo y 
beneficio, y además varios fardos de abacá lupiz, prime- 
ra y seg-unda clase superior; mjdflo de prensa para el 
empaque de aquellos fardos; tejidos y efectos confeccio- 
nados con el filamento de la provincia. 

Los propósitos dfl Sr. Arnraburu son muy laudables; 
pues á más de dar á conocer la planta y sus variadas 
fibras al comercio é industria, présenla al estudio de los 
señores ingeiiierus agrónomos é iU'lustriales la forma 
actual del beneficio, que puede m-jorarse muchisimo, 
pues indudablemente debe existir ;tlgún procedimiento en 
Ja ciencia, tan adelantada en U mecánica, por el cual 
se ahorren brazos, economicü tii^mpu y evite las inmen- 
saa pérdidas de filamento, que se calculan en un 70 por 
100, debido á la imperfecta opera -ion con la cuchilla, 
corte de la saja, más de un p^lmo, en su parte más con- 
sistente, por la dificulta 1 del ind'o eu rastrillar á brazo, 
i. causa de la dureza, y otra no me i is importante pérdi- 
^da de la parte carnosa botada a! sacar del pono la capa 



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exterior, porque de esta carnosidad se puede extraer, 
por otro sistema de menos presión, un finísimo filamen- 
to flexible, sedoso y brillantísimo para aplicarlo á la in- 
dustria, y con él se resuelve uno de los problemas más 
estudiados por ¡ntelig:entes industriales para su apiica- 
cación inmediata á los tejidos de todas clases. 



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CAPITULO IV 

¿QUÉ RAZAS PUEBLAN Á FILIPINAS, CAKOLINA.S, PALAOS Y 
MARIANAS? ¿DÓNDE ESTÁN" alTüADAS LAS TREB ÚLTIMAS? 
¿CUÁL ES EL LENGUAJE, USOS Y COSTUMBRES DR SUS HA- 

■ HITANTES? 

Con ei objeto de satisfacer la curiosidad de los que 
visiten la Exposioión damos aquí una reseña de las razas, 
usos, costumbres y lenguaje de cada uno de los dife- 
rentes grupos de filipinos que hay en la Exposición, asi 
como también una descripción de las diferentes locali- 
dades de donde proceden, 

(JUÉ RAZAS PUEBLAN LAS ISLAS FILIPINAS 

En anteriores capítulos del tomo primero ya dijimos 
que una multitud de razas y mezclas de raza. La aborigen 
ó autoctonaeslaraza fflcíffl ó Mí^í-íía (1), que cuando la 
tagala conquistó las costas de las islas Filipinas, se refu- 
gió en las montañas del interior que corren de Korte íi 
Sur. En estas montañas están también los igorrotes de 
raza más robusta y fina que los aetas. Y los tagalos, raza 
que dominaba cuando los españoles descubrimos este 
archiélago, venida de no sabemos dónde, ora de la pe- 
nínsula de Malaca, ora de la América Meridional. Hay 
en Filipinas otra multitud de razas y mezclas de to- 
das las que la pueblan. Hay chinos en gran cantidad 
y mezclas de éstos y japonés, y de toda clase de euro- 



• (1) Ed lengua tagala Iclitim, negro, de donde toma ori- 
gen la palabra níí II. 



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84 
petó, y en particular españolea, que son f 
aclualiaente (1). El P. Zúüig'a, uno de los historiadores 
de Filipinas, dice de ios tagalos, que éstos son de regu- 
lar estatura, color aceitunado, ojos grandes, naría cha- 
ta y pelo lacio; y coaao éu su idioma liay muchas pala- 
bras comunes al de Nueva Gainen, islas del mar del 
Sur desde Madag-ascar k Filipinas, y por consiguiente, 
que los tagalos sou originarios de !a América del Sur ó 
Meridional. Y como en el primer capitulo, tomo primero, 
dijimos ya dónde están situadas las islas Filipinas, pasa- 
mos á 

MINDANAO 

Mindanao, que es la isla máa grande de las islas Fili- 
pinas después de la de Lazón, está dividida en dos par- 
tes desiguales por el istmo de Misamis. La oriental es 
más grande, la occidental más pequeña y recortada, 
fete istmo tiene 44 li2 kilómetros de mar á mar. La 
isla de Miudanao tiene la particularidad de que todos 
sus ríos son navegables y de que uno de sus dos más 
principales', la corre de uu estremo á otro, como es el 
Agusáij que va de S. á N. por entre dos cadenas de 
montes paralelos de la parte oriental de la isla, y siendo 
navegable en iodo su curso, que es de B78 kiiómetros 
desde su nacimiento en el seno de Davao, entre los 7° y 
7° 30' de latitud, hasta la ensenada de Butuán en la cos- 
ta Norte. Con este istmo de 44 1(2 kilómetros y un rio 
navegable que atraviesa á toda la isla, es fácil concluir 
de someter á los moros de las sultanías de Míitingcahuan, 
Bagoiqued y Bouyan, y loa datos de Uto, Calocolan y 
el antiguo Selaugaui, Bastarán algunos barcos cañone- 
ros que amparen & nuestros misioneros, en el interior de 
la isla, en la pacificación y población de toda eila, y la 

(1) Españoles sin carácter oficial, 13 265. Ejército, 14 515. 
Armada, 2.924. Exlraujeroa. 31.175. Cliiuos, üy.707. Y el se» 
tanpocjalos españoles es la causa principal de ao estar 
máa adelantado aquel hurmoso Arcbijiiela^o. 



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85 
construcción de un fuerte en cada uno de los dos extre- 
mos del istrau de Misamis, y algunos mes que lo prote- 
jan en toda su extensión de441{2 kilómetros, que es bien 
corta. Vencidos como han sido aliora por el g-eneral Te- 
rreros y firmada la paz, es la ocasión más propicia para 
afirmarlo con las medidas que acabamos de proponer, ó 
con otras mejores que acuerden los ministros de S. M. 
De cualquier manera no hay que descuidar esta cues- 
tión porque si no se pone pronto remedio, volverán los 
moros de este país á las andadas. Los padres jesuítas de 
la mísiónrde Mlipinas, en las cartas que iian publicado 
en 1879, dicen de ellos lo que la historia demuestra y lo 
que de nueí-troa temores del porvenir hay de cierto. 

RAZAS QUE PUEBLAN LA ISLA DE MINDANAO (1) 

Los habitantes de color de la isla de Mindanao, son 
aeias ó negritos y malayos. Los primeros, refractarios á 
la civilización, huyen de las poblaciones, haciendo vida 
errante y vag:abunda por el interior del país. Los segun- 
dos son mes suceptibles de sociedad. 

Entre los mismos malayos, unes viven en los bcs- 
qnea y son salvajes; otros son mahometanos y otros 
cristianos. 

Malayo-Mahometanos. — Habitan éstos hacia el S. E. 
de la isla, entre el istmo de Pujaga y el Cabo de San 
Aguatin, á orillas del seno de Davao, en la isla de Sa- 
ma!, en las márgenes del Pulangui, al O. de Malalag, 
playas del seno de ISarangani, costa S. yS. O,, hasta el 
citado río Pulangni, en ia costa de la bahía lilana, en 
la bahía de Sindangén, en la bahía de Iligán y sus in- 
mediaciones, á orillas de la laguna de Buhayén y de los 
ríos que desaguan en ella, en el interior de la isl i al Sur 
de Misamis, y, en todos los alrededores de los sitios men- 
cionados, calculándose su número en unos 200.000. 



(1) Cartas de lOB PP. de la compañía de Jesús de lami- 
siÓD de Filipinas,— 1879. 



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Los moros de! Sur de Mindaiiao son desconfiados, 
suspicaces y altivos, üificilmente se conaig-rie que sean 
precisos en sus conversaciones y que cumplan sus tra- 
tos, pues lo eluden con mil subterfugios. La MsAara, 6 
conversación, les entretiene agradablemente horas y 
horas. 

Tienen p;ica afición al trabajo, y mucha pereza. 
Por regla g-fneral son de pequeña estatura y de 
miembros endebles. Su color es pardo cobrizo. Usan 
uii pañuelo arrollado á la cabeza, dejando libre la co- 
ranilla, y la punta de aquél sobresaliendo por un extre- 
mo, al estilo de los naturales del archipiélago malayo; 
chaquetilla de tela blanca ó de colores oscuros, que 
apenas llega á la cintura, y en vez de calzones gastan 
el patadióii, que lea cubre las piernas liasta las rodillas. 
Llevan faja, y los dattos y señores calzaa babuchas. 

Las mujeres son poco agraciadas; visten un sencillo 
traje talar sujeto por debajo del pecho. 

Hombres y mujeres suelen andar completamente 
desnudos hasta los diez años. 

8u gobierno es patriarcal y despótico. El jefe de fa- 
milia ejerce autoridad suprema sobre todos los miem- 
bros de ella, incluso los de sus sácopes. 
Las mujeres pueden también reinar. 
B.a.y suUaies y di itos- Los primeros ejercen autori- 
dad sobre grandes comarcas, y gobiernan con el conse- 
jo de varios dattos, pero no son obedecidos por éstos sino 
en asuntos de común interés. 

El sultán y los dattos tienen sácopes ó subditos, y 
esclavos, que son quienes constituyen su principal ri- 
queza, pues cuidan sus haciendas, les surten de perlas, 
por cuya pesca perecen muchos de ellos prematuramen- 
te, y se baten á sus órdenes en las guerras, estando su 
vida y el honor de sus mujeres é hijas k merced del ca- 
pricho de su dueño. 

La poligamia existe de hecho, peio sólo entre loa 
picos ó bien acomodados que pueden sostener varias 



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87 
mujeres. Los sultanes y dattos tienen sepralloa, si bien 
no son muy celosos de sus concubinas, ni éstas grandes 
portentos de belleza. 

En cada ranchería liay un Panditd ó sacerdote. Su 
traje y turbante es blanco. 

La ocupación del Pandiii se reduce k leer ei Coran; 
cuyos ejemplares tienen en gran estima. Algunos datan 
del siglo XVI, constituyendo verdaderas joyas biblio- 
gráficas. Casi todos los Paiidiias verifican su peregrina- 
ción á la Meca. 

El pandiía tiene voz y voto cuando el consejo ventila 
asuntos de interés ó gravedad, y también toma parte 
activa en campaña. 

Entre los sultanes y daltos^ los Iiay bastante inteli- 
gentes, supliendo en lo más su extraordinaria sagaci- 
dad y agudeza á la falta de instrucción sólida. 
Son admiradores entusiastas del valor personal. 
Algunas rancherías del río Grande vÍTen en constan- 
te lucha entre sí. 

Son los moros de la parte oriental de un carácter (1) 
sumamente solapado, hipócritas, traidores, estafadores. 
Buspicacea, cobardes, nada serviciales y pedigüeños 
hasta la última expresión. Muy obsequiosos de palabra, 
pero nada cumplidos en k obra, desobedientes y holga- 
zanes; son, por lo tanto, una gran remora de la reduc- 
ción en este país. Se muestran tan obstinados á la gracia 
de Dios y tan aferrados á sus creencias, que es casi mo- 
ralmeute imposible su conversión al cristianismo. Los 
hombres visten camisa partida, calzones anchos, pa- 
ñuelo blanco ó colorado en la cabeza, van descalzos co- 
mo los indios, llevan cris á la cintura, su lanza en la 
mano y su tabaquera en las espaldas. Las mujeres vis- 
ten de blanco. Los dattos añaden al vestido de los hom- 
bres los botones en la camisa y el pañuelo, que no 



a PP. de la Compañía de Jesús de Filipí- 



y Google 



sueltan de la mano. Los que saben leer se llamau pan- 
ditas, y el maestro de los pxnditas se denomina Gura- 
íoa pandiías viwien á ser como los fiscales entre ellos. - 
AI sacerdote le llaman Saríp; cuando .rezan los pandi- 
íís, visten una camisa muy larga. Kl canduH sirve d« 
rosario entre ellos. Durante e¡ sambayang, tiempo en 
que celebran su pascua, di'ben permanecer todos en 
ayuno riguroso por espacio de siete díae, sin comer máa 
que una sola vez á la media noche, hora en que sor- 
prenden dormido á su Dios.' 

«Concluidos los siete días, se purifican tomando un 
baño g"eneral después del cual celebran el convite de la 
pascua, comiendo el poniím y sindo (clases de sopa) her- 
vidas cou aceite de coco. Dicho sambayang lo celebran 
en 3U propio lañyá^ que es la mezquita ó camarín donde 
ejecutan sus actos religiosos. Cuentan el tiempo, no 
como los mandayas, por lunas, sino como los cristianos, 
por días de la semana; asi es que al lunes le llaman 
sapto, ai martes ahat, y así sucesivamente, hasta el 
domingo, ishin, sarasa, arobaja, cammis y diammat. 
Bautizan á sus hijos con ag-ua, rezando conforme su rito,. 
y después de bautizado el niño celebran su convite. Tie- 
nen también sus novenas, en cuya función, que dura 
nueve días, después de haber tocado e! ágimg y reunida 
ya la gente, el ^ííííitííírt corta la cabeza á un pollo, ro- 
gando á Dios los Ubre de calamidades y enfermedades, 
rezando al tiempo de consumar el sacrificio estas pa- 
labras: (s.Bismil-la-herrae-mm'kerra-him.» Cortada ya 
la cabeza y colocada sobre el altarcillo debajo de un ti- 
zón encendido, adoran á su Dios. 

Les está terminamente prohibido, no digo ya el 
comer, sino hasta oler la carne de cerdo; desde el mo- 
mento en que ia huelen, creen que van á morir, por 
cuya razón, cuando se ven obligados á cocer su camote 
ó morisqueta en olla, la purifican primero, qo sea que 
haya entrado en ella manteca ó carne de cerdo, mur- 
murando durante la purificación las siguientes palabras:. 



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iÁl-lao7no siliíimohaTBm-'ind.» Lea está flsimisino ve- 
dada la carne de tortuga, más no ios huevos, que los 
consideran como frutos de lna playas. El casamiento 
entre los moros se verifica del mismo modo que entre 
los mandayas, con todas las mujeres que tomen; pu^ 
rige entre elloK también la polig'amia. Tienen cemente- 
rios en donde entierran sus muertos, y sobre la sepultu- 
ra, después de la inhumación del cadáver, colocan un 
tizón ái fuego sobre la cabeza cortada de un galio. Pa- 
gan tributos 6 pa//daiios á sus dailos respectivos, los 
cubiles lo exigen también á veces de los mismos manda- 
yas, y consiste en la entrega de un ja'ol, un ioloc y 
veinte garitas de palay por cada casado. El daílo es 
entre los moros quien arregla los pleitos de sus sáco- 
pes, exigiéndoles por servicio real por peso. Cuando las 
diferencias median entre dattos de dií-tíntas jurisdiccio- 
nes, esas se componen entre los embajadores ó Tumin- 
ffun de ios dos dattos. Cuando do se avienen las partes, 
y el negocio lo vale, apelan á la guerra. La usura rige 
de una manera inconcebible entre ellos. Sus costum- 
bres en el arreglo délos pleitos son, poco más órnenos, 
como las de los mandayap. Lo mismo decimos acerca 
de su creencia en el canto del Limoco. Su comercio 
consiste en cera, balate, carey, almáciga, petates y biao. 
Admiten la moneda, pero está muy en boga la permu- 
tación. La escritura, parecida al árabe, es exclusiva de 
su ritual. Se circuncidan entre elios hombres y muje- 
res, y aun loa esclavos y demás de otra ranchería, sean 
quienes fueren, que hagan vida común con ellos. Las 
autoridades se componen del Tuan o gohemactorcillo, y 
su mujer Dayandayan; de! Cuano ó teniente; Ladiamu- 
dá ó juez primero; iV'íCttrfff ó juez segundo; Timuay ó 
juez tercero; Sangalia ó alguacil; Baguadato ó princi- 
pal ó cabeza, y Marad-diadindi 6 primogénito de ca- 
beza. 

Las armas de los moros, de que nunca van despro- 
vistos, son: el eampilan, sable largo de ancha hoja, muy 



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90 

afilada y de puño, semejante al yatag-árt indio, con pe- 
nachu de pelo; el cHs, machete corto, de hoja inág es- 
trecha, caai siempre flameada, con siete y más ondula- 
ciones, cuyo puño es de marfil ó hueso y madera; pu- 
ñal de igual forma, y el bolo, las flachas, y laa armas 
de fuegt) que se proporcionan. 

Más al interior de Mindanao existen muchos peque- 
ños e.-stadü3 ó pueblos g-obernados por sus respectivos 
dattos, sin que reconozcan la supremacía de ningón 
otro, y careciendo de enlace su régimen feudal, única- 
mente se unen para defender su independencia. 

LAS MARIANAS 

Las islas Marianas, una vez abierto el canal de Pa- 
namá, tienen uo porvenir briüante, 

listas islas están situadas eu el Pacifico oriental ó 
mar del Sur sobre ¡os 145" de longitud, á ios 17° del es- 
trechos de San Beruardíno, en dirección al liste de Lu- 
zón. Trocaron su antiguo nombre de las islas de San 
Lázaro con que Magalíanes ias bautizó, cuando ai fin de 
tantos afanes las descubría el dia de San Lázaro, víspera 
de Pascua florida, el 22 de Marzo de 1521, por el de Ma- 
rianas en honor de ¡a Reina doña María Ana, esposa de 
Felipe IV, que tanto hizo por ellas sufragando los gas- 
tos del envío de utia misión de jesuítas, y dando ade- 
más la suma de 3.000 ducados anuales con destino á un 
colegio de enseñanza y 21.000 más para el sostenimien- 
to de dichas islas. Esl^a misión llegó á ia isla de Gua- 
yan el 15 de Junio de 1868, y el pa'lre superior de 
ella, Diego Luis de Sanvitores, natural de Burgos, acom- 
pañado del capitán Ksplana y varios soldados, des- 
pués de reducir al catolicismo á gran número de indios y 
bautizar las islas con el nombre de Marianas fué asesi- 
nado. Después se mandó en 1674 al capitán Esplana al 
frente de algunos soldados y más misioneros y tomó po- 
sesión de estas islas, no interrumpida desde entoncea. 



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[Cuánto trabajo! ¡cuánto gacrificio le ha costado á 
España descubrir, poblar y civilizar aquellas islas y 
abrir al comercio humano aquellas vías marítimas! El 
tiempo agradecerá cada dia más el esfuerzo sobrehu- 
mano que para conseg-iiirlo hizo la raza española duran- 
te los sig-los XV, XVI y XVII. 

A los iudífí-enos de las Marianas (1) se les dio el nom- 
bre lie Chamorros, porque llevan !a cabeza rapada, y que 
es la sig^nificación de esta palabra en portugués. No 
son de carácter belicoso, y aunque en diferentes épocas 
se han amotiuado, no ha sido difícil el reducirlos con 
prontitud á la obedieocia, hasta que en 1884 un soldado 
indígena, conjurado con otros de la g-uarnición, asesinó 
al gobernador Sr. Pazos, No tenían estas islas hasta 
entonces más medio de comunicación que un buque co- 
rreo al año, pero al verse sus autoridades precisadas á 
llevar la triste nueva del asesinato del gobernador pri- 
mero á Yap en un mal bote, no sin riesgro de los tripu- 
lantey, y aiU fletar un paiieb it que los llevase á Filipi- 
nas, el gobierno comprendió ía necesidad de establecer 
un servicio de vapores que hicieran cuatro viajes al 
año. Mas se vio pronto que eran pocos, y se ha estable- 
cido un viaje mensual ó sean doce al año, 

Don Felipe de la Corte ha escrito una Memoria des- 
criptiva é histórica de las islas Carolinas, que es muy in- 
teresante y en la cual se dice que llama la atención de 
los viajeros, especialmente en Timian, de varias pirámi- 
des cuadrangulares, truncadas, de seis metros cuadra- 
dos de base, uno y medio de diámetro, y cuatro y me- 
dio de altura, formadas por hileraa de piedra unidas con 
morteros de arena y cal sin cimiento, á las que Uannan 
los indígenas Casa de Taga^ nombre este de un cacique 
de ia isla que dicen tenía su morada encima de las pirá- 
mides y eligiendo á una de ellas para dar sepultura á la 
más querida de sus hijas, y que, efectivamente, el 



Montero y Vidal. 



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92 
mismo Don Felipe de la Corte afirma haber hallado luie- 
pos hamaiiüs en una de estas columnas. Sea esto ó no 
exacto ó que se deba la conatrucción á los japoneses, 
ó que estas cohimnas sean simplemente ruinas de las 
antiguas moradas de los indios, que dicen construían 
sos casas sobre pilares de mampostería, ello no deja de 
ser prueba que en otro tiempo hubo alli mayor civiliza- 
ción que cuando las descubrió MagraUanes. 

LAS CAUOLINAS Y LAR PALAOS 

Las Garnlinasy Palaos están situadas desde el Ecuador 
hasta el ir de latitud, y desde el ISS" hasta el 164'delon- 
ffitud del meridiano Greenwich, seífúii ha quedado re- 
conocido por Alemania é lufí'líiterra desde la mediación 
del Papa. El piloto español Ü. Francisco Lezcano abor- 
dó la isla de Yap, dejó allí los misioneros filipinos que 
conduela á bordo y que el gobierno español, prosiguien- 
do la obra de pacificación y población de aquellas islas, 
enviaba. Y en honor del Rey Carlos II, que reinaba en- 
tonces, se les puso el nombre de islas Carolinas. Un tro- 
ció de ellas continúa, sin embargo, llamándose Pahos, 
que es el que !e han puesto sus naturales. I,a importancia 
de estas islas, como hemos dicho anteriormente, es gran- 
de porque se prolong-an por el Pacífico, ocupando en 
longitud 450 leguas, y en latitud desde los 2° á 7" N, ó 
sean 100; de suerte que con el mar que rodea á dichas 
islas vienen á tener una extensión de 45.000 leguas cua- 
dradas. El archipiélago carolino lo forman 48 grupos de 
islas, sumando entre todas las reconocidas ha^ta ahora, 
SOO (1]. Juzgúese cuando es(en pobladas, desenvuelto su 
comercio, industria, artes y agricultura, y poseyendo 
una escuadra estacionada en sus puertos, si será posible 
que rivalicen con España las dem&s naciones en ai Pací- 
fico y el Indo -Chino ódejen de tomarnos en cuenta ento- 

(1 Que con lae 1.100 que tiene Filipinaa y laa del grupo 
de las MarianB.", pasan de 2.000 las islas que poseemos alli. 



y Google 



93 

das las cuestiones que puedan afectar aquellas latitudes. 
He visitado las Caroliuas, dice Jacque^ Araf^o. He vi- 
vido con este pueblo niño, que no uda otras armas de 
guerra que bastones,j]i otra defecsa que la oración, ni 
otro refugio que el Oocéano, desafiando sus olas embra- 
becidas en piraguas tan rápidas como albatros, el lla- 
mado pájaro de la tempestad. Estos paciíicoa insulares 
sobresalen en la fabricación de una multitud de utensi- 
lios de bambú, de coco y de carey. Obedecen á un cierto 
número de jefes llamados Tamor, de entre los cuales al- 
gunos mandan como Reyes á muchas islas á la vez. 

La historia que hay de las Carolinas es del padre mi- 
sionero Cantova, el cual nos dice que los carolinos son 
marineros atrevidos, que muchos de ellos le explicaron 
la situación de ¡as islas del Archipiélago por medio de 
pequeñas conchas. Que según sus indicaciones, las Caro- 
, linas se extienden desde el 6' y 11° grados de latitud 
Norte. Su dialecto es muy variado; procede del hebreo y 
del árabe y, según otros misioneros, es más bien oriun- 
do del japonés y malayo. 

Los juegos y diversiones se limitan á bailar, á nadar, 
á manejar la íaiiza y la honda. Los indígenas se bañan 
tres veces por dia: al salir el sol, al medio dia y al caer 
la tarde. Los hombres y las mujeres hacen por separado 
suíi abluciones, y no están nunca enteramente desnudos. 
Las mujeres saben tejer con las fibras del cocotero, al 
mismo tiempo que ayudan á cultivar los campos. Loa 
hombres hacen canoas y trenzan las velas, pescan y re- 
cogen loa frutos. Sus instrumentos están formados de 
piedra con mangos de madera, como los de las razas 
prehistóricas; solo el jefe del pueblo tiene utensilios de 
hierro. 

Los carolinos tienen por arnia la lanza, en cuya pun- 
ía tienen metida una espina de pescado ó dientes de ti- 
burón. No se querellan nunca entre ellos, y si se quere- 
llan se someten á un arbitraje. Cuando la guerra estalla 
de isla á isla, low combatientes se avanzan en tres líneas; 



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la primera compuesta de niños, la seg-iinda de jóvenes y 
!a tercera de hombres. A corta distancia dos miichechos 
gaien de las filas y se atacan con la honda; si uno de 
eíloí es herido, los muchachos se retiran, dejando su 
puesto á los jóvenes y éstoe á los hombrea. Ei vencedor, 
como gallo triunfante, entona un coro de victoria. 

Yap, queesist ciudad que ha metido tanto ruidocuando 
el conflicto de las Carolina?, está rodeada de un arrecife 
de coral, cuya disgreg^ación continua agranda su super- 
ficie. Todo el Archipiélago, con sus quinientas islas, no 
llegan á 20.000 habitantes. No hay en la isla ningún 
cuadrúpedo, excepto la rata llevada por los buques ba- 
lleneros. No se cultiva ningún cereal; el arroz no preva- 
lece. Los insulares viven con poco. Los carolinos tienen 
un comercio de cabotaje entre sus islas y las Marianas, 
muy continuo y muy importante, dadas las condiciones 
de estas islas, y, como hemos dicho ya, muchos caroli- 
nos están establecidos en las Marianas, habiendo pedido 
un buque del Estado que los llevase, como asi sucedió. 
En Yap hay establecidas ahora las dos casas hamburgue- 
sas, alemanas, la casa inglesa de ü'keef y la del norte- 
americano Malcóm. 

El Sr. Montero y Vidal, en au libro titulado M Ar- 
Ghipiélago Filipino, dice que los habitantes de Yap per- 
tenecen á la raza malaya. 

LAS PALAOS 

Los habitantes de las Palaos pertenecen á la raza po- 
linesia y son algo míis claros de color, mejor parecidos y 
más aseados que los de las Carolinas. Tienen fama de 
dóciles, de obedientes á su Rey y de menos holgazanes 
que aquéllos. 

Trajes, usos y costumbres. — Gastan los hombres el 
mismo taparrabos de tela que en Yap; no usan collares y 
los zarcillos son mucho más pequeños, ó bien se colo- 
can en el agujero de la oreja yerbas y flores. Se peinan 



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de una manera análoga, pero la peineta es más pequeña 
y menos viatoai. Oprímeles la muñeca, á modo de pulse- 
ra, la primer vértebra del Dujón, cuyo distintivo es sig- 
no de aristocracia y de riqueza: la (jue usaba el Rey Aba- 
dul había costado 20Ü pesos. 

Este enorme pez, llamado el Dujón, Helicore cetácea, 
ae le llama también el peje mulier, porque ae asemeja á 
la mujer en ia forma de los pechos. Es muy sabroso y 
delicado y va ya escaseando. Solo se encuentra en los si- 
tios más recónditos del Archipiélag-o. Con las atlas ó 
primera vértebra vertical de este pescado forman ios in- 
dios de las Palaos ia condecoración más respetada que 
tienen, cuyos jefes sufren la dolorosa operación de intro- 
ducírsela en la muñeca, lo que cuesta alguna vez ia pér- 
dida del dedo pulgar. 

Las mujeres visten una saya corta hecha del bonole 
del coco, que peinan con unos dientes de hierro. Ijicha 
saya se compone de dos á modo de delantales, que, suje- 
tos á un cinturón, colocan uno delante y otro por la es- 
palda, pendientes de la cintura cuyo tejido liñen de 
amarillo con cúrcuma. ". 

Son poco aficionadas á pulseras y zarcillos, pero en 
cambio se tatúan con profusión en brazos, manos, pier- 
nas, empeine' y muslos; los hombres se tatúan menos. 

Suelen las mujeres teñirse el cuerpo con cúrcuma, 
así como las palmas de las manos. Los hombres se tiñen 
la cara para sus bailes g-uerreros, en el pecho y en la 
cara formando rayas verticales, así como en la frente y 
mejillas, adornándose además para esta diversión con 
hojas verdes de palma, que colocan en la cabeza, pecho 
y brazos. 

Las armas indígenas son ¡a lanza, de unos doce pies 
de larga, terminada en forma de arpón y acabando, á 
veces, en un diente de tiburón ó en la espina dentada 
de la cola de la raya, arma que arrojan a unos 50 ó 60 
pies de distancia. 

Jamás abandonan la azuela, que les sirve para mil 



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lisos diverso.", y que llevan sobre el hombro como ioa 
indios de Yap. 

Es tan propio de estos naturales el uso de ia azuela, 
que liabiéndose querido fotografiar al Rey Abadu!, des- 
poéB de estar ja ante el objetivo del lente, se levantó, y 
como quien ha olvidado algo muy importante, fué á su 
casa por la azuela, que colocó en el hombro con cierta 
el'^g'ajicia. 

Tampoco olvidan hu canasto, tejido ya de coco, ya de 
!a fibra del plátano, en el cual llevan el buyo, los útiles 
para encender el fuego, tabaco, el peine, la navaja, la 
cuchara, hecha de conchas de marisco ó de carey. Aba- 
dul iba siempre provisto de un cubierto de plata á la eu- 
ropea. 

Hacen las peinetas de madera de naranjo y ébano. 

Los anzuelos que usaban en el siglo pasado eran de 
concha de carey; los aparejos de ñbra de coco tejida ó 
de cabello humano, y los petates sobre que dormían es- 
taban tejidos de la fibra del plátano. 

El Rey A-baduI duerme sobre uno de estos petates, 
usando dos almohadas con sus fundas y un abrazador á la 
usanza filipina. 

A.1 lado de su cama arde el fuego del hogar, cuyo 
humo se adhiere ai techo por carecer de chimenea. "Posee 
dicho cacique grandes tinajas llenas de miel, sacos de 
balate seco, y debajo de la casa, una bien poblada cochi- 
nera ó zahúrda. 

De plato sirve á los indígenas la hoja de plátano, y 
emplean, como en Filipinas, la nuez del coco para tomar 
los líquidos. 

Tienen ollas y cazuelas de barro para calentar el 
agua, cocer el pescado y ñame, etc., etc. 

Fabrican escobas con bastante ingenio del bonete del 
coco; el agua la conservan en bombones de bambú. 

Ya desde 1783 utilizaban la concha de carey, que 
abunda mucho en las Palaoí, y hablan descubierto el 
modo de moldearla, construyendo cucharas y pequeñas 



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97 

bandejas de forma elegante; también hacían y hacen 
zarcillos y pulseras para las damas de] la aristocracia, 
pero ignoraban el modo de pulimentar el carey. 

El saludo y las pruebas de amistad, como en Yap, aun 
cuando éstos parecen mis afectuosos y expansivos. 

Tienen justa fama de eer muy hospitalarios. Su con- 
ducta con los náufragos del Anídope fué, usando las 
mismas frases del capitán Wilsoo, atenta, cortés, cari- 
ñosa, desinteresada y ilena de verdadera delicadeza. 

A la hora de la despedida, pobres y ricos dieron á los 
ingleses cuanto teníau, y con frecuencia refrenaban su 
natural curiosidad por no molestar. 

Estaban ajenos á las pasiones que excitan ambición 
y á los cuidados <jue la riqueza inspira. Todos parecían 
satisfechos con su suerte. 

En un curioso libro ilustrado con excelentes graba- 
dos, uno de cuyos ejemplares hallaron los oficiales deí 
Velasco en poder del Rey Abadul (1), cuéntase el naufra- 
gio del referido buque en los siguientes térmmos: 

El paquete Ántehpe, de la famosa compañía de la 
india inglesa, capitán H. "Wilson, que salió de Macao 
el doming-o 20 de Julio de 1783, se perdió en los arre- 
cifes del grupo de Palaos, bajo un temporal, el 10 de 



A pesar de la fama de crueles y de ladrones de que 
disfrutaban los naturales, encuentran en éstos la acogi- 
da más cariñosa. 

Valiéndose de uno de los tripulantes, el portugés To- 
más Rosa, que hablaba malayo, y de un náufrago mala- 
yo que hablaba la lengua del país, pudieron ios i 



(1) Titulase nAii account of the Pellew islaiid, from the 
jornal ot Captain Harry Vilson wlio in 10 Aiigust 1783 
was thereshipwrecked io the Auielopeá |>acketbelongiog 
totha Honorable East ludia Comnany, by George Keate. 
London, Prinfed, for Uaptaiu Wilson aod aold by G. Ni- 
,C0l bookseller to his malea tv. 

Mr. H. Pall-Mall, 1789, III Editioa.» 



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hacerse comprender, Seg-iln el capitán Wiison, ellos 
eran los primeros europeos que veían. 

El 26 de Agosto el capitán Wilaon, en vista de la re- 
lación que el Rey Abadul le había hecho en la isla Oru- 
long-, izó en ella la bandera inglesa, que afirmó con tres 
descargas de fusilería, en señal de toma de posesión por 
el pueblo inglés (1), 

El Rey de Palaos los ayudó á la construcción de un 
barco con los restos del buque náufragro; confía al capi- 
tán Wílson su hijo Lec-Bu, que llevan á Macao y de aquí 
á Londres, con idea de educar al joven en la religión 
cristiana; pero tiene la desgracia de ser víctima de un 
ataque de viruelas malignas, y en un lujoso mausoleo, 
construido á expensas de !a compañía, lo entierran en 
una parroquia de Londres. 

Muerto el principe Lec-Bu, la compañía de la India 
ordenó que uno de sus buques tocara eq Palaos para dar 
tan triste noticia al Rey, enviándole á la vez muchos 
regralos. 

Montero y Vidal dice: «que indígenas de ias Palaos no 
dan importancia alguna á la castidad; tratan á la mujer 
como á cosa, y ellas no suelen disponer de su persona, 
sino los padres, y ios maridos, si son casadas. 

bEI matrimonio ordinario se verifica pidiendo á la no- 
via después de hacer & los padres ciertos regalos, y lle- 
vándola luego á su casa sin más ceremonial. 

»Lo3 hijos están bajo la patria potestad hasta que pue- 
den vivir de por si; entonces se van alejando de la casa 
y concluyen por dejar de volver á eüa, como suelen ha- 
cer los pájaros con sus hijuelos, y ocurre en cierto modo- 
con la familia en los Estados Unidos de América. 



(l| Es extraño que, de ser exacto este hecho, no procu- 
raran sacar partido de él ios infrieaes, y ünicamente hayan 
«ido los alemanes, sin título algucomásó menos disculpa- 
ble para su reprobada coDducta, losque trataran anexio- 
narse estas islas, dice Montero y Vidal, 



y Google 



9'J 

»La mujer comparte cou el marido hasta los más ru- 
dos trabajos del campo, 

»La poligamia está permitida. Es poco frecuente en 
Koror, y muy común el divorcio. 

í>La prostitución está organizada. 

»En las solterHí no es delito grave faltar á la honesti- 
dad; el adulterio lo consideran como una travesura pro- 
pia de muchachas jóvenes, 

«Pueden castigtir el adulterio los maridos injuriados, 
pero han de pag^r cierta cantidad al Rey por la justicia 
que á si mismos se hacen. Esta multa nunca es grande, 
aun cuando hayan muerto los adúlteros á manos del ma- 
rido. 

•»Gé%eTo de vida.— Ls. vida doméstica es igual á la de 
Yap; lo mismo que allí, la mujer cociua, cuida de la casa 
y de los hijos y ayuda á los trabajos del campo. 

»Se levantan al alborear, y enseguida, taiito hombres 
como mujeres, se bañan en agua duice. 

»Los baños de ios hombres están muy separados de 
los de las mujeres, y no pueden acercarse al de éstas, 
cosa tanto más de extrañar, cuanto que yendo desnudas, 
con la sola excepción de la saya corta, no parece que 
obedezcan al impulso de curiosidad qufi lleva á los euro- 
peos á ver bañarse á las mujeres en las playas dei Cam- 
tábrico. 

»A las ocho de la mañana almuerzan; celebra el Hey 
consejo con los principales, y ¡a plebe va al trabajo; á 
medio día comen, y después de puesto el sol cenan. 

»Doa horas más tarde se acuestan. Los dias de fiesta 
generalmente pasan bailando la noche entera. 

sAverig-aan la hora por la altura del sol, y de noche 
por las estrellas. 

»E1 año lo dividen en dos estaciones; seca y húmeda. 

»AHmeníació7t. — Usan poco más ó menos los mismos 
alimentos q»e los carolinos; pero hacen mayor consumo 
de mariscos y pescados y no suelen comer el camote. 

sGastan muchos utensilios de cocina de procedencia 



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100 
europea, y tieiieri ciertos platos ó tinajas de madera con 
incnistacionea de nácar q\ie no careLien da mérito aríia- 
tieo. Componen una bebida con agua, melaza y jugo de 
limón, de im sabor bastante grato; no poseen bebida al- 
cohólica indíg-ena, y abusan del bete! y del tabaco. 

»A su comida ordinaria (ñame y coco) añaden dulces, 
á ¡o que son muy aficionados, y componen un jarabe del 
jng'o destilado de la palma de coco. 

»Hay tres claaea de dulces: el primero, y que m&a 
abunda, lo hacen del coco raspado, mezclado con el ja- 
rabe antes dicha; lo ponen al fuego, le dan punto, y lue- 
go lo dejan secar en hojas de plátano seco hasta que ge 
vuelve durísimo; el seg-undo ae diferencia del primero 
en que emplean la almendra del coco entera sin raspar, 
y el tercero, es una especie de dulce de almíbar, claro j 
tranaparerite, fabricado con la raíz de la tapioca. 

«Cuecen en agua salada el pescado, los mariscos y 
cangrejos. Estos, que abundan y son muy sabrosos, los 
suelen comer crudos con jugo de limón. JS'o tienen 
sai, pero ia aprecian mucho. En las comidaí beben 
el agua dei coco, y rara vez agua potable. Son muy so- 
brios. 

»HabüacÍoMS. — Las casas de Koror están construidas 
como en Yap, á uno y otro lado de una calzada ó cami- 
no enlosado, á la sombra de altas palmeras, entre fres- 
coa bogquecillus y amenos prados, y generalmente ro- 
deadas de una pequeña cerca, cuando no de huertos- ó 
jardines. En genera! son de madera y bambú, elevadas 
como medio metro del suelo sobre harigues de madera 
dura; tienen las paredes de cañas cortaiaa y los píaos de 
bambú. Son menores que las casas ile Yap, pero más 
aseadas, 

«Existen algunos edificios público.^, todoí de madera, 
con excepción del techo que es de palma. 

»Cada ca^ia abriga una sola i'amiÜa. En otro edificio 
grande, que llaman cuartel, viven en colectividad las 
mujeres piiblicas, casi todas robadas de los pueblos ve- 



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101 

cinos, y que son propiedad de loa aoldados. Lay calles 
están empedradas. 

»ReU¡fióit.-- No parece qae tengan culto exter- 
no, sin embargo, delante de la casa del Rey y en otros 
lug-ares, se alza una especie de casita de tablas eleva- 
da sobre pilares de madera, cerrada con llave y dentro 
de la cnal se ve un canasto con buyo. El Rey actual 
es muy excéptico; se ríe de esto y no permite que 
kaya en Koror, como en otros puntos, acalid ó gran sa- 
cerdote. 

»Elio es que tienen algunos principios exceleütes de 
moral, pues son laboriosos (en relación con sus necesi- 
dades), industriosos, benévolos, en los momentos de pe- 
ligro enérgicos; en la desgracia sufridos; en la liora de 
la muerte resignados. 

Bureen que los hombres malos, cuando mueren, se 
pudren en la tierra, y que los buenos vuelan ai cielo, en 
donde se vuelven hermosísimos. 

«Abrigan algunas supersticiones, como que existen 
maderas y piedraa de buen y mal agüero, y temen la in- 
fluencia del espíritu del mal. 

y> Sistema polUico. — La organización política en Pa- 
laos difiere algo de la de Yap. Varios Reyes ejercen ver- 
dadera soberanía, pero los dos más importantes son Aba- 
dul, en Koror, y Araclay. al N., en Artingol, siendo los 
otros feudatarios de éstos, 

«No existe la eaclavitud, pero si las castüs que pudie- 
ran por analogía llamarse nobleza, clase media y estado 
llano, tan hondamente separadas unas de otras como 
pueden estarlo en Rusia. 

»Gobiernan estos Reyes aconsejándose de la nobleza, y 
se reúnen en unos grandes edificios ad hoc qne llaman 
la casa de los Consejos. Forman ol Consejo diez princi- 
pales, entre quienes figurt-.n los jefes del ejército y el 
que puede llamarse x-fimer ministro. 

«También 'lene gran influencia con los Reyes el aca- 
lid, esy j.e de mi/iir ó gran sacerdote, que suele expío- 



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102 
tar á las g-entes, haciéndolas creer en 3U corresponden- 
cia con los espíritus. 

«En Koror, desde la muerte del últiino acalid, ocurri- 
da hace algunos años, ao se ha cubierto la plaza, pues 
el actual Rey Abadul, que segnin hemos dicho es un tan- 
to excéptico, no permitió que la ocupase el que se pre 
sentó ai efecto como enviado divino. 

»E1 Rey tiene variag mujeres robadas de laa tribus ve- 
cinas, casi en su totalid id solteras, con destino á los fo- 
rasteros que de él las solicitan y para los soldados, con- 
forme antes dijimos. 

»Lo más extraño es que estas mujeres, una vez roba- 
das, son como propiedad del Rey, sin que intenten res- 
catarías los pueblos despojados, y á tal extremo llega 
este respeto, que con frecuencia se les concede Ucencia 
temporal, k cuyo término regresan siempre. 

»El Rey administra la justicia, y sus rentas se compo- 
nen de las naultíis impuestas y de cierta parte que le co- 
rresponde en todo cambio ó venta; rara vez ordena la 
pena capital, pero es arbitro de imponerla, y en esos ca- 
sos la ejecución se ileva á cabo por los soldados, á lan- 
zadas ó á tiros de fusil. 

»Hace muchos años fué ajusticiado un antecesor del 
actual Rey Abadui por imposición del comandante de un 
buque de guerra inglés, pues parece que los naturales, 
instigados por el Rey, habían asesinado á un capitán 
mercante de aquella nación. Aún se puede ver en frente 
de la casa del Rey un túmulo de piedra levantado por los 
indígenas como recuerdo de este hecho. 

«Solieras y casadas obedecen sin violencia al Reyy las 
últimas á sus maridos cuando las mandan entregarse á, 
ios forasteros, io cual recuerda aquellas escenas de la 
hospitalidad hebraica de que nos hablan las Santas Es- 
crituras. 

»Toda mujer de la familia real quecontrae matrimonio, 
es dueña absoluta de su marido; puede hasta darle muerte 
sin más que decirle al Rey la causa de su determinación. 



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103 

»EI grupo délas Palaosestádespobladísimo. Acaso no 
Iteg-uen á 1,200 sus habitantes, y como ocupaa una ex- 
tensión cuatro ó seis veces mayor que en Yap, resulta, 
naturalmente, mucho menos poblado. 

»Eg indudable que sobra terreno para los emigrantes. 

»IdÍoma. — Hablan distinto dialecto que los carolincí. 
Su sistema de numeración es decimal. Las nueve unida- 
des simples tienen nombres propios. 

"Marina. — A.lg:o varían sus embarcaciones de las que 
usan los naturales deTap; pero la variación es tan sólo 
en la forma, pues estáa hechas del mismo modo. 

»K1 balate y concha de carey es lo que pescan para ex- 
portar; el primero lo secan al sol, y de la tortuga comen 
su carne y venden la concha. 

»Las islas Palaos gozan excelente posición, por hallar- 
se en un canal libre de bajos escollos, y estar situadas 
entre FiUpinaa y Marianas, siendo importante punto de 
escala para la Australia, Nueva Guinea y los archipiéla- 
gos asiáticos con el Japón y China. 

»Las islas de Ualán y Bonebey, situadas asimismo en 
otro canal Ubre, pueden ser tránsito entre el Japón, los 
archipiélagos de la Polinesia y la parte más meridional 
de la América del Sur.» ' 

Y para concluir diremos que la capital de las Maria- 
nas es San Ignacio de Agaña en la isla de G-uaján, y de 
las CaroUnas y Palaos, Yap, que dista 42Ü millas de üua- 
ján, 726 de Mindanao y 720 de Nueva Guinea. Y Cotta- 
bato es la capital de Miodanau; y si es cierto lo que dice 
Montero y Vidal, el gobierno debe poner remedio pron- 
to, porque hoy urge más por lo que allí ha pasado y la 
pérdida de la vida de tanto militar valiente como ha cos- 
tado la victoria. He aquí lo que el Sr, Montero dice: 

«Cottabato no ha respondido á los fines de su eleva- 
ción á capital de Mindanao; antes por el contrario, la 
deücieneia de nuestras autoridades y sus poco prudentes 
medidas fueron causa de que la numerosa población mo- 
ro-malaya, que cultivaba sus campos y sostenía activo 



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104 
y tráfico de arroz, café, cacao, ares domésticas, frutas, 
etcétera, haya ido desapareciendo, ciianáo de seguir otra 
política de atracción y tolerancia en determinados asun- 
tos, hubiese sucedido todo lo contrario. 

»Hüy ía población civil sóio se compone de algunos 
deportados y sirvientes y de los falaces mercaderes chi- 
nos, que explotan á españoles y moros, fomentan las pa- 
siones de éstos y sus prevenciones contra España, alián- 
dose siempre con nuestros enemigos, aunque secreta- 
mente, constituyendo un elemento perjudicial, que sería 
oportuno reducir á ¡a impotencia, y mejor aún alejar áe 
aquelios puntos.» 



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CAPITULO V 

EN DONDE SE DAN NOTICIAS Y SE HACEN RESEÑAS DE I-OS 
ANIMALES EXPUESTOS T DH OTRO? QUB CONSTITUYEN DE 
ANTIGUO PARTE DEL COMEROIO Y DE LA INDUaTRI^ FI- 
LIPINA, 

También vamos á dar una ligera reseña de los ani- 
malea que se exponen y de otros que se crían también 
en Filipinas y constituyen de antiguo parte del comer- 
cio y de la industria de Filipinas, como son el ca- 
rabao, e! aalangan, que es el pájaro cuyo nido se 
vende en China á tanto precio, el balate, las abejas 
y otros. Bien es verdad que el reino anima! es muy po- 
bre en aquel arcliipiélago y poco estudiado. Solo ahora 
empieza & serlo por los alemanes y españoles, lío hay 
fieras ó carniceros digitigradoSy como son el león, el 
tigre, la pantera, el leopardo, el jag'uar, el cuguar, el 
ocelote; ni aun carmceros plantigrados come el oso y el 
tejón. Ni tampoco hay lobos ni hienas. Entre laupaqui- 
demos abundan en los bosques el jabali, á cuya caza se 
dedican los indios. La carne de estos cuadrúpedos mon- 
taraces es exquisita. Los cerdos domésticos circulan en 
grandes piaras por todas las provincias, Su carne vale 
poco, mas los indios y los chinos la aprecian mucho. Los 
caballos son de poca alzada, pero fuertes y de buena es- 
tampa. Su casco eg tan duro que no necesitan herradu- 
ras. El asno es desconocido. El ciervo abunda mucho y 
es notable por su hermosura; de su carne se alimenta el 
indio, haciendo con ella rica cecina, á que llaman en el 
país tipa. Para prepaparar ésta, salan la carne dei ani- 
mal y !a secan al sol. La piel, las astas y los tendones 



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106 

de este ramiante son objeto de comercio en Manila. Los 
tendones se exportan mucho k China, donde loa tienen 
por excelentes afrodisiacos. Hay mucho g-anado boyar 
importado de España y de la India, boyar de lana y ca- 
brío. 

EL CARABAO 

El carabao ó búfalo (Bos Bubalus) es el cuadriipedo 
más notable que los españoles encontraron al ocupar el 
pai9. El indio lo considera como su niejor fincd; sin él 
no podría vivir. Pocos animales habrá tan feos, pero po- 
cos tan útiles para las faenas agrícolas y que resistan el 
abrasador chma de los trópicos. Tiene el color neg-ro ó 
pardo oscuro y el pelo muj raído. Las astas grandes, 
arqueadas, complanadas y rugosas, y de cabeza pequeña 
con relación á su abultado cuerpo. Gusta de la humedad 
y de revolcarse en el fango. Bl cuero y las astas dei 
carabao producen utilidad grande al comercio. A tos 
cuatro ú cinco años está apto para el trabajo y suele vi- 
vir bástalos treinta. Tiene este animal el olfato flüo y 
excelente oido. Come mucho y necesita beber á me- 
nudo. Como la morisqueta es el pan cuotidiano del indio 
y no se compone más que de arroz, sin el carabao real- 
mente no lo comería, porque ningún otro animal podría 
soportar el trabajo de los arrozales, metidos en el agua 
y con el calor sofocante de aquel chma. 

Hay también e! carabao cimarrón ó búfalo montaraz. 
Su encuentro en los bosques es temible, y es muy curio- 
so el procedimieüto que emplea para librarse de la te- 
rrible serpiente pitón. Mientras el reptil va ciñendo el 
cuerpo del carabao, aprisionándole fuertemente con sus 
anillos, retiene la respiración, encogiéndose mucho, y 
asi que la serpiente se le ha enroscado por completo, se 
hincha el carabao cuanto puede y hace asi saltar la co- 
lumna vertebral de la serpiente. 

Los indios se dedican á su caza. Van á caballo pro- 
vistos de lanza y lazos. Un cazador llama al búfalo en 



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107 
cuanto lo encuentra, y en cuanto éste le ataca, el 
otro cazador trata de diirle una lanzada en e! coatado 
que lo deja muerto. Mas si soio sale herido, el cazador 
necesita mucha ligereza y pronto auxilio del compañero 
para librar su vida. 

EL SALAK6ANB 

El A£yon salangane ó coUocalia Gray, es la pequeña 
y famosa golondrina que fabrica eaos nidos tan preciados 
en China. El pico de nidos de primera clase ae paga en 
China á 4.000 pesos ó aea dos veces su peso en plata. 

El aalangane hace su nido en cavernas subterráneas, 
especialmente en Viaayas y Calamianes. Van colocando 
con su pequeño pico en el fondo del nido unos htlitos co- 
mo fideos finísimos, que extraen de su misma austancia 
y aobre esta red de hilos glutinosoi empollan loa huevos, 
cuya incubación dura unos quince días. La formación 
de estos nidos exige dos meses de trabajo á este peque- 
ñito pájaro, que no pone más de dos huevos. 

La busca y adquisición de estos nidos se hace dos ve- 
ces al año y son expueatísimas. Son más estimados los 
que se encuentran en cavernaa profundas y húmedas. 

Para llegar & eilaa es necesario bajar perpendicular- 
mente con exposición de la vida, desde los pieos más 
escarpados de las rocas que se inclinan sobre el mar á 
muchos metros sostenidos por una cuerda de bejuco, 
pendiendo sobre lasoiasque se vienen á estrellar allí. Pero 
una vez logrado el encontrar nidos, roban aquella sus- 
tancia k tanta costa elaborada, sin tocar ni & los huevos 
ni ó. lo demás del nido. 



La tortugaque da el carey Chelon,iaim6ricaía [Brong). 
Vive en el mar Indo-Chino y Pacífico. Los indios saben 
que las tortugas salen á la playa á desovar, y cuan- 
do están escarbando la arena, las ponen boca arriba y 



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108 

prosiguen en busca de ¡os huevos que ya han puesto que 
son muy blancos, y tienen en tugar de c&scara un pelle- 
jo bastante duro. Para el indio es muy buscado y ie 
gusta mucho eate huevo. Después recogen é. las tor 
tugas. 

El carey bueno debe ser de peso y trasparente, tiran- 
do á rubio y de color claro; por esto el de Filipinas es 
muy buscado . 

El carey se vende á 600 ó 700 pesos el pico. Las uñaa 
sólo tienen valor en el mercado chino, cuyas mujeres 
adornan con ellas su peinado, dejando caer la punta so 
bre la frente; así es que las pag-an más que eí carey. 



El paio de monte 6 Patong handoc abunda mucho en 
Filipinas, sobre todo en la Laguna, en cuya provincia 
hay un pueblo llamado Pateros, cuyo nombre proviene 
de la grao cantidad de patos que hay en el rio de su tér- 
mino. Sus naturales sacan mucha f^anancía de los hue- 
vos de los patos que llevan á vender h Manila. Los patos 
ai oscurecer se retiran á las pequeñas chozas que hay á 
lo largo de los ríos, y en ellas depositan gran cantidad 
de huevos. Con cuyo objeto los alimentan bien con suró, 
que es un caracolillo, cuyo alimento les hace poner 
mucho. 



El balate (1), que en JolCí se llama Trepasi;/ y en 
China Hog-Shvm, es un zoófito ó animal-planta, así lla- 
mados sus congéneres también, por confundirse en oca- 
siones con los vegetales, y forman el cuarto y último de 
los grandes grupos del reino animal. Suponen los chinos 
que la piel de estos zoófitos holothavidos es un afrodisia- 



(1) Balate es el nombre coq que el comercio ha bauti- 
zado á los íoojitos tioiotbuvidoa. 



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109 

co y constituye entre ellod u!i manjar estimado que £td- 
quieren á elevado precio. Las especies de Stichopiis Bo- 
dahscMa suelen paaar de 45 pesos. Li conocida por el 
nombre de Tagtagá,n por los viaayos, Holutliuria Teimis- 
sima. Semp, y la H Similis, Semp, 3on de primera ca- 
lidad. Esta clase en algunas localidadea de la China la 
Ilamau YaiirSé. Escasea bastante. Se conocen muchas 
clases áe hálate, y cada una se divide en primera, en se- 
gunda y tercera, variando considerablemente su precio. 
Su pesca tiene lugar en Mindanao, Visayas, Joló, Caro- 
linas y Palaos. 

EL DALAG T EL IPOtí 

ÍJSi El dalag y el ipon son peces. El primero pertenece a! 
género Ophicephalus, y comprende muchas especies; 
abunda en los ríos, lagos y pantanos, y en la época de 
lluvias se encuentra hasta en las sementeras de arroz. 
Durante la época del ano en que muchos arroyos, panta- 
nos y arrozales quedan en seco, los peces serefugian eu 
el Iodo del fondo, donde permanecen hasta la época de 
las aguas. Al empezar k reblandecerse ía tierra abando- 
nan el lodo y comienzan á polular por arroyos y arroza- 
les, y entonces el indio realiza pescas fabulosas. Este 
pescado no es sabroso, pero fácil de digerir; su longitud 
viene á ser de 65 centímetros. El ipon se pesca ea mu- 
chos ríos de lloco y otras provincias á millares; después 
de salado lo llaman hagoon y lo trasportan á Manila, me- 
tido en tinajas, y forma un artículo muy importante de 
comercio. 

La pesca, como se ve, es una de las industrias más 
extendida en Filipinas; asi es que el rio Pasig y otros se 
les ve llenos siempre de salamban. Este aparato se apoya 
en una balsa de cañas, donde suelen pasar semanas en- 
teras los pescadores y sus familias; un cobertizo ligero 
los defiende de ia lluvia y del sol, y así pasan la vida 
frugralmente y siu más alimento que un poco de arroz y 
pescado y viviendo felices y contentos. 



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Concluyentio ya esta obra, El Correo del 16 de Junio 
(íecia lo simiente : 

EXt'OSIClÓN DE FILIPINAS 

La colección de animalea que ayer lleg^ó á Madrid coa 
destino á la Exposición de Filipinas, es muy notable. 

De las doa serpientes, la más pequeña ha muerto en 
el camino; la otra ha sido cog-ida en la i^la de Luzóo; está 
encerrada en una jaula de hierro, dentro de la cual hay 
también un cerdo vivo que circula por entre las roscas 
de la boa. que no hace el menor movimiento. 

Además, como ejemplares raros, merecen citarse un 
carabao, una hiena, una grulla, un mono blanco y un 
faisán. 

Seguramente que cuando se exhiban al público han 
de excitar su curiosidad. 

Como del caraiao hemos hablado á principios del ca- 
pitulo, réstanos ahora hablar del mono blanco que, aun- 
que se ve algún que otro ejemplar en la isla de Luzón, 
en donde se encuentran los mejores ejemplares y en gran 
cantidad ea en la isla de Mindanao, donde hay también 
el GaleopUhecus, mezcla de mono y murciélago, la fa- 
mosa casta de perros de Pollok y el puerco-ciervo, como 
llaman los malayos al Porcus babyrussa (1), 



(1) Pero nos ha llamado la atención ia hiena porque has- 
ta atiora uingün naturalista nacional ni extranjero, y SO' 
bre todo el Sr. Montero y Vidal, ha consigüadoen ausobraa 
la Esistencta en Filipinna de lobos ni hienas, ni tigres ni 
leoaeí. Es verdad que la fauna ó reina animal está por ex- 
plorar todavía en todaauexteusidn. Apenas habiaraos con- 
cluido de escribir esta nota, entró á vernos uno de los ex- 
pedicionarios, el 8r. Osuorte, y nos dijo que, efectivamen- 
te, la hiena no es de Filipinas, en donde no las hay, sino 
que el señor de Luna, goberuador que ha sido alti, la com- 
pró en el camino, en Aden. 



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CAPITULO VI 

EXPORTACIÓN DE FILIPINAS DUÍtANTE EL AÑO PRÓXIMO PASA- 
DO SE&ÍIN LOfl DATOS PUBLICADOS POR <(EL COMERCIO» DE 
k EN SU NÚMERO DE 22 DE ENERO DE 1887. 



Realmente, para el lector no es muy ameno pasar de 
laa curiosas noticias que anteceden acerca del reino ani- 
mal y veg-etal del archipiélago filipino, y entrar de lle- 
no en los cálculos estadísticos de este capitulo, más nos- 
otros le robamos tengan un poco de paciencia y lean con 
detención, porque los anteriores capítulos no son más 
que los precedentes para juzgar las fuentes de riqueza 
que tiene Filipinas, y aquí ahora vamos á ver lo que 
producen. Vamos á ver también cómo s" cambian los 
productos filipinos por los de las naciones extranjeras, 
Y pur último conocer á fondo la extensión matemática 
que tiene allí la actual crisis tabacalera y azucarera; y 
luego verán otras cosas importantes que el siguiente ar- 
ticulo de SI Comercio de Manila dice al exponer los da- 
tos estadísticos del año próximo pasado lie 1886: Helo 
aqui: 

«.Exportación en 1886 

Bien á nuestro pesar, se pasó el año 85 sin que reseñá- 
ramos su exportación con el detenimiento que lo había- 
mos hecho en los anteriores. La Aduana publicó aquel 
año raensualmente unos curiosos estados con los datos 
exactos, que nosotros íbamos reproduciendo, en la espe- 
ranzas de que también publicaría el resumen, evitando 
así trabajo al comercio y dando un cuadro que hubiera 
aldo muy útil á las casas. Pero no sucedió así, y nosotros 
consideramos inoportuno publicar nuestros datos par- 



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112 

ticiííares— que debíamos y debemos á antig-uo^ y queri- 
dos amig'os — teniendo ya, como teniamos, siquiera fuese 
en periodos mensuales, los datos oficiales y exactos. 
Durante el pasado año de 86 no se han publicado lo9 
aludidos estados y con ello han desaparecido nuestros 
recelos de dar datos aproximados. 

A ffrandes rasaros varaos á dar cuenta de la exporta- 
ción del 86 pur los puertos de Manila, Cebú é Ilo-Ilo. 



Abacá. — Excede de medio millón de pesos el valor 
del abacá exportado de menos por Manila en el año 86, 
comparado con el 85; este último año salieron 693,836 
picos, y el 86 loa sig-uíentes: 
Para los puertos del Atlántico de los 

Estados .Unidos 247.270 picos. 

Para la Gran Bretaña 303.258 » 

Para California 26,300 » 

Para el continente de Europa 1.726 » 

Para Australia 16.416 » 

Para Singapore 760 » 

Para China 20.566 » 

618.2% picos. 

En 1885 693.836 » 

Menos en 86 75.540 picos. 

¿Sr'.rá aventurado creer que esta baja obedezca en 
parte al mal beneficio de que hace tiempo ae viene ha- 
blando? Las casas extreuian el escogimiento y, ó dan 
menos valor al abacá colorado, lo cual es on perjuicio 
para el productor, d lo rechazan, que es mayor perjuicio 
aún. De cualquier modo, interesa mucho al país dar 
buenos productos, y para ello, por más que se invoquen 
preceptos administrativos que protejen el dejar hacer, 
hay necesidad de dirigir y amonestar al productor, pues 



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no es gracia que por indolencia las provincias erapobrez- 
ean, se retrase la recaudación de los impuestos y loa 
frutos de esta hermosa tierra se desacrediten en los mer- 
cados consifnaidores. M&s que el papel de severos grobeí- 
nantes, hacemos aquí el de padre cariñoso, y los jefes de 
provincias tienen el deber de aconsejar lo que debe 
hacerse para conservar el prestigio de nuestra produc- 
ción, que es la base de la riqueza del pais. Asilo ha 
comprendido el dig-oo g-obemador civil de Albay, que 
desoyendo contrarios consejos, ha pasado «na circular, 
que conocen nuestros lectores, encaminada é. devolver el 
crédito al rico filamento abacá, principal y tal vez úni- 
ca riqueza en aquella comarca. Filipinas debería im- 
ponerse en los mercados por sus esmerados productos, y 
para conseguirlo no deben descansar í^us naturales, pues 
es bien para ellos en primer término yjbien para el país 
en general. 

Azúcar. — 1.348.251 picos de este dulce se han exportado 
el año último por Manila, á saber: 

708.623 picos para los puertos del Atláatico de l09 

Estados Unidos. 
339.894 para la Gran Bretaña, 
64.000 para California, 
87.096 para e! continente de Europa. 

145 para Sing-apore. 
148.493 para China. 

1,1,3^.251 en frente de 
' 1.051.028 en 1885. ■ ■ ¡. ■ 



297.223 picos d 



Puert'j de CeM 

También por|el ^puerto da C :bú se reg-istra baja de 
-exportación de abacá en el año 86, coinparada con el 85, 



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114 

Salieron el año pasado 115.070 picos, y el anterior 
131.424:— 16.354 pico3 rnenos el 86. Lo exportado el año 
último lo fué 

88.854 picos para los puertos del Atlántico de los 

Estados Unidos. 
23.038 para la Gran Bretaña. 
3.058 para instralia. 
120 para China. 



115.070 picoa en 1886. 

Azúcar. — Notable baja de exportación de azúcar en 
1886. De 451.119 picos que se exportaron en 1885, el 86 
solo ae han despacliado 290.240, ó sea una bíija en 86 de 
160.879 picos. Lo salido el año último, fué embarcado: 
Para ios puertos del Atlántico de los Estados 

Unidos 240.240 

Para Inglaterra 47.200 

ParaCíiina 2.800 

290.240 



Puerto de Ilo-Ilo 

Abacá. — Aunque no ea Ilo-Ilo punto productor de 
este filamento, van á él para ser exportados, algunos pi- 
cos, y el año pasado saiieron 9.998 para los puertos del 
Atlántico de los Estados Unidos, enfrente de 9.000 que 
salieron el 85 para el mismo destino. 

Azúcar. — Mayor aún que en Cebú es la baja de ex- 
portación de azúcar por Uo-Ho, debida indudablemente 
ésta y aquélla á la esperanza de los acopladores de me- 
jores precios, dejando almacenado el producto. 8e han 
exportado por Ilo-Ilo durante el pasado año solamente 



y Google 



115 
1.344.298 picos azúcar, mientras que en 85, que ya la 
baja de precio dei dulce estaba declarada, se exportaron 
1.753.703, esí decir, 419.40.5 picoa menos el ultimo año, 
cerca de un millón de peaoa menos en poder de aquellos 
comerciantes. 

Mo debemos hacernos ilusiones ni contribuir á que 
los laboriosos hacendados y agricultores de Negro é Ho- 
lló se las hagao. líl azúcar de caña ha recibido terrible 
golpe, si no para desaparecer de los mercados, porque 
supera en calidad á todos los demás, al menos para que 
se pierda alguna esperanza de crecimiento progresivo. 
Podrá sostenerse el azúcar de caña, y hasta aumentar la 
exportación, como con respecto á los años 80, 82 y 84 ha 
sucedido el 86; pero no es ya el producto de esperanzas 
en las islaa, por máa que no deba abandonarse, siempre 
que venga una bien entendida variedad de siembras á 
compensar al agricultor de los quebrantos que en el azú- 
car pueda tener. La baja total del azúcar esportado el 86 
comparada con el 85 ha sido de 283.061 picos. 
Lo exportado por Ilo-Ilo fué 

1.145.364 picos para los puertos del Atlántico de 
los Estados Unidos. 
36,080 para Inglaterra. 
152.854 para China. 

J..a34.298 picos. 

Ha-y fundadas e.speranzas de que, en virtud de fran- 
quicias dadas por nuestro gobierno á Id introducción de 
nuestros azúcares en España, y suprimido el derecho 
transitorio, el negocio ofrezca fiíás halagüeño porvenir; 
y las hay también, aunque algo más lejanas, de que, 
hecho el tratado con los Estados Unidos, nuestros azúca- 
res entren hbres de derechos en aquel país, lo cual seria 
el mayor de los beneficios que ios hacendados y agricul- 
tores podrán recibir. 



y Google 



Hag-amos la estadística de la exportación de abacá 
de 26 años á, eata parte; 

1874-616 013 pieos 

7&-525 832 « 

76—630 728 . 

77—630 536 » 

78-667 878 » 

79-647 959 í 

8{V_800 926 » 

81—868 904 . 

82—707 344 » 

83—746 870 v. 

84—815 618 » 

85-834 260 » 

86—743 364 - 

El precio máximo y mínimo que el abacá ha tenido 
a este mismo período, han sido los siguientes; 



3 022 picos 

62—472 110 » 

63 424 771 » 

64—493 352 » 

65—397 797 > 

66—406 704 n 

67—435 804 . 

68 465 080 >. 

69— 42r. 343 » 

70—488 500 y 

71—463 752 " . 

72-625 240 » 

73-523 699 » 



láabaj. 


D pesos 2 88 el má 


salto 


pesos 4 62 




3 75 




6 00 




4 12 




ó 00 


» 


5 




61i8 




41i4 




83i4 








9 50 




81|4 




9 38 




81i4 




950 




9 




11 12 




!0 50 




U 




838 




10 50 




8I¡4 




10 25 




7 3|4 




9 




63¡4: 




7 50 




5 3i4 




71l4 




450 




65i8 




5 




6Ii2 




5 




5 62 li2 




4 75 




8 60 




5 6aiT2 




825 




7 50 




1 18 3i4 




9 18 3r4 




1 37 li2 




9 25 




1 31 li4 




8 









6 75 




9 25 




5 




8 31 li4 



Los fletes para Inglaterra y 1 
tenido estas oscilaciones: 



1 Estados Unidos han 



y Google 



PAKA INGLATERRA 
Máaimo Mliiimo Máxim 



1861 : 

62 


llbraaSS 

6. 5 


Ubrae 3.10 1874 libras 5.10 Ubraa 3.10 
3 75 5. 5 2.10 


63 


5.10 


4 


76 


S.15 


3 


64 


6.10 


4 


77 


4.15 


2-12 3 


65 


4 


1 


78 




1.15 : 


66 


4 


2. 5 


79 


3 




67 


5 


2. 5 


8ti 


4. 5 


3.152.6 


68 


5. 5 


3.10 


81 




2.10 


69 


4.10 


2.10 


82 




2. 5 


70 


4.10 


3 


83 




2.15 


71 


4. 5 


3. 5 


84 




2. 7.6 


72 


5. 1- 


3.10 


85 




2" 


73 


6. 5 


4.10 


86 


2.2.6 


1.15 



PABA LOS ESTADOS UNIÓOS 

Máieimí Hinimo Máximo Mnimo 

1861 peeOB 10 pesos 6.50 1874 pesos 14 pesos 12 



12 



75 



yGoogle 



Va á continuación .ig'nal estadística que respecto al 
abacá, del azúcar esportado en 26 años: 



64—1.020 57+ 



70— 1.251 416 
71— 1.3EI9 434 
7Í-1 .528 417 



picos 1874—1,861 732 picos 

75— 2.í)!9 178 » 

76— ÍÍ.093 31)4 » 

77—1 .965 888 » 

78-1.890 269 . 

79-2.145 423 » 

80—2.904 317 » 

81-3.362 57¿ » 

82—1.451 9^1 ■ 

83—3.403 499 . 

84— I.B66 799 » 

a'J -3.255 850 » 
86-2.972 789 » 



Los precios máximo y mínimo licl azücar en < 
mismog 26 años, han sido: 



5 37 1 12 

6 

5 37 1(2 

5 56 

5 31 1;4 

5 06 1|4 

4 tí2 1|2 

4 50 

5 50 

6 25 
5 

5 50 
5 62 1|4 
4 93 3[4 



3 — 5(8 

4 — ll4 
4 — li2 
43 [16 

3 —3(4 

3 — 7[8 

4 43 3|4 
4 43 3i3 
4 75 

4 43 3l4 
4 25 
4 

3 50 
3 50 
3 87 li2 

3 37 lia 

3 75 

4 2b 

4 31 1[4 
4 44 
4 50 
3 25 



yGoogle 



119 

Los fletes hac eido como si^uei 

PAR\ INGLATEERA 

Máxirao Mínimo Máximo Minimo 

i6! Libs. 4. 2,6 Libs. 1.15 1874 Líbs. 4.l2.tí Libs. 3 



6. 7.6 


2. 7.6 


75 


3.1Ó 


i.n.6 


4 


2.10 


70 


4 


1.17 6 


5.10 


2 


77 


3.7,6 


1,12.6 


Ü.15 


1 


78 


2 5 


0.15 


4 


1.12-6 


79 


, 2.15 


1. 5 


3 15 


1.15 


80 


9.17.6 


1.17 




3 


81 


3.!& 


O.IÓ 




2 


82 


;s. 2.6 


I 10 


;?, 7.» 


2.10 


83 


2 17.6 


1.12.6 


4 


2 


84 


i.n.e 


1. 7.6 


4,1(1 


2.12 6 


85 


i. ¡2 6 


I 


4. 5 


2.1U 


86 


1.10 


1 






:.4D0S 


UNIDOS 




•áximo 


Mínimo 


Máximo 


Mínimo 



1861 pesos 8 ¡>esos 7 60 1874 pesos 20 pesos 11 50 



POR TODOS LOS PUERTOS 

Sibueao. — Durante el año 85 ae han exportado sola- 
mente 64.478 picos de este palo de tinte; el 86 salieron, 
75.639. 



yGoogle 



120 

Cigarros. — No aumenta la exportación de este artí- 
culo, como era de esperar. De poco sirve que industria- 
les que aprecian su crédito se esmeren en la elaboración 
de cigarros. Otros, sin pensar en el mal que hacen, se 
encarg^an de echar por tierra todos aquellos esfuerzos, y 
ja dando la mercancía por ínfimo precio, ya exportan- 
do por su cuenta, causan un daño granvle á una produc- 
ción que hasta el momento del desestanco no había te- 
nido rival. La causa está en que se mezcla hoja no acep- 
table para los cigarros, y siendo esta hoja más barata, 
puede darse la mercancía k precio ínfimo, perjudicando 
á los que trabajaii á conciencia y desprestigiando el ta- 
baco filipino. Kn bien, pues, de nuestro tabaco y del 
país debería pooerse el mayor esmero en la elección de 
hoja y en la elaboración, como hacen fábricas que apre- 
cian su marca, para que volviera el cigarro filipino á 
gozar de su bien merecido crédito, hoy precisamente 
que tiene inmediatos competidores que se aprovechan de 
nuestro descuido mejorando ellos lo suyo. £íl tabaco de 
Sumatra está llamado á sustituir al filipino si nosotros 
no ponemos de nuestra parte cuanto podamos para re- 
cuperar lo perdido. Solamente 107.861 millares de ciga- 
rros se exportaron el año pasado, habiendo llegado el 85 
á 115.947.— 129.965 millares se exportaron en 1884 y 
151.738 el 83; de modo que está bien maniflesta la de- 
cadencia de este producto de nuestra industria, sin que 
puedan atribuirse las causas k otras ra;íouea que á las 
expuestas. 

Café. — Un aumento hay que registrar en.la exporta- 
ción del año último, comparada con la del anterior. Se 
han despachado 117.393 picos, enfrente de 83.337 el 85. 
Tampoco este producto da todo lo que debiera dar en este 
país. En tiempo del general Morlones se ordenó á los 
jefes de provincias dispusiesen que en los territorios de su 
mando los naturales sembrasen café en abundancia. Así 
ee hiao, y la Saetía publicó listas de miles y miles de 
pies sembrados que prometían un halagüeño porvenir. 



y Google 



191 
iQuéseha hecho de aquello? Se dirá que los baguios 
destrozaron aquellas siembras. ¿Y no pudieron reponer- 
se? Suprimamos toda clase de comentarios. 

Jarcia </.■: abucé. — 2.988 picos solamente se han ex- 
portado durante el año último, enfrente de 4.319 el 85. 
Añil. — De gran crédito (fozó este articulo filipino 
tiempos atrás; Pangasinan y la Laguna eran los puntos 
demás celebrada producción, v hoy apenas vienen de 
ellos algunos quintales. Es cierto que una desgraciada 
expedición, de la que la historia comercial conaerTa 
triste recuerdo, lleTÓla desconfianza á ¡os mercados de) 
exterior; pero bien pudo recuperarse el crédito con ope- 
raciones de buena fe y esmero en la confección, pues 
no por im desacierto debió perder.ie el crédito de un ar- 
ticulo que era para Eilipinas de mucha importancia. Se 
han exportado en el 86, quintales 1.284, y el 85, 1.589; 
el año 80 se exportan más de 4.000 quintales: el 70 sa- 
lieron 5.652. 

Tabico rama.—^o se ve aún claro, y valga Jo vulgar 
de la frase, en lo que al desestanco concierne. Cuatro 
años íloTamos gozando de ese que indudablemente es un 
beneficio para el pais, y arin no hemos llegado en pro- 
ducción ni e^ elaboración, generalmente hablando, á lo 
que daba el estanco. jPor qué? Porque no ha habido quien 
haya demostrado al agricultor tabacalero que el deses- 
tanco no era la facultad de hacer tiras y capirotes de ese 
rico producto, cosechándolo mal y beneficiándolo peor, ó 
no beneficiándolo, sino la ocasión más oportuna para 
elevarlo á tal grado de perfección, que se hubiese teni- 
do que pagar k mucho más precio que lo pagaba la Ha- 
cienda, imponiéndose así á todas las empresas y á todos 
los que negociasen con esa hoja. Ko ha sucedido as/; los 
consejos más bien se han inclinado al desaliento que al 
entusiasmo, y el agricultor filipino que necesita bien poco 
para caer en la indiferencia, ha cosechaiio de cualquier 
raodo, descuidando las operaciones y el esmero que ne- 
cesita planta tan deUeada, al sólo objeto de cortar y ven- 



y Google 



122 

der á cualquier precio, y á vecea veniler y cobrar sin 
cortiir aún, siendo mayor el abandono de las siembras- 
De aquí que, Ueg'ado el tabaco á Manila, no alcance el 
precio que sus dueños ae propusieron, j entre el desalien- 
to. Hablamos en términos ^en^rales; hay cosecheros y 
acopiadorea de conciencia, que traen al mercado produc- 
to aceptable, y si no obtienen todo el aprecio que ellos 
se prometían, dimana de otras causas que, al decir de 
recientes noticias, el (futiienio sü propone remediar. Sea 
como quiera, Filipinas puede dar mucho mejor tabaco 
del que hoy da, y en producirlo bueno, está la boudad 
del desestanco y el porvenir de una planta que ha goza- 
do siempre de merecido crétlito, 

Es necesario aconsejar k los tabacaleros para que 
mejoren el producto, para que íu corten en hora oportu- 
na y lo beneficien conven licite mente, para que alcance 
en el mercado ó en el almucéii el precio que debe tener. 
No de otro modo será fructífero el desestanco, medida 
altamente moral y beneficiosa, qae comprendida, ha de 
producir sus favorables resultailos. El tabaco de Filipi- 
nas puede competir con el mejor, excepto el de la Haba- 
na, y si perdemos el luj^ar que á nuestro tabaco se le 
concedía en los mercados no po iremos quejarnos de que 
el gobierno, que ha perdido con el desestanco una pin- 
güe renta, busque por otro lado la compensación de lo 
que el tabaco le producía. 

Se han exportado el año último 120.793 quintales 
tabaco rama, algo menos que c\ 85, que salieron 136,144; 
y ya se comprenderá que la mayor suma, más de 100.000 
quintales, U ha sido por la Cjuipañía general de tabacos 
para cumplir el compronjiso de la contrata de suminis- 
tro á las fábricas de la Península. No es esto aún el des- 
estanco: no es esto lo que el país esperaba de esa tras- 
cendental reforma: no satisí'nce el movimiento tabaca- 
lero; y es preciso convencerse de que para :iue el deses- 
taoco rinda sus legítimos frutos, hay que empezar por 
producir buena hoja, por hacer buenos cigarros, y si á 



y Google 



123 
eeto se une el que las subastas para surtir de tabaco á 
laa fábricas de la Península sean en pequeños lotes, para 
que en eüs tomen parte loa pequeños capitales, el deses- 
tanco fiará sus frutos; ó hay que renunciar en Filipinas 
á toda idea de adelantamiento por medio del trabajo li- 
bre, lo cual seria sensible en alto g:rado; 

Gauchí nicar. — Eite avticülo de comercio, que tiem- 
pos atrás daba una cifra respetable al cuadro de expor- 
tación, ha venido á la mayor decadencia, prevista desde 
que Joló fué declarado puerto Ubre: desde allí se Iteva 
hoy la concha á Sin^apore y á otros puntos, saliendo así 
más barata, como todo !o que se toma en el lugar que lo 
produce. Solamente 87 picos se han exportado en 1886, 
en frente de 157 en 1883. 

Cueros. — No ae ve en nuestros productos un creci- 
miento protíresivo comí en otros países. Nos estuncaraos 
en una cifra, y si se nota en ella aUeracióu, es más bien 
en descenso que eu aumento. Así vemos hoy en la mise- 
ria pueblos que hace treinta años hemos conocido reliti- 
vamente prósperos. Punto muy importante es este que 
debería ser motivo de coactante estudio para nuestros 
gobernantes, pues siendo el país fértil, ks leyes benéfi- 
cas y el pueblo dócil, todj debe Ir prosperando: no suce- 
de así, y hay que averiguar las causas, para poner el re- 
medio. -—1,454 picos de cuero salieron el año pasado, y 
poco más, 1.805, el anterior. Es cierto que bastante se 
utiliza hoy dentro del país, para calzado, para arreos y 
otros UROS, pero siempre ha sucedido así, auuqne en me- 
nor escala, y hemos conocido años de mayor exporta- 
ción, como lo fué el 80, que salieron más de 7.000 picos. 



Almáciga. — 3.255 picos ae exportaron el año 86, en 
frente de 3.294 el 85. Tampoco en este artículo ae ve que 
la producción crezca, cuando nuestros montes son ricos 
en esa goma. No parece sino que hay una consigna para 



y Google 



124 

no extralimitarae de cierta cantidad, según vemos ence- 
rrados en ella ag^riciiltores y compradoreg. Excepto el 
año 81, qae se exportaron máa de 7.000 picos, los res- 
tantes hasta la fecha se han limitado sólo á ios 3.000. 



Hemos concluido de reseñar los principale.'i artículos 
exportadoa durante el año último. Hay otros muchos, de 
los que el comercio no Ue^a especial estadística, y que 
sin embargva, la Aduana apreció el 85 en 3.695,889. Va- 
mos á dar en el siguiente cuadro el valor aproximado 
de nuestra exportación en 1886, comparado con el que 
oticialmente conocemos del 85, paos la balanza de este 
último año se publicó íi mediados del paáado. 



Abacá 

Aaüctr 

Sibucao 

CigarroB 

Cafó 

Jarcia de abacá 

Añil 

■ tintarrón ... 
Tabaio rama.... 

Arroz 

Concha nácar .. 
Cueros para cola 

Almáciga 

Otros artículos . . 





VALOR 




APROXIMADO 


EXPORTACIÓN 






Pesoi 


743.364 picos 


5.60O.OOO 


2.912.789 » 


8.500.0(10 


75.639 » 


7P.00O 


I07.8(il mili. 


1.500.000 


117. aaa picos 


!. 300,000 


2.988 . 


39.000 


1.281 qtls. 


45.000 


120.793 . 


2.500.000 


H7 picos 


2.700 




18.000 


3.255 » 


26.000 


» 


3.50«.0OO 




23.106.700 



y Google 



1885 

Sxporiació7i y su valor según estadistica ojlcial. 





EXPORTACIÓN 


Pesos 


Abacá 


838.925 picos 
3.238.202 » 

68.920 . 
972.915kilús. 

86.433 picos 

K464 qtlfl. 
1.221 \ 
126.744 » 
11 picos 

Oro y flato. 


6.582.744 










Café 




Jarcia de abacá 


51 .775 


> tintarron 

Tabaco rama 


24.540 
1.539.97o 


Concha nácar 

Cubros para cola 




Otros artículos 


3.695.889 




24.553.683 



Aunque ya en El^ Comercio del día 11 hemos publica- 
do un cuadro del movÍmieii''.o de moneda durante el año 
86, vamos á condensarlo eaelsiguie ote estado comparán- 
■ dolo con el 85: 





ORO 


PLATA 




Pesos 


— 

Eítrinjera 
Pesos 


Pesos 


Pesos 


Importación 1886. 
» 1885. 


25 
6.270 


5.50O 


1.393.883 » 
680 Otó'25 


5.000 
202 



y Google 



« 


ón 1886 
1885 




3IíO 




PLATA 




Bapa&oU 
Pesos 


Bnito 
Pesos. 


Polvo 
Pesos 


EapaDOLa 

Pesos 


Bl- 
trMije- 

Peses. 


Brato 

Pesos 


Kxportac 


198.758 
231.772 


14.720 
6.850 


4.050 
2.850 


5 493.911 
1.312.970 


6.180 


2.450 



Oasa de Moneda 

Aumentándole los años 85 y 86, publicamos á conti- 
nuación la labor de la Oasa de Moneda de eata capital 
desde 1881 á 1886; 



E Número de N 

s monedas de a. 

pesos O'20 ] 



Total gao «al 

Pesos 



1.344.454 

859.311 
1.972.0&) 

968.336 
1.028.739 



73.703 
22.8Í2 

3.220.534 
1.885.666 



5.175.938 
3.378.84S 
4.1'32.359 



1.590.259*50 
324.446'30 
183.273-20 

1.603.016'40 



yGoogle 



127 

Aduaii'Z 

Los valores anotados por la Aduana durante el año 
8tí de los artículos que pag^n derechos de esportación 
y los derechos cobrados, lian sido como sigue: 



MESES 


Valores tie loa ar- 
tículos. 

Peso) 


Derechos. 
Pesos 


Enero 


457.768 
I.3S8.5ÍI& 
I.;n3.551 
1.433.580 
1.361.437 

760,833 
1.353.622 
1.078.806 

774.152 
1.034.S94 

935.439 

676.890 








Marzo 


35.774 26 


Mayo 

Juiíio 


39.267 42 
27.374 46 


Julio 

Agosto 

Setiembre 


51.827 VO 
36.517 73 
16.017 31 


noviembre 

Diciembre 


45.775 94 
23.328 89 




l'á.569.Ó73 


450.410 93 



Banco español JUipino 

Nuestro Banco continúa en su sólido crédito, merced 
á su buena y previsora dirección. El dividendo activo 
del último semestre es de 9 por 100. Hay empeño en que 
el Banco vaya á las Visayas para auxiliar con sus fondos 
á aquellos laboriosos agricultores y hacendados. Es muy 
justa la petición; pero el Banco necesita sólidas garan- 
tías para anticipar fondos sobre bienes inmuebles y na- 
die más que el gobierno puede ofrecérselas llegando fi 
Visayas un registro hipotecario en el que se conozca ei 
estado y dueños de las fincas, requisito indispensable 
para que un Banco haga esa clase de operaciones. Míen- 
tras aquello no exista, creemos que el Banco no se deter- 



y Google 



128 

minará á establixerHacursalea en provincias, por más 
queJos deseos (ie su junta (iirectiTaseaii propicios á esa 
instalación. 

Hoy el Banco sigue su murclia próspera, compartien- 
do !o9 negocios con lua do3 Bancos ingleses que teneiaes 
en !a plaza, si bien podría hacer más, facilitando el me- 
caniflmo de las operaciones. Nuestra enhorabuena é. sus 
directores y á la junta directiva por su buena g-estión. 



CAJA T)E DEPÓSITOS 

De Real orden pasaron á esta dependencia de! Eytado 
los fondos recaudados para laa obras del puerto, que eran 
al cumplirse la suprema diapoaición, pesos 1.660.000. La 
Caja continúa sus operaciones, si bien el interés de los 
depósitos ha sido reducido ai 6 por 100 anual para los 
Toluntaríos. 

OBRAS DBL PUGFtTO 

Aunque mensualmente reproducimos el estado que 
nos da la Gacela de la recaudación de los impuestos 
para las obras del puerto, encaja en este modesto traba- 
jo el resumen de lo que el comercio lleva satisfecho para 
esas obras desde que principió la recaudación. Ea lo si- 
g-u lente; 

Peaoa fu ertaa. 

Por el 2 por lOO sobre la importación áo mer- 
caaciaa sujetas al pago de derechos aran- 
celarios i. 931. 159 66 

Por el 2 por 100 sobre las librea de esos dere- 
cho.s 311 ."m 08 

Por e! 1 por 100 sobre la nxportaciÓQ de mer- 
caocíaB sujetas al pago <lo derechos aran- 
celarios 87ó.EJt)9 38 

Por el 1 por !00 sobre las lihres de esos de- 
techos 86.305 41 

Impuesto sobre el tonelaje de buques de al- 
tura 232.243 43 



yGoogle 



Id. sobre el de cabolaje. .■ - .-■ 139.415 49 

Reintegro de la Marina de 2 (le Octubre á 5 

(íe Noviembre del 80, por el sueldo de la 

tripulación de la draga 55IÍ 07 

Subvención del gobierno de 1.000 peaos del 

meada Abril del 80 á Julio del 81 52.000 50 

Arbitrio de corralea de pesca de Julio 80 á 

Abril del 83y de Junio del 83 á Julio dei 84. 45,653 45 
Producto de la «enta da materiales aobrantes 179 28 

Reintegros por pegua íudebidoa 14 OT 

Beneflcio eu letras 2.925 00 

Total 3.tí72.79d 6% 

Devuelto á diferentes caans por haber reba- 
jado los derecoa de eipurtacióri de tabaco 
desde el día que empezó á cobrarse el im- 
puesto : 14t5.427 13 



Liqiii4a, recaudación . . . 

Su^BS mercantes de alia, mir 

, ' durante el año de 1886 



3.5^.369 19 
eii Manila 



BANDBRAS 


t 
1 




1 


■ 


1 


^1 
5 


Pailebot 


Total 
de tone- 
ladas 


Bspañola 


65 
95 
20 

1 
1 
13 

m 

241 
215 
161 


n 

19 

1 

37 
33 
33 
37 

41 


20 

í 

2 
1 
1 
1 
39 
51 
5- 
71 
6 






« 68 
» 18i 

29 

» 15 


53.389 
98.677 


Alemana 

Americana 

Dinamarquesa,. 

Francesa 

Siamesa 

Noruega 

Italiana 


18.174 
36.408 
668 
10.638 
3382 
1.76 
708 


Total eu 18S6. 
> > 85. 
« - 84. 

. 1 Bf¿. 


"2 . 2 
5 8 2 
5 3 3 
1 1 4 
» 5 


. 275 
« 217 
2 340 
1 333 
- 273 


2-¿0.762 
231 . 1 Í8 

268.884 
270.610 
193.840 



y Google 



130 

Llegraron en 1886: 

líspaíioies coQ carga (36 en lastre 

Ingleses • » 113 » 

Alemanes » 2'¿ » 

Americanos » 8 » 

Dinamarqueses. » 1 » 

» 14 » 



228 47 



Moraegop , 
Italianos.. 



Hemos concluido e.9te trabajo, que no tiene más mé- 
rito que el de la recopilación de datos y cifras. 

¡Ojalá la próxima Exposición filipina en Madrid abra 
más campo á nuestro comercio con la madre patrial 
¡Ojalá la fe y la energ-ia con que nuestro gobierno viene 
procediendo para la realización de ese concurso en- 
cuentren halagüeña recompensa! ¡Ojalá la creacJón de 
las Clamaras de Comercio venga á dar impulso á los ne- 
gocios, consiguiendo con su gestión la abolición de tra- 
bas y entorpecimientos! Nosotros, al dar estus ligeros 
apuntes, deseamos á la comunidad comercial española y 
extranjera, un buen año de negocios, que recompense 
los afanes de quienes, al par que para sí, trabajan para 
la felicidad material del pais. 

Hasta aquí Bí Comercio de Manila. 

BEFLEXIONE.-í Q'JE HACE EL AUTOR DE ESTA OBRA 

Como nuestros lectores habrán notado, el lenguaje 
que usa este periódico y las razones que aduce para es- 
püoar las crisis tabacalera y azucarera no pueden ser 
más atinadas y patrióticas. Abandona el sistema deechar 
Ift culpa al gobierno de todo, y con exquisita habilidad 
le hace notar que debe continuar el camino de un trata- 



y Google 



131 

docoi) los EstadoR Unldop, que non, después de Cbiía, 
los que importan mes azúcar de Filipmas, asi como nos 
hace ver que la Dirección general de AduansB de aquel 
Archipiélag-o no ha liechoel balaBce de la importación 
y exportación de 1885 y 1886; y si esto último es exacto, 
es preciso que el g-obierno ponga remedio á elio. Después 
M Comercio la emprende con los productores, almace- 
nistas y fabricantes de tabaco para que no adulteren el 
cigarro con mala hoja ni cultiven mal la siembra y re- 
colección, porque la mala calidad del tabaco es una de 
lae causas de 5a crisis tabacalera, y después dice con ra- 
zón que espera que con la Exposición filipina en Madrid 
se remediará mucho de la crisis actual. También con los 
productores y almacenistas del abacá, para que lo culti- 
ven mejor lus primeros, y los segundos no extremen el 
escog-ido ni den menos Talor al colorado ó lo rechacen, 
que es aún peor. 

Y sobre todo, El Comercio, supliendo el silencio de la 
Dirección de Aduanas de Filipinas, nos hace comprender 
hasta dónde liega la crisis en cifras redondas como las 
que acabamos de copiar; asi que dándonos 13.509.573 pe- 
sos, como lo exportado en 1886. y siendo lo exportado 
en 1885 por valor de 23.106,700 pesos fuertes, claro es 
que la diferencia es pequeña, si hay alguna; porque 
aunque á primera vista resultan 3.597.127 pesos de me- 
nos exportado el año próximo pasa-io de 1886 que el an- 
terior de 1885, bien examinado, por las mismas palabras 
de ÍTÍ (^omeTOO, se prueba que esta diferencia casi des- 
aparece en el azúcar que los almacenistas no han queri- 
do vender esperando mejores precios, conjuntamente 
con lo comprado para la exportación no sólo en azúcar, 
sino en abacá, pero que los compradores no habían sa- 
cado todavía el 31 de Diciembre del año próximo pasado, 
que es hasta donde llega !a estadística de Fl Comercio. 
Se ve, pues, que las proporciones de !a crisis son 
bien peqtieñNS y fácil por consiguiente de hacerla des- 
aparecer en breve. 



y Google 



132 

Y Bí Comercio coacluye eypresaado su eaperanan de 
que la Bxpoaición que va k tener liig;ar en Madrid aea la 
causa. De resolver la crisia actufil azucarera y tabacale- 
lera, en lo que estamos conformea y porque lo creemos, 
así hemos escrito esta obra. 

Como cuando estábamos concluyendo de escribir este 
artículo ha tenido Iug:ar una polémica acerca de la crisis 
porque iitraviese Filipinas, entre el Sr. Barraníes y la 
Guardia que desempeñado en el archipiélago durante 
largos años puestos de importancia, hemos creído cum- 
plir con el deber que nos hemos impuesto de insertar en 
este libro cuanto atañe al archipiélago filipino, y con, 
preferencia todo lo que digan personas de competencia 
en estos asuntos. En el capítulo siguiente verán, pues, 
nuestros lectores, lo MI Imparcial, la Guardia y Barran- 
tes dice. 



y Google 



CAPITULO VII 

POLÉMICA QUE HAN SOSTENIDO EN LA PRENSA LOS SBÑOBES 
BARRANTES Y LA QTJARDIA ACERCA DB LA RIQUEZA DE FI- 
LIPINAS, T NUESTRA OPINIÓN EN LA MATERIA APOYADA EN 
CIFRAS OFICIALES Y PARTICULARES. 

El día 1.* de Junio de 1887 apareció en M Imparcial 
el sig-uiente notable escrito acerca de la crisis tabacalera 
y azucarera ^de Filipinas, seguido de un artículo del 
Sr. Barrantes, que emite su autorizada opinión en contra 
de la del Imparciftí, director general de Administración 
que ha sido allí y que acaba de llegrar á Madrid, y luego 
otro del Sr. la Guardia en contradicción con el del 
Sr. Barrantes. Helos aquí: 



A continuación publicamos la notable comunicación 
que nos ha remitido el Sr. D. Vicente Barrantes sobre 
las apreciaciones que al hiblar de Filipinas nos hemos 
permitido exponer al juicio público de vez en cuando, 
sin la competencia experimental, cierto es, de tan ilus- 
trado publicista; pero con el estudio no tan solo de lo 
que escriben los periódicos mismos de aquel Archipiéla- 
go, sino de lo que han dicho sobre aquellas islas impor- 
tantes publicaciones españolas y luminosas obras ex- 
tranjeras. 

Más que optimismo el nuestro sobre la riqueza de 
Filipinas, es pesimismo por los obstáculos que la este- 
rilizan. No hemos podido decir nunca que la tierra mana 
oro en r^quellas regiones privilegiadas por la naturale- 



y Google 



134 

za, pero ^í qae podría manarlo bien administradas. Hay 
mucha diferencia entre este optinismo y el pesimismo 
del 8r. Barrantes, que cieira toda esperanza á la posibi- 
lidad de explotar loa productos del Archipiélag^o. 

Que la producción azucarera está en crisis, que el 
abacá no puede competir en precios con las materias 
textiles de otras regiones, que han quebrado algunas 
casas extranjeraa, nada de esto altera las observaciones 
que hemos expuesto, en su mayor parte no propias, por- 
que no podemos medir nuestras fuerzas en esta cuestión 
con el Sr. Barrantes, que ha visto las cos¡i3 de cerca- 
sino inspiradas en lo que nos dicen autorizados escritores. 
Pues qué, ¿hay razón alg:uaa para que las materias 
textiles de Filipinas no puedan producirse con las mia- 
masjcbndiciones que las de otraa partes? ¿Se reduce todo 
k azúcar y abacá? En la misma producción del azúcar, 
¿no pueden las Filipinas obtener idénticos efectos que 
las islas Hawai? No puede, no, comprenderse que la 
Luisiana, que el Brasil, que otras comarcas sostengan 
su producción azucarera sin las crisis de Cuba y de Fi- 
lipinas, sin suponer que hay algo en nuestras provincias 
ultramarinas que contraría .el desarrollo de la riqueza. 
Tenemoíi á la vista la magnífica obra del gobernador 
que fué de Houg Kong, sir John Bovring, que, con el 
titulo de Una visitad las Islas Filipinas, nos expone 
detalladamente la inmensa riqueza natural del Archipié- 
lago. 

Sólo en especies arbóreas, todas explotables, seña- 
la 48, con sus aplicaciones, pesos específicos, tensiones, 
resistencias íi la presión y á la torsión, alguna de ellas 
de considerable precio. 

Pero pregunta si hay alli eacauzamiento de ríos, si 
hay caminos, sí hay tudo lo necesario para que esta ri- 
queza no se mantsnga estéril. No podrá desconocer el 
Sr. Barrantes que todo esto es cuestión de buen gobier 
no, y que puede muy bien ser una región inmensamente 
rica, sin fruto, no por culpa de la tierra que ha de ma- 



y Google 



135 
llar oro. sino por la de quien lia de abrir esos manan- 
tiales. 

Así se explica cómo la Australia ha podido ser en 
poco tiempo lo que no han sido !aa Filipinas en 300 años. 
Asi se comprende cómo ahora vale la riqueza de la Re- 
pública Argentina que antig-uamente servía de muy 
poco. 

En cuanto á quiebras de casas de comercio entre 
otras que viven pujantes, ni los Estados Unidos, donde 
son numerosas, ni otros pueblos, hubieran desenvuelto 
sus medios de existencia, deteniendo por eso su acti- 
Tídad. 

Laque fué prívileg'iada Compüñia de Filipinas no 
debió ser citada como prueba de que allí el comercio es 
difícil. Bien conoce el Sr, Barraníes su historia, Prodii- 
jole la inuerte su propio monopulio después de haber im- 
pedido el progreso mercantil de las islas Filipinas. 

Estas observaciones nuestras no impiden que consi- 
deremos el sig-uiente escrito del Sr. Barrantes como de 
grandísimo provecho para esclarecer la cuestióií; 

tSr. Director de El Imparcial: 

Muy señor mío: Entre las sensatas y oportunas ob- 
servaciones que contiene su articulo del 25 acerca de la 
aituación de Filipinas, se vislumbran alg'unos rasgos de 
optimismo, que por ser muy frecuentes en nuestro país 
cuando se trata de aquel Archipiélago, contribuyen, en 
mi concepto, á extraviar la opinión y desorientar á lo» 
hombres de gobierno. 

Después de pintar con negrísimos colores, nada re- 
cargados ciertamente, la crisis que atraviesa Manila, y 
que es, en efecto, de las más graves que registra su his- 
toria, se hacen tales ponderaciones de la riqueza del 
suelo filipino y de la facilidad de explotarlo, que vienen á 
ser virtualmente una condenacit'm de nuestra raza, de 
nuestro imperio y nuestros sistemas políticos y admínis- 



y Google 



136 
traitvos, toda vez que en trescieutos años de dominación 
resulta que no hemos acertado á convertir en paraiso un 
país donde mtm oro de líi tierra, donde ésta da el ciento 
por uno; país, en fin, que es inmensamente rico; pero bien 
sabe que estas riquezas no lo son para nosotros qtte lo mi- 
ramos con. la mayor indiferencia, y dejamos que los ex- 
traños se lleven todos los líegocios. 

Aquí es donde yo encuentro, señor íiirector de El Ivir- 
parcial, ia parte débil de su excelente articulo, porque 
sienta como hechos indiscutibles una porción de creen- 
cias vulgares que ya debían estar desterradas del perio- 
diamo español, merced á la universalidad de sus conoci- 
mientos. En el estado actual del comercio y de las in- 
dustrias, ¿puede considerarse inmensamente rico un paia 
cuyas principales producciones encuentran en todos loa 
mercados ruinosa competencia? Y esto es ¡o que aconte- 
ce á Filipinas, y esta la principal causa de la hondísima, 
crisis que atravie.sa, sin que yo niegue por ello la por- 
tentosa fertilidad de su suelo, ni H agravación de esa 
causa por errores administrativos y políticos, en que 
hoy no he de ocuparme porque requieren ocasión más 
oportuna y trabajo de otríi índole. Pero, ¿cree V., señor 
director, que un país azucarero, que no produzca este 
dulce en condiciones de poder competir con el de remo- 
lacha por su baratura y con el americano por su calidad, 
puede alardear, hoy por hoy, de su riqueza en este ramo 
de la industria agrícola? Y si al tabaco, volvemos los 
ojos, ¿no se le ve depreciándose muy á prisa en todos los 
mercados y decaída su producción hasta el extremo de 
haber provincia donde tas siembras han disminuido en 
un 80 por 100? Pues el abacá, que es el tercero de los 
grandes productos de la tierra filipina, ¡cu&n difícilmen- 
te no sostiene ya en Europa la competencia con las nu- 
merosas plantas textiles que la industria moderna está 
aplicando á la cordelería, á la jarcia y á los íejidosl 

Estas causas de decadencia, que no son todas sino las 
principales de la crisis actual, se ag-rasan, y aun es posi- 



y Google 



137 

ble i)ue se hagan crónicas, por la condición del indio, 
por los problemas insoliibles que el trabajo envuelve en 
Filipinas y por la proiiensión que todos tenemos, aaí 
g-obernantes como g-obernados, al idealismo quijotesco, 
que fluefia con panaceas en vez ile buscar á los males 
paulatinos y apropiados remedios. He aquí también qu« 
los liombres de gobierno, imj'O'íibilitados de estudiarlas 
cuestiones coloniales con madurí-z y detenimiento, por- 
que los apremian las neceaidudes y las exigencias de !a 
administración activa, crean de la mejor buena fe que el' 
presupuesto de Filipinas puede resistir cuantas cargas 
se le ecben y desprenderue de los recursos que en Espa- 
ña parezcan impopulares ó anticuados, porque es un 
■pais inmensamente rico, donde li tierra mam oro. \(ixié 
funesto error y qué tristes consecueiicias está trayendo 
y ha de traer aún! RiquLsimas pueden racionalmente 
creerse todas las minas que S"ardan las entrañas de la 
tierra, y ícuáu pocas hacen ricos & sus explotadores! 

No menos trascendental es la insinuación de que los 
extranjeros acaparan los negocios de Filipinas. Ahora, 
como en todos loa momentos difíciles que aquel pais ha 
atravesado, por las empresas extranjeras tuvo principio 
la ruina á causa de su misma oraban ización. más ocasio- 
nada á peligros y aventuras que las españolas. Sin olvi- 
dar, entre otras, á la poderosa ruzón social Russell Stur- 
8"Í8, acaso la más importante que ha negociado jamás 
en la Occeania, la India y la China, de cuya quiébrase 
resiente aún el comercio filipino, recuérdese !a azuca- 
rera, cuya inmensa fábrica tuvo de costf>. un millón de 
pesos y no llegó k funcionar en las orillas del Pasig; y ia 
crisis actual por la quiebra de la respetable casa Labhart 
y compañía fué iniciada, siguiéndola inmediatamente la 
Compañía naviera, de capitales casi en totalidad ex- 
tranjeros, bastantes comerciantes chinos de ia liscotta y 
San Gabriel, y por ultimo la casa de Pet! Hubell, cuya 
catástrofe ha precipitado la crisis hasta el punto que es- 
tamos viendo. 



y Google 



138 
lintretatito, modestas ctiSM españolas resisten y per- 
manecen, porque son más cautas, mka conocedoras del 
pai-! y neg-ocian con capitales propios, mientras los ex- 
tranjeros suelen ser comisionistas, que libran au ganan- 
cia de ta extensión y nilmero de sus transacciones. Por 
incun-ir en este mismo error de abarcar demasiado, cre- 
yeiirio de fácil solución ios problemas del trabajo en la 
ag-ricultura y ía industria (o sea en la producción y ma- 
nipulación de primeras materias), fracasaron empresas 
tan acaudaladas como la Compañía general de Filipinas, 
cuyos enormes privilegios tanto dLeron que hacer á las 
Cortes de España en 1820, y sí la actual CoMpctñía t/ene- 
ral de Taitieos asaanln ía tormenta, débese á muclias 
causas, ajenas en su mayor parte á las coudtciones esen- 
ciales del país, entre ellas, ia habilidad de su gerente 
I). Lope Ciisbert. 

Ya los antiguos cronistas ñjaron su atención en estas 
oscilaciones de la riqueza pública en Filipinas, en esta 
instabilidad de su comercio y su progreso material, tan 
poco semejante á las que sufren los demás pueblos del 
mundo, que desorientan y perturban las inteligencias 
más privilegiadas. Üstudiar sus causas y los medios de 
remediarlas cuanto en lo humano quepa es más propio 
de hombres pensadores y patriotas que acusar implícita- 
mente de imp'rtfiucia á la Metrópoli, autorizando & los 
gobiernos á llevar allí reformas poco meditadas, que qui- 
zás sustituyen á un mal de lentos efectos otro de carác- 
ter fulminante. ¿No lo hemos visto ya más de una vez en 
nuestros días? 

Anticipo á V., señor director, las gracias por la m- 
sercióu de estos renglones, y me ofrezco su afectísimo 
S.S.Q. B. S. M., 

V. Barrantes. 

Madrid 29 de Mayo.» 

No se hizo esperar la respuesta. A ¡os tres días, es 
decir: el 3 de Junio, contestaba á Barrantes el diputado 



y Google 



139 

la (iuardia en estos términos, encabezándoloa El Im- 
parcial como aigue; 

LA. RIQUEÍZA DH LOS DOMINIOS ESl-AÑOLES 

Desde hace algrún tiempo se presta gran atención á 
todo cuanto se refiere á Filipinas y á los graves proble- 
msB de todo género que palpitan en la vida social, eco- 
nómica y política del Archipiélago, problemas que esta- 
ban antes dormidos ú olvidados. 

Los trabajos recientes de ilustres escritores han sido 
como una reveíación de la importancia, riqueza y pode- 
río que representan para el porvenir de España aquellos 
vastísimos territorios. 

La cuestión de tas Carolinas despertó, con los arran- 
ques del patriotismo, la atención, atrayendo hacía aque- 
llas tierras las miradas. 

Y se pensó que, si con tanto ahinco defendíamos 
unos territorios sin más importancia que la debida á su 
situación estratégica ¡¡ara las luchas comerciales que 
puedan emprenderse el día de mañana, más, muchísimo 
más debíamos fijar nuestra atención en aquel poderoso 
imperio español, formado por las islas Filipinas, donde 
hay millones de habitantes, un suelo feraz, extenso, apto 
para exuberante producción y lleno de escondidas é ig- 
noradas riquezas. 

Por nuestra parte, hemos seguido esta corriente de la 
opinión, popularizando cuanto se referia al estudio de 
Filipinas y excitando el celo y la atención del gobierno 
en pro de los intereses del Arcliipíélago. 

Con motivo de esta asidua atención nuestra, recibi- 
mos una carta muy digna de estudio debida al Sr. Ba- 
rrantes, que publicamos no ha mucho. 

Eq contestación á ella hemos recibido otra car- 
ta, que á continuación insertamos, del diputado á Cortes 
Sr. D. Miguel Guardia, que conoce muy á fondo todos 



yGoogle 



140 

los problemas de aquella región, por haber i^esempeñado 
en ella un puesto importante durante algruaos años. 

En esta carta, nutrida de interesantes datos y atina- 
das consideraciones, se verá una vez m&s que no pueden 
excusar los gobiernos el estudio de todo cuanto hace re- 
ferencia al archipiélago filipino, y que es preciso tra- 
ducir pronto este estudio en hechos y reglas prácticas ai 
se quiere que sea, como debe, aquella región base y cam- 
po al desarrollo de nuestro comercio y nuestro podep 
marítimo. 

La carta del Sr. Guardia dice así: 

«Sr. Director de El Imparcoal: 

Mi querido amigo y compañero: Con profunda extra- 
ñeza y verdadero sentimiento he leído la carta que pu- 
blica Jíl Imparcial suscrita por D. V. Barrantes, direc- 
tor general en Filipinas, que acaba de llegar & España 
después de larga reaidencia en aqael país, en el que ha 
desempeñado elerados cargos de la Mmiiiistración. 

T digo con sentimiento, porque no he podido menos 
de lamentar que persona como el Sr. Barrantes, á quien 
su talento, su instrucción y su residencia en la Occeania 
prestan grande autoridad, emita ideitó tan equivocadas 
y lleve á la opinión conceptos erróneos que dan lugar 
¿ la indiferencia en los gobiernos respecto de aquel país 
que por sí sólo debiera ser suficiente á constituir la gran- 
deza de España. 

Hace V. bien en reservar su asentimiento á ias ideas 
del Sr. Barrantes y seguir creyendo que aquella tierra 
mam oro. No lo dudaría ei Sr. Barrantes tampoco, si en 
vez de haber pasado tantos años en Manila hubiera dedi- 
cado parte de ellos k conocer recorriéndolas las provin- 
cias. No puede ignorar que en los distritos de Lepanto y 
Botoc, en las provincias de Camarines, en Mindoro, en 
los distritos de Mindanao, especialmente BisUng, se en- 
cuentra el oro nativo en pepitas y abundante en sus ría- 



y Google 



141 

chueloa, que lo hay en graiides eantídades en piritas de 
cuarzo y que los cristianos y los iíjorrotes de aquellas 
cordilleras lo recogen sin ¡írande esfuerzo y con proce- 
dimientos rudimentarios, lo pescan en los rios, que ésta 
es la frafle, sacándolo de entre las arenas que extraen de 
los cauces con mangas de tela ó moliendo las pintas con 
piedras duras, lavando los regidnos, porque este oro de 
excelentes condiciones es llevado con relativa abundan - 
cía á Manila, donde se vende. No puede ignorar el señor 
Barrantes que en niuelias provincias, y especialmente en 
llocos -Norte,, los caminos presentan á la simple vista ve- 
tas minerales, y yo he cogido por mi mismo hermosos 
ejemplares de hierro y amianto, que conservo. 

Los abundantísimos criaderos de Angat, á dos pasos 
de Manila, ofrecen hierro de calidad superior á los me- 
jores de Suecia, y el Sr. Barrantes habrá visto que se 
emplea y es preferido para yantas por los constructores 
de carruajes en Manila, por exceder á todos los que lie ■ 
van de Europa en dureza y ductilidad. Aquellos cria- 
deros son montañas enormes, ¡as que ea cualquier sitio 
que se les ataque dan mineral sin más trabajo para el 
indio que el empleo de una mala azada y una espuerta 
para recogerlo. En M-incaya, á la simple vista también, 
hay enormes mas"g de cobre de calidad superior, que 
han bastado para formar un capital á pñrrfonas que el 
Sr, Barrantes conoce, sin más esfuerzo que recoger y 
trasportar las masas desprendidas de un cerro. ¿Cómo 
descoHoeerá el Sr, Barrantes la importancia de las 
cuencas carboníferas de Albay, de Cebú y otras mil 
partes? 

En el reino vegetal la pobreza de Fipiuas puede me- 
dirse por lo siguiente: se conocen hasta catorce clases 
de arroz, que es el pande todo el Oriente y de más de la 
mitad del género humano, entre ellas desde el temprano 
(palay de secano], que se cría en cincuenta días y da á 
razón de 20 á 22 por 1, sin más labor que sembrarlo, 
hasta el tardío (palay de riegu), que con quince días de 



y Google 



]42 
semillero y cuatro meses trasplantailo, da del 70 al 8Ü 
por semilla. 

Es verdad que la agricultura se ha descuidado tanto 
que el indio ignora la extensión de lo que sieiofara, la 
cantidad sembrada y lo que pecóle, que parte con el 
que le ayuda, y yo he teuido que dirigir por mi mismo, 
durante algunos año-s, varias siembras para procurarme 
alg\) parecido á estadística ó proporción. El maíz se 
cria en sesenta días, dando el 200 por 1, y en Ca- 
g-ayán y otras provincias del Norte consiguen hasta 
tres cosechas por año y en una uiiama tierra, y cuando 
menos dos durante la estación de las lluvias. El café 
produce á los tres años, sin otro cuidado que arrojar las 
semillas entre los plátanos ó árboles protectores, sin la- 
bor alg-uní, llegando & total producción á los cinco, en 
que se calcula en dos reales fuert«s (cinco vellón) la 
renta anual de cada pUnta, á la que solo se acude para 
recoger el fruto, el cacao produce mucho más, aunque 
tarda algunos anos mas también en formarse, y una 
hectárea de abacá, bm abono y sin labor alguna, da por 
año im producto líquido que excede de 100 pesetas. 

¿Cómo olvida el Sr. Barrantes los gastos de produc- 
ción del azúcar en Filipinas hasta el punto de asegurar 
que no puede competir con la de remolacha y la de 
Cuba? ¿Cómo también su grado de polarización, cuando 
la considera inferior á la de las Antillas? 

El algodón, de calidad superior al de América; la 
pimienta, cayendo de los árboles, que crecen sin que 
nadie los cuide ni aproveche el fruto; el tamarindo, tan 
eficaz casi como la quinina, creciendo á millares por to- 
das partes; el plátano, cun una variedad y una abundan- 
cia maravillosa, que supera al constante destruir de los 
indígenas, que jamás se ocupan de reponerlo; ia anana, 
que es un enemigo del cultivo por lo que se multiplica, 
hasta la fresa, que silvestre y en grandes prados he vis- 
to en loa bosques; el ramio, que crece á su libertad, sin 
quejamos se haya utilizado ni se supiera que tenia 



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143 
aplicaciüu haslaque llegaron á Filipinas algunos perió- 
dicos (ie España que se ocupaban de aquel textil; el cabo 
negro que llega á obstruir ios caminos, y que en vez de 
fomentarlo se persig'ue; el yute, que se considera en la 
mayor parte de las regiones como un enemig-o; loa árbo- 
les y plantas oleaginosas y las qtie producen zumos al- 
cobüiicos con pasmosa abundancia, perdidas, olvidadas, 
sin recoger siquiera el fruto que como don inacabable 
del cielo y sin cultivo, ¿qué digo sin cultivo^ á pesar de 
la guerra que se les hace, ofrecen generosas al que quie- 
ra tomarlo. ¿Es esto un país pobre? 

Ko hablo del bambú ni del bejuco con sus innumera- 
bles aplicaciones, ni hay que decir naíla del inmenso te-» 
soro de sus bosques cerradísimos y extensos con su va- 
riedad de resinas utiliaimas é inagotables, y donde desde 
el ébano husta ia narra, que es ta célebre teca, superior k 
la del Indostán, tan buscada para la construcción naval 
y tan despreciada en Manila por su abundancia y bara- 
tura, desde oí palo que ilota y de blancura ebúrnea, has- 
ta el que duplica el peso especifico del agua, el que da 
abundante materia tintórea, el que resiste, se endurece, 
ñe cura y toma la rigidez y In dureza del acero, sumer- 
gido por muchos años en la humedad ó en el lodo, 
están por aprovechar, excepto cuando algún indio, sin 
más límite que su deseo y el aguijón de su necesidad 
privada, ni otros medios que su machete y au carabao, 
corta el árbol y lo arrastra íi su casa ó la del que se lo 
cambia por un puñado de arroz. 

Ya siendo ya larga esta carta para recordar al señor 
Barrantes nada sobre la fauna de Filipinas, que podrá 
V, conocer, señoi' director, por los ejemplares que remi- 
ten á la Exposición. Pero sí debo advertirle que las her- 
mosas palomas de variadísimos tintes que verá V., la 
diversa clase de palmípedas de todos tamaños y colores, 
y los rail variados pajarillos cuya vista habrá de re- 
crearle, viven, crecen y van por los campos en banda- 
das numerosas, sin más caza que la de algi'm europeo 



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144 

aburrido; que las galliniía, los cabaUoa, los carabaos y 
lü3 toros ptieblia los bosques en manadas, vivieodo allí 
salvajes, cimarrones, como llamaa ailí, .sin que nadie 
apenas los moleste, y que son desconocidas las fieras, 
los animales carnivoros y las aves de rapiña. 

¿Por qué no produce y exporta Filipinas en relación 
con gti feracidad y sas 9 millones de habitantes? Preg-iin- 
te el Sr. Barrantes quién es respuiisabíe de que no ae 
conozca el jornal en aquellas islas; por qué cada indio 
tiene sin fwtiga cuanto necesita y le ofrece esplédida ia 
tiernf; pregunte quién tiene la culpa de que el chino no 
pueda vivir en el campo ui dedicarse al cultivo, para el 
qae es tan entendido. Pregunte quién tiene la culpa de 
que en trescientos años no se haya con^t-uido ni un solo 
puerto, ni un mal muelle, ni una legua de carretera, ni 
un puente; pregunte quién debe responder de que haya 
8ülo íres faros para cuatrocientas islas que hay habita- 
das; pregunte quién es responsarle de que allí no se 
conozca más instrumento de labranza que el arado chi- 
no, que solo araña la tierra, ni haya un carro de trans- 
porte, ui sepan los naturales qué es podar un árbol, y se 
extrañen, como lo hacían cuando yo Íes mandaba for- 
mar el tronco de los plantados á las márgenes de los ca- 
minos, cortando las ramas que brotaban desde el suelo. 
Pregunte el Sr. Barrantes á quién debe culparse de 
que en Manila sea casi imposiole ia servidumbre domés- 
tica y tengan ios europeos que ponerse á pupilo con sua 
propios cocineros, pagándoles tanto al día por cubierto, 
único modo de que el sirviente no juegue y pierda el 
dinero de la compra, sin riesgo ni castigo alguno. Pre- 
gunte quién es responsable de qne sea allí desconocida 
la guardería rural y cada predio necesite un muro para 
defender los sembrados de loe animales que andan libre- 
mente por tedas partes. Pregunte quién es responsable 
de que en los barrios de la capital y en todas las pobla- 
ciones vaguen libremente los cerdos por las calles y 
vivan y procreen á su gusto hasta el punto de jurar los 



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145 
indios que las hembras uo neceaitan de los machos 
para multiplicarse, porque eüaa lo hacea cuando y co- 
mo los quieren tomar. Pregunte quiéa debe responder 
de que el general tenga ante los balconea de su palacio 
el espectáculo constante de las indias j ugando y bañán- 
dose en los esteros y de que a' pasar diariamente en su 
carruaje, y lo mismo el gobernador civil, vean impasi- 
bles los bajáis ó casas de los indios al lado de las casas 
de ladrillo que valen un capital y que son destruidas 
por los incendios en una hora. 

Pregunte quién debe responder de que en un pais de 
escaso capital haya seis millones de duros en la Caja de 
Depósitos con perjuicio de las industrias y del comercio; 
pregunte por qué no va á Filipinas esa corriente de 
españoles que van á morir á América ó á sufrir lo que 
sufren en Argel; pregunte quién tiene la culpa de que 
en Filipinas policía sanitaria, de seguridad, ordenanzas 
municipales, costumbres decorosas y cultas, trabajo, 
vida, mo7iminto, enseñnnza agrícola, escuela de ar- 
tes, producción, etc., sean nociones totalmente desco- 
nocidas, y pregunte, por último, quién tiene la culpa de 
' que en el vigente presupuesto de Filipinas se hayau 
consignado sólo íí'áí?3íi¿^eso5 para gastos de obras pú- 
blicas en todas las islas. 

Sabe que es suyo afectísimo amigo 

Miguel de la Guardia. 

Los escritos qne lanteceden de El Imparcial y las 
■contestaciones de líarrantei y la Guirdia, merecen de- 
bida atención. Todos ellos cumplen con un deber de pa- 
triotismo contribuyendo así á dar á conocer las islas Fi- 
lipinas. Poco importa que parezcan contradecirse. De lo 
que exponen se deduce que 1 la islas Filipinas han lloga ■ 
do á ser hoy una ¿esperanza de .la patria. Es de sentir 
que atraviese en estos momentos una crisis t'ibacalera 
y azucarera agravada por la quiebra de tantas casas im- 



y Google 



146 

portantes de comercio, como enumera el Sr. Barrantes^ 
Mas esto no es para desanimarse, sino para que todos 
procuremos remediarlo y nosotros no lo vemos difícil, 

A unas islas que, como lüs Filipinas, de 10.000.000 
habitantes, ó por lo menos 9.000.000, y que ocupan 
el teroer lugar entre los centros productores de azú- 
car (1), elseg-undo entre los de tabaco y el primero y 
único en el del abacá no es dificil, en efecto, ponerlas en 
condición 'de salvar !a crisis que atraviesan en estos ins- 
tantes; tanto más, cuanto que las costas de las islas Fili- 
pinas son las más cercanas á las de la China, Tan cer- 
canas, que no diatan más que dos dias y de las del 
Japón cuatro. Y ademas hay que tener en cuenta que 
los japoneses y chinos forman con el resto de la raza 



(1) Vamoa á recoger aquí unas cifras de producción 
azucarera, que parece tieueu ciertos visos de aproximada 
esaclitud; por ellos veráo nuestros lectores, que Filipinas 
ocupa el tercer lugar en ¡a produccióü azucarera de! iduu- 
do, dada la cosecha de 1886. 

Sepüü ellos se hita recolectado ea toueladas métricas 
este aüo: 

Cuba 800. COO 

Java 370.000 

Filipinas 2W).0no 

Brasil 250 .000 

Demerera 128.000 

Luisiana 1 lO.OOO 

Mauricio 108.000 

Trinidad 08.OOO 

Eeipto 55.000 

Barbada 54.000 

Puerto Rico 40.00¿ 

Guadalupe 40,000 

Perü 40.000 

Martinica 3«.000 

ReunióD 35.000 

Jamaica '2.000 

ADtigua 13-000 

■ Hace la publlcacióu que ii;i estos datos ei refumeii de 
azücar de csBa en uru proclbcciói. de2. 368.000 toneladas: 
Jade reinolachaen3.530.lU)0 y |ior lo tanto una total pro- 
ducción de eate dulce, de4.898.000 toneladas. 



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147 

amarilla que 69 la que puebla aquellos lugares, una po- 
blación que ascieode á 500.000.000 de habitantes que to- 
dos aon consumidores de tabaco, de abacá y sobre todo de 
azúcar, porque su bebida nacional, como se sabe, es el 
té. ¿Puede, puea, centro alguno de los productores de 
azúcar competir con el de Filipinas en los mercados de 
China y del Japón? Niag-uno. El único que podría, ami- 
que sin fruto, ai se pone cuidado en hacer buenos trata- 
dos de comercio con China y con el Japón, sería Java que 
es de ios holandeses, porque después de Filipinas, es el 
centro productor azucarero caks cerca de aquellos mer- 
cados; pero aun asi, la diferencia de distancia hace que 
el coste de conducción sea mucho más caro (1), Y que 
ya lo han comprendido asi tos filipinos, lo prueba lo que 
dice El Comercio, de Manila, el día 15 de Enero de este 
año de 1887; apropósito de la siguiente estadíatitica de 
las aduanas del Japón, y dice así: 

Conercio del Japón 

La secretaría del gobierno general de Filipinas pu- 
blica en la (faceía un útil y curioso estado del movi- 
miento general del comercio por los puertos accesibles 
del Japón durante los meses de Junio, Julio, Agosto y 
Setiembre del año último. Hé aquí un ligero resumen: 

T .„ I Importación 12) . 2.396.363 268 yens. 
•'^^^^ 1 Exportación 4.486.374 477 » 

6 882.737 745 yena. 



(1) De los mercados del Japón están apoderados los ho- 
landeses liace mucho tiempo, por esto urtte que se haga uu 
tratado de comercio COTÍ aquel imperio, con el fln de que 
nuestros azucares y tabacos de Manila vayan á él. Bien 
entendido que hay mercado en til Japón para Ja\a y Maní - 
la muy sobradamente . 

(2) Un yen equivale á un peso fuerte pero eo el cambio 
en Maulla no vale más de 19 reales. 6 seao 4 peinetas 7& 
céntimos. 



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148 

,„,. ) Importación 2.608.100 040 yens. 

''""^ i Exportación 3.588.018 573 » 

6.196. 118 ttl3 yens. 



k^^at^ } Importación 3.200,393 694 yens 

^'^^^'^ ! Exportación 3,561.723 605 » 

6,822.117 299 yens. 



i Importación 2.739,025 070 yens, 

■■ I Exportación 3.701.348 032 



6.440.373 111 yena. 



líesulta que el valor de la importación en esos cua 
tro meses ascendió: 

Ed Junio á 2.396,263 268 yens. 

En. Julio á 2,608.100 040 

En Ág-osto á 3.260.393 694 

En Setiembre á 2.739.025 079 



11.003.882 079 yens. 



y el de la exportación 

En Junio á 4.486.374 477 yens. 

En Julio á 3.588 018 573 >- 

á 3.561,723 605 » 

á 3.701.348 032 » 

15.337.464 687 yens. 



Excedió, pues, la exportación á la importación en 
4.333.582-608 yens. 

España figura 

En Junio en el 16° lugar por 145.042 yens. 

En Julio en el 14° por el 213.048 » 

En Agosto ^n el 11° por 3.733.062 » 

Eq Setiembre en el 12° por 2.029.050 » 



6,120.202 yens. 



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149 
todo por importación, ain que se registrara nada por ex- 
portación. 

Eí primer valor del comercio del Japón lo representa 
eí azúcar, no siendo insignificante el dei tabaco. ¿Quéin- 
convenientes hay para que nosotros iio3 aprovechpolos 
de la proximidad de ese imperio para el ensanclie de . 
nuestros neg-ocios? En lo antiguo nneatras relaciones 
fueron más estrechas y más productivas que hoy; 
y es extraño que mientras otras naciones multipli- 
can de año en año sus negocio'i con este extremo Orien- 
te, nosotros noa vayamos alejando de nuestros vecinos, 
en quienes podriamos tener constantes consumidores de 
nuestros ricos productos. Objeto de brillante estudio po- 
dría ser este, para que Filipinas gozara del prestigio 
que tiempos atrás diafrató; y hoy que se halla al frente 
del ministerio de Ultramai: persona tan amante de estos 
países como resuelta á llevar á ellos lo que pueda encau- 
zarles por la vía del progreso, ese estudio hecho con mo- 
tivo de la Exposiuión íilipina en Madrid, habría de dar 
al gobierno datos interesantísimos y conducentes á bue- 
car remedio á lo que todos lamentamos. Hay en Madrid y 
en Manila personas muy competentes para hacer ese es- 
tudio, y no dudamos que el Sr, Balaguer invitará para 
ello á quienes posean los conocimientos necesarios para 
hacer trabajo de tanta importancia. 

A- la China exportó ya Filipinas el año pasado de 1886 
1.334.288 picos de aziiear, y á los Estados Unidos muy 
puco menos, pues llegó á 1.145.364 picos [1). 

No es tan desesperada, pues, la crisis azucarera y 
tabacalera en filipinas. Ayudemos, pues, todos á salir de 
ella y á mejorar su situación. . 



(i) Un pico equivale A 63'262 kllógramna 6 137 libras 
casteüauaa. Al flnai de este tomo rjuestros lectoras encon- 
trarán una tabla de la equivalencia de Ijs pesca y medidas 
du Filjp;u»8 con los lógales y corrientes de la Península. 



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150 

Filipinas tiene un gran porvenir, y en los actuales 
momentos históricos, es de una gran importaacia para 
Espafla . 

No creemos h propósito, por consiguiente, emplear 
el tiempo en desesperar atormentándonos con hacer la 
comparación de Filipinas con la floreciente colonia in- 
g'lesa australiense, Porque en primer lugar, es la linica 
colonia inglesa que presenta estado tan rico y próspero, 
y merece, por consiguiente, que recordemos que Filipi- 
nas está mks próspera y floreciente que la Guayana in- 
grlesa, que la isla de Jamaica y que todas las demás co- 
lonias inglesas, excepto Australia. 

No viendo más que la superficie de las cosas, el go - 
bierno inglés ha hecho en Australia una obra inmejo- 
rable. 

En efecto, dar Tida en 60 aflog que hace ppóximamen- 
íe que comenzó la población inglesa en Australia, á una 
de la m&s ricas coloniasque hoy se conocen, es para admi- 
rar y seduciralespectador. Mas sicon un poco de atención 
examina la Australia inglesa, se ve en primer lugar que 
allí se ha extirpado al indio que era su verdadero dueño, 
mientras nosotros lo conservamos en Filipinas, cuyo nú- 
mero ha crecido y multiplicado hasta el punto que de 
400.01)0 que eran cuando el descubrimiento, hoy ascien- 
den á 8 millones. 

— «Lo que nos hace bajar á los ingleses la cabeza con 
rubor, dice Mr, Payne, profesor en la actualidad de la 
Universidad de Oxford y autor de Za Historia de las Co- 
lonias Europeas.»— 

Bajo este pnnto de vista, que es el más principal 
de todas las colonias, no tenemos mucho que envidiar 
á los ingleses como se ve. 

Las naciones no tienen otra excusa para apoderarse 
del territorio en donde viven otras razas más atrasadas en 
civilización y fundar allí colonias, que la de llevarles la 
civilización, la vida intelectual y del espíritu, y fundirse 
con ellas. Y así lo hemos hecho ios españoles; por esto 



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151 
nuestro sistema colonial es el mejor. Mticho nos costó 
■conaeg'uirlo; 'mas no por eso deja de ser una g-loria na- 
cional el plantearlo como lo hicimos desde la famosa 
ordenanza de Granada de 1526 dada por Carlos V dene- 
gando el derecho de conquista y sustiyéndolo por el de 
pacificación y población por medio de iaa misiones, Lasta 
la ordenanza de 1621 desterrando también hasta el ti90 
del nombre de conquista en los documentos públicos. 

8i; nuestro sistema de colonización es la gloria más 
pura y hermosa que ostentii la nación española. 

De modo, que aunque el archipiélago filipino fuera 
realmente pobre é inferior en todos conceptos á la colo- 
nia iog-lesa de Australia , siempre bajo el humanita- 
rio nuestro de haber respetado al indio y elevado su per- 
sonalidad hasta nosotros la colonia española de Filipinas, 
sería superior á la colonia inglesa de Australia, en don- 
de el indio ha sido extirpado, como ai perteneciera á. una 
raza inferior á la humana é incapaz de civilizarse y pro- 
gresar. 

¿Quién duda hoy que nuestro sistema colonial es uaa 
razón más que aboga por nuestro derecho á las Caroli- 
nas? El sistema colonial español es bueno en sí, y su 
perfeccionamiento data de la ordenanza de Granada 
dada por Carlos V en 1526, p'ir la cual quedó abolido el 
derecho de conquista, y se estableisió el de pacificación 
y población perfeccionado por las ordenanzas de Sego- 
Tia. Asi es que e! sistema de colonización de las islas 
Filipinas, Paiaos, Marianas y Carohnas, es mucho mejor 
que todo lo conocido hasta aliora desde los fenicios, que 
son loa primeros colunizadores dul mundo antiguo. 

En breves palabras, pues, probaremos esta aserción, 
que tan bien debe sonar eo ol-ios españoles. 

El hombre prehistórico no es aún bien conocido. Con 
-certeza no ae sabe del hombre sino cuando comienza la 
historia. Asi ella nos enseña que la raza Aryana, venida 
4e no se sabe dónde, establecida y formada en el Asia 
Central, h lo largo del terreno que recorre el Üxus. cono- 



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152 
cido actualmente por el río IMurgh-Giab, se dividió en 
dos ramas; la que habitaba ia parte oriental ae encaminó 
é, la India; la otra rama occidental se dirigió á Europa, 
extendiendo asi su dominación y sii lenguaje á la mayor 
parte de Europa y á la zcna templada del Asia, desde el 
Mediterráneo hasta la India; razón por la cual«e dio al 
lenguaje de esta raza el nombre de Indo-Kuropeo, y á 
quien Friedrick Schlegel llama Indo-Germímico, y fué 
el primero que notó loa lazos de familia que unían á es- 
tos dos idioma'5. lin las cercanías Sur de los Aryanos se 
asentábala rana semiíica,^diptrubnida en el Eufrates y 
en la Persia, y quizá más allá hacia el Oriente, y exten- 
dió su poder y su Icng-uaje á la Arabia, íi la Siria y al 
Norte africano. 

Y en la historia, desde su comienzo, se nota un he- 
cho constante, y es el de que el hombre civilizado ha 
ido buscando siempre al que no lo está para llevarle la 
luz y sacarlo de las tinieblas de la barbarie; asi vemos 
á los asirioí ir de pueblo en pueblo, desde el Asia Cen- 
tral al Asia Meuor y al Egipto. Después vemos á los 
fenicios rompfr por la primera vez las ondas del mar 
lanzándose en el Me^literráneo y descubriendo la costa 
Norte de este mar clásico de la civilización del mundo, 
y más tarde visitar el lado opuesto de esta costa en el 
estrecho de Gibraltar, como se llama hoy, ó las Colum- 
nas de Hércules, en honor de Hércules Tyrrio, emblema 
del pueblo fenicio, y fundaron las primeras colonias en 
el mundo, Utica y Cartag-o, hoy Túnez, y trescientas 
ciudades más en toda la costa sept^utrional africana, y 
en la opuesta Hispalis, hoy Sevilla, y otras ciudades en 
España; y fundaron factorías en Babilonia, ea Nínive y 
en Memphis, y visitaron las costas de Europa en eí 
Atlántico, hasta llegar at Báltico, y fueron á OpMr, 
como dice el Antiguo Testamento que iban las naves de 
Hiram I, primer soberano de Tiro, en compañía de las 
del Bey Salomón; y esto pasaba 1.050 años antes de la era 
cristiana. Y es de presumir que este Ophir de la Biblia 



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153 

sea la Trapobana de ios aiitifíuos; hoy la ilsla de Ceylán, 
en e! Indo-Clüao. 

No se sabe qué nombre dieron ios lenicios á bus colo- 
nias, pero si que no se parecían á las nuestras; eran 
simples factorías independientes de la madre patría. 

Tras loa fenicios vienen los grie^s é. continuar la 
poli'ica colonial. De éstos se sabe qne llamaron á las co- 
lonias ^j90¿Aííi,qüe quiere decir «enjambres nuevos de la 
vieja colmena.» Sábese ig:uBlniente que los la^os con la 
madre patria no estaban anudados tan fuertemente como 
los anudó más tarde en las suyas Roma. Llega al fin 
ésta á realizar, al cabo de siete sig-los de su fundación, 
la monarquía universal, que se extendía sobre todo el 
Antiguo Mundo, sin otroy limites que el Eufrates, en el 
Asia; el Danubio, en Europa, y el Aliasen üfríca, sin 
ver más allá, de estos limites que hordas salvajes, pueblos 
bárbaros ó desiertos inhospitalarios, ó el non plus vlD'a 
(no más allá) de las columnas de Hércules. 

A tanta grandeza, á una extensión semejante de te- 
rritorios dommados, no hubierajamáslogradojiomasin 
el sistema militar de muchas cohortes que formaban un 
inmenso ejército permanente y un sistema de coloniza- 
ción que nunca llegaron á a'üvinar ni los fenicios ni los 
griegos. Los romanos fueron loa que llamaron colonias 
á los nuevos establecimientos militares con que exten- 
dían su dominio. lii tecnicismo de la palabra colonia se 
deriva, pues, del verbo latino ColOf cuyo significado ey 
eí establecimiento del hombre p^obre un terreno para su 
cultivo y defensa. A los miliüires, pues, que se destina- 
ban en Roma á fundar una colonia se les distribuía, al 
par que las armas de defensa, la esteva y el arado con 
que habían de cultivar los terrenos que se les repartían 
y daban en propiedad. Asi las colonias romanas perma-; 
necieron siempre unidas á la madre patria, y no se se- 
pararon sino en el siglo V, á la muerte d(;l imperio ro- 
mano. Pues bien, este sistema colonial romano ha sido 
la base y el fundamento de nuestro sistema colonial 



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154 

español. Mas con una notable mejora, hija del cria- 
tianismo, religión de amor al prójimo como h ai 
mismo, de caridad, de fe y de eapernza. Asi es que 
nuestras colonias en América, y principalmente en 
Occeanla, las ha precedido el misionero; el soldado iba 
detrás acompañándolo para defenderlo en caso de hos- 
tilidad. La esteva y el arado, y la enseñanza para usarlo, 
ae le daban al indio para que labrara sus tierras, y el 
misionero, á solas con él, le convencía en cambiar la 
vida nómada por la asentada y regalar. Fundaban jan- 
toa el pueblo, la escuela y la igrlesia, y las tierras se tas 
repartían sólo ellos, y durante alg'iinos años no se permi- 
tía á español alguno ni extranjero asentarse en estas 
misiones más allá de veinticuatro horas de paso, para 
evitar de este modo el que trataran de interrumpir al ca- 
tecümeno en la redención de su alma y en el aprendi- 
zaje de sus nuevas ocupaciones agrícolas, industriales ó 
mercantiles, que el cambio de la vida nómada y aalvaje 
4 la asentada existencia á que le inclinaba y enseñaba el 
misionero, y una vez asentada nombraba e¡ indio sus 
alcaldes. 

Así es como se ha colonizado toda la Tierra Firme, 
que es como se llamalia la América española al principio 
del descubrimiento en aquella parte que no era Méjico 
ni el Perú, y que estaba habitada por indios nómadas 
y salrajes, mientras que Méjico y Perú eran ya dos 
grandes naciones civilizadas; la primera se llamaba el 
imperio azteca de Moctezuma, y la segunda el imperio 
de los Incas, y cuya civilización mejicana parece haber- 
se originado en Egipto, pues sus monumentos parecen 
trazados por una mano egipcia. El resto, pues, de la Amé- 
rica Septentrional y Meridional, que desde el golfo de Mé- 
jico se extiende al Cabo de Hornos, es decir, toda la Amé- 
rica Central y toda ¡a América del Sur, excepto el Peni y 
Méjico, ha sido colonizado por las misiones. 

No hay nada más perfecto en materia de colonización 
que nuestro sistema espa&ol, desde el momento en qae 



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155 

Carlos V da las nuevas leyes conocidas por las ordenan- 
yas de Granada y SegOTÍa, Por ellas se abolían todos los 
usos antiguos de conquista. El indio fué declarado y con- 
eiderado ser racional y hermano nuestro. 

Fueron abolidos también todos los privilegios y con - 
ceaionefl que se habían hecho á españoles y alemanes, 
pero muy particularmente á estos últimos, en atención 
á is crueldad con que trataron á los indios los alemanes 
llamados Waizsrea, & quienes el emperador lea concedió 
todo el territorio que en la costa de Tierra Firme, en el 
Atlántico, se extiende deade la boca del Orinoco en el 
g-olfo Triste, hasta el Cabo de ia Vela, en la Peniusula 
Goagira, cuya costa toda pertenece hoy k la República 
de Venezuela. Estas nuevas leyes comienzan en la orde ■ 
nanza de Granada de 14 de Setiembre de 1526, en tiem- 
po de Carlos V; continúan con las ordenanzas de Sego- 
via en tiempo de su hijo Felipe II, y concluyen con la 
ordenanza de 1621, que es la ley VI, titulo I, libro IV, B«- 
eojaitacián de Indias, que establece: 

«Que en las capitulaciones que se hicieran para nue- 
vos descubrimientos se excusase esta palabra cong^uista, 
y en su lugar se use de las de paeifleación y población; 
pues habiéndose de hacer con toda paz y caridad, e» 
nuestra voluntad que aun este nombre, interpretado 
contra nuestra intención, no ocasione ni dé color k lo 
capitulado para que se pueda hacer fuerza ni agravio á 
los indios.» 

Asi es que cuando la expedición de Legaspi, que fué 
la que definitivamente asentó el dominio de Sopeña en 
las Filipinas, en las Carolinas y en las Marianas, lo 
hizo sin intentar conquista alguna, ni violencia, ni 
siquiera imposición. Sólo el agustino é ilustrado padre 
Urdañeta, con la palabra cariñosa del sacerdote, hizo si 
indio filipino someterse al dominio de España, aceptar la 
religión cristiana y todas las demás perfecciones del 
hombre civilizado europeo. 

Las Casas fué desde un principio partidario de usar 



y Google 



156 

sólo la persuasión como medio de atraerlos al poder de 
^paña, sacarlos de la ignorancia, inculcarles el cono- 
cimiento de la religión cristiana, y Sepiilveda hacia la 
oposición. Entonces el emperador Carlos V, con aquella 
grandeza de alma que tenia, comprendió que Las Casas 
tenis razón; pero, no queriendo resolver por sí ima cues- 
tión tan delicada y trascendental, y sobre todo en aque- 
llos momentos en que se hacía oposición por un hombre 
de tanto peso é importancia como Sepúlveda, encargó k 
Domingo de Soto que I a resolviera con ello?. 

El final no era de esperar en este asunto, desde el 
momento en que el encargado de decidirla era Soto, el 
primer grande hombre español del siglo XVI que tuvi- 
mos, aliando los conocimientos teológicos á los del de- 
recho natural y de gentes, como prueban sus obras in- 
mortales sobre estas dos ciencias, no podía menos de 
salir victorioso el principio de igualdad y fraternidad 
humana. Y asi fué. Habiendo tenido la gloria da llevar 
A lü práctica los grandes principios que con tanta elo- 
cuencia había popularizado y difundido en sus libros. 
Reciba la memoria de este grande español el tributo que 
en nombre de la generación presente le rendimos hoy 
aquí por liaber salvado al indio de la esclavitud, haberlo 
elevado hasta nosotros, declarándolo nuestro hermano, 
haciendo asi posible qus se fundiera su sangre con la es- 
pañola en la América y en la Occeanía, y formando de 
esta suerte muchos pueblos y una sola raza, que resca- 
tan á la humanidad y á los, ingleses de ia vergüenza de 
haber exterminado de sus colonias á la raza aborigen: 
al indio. 

El sistema colonial por conquista fué, pues, abolido 
por las nuevaa^leyes, que en virtud de lo acordado por 
Soto, Las Casas y Sepv'üíeda, Carlos V decretó. 

Kl indio se catequizó, se paciücó, se hizo español y 
cristiano, y desde entonces se viene fundiendo por casa- 
miento, por ideas y civilización con la raza española, 
formando con ella un sola familia. A tal punto es: esto 



y Google 



157 
exacto, que en ninguna ciudad ampricana ni occeánica 
española puede celebrarse ningún acontecimiento de sus 
faustos populares sin dejar de evocar entre sus ascen- 
dientes á los indios aborígenes y á los españoles confun- 
didos, formando una sola familia. Invocación que no 
pueden hacer los ingleses porque lian extsrminado la 
raza aborigen, como liemos dicho, y que es la única que 
podría justificar en el porvenir su dominación en las 
colonias. 



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CAPITULO VIII 

DE CÓMO LA CRISIS AZUCARERA ¥ TABACALERA AFECTAN 
POCO BN LA. IMPORTACIÓN T EXPORTACIÓN B9PAÑ0LA 

La extensión de la crisis azucarera y tabacalera ya 
hemos visto no es tan grande como se suponía. Ea rerdad 
que la quiebra de las casas extranjeras en Manilay el con- 
tratiempo de la Sociedad tabacalera, contribuyen á darle 
mayores proporciones qae tiene. Aunque todavía no hay 
datosoficiales, ya hemos visto que la importación y ex- 
portación de Filipinas no ha tenido el año pasado mucho 
quebranto, ni tampoco lo ha tenido el que hace con Es- 
paña, según ei estado adjunto que ha publicado El Co- 
mercio del día 31 de Enero de este año de 1887. 

T dice así: 

EXPORTACIÓN PARA ESPAÑA 

üoo de los pasados ilías hemos dado los datos de la 
principal exportación de estas islas durante el año pró- 
ximo pasado. Hoy, recopilando los publicados de la car- 
ga de los buques de !a Trasatlántica, vamos á dar, si- 
quiera sea aproximadamente, el montante de la expor- 
tación para España: 

l^&.— Expedición de Enero. 

Para Barcelona.— 127.893 k. café; 206 id. cigarros; 
65.780 id azúciir, y 556.456 id. tabaco rama. 

Para Cádiz.— 90.545 k. café; 2.024 id abacá y 82.858 
Ídem azúcar. 

Para Cartagena. — 57.923 k. aíúcar. 



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Para Valencia.— 50.060 k. café, 

Expedictón de Febrero. 

Para Barcelona.— 203.541 k. café; 752 id. cigarros y 
327.461 id. tabaco rama. 

Para Cádiz.- 2.332.119 k. café y 124.921 id. adúcar. 

Para Cartayeua.— 47.234 k. azúcar y 30.627 Ídem 
café. 

Para Coruña.— 161.020 k. café y 68.991 k. azúcar. 

Expedición de Marzo 

Para Barcelona. — U0.012 k. café; 872 id. cigarros; 
50.600 id. aziicar y 413.110 tabaco rama. 

Para Cádiz.— 373.127 k. café y 126.933 id. azúcar. 

Para Carlagena. — 15.180 k. aaúcar y 1,897 idem 
café. 

Para Corulla. —142.231 k, café y 177.461 id. azúcar. 

Síspedición de Abril. 

Para Barcelona. — 129.386 k. café; 250 id. cig:arros; 
109.256 id. azúcar y 964.542 id. tabaco rama. 

Para Cádiz.— 287.588 k. café y 294.798 id. azúcar. 
Para Gartagrena.- 91 .080 k. azúcar y 50.060 id. café. 
Para Corana.— 86.722 k. café y 63.840 id. azúcar. 
Para Vigo. — 43 k. cigarros y 12.650 id, café. 

Expedición de Mayo. 

Para Barcelona. — 58.994 k. café; 2.358 id. cigarros; 
275.580 id. azúcar; 411.509 id. tabaco rama; 1.600 idem 
brea blanca y 500.000 pesos en plata. 

Para Cádiz,— 197.875 k. cafó y 195.870 id. azúcar. 

Para CartagrQna. — 98.439 k. azúcar y 2.530 id, café. 

Para Coru.fia,—94.045 k, café; 232.4.'íl id. azúcar y 
18 id. cigarros. 



y Google 



Expedición de Juiíio. 

Para Barcelona. — 7.187 k. café; 12.310 id. cigarros; 
136.132 id. azúcar; 207.445 id. tabaco rama y 509.000 
pesos en plata. 

Para Cádiz. —59.092 k. café y 292.080 id. azúcar. 

Para Bilbao. — ^201.355 k, azúcar. 

Para Sevilla.— 41,611 k. azúcar y 31.058 id. café. 

Para Cartagena. — Í49.S69 azúcar. 

Para Coniña. — 4.498 k. café y 57,278 id. azúcar. 

Para Santander. — 88.485 k. azúcar. 

Para Máiag-a.— Í9.277 k, café. 

Para Valencia. --240 k. café y 504 id, abacá- 
Para Gijón.— 1.320 k. café. 

expedición de Agosto. 

Para Barcelona. — 30.240 k. caíé; 2.046 id. cig-arros; 
.31.500 id. azúcar; 114.448 id. tabaco rama y 625.000 
pesos en plata. 

Para Cádiz.- 38.430 k. café y 244.440 id. azúcar. 

Para Bilbao.— 90.720 k. azúcar. 

Para Sevilla. — 45.360 k. azúcar. 

Para Cartagena.— 86.373 k. azúcar. 

Para Santander.— 6.300 k. café. 

Para Málag'a. —38.430 k. café. 

Para San Sebastián.— 15.120 k. aaúcar. 

Para Valencia. — 3.441 k. café. 

expedición de Seliembre. 

Para Barcelona. — 1.248 k. cigarros; 35.280 id. azú- 
car; 2.635.294 id. tabaco rama y 625.327 pesos en plata. 

Para Cádiz.— 25.578 k. café; 233.856 id, azúcar y 77 
ídem cigarros. 

Para Bilbao.~75.033 k. azúcar. 

Para Sevilla. — 7.434 k. azúcar. 



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151 

ParaCartagena.— 101.304 k. azúcar; 2.520 id. café 
_y 60 id. cig"arro9. 

Para Coruña.— 258 k. abacá. 
Para Málag-a.— 3.860 k, café. 
Para Alicante. — 12.600 k. azúcar. 
Para San Sebastián.— 12.600 k. azúcar. 
Para Valencia. — 3.441 k. café. 

Mxpediciún de Octuire. 

Para Barcelona.— 25.200 k. café; 600 id. cigrarros; 
25.200 id. azúcaí-, 681.720 id. tabaco rama y 1.005.600 
pesos en plata. 

Para Sevilla.— 10.080 k. café. 

Para Cartagena. — 89.460 k. azúcar.. 

Para Corima. — 20.100 k. azúcar. 

Para Santander. — 12 k. cigarros. 

Para Málaga.— 47.250 k. café. 

Para Alicante.— 10.080 k. azúcar. 

Para Cádiz.— 9.450 k. café y 65.583 id. azúcar. 

Expedición, de Noviembre. 

Para Barcelona.- 2.T67 k. cigarros; 4.035 id. azúcar; 
,■320.986 id. tabaco rama; 18.417 id. aceite de coco y 
463.000 peso3 en plata. 

Para Cádiz.— 257.779 k. café y 7.590 k. azúcar. 

Para Coruña. — 15.180 k. azúcar. 

Para Carta^^ena.- 36.3f>7 k. azúcar y 5.000 id. café. 

Expedición de Diciembre. 

Para Barcelona.— G78 k. cigarros; 18.900 id. abacá; 
1.065.268 id. tabaco rama; 37.926 id, aceite de coco y 
392.000 pesos en plata. 

Para Cádiz.— 329 k. tab-ico rama; 85,630 id. azúcar 
y 9 sacos pimienta. 

Para Cartagena. — 20.160 k. azúcar. 



y Google 



162 

Para Bilbao.— 32.697 k. azúcar. 

Para Sevilla.— 5.040 k. azúcar. 

No ea muy rtesconríoladOra tampoco la esportacióo 
de abacá q«e dá por resultado el valor de 4.700.000 pe- 
sos fuertes lo exportado el año pasado de 1886 y que se- 
gún nuestros informes ha vaiido más como veremos 
cuando se publiquen en Manila los datos oficiales, y en 
el entretanto lie aqui la estadística á que nos referimos: 

ESTADÍSTICA ABACALERA 

Los Sres. Peele Hubbell y compañía han circulado 
la siguiente estadística referente al abacá en 1886i 

Fardos. 

Existencia en 31 Diciembre 1885 28.914 

Entrados en 1886 341.957 

Calculado de menos para las entradas por la 

Laguna y el río 58 

370.929 

Exportación por Manila en 1880 309.148 

Id. por Ilo-Ilo id 4.999 

Existencia en 31 de Diciembre 1886 detallada 

abajo 51.782 

Consumo local en 1886 5,000 

[1) 309.148 



(1) NneBtrns lectores acaban de verio poco qtte aféctala 
crisis actual filipina eu esportación para España, i'or raáa 
que algunos puedau objetar que las partidas de tabaco que 
ha exportado para España y aquí citadas, no deben entrar 
eu esta cuenta; porque dicen que ai bien el aQo pasado de 
tSdGse ban expoMado U0.793 quintales tabaco enrama, 
estoen primer lugar es algo menos que lo exportado en 85;. 
y sobre tod» que la mayor parte de lo exportado ou 
1886 más de lOO.üOO quintales, fué para cumplir la compa- 
ñía general de, tabacos el compromiso de la contrata de 
suministrar las fábricas de la Pentosula. 



y Google 



163 

Ssislencia en Manila incluso el itbacd á ¡lote en bahía. 
Furdos. 

Sres. Smith Bell y compañía 18.662 

» £er y comjiafiía 16.681 

» PeeJe Hubbell y compañía 5.497 

» "W. F. Stevenson y compañía 4.474 

» Bertoliici, Og'inagay Ortiz 4.819 

» Muñoz hermanos y sobrinos 1,469 

» Alileeoa y compañía 130 

* Batlle hermanos 50 

51.782 



Oa^la fardo contiene dos pico9,y el pico 63'262 kilo- 
gramos, de modo que habiéndole exportado 314.147 far- 
dos [628.294 picos) entraron por este concepto en el paía 
pesos fuertes 4.700.000 mal contados. 

También hay que observar que las casas de comer- 
cio españolaa en Filipinas no han quebrado por más que 
hayan sufrido y continúen .sufriendo el resultado de las 
crisis por que están pasando aquellas islas. 

No es difícil, pues, que tanto el g'Obierao como loH 
particulares contribuyan á sacar á salvo los intereses 
comprometidos en la crisis filipina. 

En cuanto al gobierno, he aquí lo que dice M Libe- 
ral el lunes 6 de Junio; 



Todos ios ministron, excepto el de Estado, se trasla- 
daron ayer k Aranjuez con objeto de celebrar Consejo 
con la Ueina, pero antes creyeron conveniente celebrar 
otro en las habitaciones del Sr, Rodríguez Arias, 

Lo más importante, lo de más general interés qu« 



y Google 



164 

ocupó la atencióa del gobierao, fué todo cuanto se re- 
fiere á las cuestionen que g-estionmi eo eatos dias los re- 
presentantes de los intereses azücar.iroíi, oüvareroa y ¡a 
importantísima que entraña la propoaición que tiena 
presentada en el Coui^Teso el conde de Toreno sobre pro- 
tección á lii ganadería, 

al gobierno estima que las reolaraaciones hechas 
tienen justificación ¡lor las necesidades que se sienten y 
no cree que debe tener en estas cuestiones criterio ce- 
rrado, por cuyas razones opinó que pueden adoptarse 
fórmulas qíie salven los intereses que reclaman y el 
criterio del gabinete consignado en la ley de presupues- 
tos y otras. 

Por lo que hace á ka reclamacioaei de los azucare- 
ros en que van envueltas las de los navieros, conoce el 
gobierno la enmienda que de acuerdo han de presentar 
!il art. 13 de la ley de presupuestos. 

Lo que origina más obstáculos es lo referente al ca- 
botaje, cuestión que se rige hoy por la ley de 20 de Ju- 
lio de 1882, que señaló un plazo de diez años para que 
rija en definitiva. 

iíl gabinete parece que no se resuelve á establecer el 
cabotaje desde luego anulando el plazo señalado por esa 
ley, pero parece dispuesto á reducirle siempre sobre la 
base de la bandera uacioual, solución que aceptarán ios 
diputados, debiendo tener esto en cuenta ei ministro de 
Ultramar antes de formar los presupuestos.» 

El gobierno tiene, además de resolver la crisis actual 
tabacalera y azucarera, que adoptar medidas urgentes 
reclamdas por la experiencia. Tiene en primer lugar, 
•que proceder á la inmediata revisión de las ordenanzas 
y reglamentos aduaneros que allí rigen, porque estando 
basados en ios de lí-tpaña, resultan vejatorios en virtud 
dfl diferencias locales que no se han tenido en cuenta. 

El comercio que acude á aquel extremo oriente, esti 
costumbrado á las facilidades de Hong-Kong y Singa- 
pobre, puertos francos, y á la sencillez y expedición en 



y Google 



165 
el despacho de las Aduanas chinas de Shanghac, Emuy 
y otros puertos de gran movimiento, lo cual contrasta 
«on las restricciones y exagerado reglamentarisrao de 
nuestras Aduanas, Necesario es que este innecesario ri- 
gor desaparezca para que no siga dando origen á con- 
flictos de cardcter internucionnl, que deben evitarse 6. 
todo trance. Y que se abran puertos francos en Zamboan- 
ga á otras plazas que se, juzguen convenientes. Yporúl- 
timo, si á esto se agrega la subasta para surtir de tabaco 
las fábricas de la Península en pequeños lotes para que 
en ella puedan tomar parte loa pequeños capitales, se 
conseguirá pronto que desaparezca la crisis azucarera y 
tabacalera en Filipinas. 

Y aunque no para ahora sólo, debe el gobierno 
igualmente proceder con prontitud y eticada á fin 
ie que los empleados que vayan k Manila, sobre to- 
do loa jueces, hablen por lo menos el tagalo para que la 
justicia no se tuerza. Y que e! indio filipino hable el es- 
pañol, porque por regla general, no hay ninguno que lo 
hable ni lo entienda. 

Y á eáte propósito decia El Comercio de Manila, el 
22 de Febrero de 1886, !o siguiente: 

«EL CASTELLANO BN FILIPINAS. — DE «EL DÍA» 

Extrañábase en 1863, cuando desde Manüa dirigía 
8u primera comunicación al gobierno e! comisario regio 
en Filipinas D. Patricio de la Escosara, de los pocos 
progresos quf ilespués de tres siglos de dominación es- 
pañola había hecho en aquel Archipiélago nuestro idio- 
ma. Los indios que pasaban por m&s instruidos en cas- 
tellano sólo hablaban una especie de algarabía, llamada 
Tulgarmente español de cocina; en Manila mismo, en el 
punto más civilizado del Archipiélago, eran muchos los 
<|ue no comprendían la lengua de la Metrópoli, y fuera 
ie la capital apenas se encontraba uno entre ciento que 
]a entendiera. 



y Google 



1(>6 
Causas de este estado de cosas tan poco halagüeño 
para nuestro nombre eran principal mente ta falta de 
escuelas y la inveterada costumbre de que á loa ináioa 
se enseñase la doctrina criístiana y se les predicase en 
el idioma general del país (tagalo), y el comisario regio 
proponía, entre otras muchas, la adopción de las si- 
guientes medidas: 

Excitar el ctio de! arzobispo de Manila y obispos su- 
fragáneos para que liagim cumplir las leyes de Indias en 
lo referente á la enseñanza del idioma. 

Organizar sobre las bases más convenientes de com- 
petencia y con garantías, de segnridiid el cuerpo da 
maestros de escut^la, encargándoles de la secretaria d» 
los gobemadorcillos en los pueblos de este vecindario. 

Disponer que á los quince años iííí establecida una 
escuela en un pueblo no sean admisibles á tos cargos de 
gobemadorcillos y sus tenientes ni puedan formar parte 
de la principalía los indios y mestizos que no supieran 
correctamente e] castellano; y que á los seis años no 
pueda enseñarse la doctrina ni predicarse en los tem- 
plos más que en la lengua castellana. 

La interesante Memoria del 8r. Escosura, que hace 
apenas cuatro años fue dada á luz, dormía en los arclii- 
vos de! ministerio de Ultramar, mientras h un ministro 
sucedía otro, acaso por igual tan indiferentes ó apáticos 
en llevar á él algunas de las reformas indicadas por el 
comisario regio, st es que por ventura llegaran á leer 
.íflu trabajo. 



Sea como fuere, en 1863 hasta la fecha lus progre- 
sos del habla ca^tdlana en Filipinas .son apenas percep- 
tibles y muchas de las reformas en, aquel tiempo indica- 
das, raen,-ceD ser planteadas después del conveniente 
estudio. 

Algo se hace indudablemente con el deseo de obte- 
ner el mismo fin, segi'in en recientes diarios de Manila 



y Google 



167 

hemos leído; pero eae alg^ es sólo un grauo de arena en 
la magna empresa que hay que auometer con resolución, 
para que no sea obra de siglos U un ificación intelectual 
de nuestras provincias asiácicafl con la Metrópoli. 

La dirección de Administración civil de Manila viene 
ceiebrando concursos para premiar las gramáticas des- 
tinadas á ensenar el castellano en l03 principales dialec- 
tos del país. Recientemente se ha otorgado premio á una 
gramática hispano-tagala, obra di'l P. Fr. Toribio Min- 
guelia, y ge ha abierto nuevo concur.^ para la admisión 
de las gramáticas para aprender et castellano en Visa- 
yo, Cebuano, Ilócano, Vicol, PHngasinSn y Pampango. 

El académico de la Española, Sr, Barrantes, que hasta 
hoy ha estado alfrente de la mencionada dirección, en un 
informe dirigido al capitán general con motivo de este 
nuevo concurso, deja coiisignado,comoha9e para las me- 
didas que se adopten, que los dialectos principales de Fi- 
lipinas, según los datos aproximados que hasta ahora se 
conocen, son los sig'uientes: 

Visayo Habitantes.... 2,024.409 

Tagalo 1.216.508 

Cebuano 385.866 

Uocano..' 334.378 

Vicol 312.554 

PangraaJnán 263.000 

Pampango 193.423 

Demuestran estas cifras, que se acercan mucho á la 
de población total del Archipiélago, que el idioma cas- 
tellano es todavía en Filipinas el de la más exigua mi- 
noría; y con tal situación, apeg'ados indios y mestizoa & 
su modo de ser, en un país en que predomina la inercia 
y aun cierto fatalismo, la luz del evanfj^elio y las luces 
todas de la civilización moderna, no penetran sino muy 
lentamente en ta población filipina. 



y Google 



168 

La exportación del puerto de Manila en Diciembre" 
último, que ha lleg-ado tarde á nuestras manoa, corro- 
bora nuestro aserto de cuan poca extensión tiene la cri- 
sis tabacalera y azucarera en Filipinas. 

La Aduana publica el 4 de Febrero de 1877 de este 
afioen la Qacet't el cuadro de la exportación de Diciem- 
bre que vamos ít extractar. 

Se han exportado durante dicho mes 
3.063.474 k. abacá rama [2.904.590 en bandera ex- 
tranjera), por un valor total de 320.633 pesos. 
26.202 k. jarcia de abacá (13.810 ea bandera ex- 
tranjera, por un valor total de 5.484 pesos. 
1,945 k. añil (todo en bandera extranjera), por 
1.200 pesos. 
51,295 k. tintarrón (todo en bandera nacional), por- 
un valor de 3,700 pesos. 
2.177.403 k. azúcar (1.697.407 en bandera extranjera),, 
por un valor total de 125.749 pesos. 
392.809 k. cafó [9.4677 en bandera extranjera), por 

UQ total valor de 76.517 pesos, 
211.833 k. mads. tintóreas ¡165.471 en bandera ex- 
tranjera), por un total valor de 3.360 pesos, 
74.961 k. tabaco elaborado (36.733 en bandera ex- 
tranjera), por un total valor de 106.495 pesos. 
488.887 k. tabaco rama (62 en bandera extranjera), 
por un total valor de 86.217 pesos. 
Las diferencias en más ó menos con respecto á No- 
viembre, han sido las sig-uientes: 

Más en Diciembre 

19.533 k. jarcia de abacá. 
1.945 k. añil, 
38,695 k. añil tintarroü. 
126.959 k. café. 



yGoogle 



Menos en Diciembre 
3.703.094 k, abacá rama. 

2.462.163 k. azúcar. 

371.260 k. maderas tintóreas. 

119.640 k. tabaco elaborado. 

310.733 k. tabaco rama. 
Respecto al total valor de la exportación de Diciem- 
bre, asciende á 729.375 pesos, enfrente de 1.403.493 pe- 
sos á que ascendió la de Noviemcre, ó sea menos en Di- 
ciembre 674.118 pesos. Los derechos cobrados por la 
Aduana en Diciembre, ascendieron á 24.606*74 pesos, y 
en Noviembre á 69,158'73 pe30S,ó sea menos en Diciem- 
bre 44.552-99 pesos. 

y para concluir á este propósito insertamos los datos 
oficiales del ministerio de Marina acerca de nuestros ba- 
ques mercantes, y por ellos se verá cómo Manila fig-ura 
en primera linea entre las provincias marítimas de Es- 
paña. 

La marins. mercante espinóla. 

Por la dirección de e3t*blecimientos científicos del 
ministerio de Marina se han repartido los cuadros esta- 
dísticos que acusan el estado de la marina mercante en 
1.* de Enero de los años 1884, 1885 y 1886. 

Según estos estados, al comenzar el año 1884 existian 
en España y sus posesiones 1.459 buques de vela y 407 
de vapor, todos de más de 50 toneladas; y de menos de 
cincuenta 42.280 embarcaciones de vapor y vela, desti- 
nados ai cabotaje, navegación fluvial, pesca y tráfico d» 
los puertos. 

En los dos años siguientes nótase que han disminuido 
1(18 buques de vela, aumentando los de vapor. 

Los de vela de más de 50 toneladas han tenido una 
baja de 64 buques en 1885, y olra de 16 ai comenzar el 



y Google 



170 
presente año; al paso que loa de vapor de igual desplaza- 
miento han recibido un aumento de 23 y uno en el mié- 
mo tiempo. 

Las íilíimos cuadros estadísticos, correspondientes á 
I." de Enero del año 1886, arrojaron loa siguientes 
datos: 

De vfila De vapor 



Buques de 50 á 100 toneladas.. . . 643 

Ídem de 100 á 200 id 360 

ídem do 200 ¿500 id 327 

Ifli-m deSOOá 1.000 id 46 

Mera de más de 1.000 id 3 

ToHles 1.379 



431 



Faltan en el anterior resumen los buques de vapor y 
vela de menos de 50 toneladas, ios cuales, samados, as- 
cendían en Enero de este año á 44.160, es decir, 1,880 
buques más que en !.• de Enero de 1884, 

Entre las provincias marítimas fif^uran en primer 
término, por el número de matriculas, lülbao, Barcelona, 
Manila, Mallorca y Haljana, y en último, la de Motril 
que sólo cuenta con un buque de vela. 

Las provincias marítimEif" que cuentan mayor núme- 
ro de buques destinados h. la pesca, son; Villagarcia, 
Vigo, Coruñs, Habana y Manila. 

Buques de vapor para la pesca hay ocho en San Se- 
ba.stián, dos en Vigo y uno en Huelva, 

Tal es el estado de nuestra marina mercante. 



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CAPITULO IX 

8L NÜBVO CÓDISO PENAL Btí PILIPIMAS 

Si es verdad lo que dice El Correo de 17 de Í;arzo dti 
1887 acerca del Código penal que se ha puesto en vigor 
en Filipinas, nos alegramos de todo corazón, porque se- 
ria lamentable, como ha dicho La Época, que el arzo- 
bispo de Manila Fray Pedro' Payo no lo encontrase bue- 
no. En todas partea, pero allí en Manila, muy particular- 
mente, ea preciso vivir en buena inteligencia con el cle- 
ro. El Correo^ que es periódico ministerial y bien ente- 
rado por consigiiienie, dice así; 

El Códif/o penal en Filipinas 

Parece inverosímil que un periódico, por punto gene- 
ral tan bien enterado délos asuntos de Ultramar, como 
La Época, haya dado cabida en sus columnas á noticíaa 
y consideraciones erróneas, que dice haber recibido de 
Filipinas, y que califica de graves, sobre el planteamien. 
to de! Código penal mandando aplicar k aquel Archi- 
piélago. 

Data de muchos años el haberío reconocido, tanto 
por las primeras autoridades como por los jueces y por 
la audiencia de Manila, y por todas las personas ilustra- 
das de Filipinas, la necesidad apremiante de regularizar 
y ordenar la caótica y aun arbitraria legislación que 
alli regía en materia penal. Kl tribunal mencionado re- 
presentó de oficio tiempo ha sobre este punto; y un an- 
tiguo y dignísimo magistrado formuló un excelente tra- 
bajo sobre la materia, que ha servido de base, con las 
amplias contestaciones de la audiencia, al extenso inte- 
rrogatario de la comisión de Códigos de Ultramar para 



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172 
las tareas de esta respetable corporación, que ademas st 
ha ilustrado oyendo á algunoa funcionarios de justicia 
del Archipiélago. 

El meditado trabajo de ia comisión fué aprobado por 
S. M. el inolvidable Monarca D. Alfonso XII, tan ganoso 
siempre de mejorar la legislación y todas las condicio- 
nes de todas las provincias de España, y mandado ob- 
servar en Filipinas por au real decreto de 4 de Setiembre 
de 1884 que tuvo ia honra de refrenar ud ministro ami- 
go político de ¿a h'poca, el señor conde de Tejada de 
Valdosera. 

Y aqui comienza !o equivocado de las noticias de que 
Be hace eso nuestro colega. 

El dignísimo general Jovellar no se negó, en- virtud 
de sus facultades, á poner el «cúmplas'e» íi este decreto. 
Lo que hizo en virtud de sus facultades, no como acto 
eipoiitáneo suyo, fué, según tenemos entendido, obede- 
cer á órdenes recibidas del ministerio de Ultramar, en 
q:ie se le Indicaba la conveniencia de hacer examinar f or 
autoridades y corporaciones, el que ya no era proyecto, 
sino Código penai aprobado por S. M., á fin de exponer 
las razones ó motÍTOS que pudiera haber para suspender 
8u planteamiento, y modificarle en consecuencia si ha- 
bla de ser aplicado. 

Y como es muy natural encontrar observaciones que 
hacer íi toda obra humana, vinieron los informes que por 
orden del gobierno examinó la comisión de codificación 
de Ultramar, encontrándolas sin el fundamento y razón 
bastantes para hacer aecasaria la suspensión y modifi- 
«ación del Código, como puede verse en la real orden ■ 
que al frente de éste se ha publicado y que lleva la fecha 
de 17 de Diciembre de 1886, No nos detendremos aco- 
piarlas, porque cualquiera puede verlas en la Gaceta de- 
Madrid y en la edición oficial del Código. Solo haremos 
•bservar é, La Época, que menos que é nadie pueden pa- 
recería sospechosas á nuesi.ro estimado colega aquellas 
razones de tanto peso y tan decisiras, emanadas de la 



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173 

respetable comisiÓQ de Códiiíos en que figuran loa dig - 
aisimoa Sres. D. Salvador de ,i!bacete, D. Francisco Du- 
r£ia y Cuervo y otras personas perliísimas en asuntos 
de Uhrailwr, amigos politicoa de nuestro «preciable co- 
lega, y á qiiieiies no ee puede tachar de ligereza ni dd 
que con au? consejüs pnedan contribuir á manifestacio- 
nes de carácter político y á maquinacionea de fiUbuste- 
rismo, que, ó sólo existen en imaginaciones soOreexcita- 
daa equivocadamente, aunque sea por impuUus patrióti- 
cos, ó se fraguan y surgen buscando motivua ó pre- 
textos en lo contrario: en no tratar del mejoramiento 
de las leyes y las institucioned de un pais, que no puede 
vivir hoy como á raíz de la conquiata. 

Posible será que el muy reveremio arzobispo de Ma- 
nila, Fray Pedro Payo, halle lunares en el Código de 
que se trata; pero no parece que sea tan decididamente 
opuesto á él, cuando, almenoa que sepamos, no ha he 
cho ninguna representación directa y personal al go- 
bierno contra dicho Código, que, por otra parte, no in- 
nova nada absolutamente en punto á la legislación vi- 
gente de tiempo inmemorial en el Archipiélago, sobre 
derec ti os indi viduales, ni quita al gobernador general 
ninguna de lag facultades extraordinarias que hoy goza 
por las disposiciones vigentes. 

fl^ Y como ya en tiempos del señor general Jovellar 
fueron oídas las primeras autoridades del Archipiélago 
y emitieron su informe, y examinado éste con alto y pa- 
triótico espíritu y detenimiento concionzudo por la co- 
misión codificadora y por el gobierno, ha mandado ésta 
publicar y aplicar el Código en Filipinas, no toca ni 
compete á quien ejérzala primera autoridad en el Ar- 
chipiélago niás que cumplir y ejecutar lo mandado, que 
es lo que segurameute habrán hecho los dignísimos ge - 
nerales Terreros ó Moltó, si el primero estuviere aún al 
frente de la expedición de Mindanao. 

De todos modos lia de creer La Spoca que tanto ó 
más contribuirán á la paz y felicidad de las islas Filipí- 



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174 

ñas el castigar coa las armas los desmanes de los morca 
de Uindanao, como establecer y asegurar coa buenaa le- 
yes en todo el Archipiélago el imperio de !a justicia, pri- 
mera é indispensable base del bienestar, tranquilidad y 
adelantamiento de los pueblos. 



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CAPITULO X 

EXPEDICIÓN DEL GENERAL TERREROS EN MINDANAO Y JOLÓ 

Muy combatida ha aido esta expedición antes de ha- 
berse sabido el triunfo completo y rápido obtenido por 
el capitán general de las islas Filipinas Sr. Terreros; re- 
ciba nuestra más cordial enhorabuena por este señalado 
triunfo. 

Temíase por alg-unos órganos de la prensa de Ma- 
drid y en particular por El Imparcial que se agregaba 
en ciertos hechos y antecedentes que combatía SI Co- 
Treo. Así es que éste dice en su número del 11 de Febre- 
ro de este año, lo que sigue: 

Zíü expedición é Mindanao 

Vuelve El Imparcial á tratar de este asunto, y we fija 
para ello en lo que dijo El Correo. 

Pero el único fundamento de las censuras que pre- 
tende dirigir á la expedición, es una serie de suposicio- 
nes que nuestro colega da como hechos; ignoramos con 
qué fundamento. 

Si el datto Utto se hubiera limitado á, sostener en el 
interior de Mindanao una lucha con otros jefes indíge- 
nas, según supone El ImMrcial, y si nuestra expedición, 
como también supone el mismo colega, fuera á operar 
en el interior de dicha isla, podríamos discotir ó estar 
conformes con El Imparcial en lo que dice; pero como 
ni en io relativo al datto rebelde, ni en lo que ?e refiere 
al objetivo de nuestra expedición, creemos tenga funda- 
mento lo que supone nuestro colega, debe convenir con 
nosotros en que ha partido de ligero para sus ataques y 
que éstos solo podrían tenerse en cuenta si los móviles 



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175 
y el alcance de la expedición fueran los que él ha con- 



Porlo demás, nos alegramos de que Jíl Imparcial 
crea como nosotros que es muy conveniente ocupar de 
una manera efectiva y permnnente el mayor número po- 
sible de puntos de las islas de Mindanao y de Joló, por 
aer éste el medio eficaz de evitar contingencias (ieaagra- 
dables en el porvenir; y como ese es precisamente uno 
deios objetos de !a expedición, de ahí que en este pun- 
to nos hallemos conformes y de acuerdo. 

En lo que no podemos estarlo, es en el recurso vago 
y romántico que propone El imparcial, ai hablar de la 
conveniencia de una política de atracción sobre los re- 
beldes de Mindanao; porque esto sería bueno y muy san- 
to cuando no hubiese agresión; pero habiéndok, no va á 
empezar el capitán general por dirigir palabras dulces 
al daUo Utto, reo de incendios, rapiñas, y otras fecho- 
rías, diciéndole, por ejemplo: 

«Sr. Utto, eso que V, ha hecho con los subditos de 
España; el quemarles sus haciendas y el inquietarles en 
BU propiedad, es un ataque á la soberanía, y por parte 
de V. mismo una rebeldía, pero en vez de romperle á 
y. la crisma, si lo cojo, para escarmiento de los demás, 
le quiero dirigir á V. palabras de atracción, y sea V. en 
adelante un buen muchacho.» 

El discurso podía ser tan retórico y tan evangélico 
como se quisiera; pero si los españoles en América; los 
ing-leses en la India, y ios Estados Unidos en ciertas re- 
glones incultas de su mismo territorio hubieran proce- 
dido siempre así, estarían riéndose todavía á estas horas 
los salvajes ó indios sermoneados. 

Y además decimos que, como no tengan otros argu- 
mentos los Sres. Labra y Cañamaqne al tratar de la 
expedición á Mindanao que los empleados por El Im- 
parcial en ñu. artículo del miércoles sobre todo, á poca 
esgrima que tenga el Sr. Balaguer, presumimos que 
ha de defenderse con fortuna. 



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177 

lili efecto, la política de atracción es preferible á , 
otras politicaa que sean peores; p3ro en presencia de un 
agravio, lo primero es repararlo. 

¿Quiere decir esto que nosotros aprobemos, ni si- 
quiera disculpemos, el afán que á veces han solido tener 
nuestras autoridades de UUramar, de emprender expe 
diciones trazadas más por la vanidad que por una buena 
polilica? Nada más lejos de esto. 

Pero en la expedición de Mindanao, nos encontra- 
mos con un hecho concreto, que es la rebeldía de un 
df,fto, que no deja vivir en paz á nadie en el territorio 
en que opera, ¿Se va á dejar esto impune? Pues enton- 
ces, ¿qué so'jeranía es la de España que permite que un 
puñado de salvajes se burle de su autoridad? 

Ya recordamos ayer á Bl Jtapai-cial, que cuando el 
asunto de las Carolinas se esg-rimió mucho este argu- 
mento por Alemania; se nos dijo varias veces que no se 
podían tener poseaiones por hijo y sin medios de ha- 
cerse respetar. ¿Acaso no podría decirse lo mismo 
sobre MíndanaOj por Inglaterra ó por la misma Ale- 
mania? 

De esto hay que huir; porque cuando se ejerce la so 
berania sobre un territorio, no sólo hay obUgación de 
proteger á los naturales, sino á los extranjeros que allí 
van k establecerse, como ocurre frecuentemente en 
Joló con algunos comerciantes aleraune", que inmedia- 
tamente que sufren algún agravio de los moros, en eí 
acto deducen su reclamación ante el cónsul de su país 
en Manila, 

De modo que en los tiempos que corren no hasta po- 
seer, sino desplegar los medios necesarios para garantir 
esta po.sesión y hacerla respetar. 

Como Si Impareial volviese k la carga, /í7 Correo 
de 17 de Febrero de este mismo año, contestó en un ar- 
ticulo muy bien escrito, de mano maestra. Con los 
moros declarados eu guerra permanente y en piratas de 
aquellos marea no se debe hacer otra cosa que la que se 



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178 
ha Uevado á cabo por el general Terreros; he aquí ol ar- 
tículo a que noa referimos: 

«Es por demás extraño que un tan ilustrado y sensa- 
to diario como Ei ¡inpareiat haya ceníoraiio con sin- 
gular dureza la expediciúii que se e-ítá lleviuido á cabo 
en Mindanao. Opina ijue el g^enera! Terreros ha obrado 
cuerdamente negándose á lieclinar el mando de las tro- 
pas, por varias razunes: y es la primera, que como jefe 
superior del ejército de mar y tierra, y debiendo aportar 
la marina la mayor parte de ¡os buques destinados en el 
apostadero, sobre todo bs de poco calado, ep convenien- 
te que ¡a aiitoriilail suprema y la unidad de mando se 
ejerzan de consuno, desapareciendo ante la acción del 
capitán genend ios obstáculos que la administración, en 
cualquiera de sus ramos, producir pudiera, sin contar 
con que á los rebeldes mismos habrá de ímpoi^er su 
presencia, limitnndo también el castifro aegi'iu Lis cir- 
cunstancias y cnanto la ^írudencia aconseje. No es sólo 
atemorizar y triunl'ar de un daito cuyas demasiaF, pro- 
vocaciones y desvergüenzas no es posible tolerar, no; se 
van á ocupar nuevos puntos, á destruir las df fcii'Lis du- 
rante muchos meries levaiitiidas por loa moros, t;e yari 
á talar grandes espacios de bosque, y al soldado iudíye ■ 
na, cuj'o espíritu militar se fortalece e\tiaordíuaria- 
menre coii el ejemplo, le conjplace y haliiga ser condu- 
cido por el capitán general en persona. 

He leido hay en Mindanao 80.000 hombres dearma=, 
suponiendo que se Íes intenta coinba:.ir con 5.(K)0 solda- 
dos. No es eso; hay quizás más de 80.000 hombrea de 
combate en toda la isla, incluyendo las razus infieles, 
enemigas naturales y perdurables de los moros, las cua- 
les nos ayudaríiin tiempre en iuterés propio á sacudir el 
pesado yugo de sus victoriosos vecinos, en número de 
unos 10.000, y es bueno t-'uer pre.sente que Utto ha opri- 
mido desde época remota á loa otros dattos de las mar- 
genes del río, que por temor han secundado sus desa- 
fueros, y en el momento que veau la ejemplaiidaj con 



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17'J 
él ejercida, se apresurarán k suineterse á las autorida- 
des, dtvjáiidole aislado tn tus llauoü de Bucal, lil sultán 
sólo !ia practicado en Cotta Bato soberanía nominal, 
coartado por Uíto, verdadero señor feudal de la comar- 
ca, ijiie impoDÍa coEitribacioiiee por la navegación, por 
acudir al mercado, por la jeaca y por las semeuteras, 
sin mi'is óbices que su capricho ni otra vulunt¡id que la 
suya. 

La política benévola, la política de atracción, no sir- 
ve de cosa alg-ima entre los moros, que no conocn otra 
ley ni otro derecho qiie la fuerza, ni otro sistema que la 
deacontianza jel euf^año. La atracción es prudente eu 
segundo lugar, coaio consecuencia de la conquista y el 
señorío de !a isla. ¿Qué resultados ha producido en Joló, 
en Baiabac, en la Parfigrua, la política de contemporiza- 
ciones y expedienteos"? Negativos. Reposos y amistades 
aparei'tpp, ¡);ira obtener mercedes, mientra.^ con sigilo 
preparaban á fraicién el ataque. Hemos conseguido lo 
que los ho!andeS'?3 en el reino de Acheeiii. Kse procedi- 
miento noa lia procurado todo género de conflictos, de- 
bítitnndo !a sobeninía oue i!e iieclio ejercitar debemos; 
y en cambio, ataques comu los de Balanguingui, Boal, 
Cotta, Batto y Joló, lian bastado ú, reducirlos á la obe- 
diencia. Lo malo ha sido, que tras un período de esme- 
rada labor y constancia, cuando las ventajas se inicia- 
ban, empezábame.'; á descuidarnos, retirábn,mos dos 
destaca mentó 3, mermábamos las guarniciones, escaseá- 
bamos los buques, deponíamos los gobernadores conoce- 
dores de las cosas y parajes, y natural, es que, al obser- 
var los moros nuestros desmayos, osados y belicosos co- 
mo son, voivieran al punto á reconquistar ei terreno 
perdido. 

So e.s suficiente construir plazas fuertes; alguna 
existe, C030 !a de J-jIó, que rs perjudicial, porque es- 
trecha la pobkcion con un cinturón de muralla é impi- 
de e! movimienlo expansivo, propio de las colonias nue- 
va", que con sus franquicias atraen elementos heterogé- 



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180 
neos. Li plsza fuerte debe f.T el centro de donde dima- 
nen las órdenes al resto de los indares ocupados, á cuya 
3oiiibra se amparen los reducidos, y nada más. 

En Hiuilanao son perentorias nuevas ocupaciones, y 
tHl es el objeto principal déla expedición dirígiiia por 
el g-eneral Terreros. 

Estableciendo una estación naval con lanchas caño- 
neras en las lagunas de Ligv-asiii y Buluán, que apoyen 
ios fuertes de Bacat y Kuradanga-n (terrenos del datto 
UUo), quedaría asegurada toda la comunicación det rio 
Grande, defeudienciu el vértice del deltta el fuerte de 
í'w»¡5íí y Jos brazos N. y S. Lihiíagán, Tavircu, Ta- 
moitiaca y Coila Batto. 

La última división de la isla cuenta siete distritos, 
desde Basilio á Dávao y Siirig'ao, con algunas coman- 
dancias político -militares que de ellos dependen. Los 
lindes de estos mandos subalternos adolecen de ciertos 
di'fectos, que poco á poco se liarán desaparecer. Ejem- 
plo: la comandancia de Matti, cercana ó. la de Bisliitg, 
subalternas de Surigao, ha de partir de la desembocadu- 
ra del rio Hijo, tocando por uu lado eii Caatel, por otro 
en Cabo San Agustín, y podía prolong'arse en un radio 
de 24 leguas describiendo un arco de circulo de lü8* con 
eí centro en río Salwg y alcanzar punta Tambog- al K, 
San Agustíil al S., comunicando por el O. con el Agv.- 
sán en unas jornadas, y por éste con Butudti, á cuya 
comandancia se podía auxiliar en sus operaciones con- 
tra los Manobos, facilitando el acceso con Lianga, Bis- 
lig, Caraga y Linguit. 

La ocupación permanente de Miiidanao, creo pudiera 
hacerse en los puntos siguientes, omitiendo los ocupa- 
dos antaño, que convendría modificar. La acción del 
nuevodestacaraeatode Santa María, muy bien situado no 
Jejos de punta Cofínídíío, ha de reforzarse con auxilia- 
res, uno en el seno de Sindmgán y otro «m JOninoi, ai- 
gTiiendo la costa Norte antes de llegar á Dapitán. En el 
seno de Sibuguey, otros dos fuertes, opuesto uno al de 



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181 

SindftngáTi, en Ticetudn, y otro entre el seno de Duman- 
quilas y el de Tiimnlng, además de! de Tiicurim. rela- 
cionado con el de la baliia de Paiiffuil, fortificando cm 
blokfiusses la trocbi que entre loa don señala la coiíbr- 
maciÓD del terreno, incomumcaiirto por este pí-ocedi- 
miento el reino de Silenguey con el reato de la Ma di- 
vidida de esta, suerte en dos poreiones. La laguna de 
Lanío se auxiliaría con el destacamento de Bards, y al 
antiguamente llamado Btihiyen, vigilando la estación 
naval de Sirangani, el apostadero de Mitliti, el srao de 
Davao y el fuerte de Ofisilarán. 

lístrecliadud ¡us muros, avanzarían desde hia lagunas 
de Buluán al radio ocupado por los if/ín.obos y Tiffabe- 
lies por un lado, y hacia los Bilanes, Maniai/as y Tag i- 
cmlos por otro, quienes les declarariun la írnerra. 

Org-iiüixada-s pequeñas coiuranas en los fuertes rio 
la manera que el i'^tado Mayor ordenara, y ea combi- 
nación con loíí buques de guerra, en la época de secas 
recorrtrian el territorio limítrofe apoyándose mutua- 
mente y extendiéndola zona dominada. Triíite es de- 
cirlo, pero la actividad basta lioy puesta en juego ha 
sido poca cosa. Con protocolos y pactos que jamás rea- 
petan, hemos halagado !a vanidad de los niandarinesi 
pareciendo con nuestras diplomacias prisioneros de gue- 
rra, mientras eiloi, con artimaüas y malo' oficios, han 
puesto en jaque á los gobernaiores de Cotta Hato, impo- 
sibilitados con sus precarias atribuciones á defender los 
fueros de la patria. ííl gobierno general detesta los coh.- 
ñictü>i, y con hissei'/airi, Iiisser pzsser, el tiempo ha 
corrido, las dificultades se han aumentado, los jjroble- 
mas no se han resuelto y todo se ha ilejado para el día 
de [r.añana. 

Los gobernadores de Ji)16 y Cottii-Batto deben ser 
jefes de conocimientos prácticas reconocidos y criterio 
superior, que no es lo mismo mandar un regimiento que 
gobernar uno de esos distritos político-militares, y el co- 
mandante {feneral, que reside en Zamboanga, deberla 



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182 
trsíiladafse á Cottii lialu coa el jefe <ie la división naval 
del Sur. 

Después do lo dicho, cuando hayamos establecido 
iiuestrns fuerzas de modo permanente, ae hayan abierto 
caminos por los iiiismos naturales, y con laoorioaidad y 
constaticia se hayau veu:;ido lus contratiempos que siu 
duda alguna surgirán, se presenta un problema social 
de primer orden, la iniplantación de coioniiis peniten- 
ciarias forzor^as y la inmi(fracióii china como en Java, 
porque de nuestras Filipinas no pod.emos atraer emi- 
gración volunUiria ni eg conveniente tampoco, porque 
su deusidad escasa lo impide. 

Pena y rubor causa que esas cuantiosas produccio- 
nes naturales permanezcan sin explotar, á merced de 
manos muertas, en el olvido mes infructuoso. 

Ignoro si las regiones occidentales de África, que 
ahora estiin de moda, valen ei trabajo de invertir nues- 
tra actividad; pero es indudable que Minaanao corre pa- 
rejas con la gian Luzonia, y que nuestra historia pasu- 
da y nuestro honor presente nos invitan á. todo üiiaje de 
sacrificios para asegurar nuestro dominio y legar á 
nuestros desüendiente,s cun au pusesióu absoluta las pin- 
gües riquezas que atL'Sora, 

LA JORNADA DB MINDANAU. — TBIUNFO COMPLETO 

El 16 de Marzo de 1887 llegó por fin á, Madrid la noti- 
cia riel triunfo completo de nuestras tropas en Mimianao. 
Los moros, después de una resistencia hecha con el valor y 
fanatismo qu..' los distingue, fueron vencidos, quemadas 
susniürad'isyoblíg:i(ios afirmar una paz que pluga el 
cielo sea duradera. 

Los periódicos de Maniia recibidos en Madrid el 25 
de Febrero de 1887, contienen interesantes pornit ñores 
de la primefíí expedición á Mindanao y de lo9 acciden- 
tes de la campüña sostenida por laa fuerwia al mando de 
los brigadieres Seriña y Sanfeliú. 



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183 

Como estoí perlódicog solo alcanzan al 23 de Enero, 
•claro está que nada pueden decir de la dorrota del daito 
Ütto, ocurrida el 13 del actual. 

El corresponsal de La Occsanii Espifíola, que salió 
de Manila á bordo del San, Q,miiUn, remitió con fecha 6 
de Enero, desde Cottabato á eat» periódico, las Biguientes 
notas de su diario de iniprefiiones: 

«Á las tres en punto de la tarde del día 2 levamos an- 
clas, habiéndo'o verificado cinco horas antes el Manila 
y Csbú, aquél con parte d"l reí^imiento nárn. 7 y égte con 
material y ganado de artillería. 

lín el San Qiimiin embarcamos dos compañías del 
núra. 7 y todo el mW, 1, total unos 1.100 ó 1.150 hom- 
bres. 

La orden al salir de Manila fué ir á Pollok á recibir 
órdenes. 

Día 5. — .4 Ins nueve de la mañana, y próximos al 
fondeadero de Polluk, vimos p! trasporte Carrkdo, que 
eri ieníí-iinje banderil nos dijo que, sin avanzar más, to- 
másemos vuelta y nos ftiéramofi á Cottabato; y para dar- 
nos ejemplo se nos colocó delante, y una hora después, 
dábamos fondo cerca de Ja bocana de! río {>rande de 
Mindanao. 

Dia 6. — Diana á bis cuatro y media, y listos para 
trasbordamos á botes y bmchiis; por fia á las oclio deja- 
mos el San, Quintil -sin más deseos que llp^ar pronto á 
tierra para ¡ipag-ar la sed. 

Fondea en Cottabato el trasporte Cebú a la una de la 
tarde. 

Parte de la fuerza del San Qieiniiu no lia desembar- 
cado aún y lo hará más tarde. 

Las fuerzas se van alojando seg-án saltan en tierra, y 
en la plaza no se ven más que soldados con fusiles y ofi- 
ciales con sendos sables japoneses con g-uarnición eu- 
lopea. 

Las teorías tácticas de que el oficial no debe comba- 
tir, sino dirigir, salen aqui derrotadas por la práctica, 



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184 
pues el oficial tiene que defenderse; y ni la bonita espa- 
da ni el niketado revólver sirven para inutilizar en el 
acto ó. un hombre que con agilidad pasmosa y kirra- 
mieibla propia de un barbero, en medio minuto hace ocho 
ó diez victimas, y en un segundo desaparece. 

El coronel Sr. Sanfeliú está rio arriba operando en 
las inmediaciones deBacot. 

El día 1." salió la columna Mattos, con 600 liombies, 
k ocupar la orilla derecha del río. 

El 2, la columna Holguln salió con otros 600 á ocu- 
par la orilla izquierda. 

Se ocuparon amba.i orillaa con pocas bajas por ambas 
partes, . 

El día 7 vino un cañonero dando la noticia de que 
Seriña y Smfeliú no tardarían en lleg-ar en <íl Bacolod. 

Media hora después, atraca el Bdcolod con algunos 
enfermos, 

ütto, Utto, ae decía en Manila, y ütto no es más que 
uno de tantos. 

Toda la morisma está en armas y bien preparada- 
Todos los sultanes, pachas ó daítos gobiernan con el 
alfanje ó cría, porqne el mahometano no se presta á otra 
clase de gobierno ni leyes; no hay más remedio que el 
terror. 

El 7 por la tarde, Ileg-ó el Visayas con la cabaüería y 
material de artillería y ganado de idem que se descargó 
enseguida. 

Aquí no .se sabe cuándo subiremos, y esperamos al 
señor general Terreros, que se dice habrá salido el 7 en 
!a Aragón. 

Habiendo subido rio arriiíaalgimos barcos, con po- 
cos disparos apagaron loi fu'gos de una turba de moros, 
y en sitio adecuado de la orilla se desembarcó, talando 
la maleza y árboles para cnnítniir mi nuevo fuerte pro- 
visional, á íin c!e evitar sea molestada la navegación del 
río Grande desde el sitio aquel en lo aacesivo.» 

A-cerca del viaje del general Terreros dice El Conitr- 



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185 
eio, que el crucero Ara</óii, á cuyo bordo iba, se eietuvo- 
en Zamboanga alg-tinas horas qtie aprovechó el general 
para revistar ¡aa fuerza? iilü acantOQadaa, visitar los liog- 
pitalfs, saludar á la familia del brig'adier Seríña y asis- 
tir á iin Te Deum. 

l)e Zamboaug-a se dirigió !a Aragón á Pollok, Allí 
llegó [lOCO despiiéi que U Araffóií, el Miniofo, condu- 
ciendo al brigadier Serifla, el cual ae trasbordó iamedia- 
tamente á la Aragón, conferenciando con el (general Te- 
rreros, y á laa doce se trasladó tuda la comitiva al caño- 
nero Marivsles, que en doB horas hizu li travesía k Cotta- 
bato. 

El día 13 de Eoero, á lasados de la tnrdf, desembarcó 
el general Terreros dirip'iéiidoae á la ig^Iesia donde se 
cantó iin sencillo Te Deum. 

Terminado el acto, pasó ol general á la casa-gubier- 
no, üonde se aloja, presenciando desde el balcón princi- 
pal e! desfile de ks fuerzan, que, venidas ci-n ei airoso 
traje de campaña, marchubaii con aspecto marcial y re- 
suelto. 

A las seta de ta tarde tuvo lugar la recepción de la 
oflciülidad d'd ejercita y Armada, á quienes dirigió la 
palarra en levantadas frases, manifestando cuánto espe- 
ra ii:i la patria del heroico esfuerzo de cuantos fin aquellas 
lejanas tierras sostienen la bandera de Castilla. 

Al siguiente día, por la mañana temprano, y sin avi- 
so previo, visitó el general Terreros el Hospital Militar, 
viendo enfermo por enfermo, y á los iieridos les colocó 
en el pecho, en nombre de S. M. la Reina, la cruz roja 
del Mérito Militar pensionada, dámldes además á cada 
uno cinco pesoa, y veinte pesos h una mujer herida por 
un juramentado. 

También visitó todas las guardias y cuarteles, y por 
la tanle subió á la colina en que se halla instalado e^ 
Campamento del Relámpago, donde se encuentran fuer- 
ZHs de caballería é infantería. 

Improvisadas chozas de caña y cogóiij abrigan de la 



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intemp M'ie á la tropa, que, ocupada en sus habituales 
faenan, ofrece el más pintoresca aspecto. 

El 28 de Marzo se recibieron en Madrid mievaa de las 
enérgicas meiiidas tomadas por el general Terreros en 
Julo. 

MOHAMED-HARUM-NAKRAPÍb 



Son tantori, tan antiguos é indisputables nuestros de- 
rechos resj-iectu del archipiélago de Joló, y hüii sido Iho 
repetidas las ocasiones en que aquéllos se han ampliatlo 
y ratificado por medio de convenios y capitulacionea 
concertadas con distintos sultanes, que si á esto agrega- 
mos la consideración del tratndo ajustivdo entre Aleuia- 
nla, Inglaterra y España, reconociendo nuestra sobera 
nía en aquel territorio, nos excusará, la necesidad de 
fijar cuál sea nuestra situación legal, y cuales, por tan- 
to, nuestros indiaeuübles derechos. 

Nada que afectar pudiera al régimen y gobernación 
de la citada isla había ocurrido desde el concierto á que 
nos hemos referido, hasta que á la muerte de su sultán 
Budcrodin, presentáronse como candidatos á regir los 
destinos del archipiélago joloano, el Radjah-MQdah ó 
príncipe heredero, Moharaed-Ámirul-Quipam, joven de 
catorce años, hijo legítimo del sultán Diamarol y her- 
mano de Buderodin que lo era natural, y el datto Alimb- 
(lín, tio de ambos como hermano de dicho Diamarol. 

.imbos pretendientes, conociendo nuestra soberanía, 
hubieron de solicitar del gobernador general de Filipi- 
nas BUS buenos oficios, para dirimir la contienda en.que 
se bailaban empeñados, acordando aquella superior au- 
toridad, que á la sazón era el ilustrado general Jovellar, 
con la habilidad y diplomacia que le caracterizan, enviar 
á JoIó al intérprete de árabe del gobierno general D. Pe- 
dro Urtuoste, para que concertase ios medios de avenen- 
cia sobre la base, si otra más conveniente no se encon- 
traba, de la elección definitiva del Hadjah, con la regen- 



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187 

ei;i hasta los veinte años de sutio Alimbdín, sólo ó acom- 
P-iña'lo de la siütana madre. 

N(i obstaüte la marcada y persoiialígima iofluencia 
que el Sr. Ortuoste ejerce sobre ellos y de haber emplea- 
do cuantos recursos estuvieron á su wlcaiice para el me- 
jor desempeño dfi la misión diplomática que ic fué enco- 
mendada, no hubo medio de que las aspiraciones se avi- 
nierau por el tinte de intríinrfig:eDCÍa que al asunlu daba 
la ííultaua madre, pn'vaiida de la autoridad que sobre su 
hijo ejercía, y deseosa de ser arbitra de los destinos de 
aq lel Archipiélago, desempeñando sola la reyencia; lo 
que dio luífir á que ambos partidos recurrieran á las ar- 
niiis, para decidir su suerte en la luclia. Oíjíuvo la peor 
pwte eu ella Alimbdín, que venci-io por los partidarios 
de Amirul-Qulram, hubo üe retirarse á Palícolo, de donde 
er:t di',¡o, terminando en esta forma la guerra en que 
ambos se disputaron la sucesión ^ la sultanía de Joló. 

Durante elia, la conducta obaervada por nuestro go- 
bierno fué g-uaraar la más absoluta imparcialidad, pres- 
cindiendo de las diferentes opiniones que sobre el par- 
ticular existíau; unas en sentido favorable á la no imer- 
vención, y otras á la de que se tomara una actitud deci- 
di'la por cualquiera de los dos candidatos. 

Libre ya de todo obtítáciilo Molíamed-Aminil-Quiram 
para ocupar la vacante sultanía, dirigió al gobernador 
gtJUKr.iI de Filipinas una carta, suplicándole fuese reco- 
nocido en aquélla, y dada cuenta de semejante preten- 
sión al gobierno de S. M, por aquella autoridad superior, 
interesando su sauoióu y la de S. M. ía Reina Regente 
paraque l'nese reconocldoynombradoMohamed Amirul- 
Quir.i!U sultán de Joló, se dispu.-io que asi se realizase 
con la precisa condición de presentarse en Manila á to- 
mar posesióa de su cargo, prestando juramento de leal- 
ta-i y sumisión á España, no sólo para justificar por ese 
ineludible procedimiento nu&stra absoLita soberanía so- 
bre el archipiélago joloano, sino para qae su permanen- 
cia en Manila y la de los daUos que le acompañasen nos 



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188 

proporcionaran la ocasión de dispensarles unii favorable 
acogida, estrechando así nuestras buenas relaciones y 
concluyendo al flo coq la más leve prevención que sobre 
nuestro leg-itimo dominio ea Joló puijiera aún existir. 

Telefí-ráñcamente trasmitido este acaerdo del Conse- 
jo de ministras ai gobernador g-eueral de Filipinas, dis- 
puso que D. Pedro Ortuoste fuese inmediatamente á cum- 
plimentarlo, trasladándose á ese el"t;ctü á Joló, para pa- 
sar de allí á Maibung, residencia de Mohamed-Amimt- 
Quiram, á fiíi de participarle su nombramiento de sul- 
tán y la necesidad en que se hallaba de trasladarse 4 
Manilapara jurar SQ catg-ü, sin cuyo indispensable re- 
qui-íito, ni pudría ser sultán ni menos percibir los emo- 
lumentos á la sultanía asig-uadus. 

Más de quince dias periuaueció el Sr. Ortuoste en 
MaíbuDí^-, durante loa cuales la bichara ii conferen- 
cia i'ué constante y ni su reconocida diplomacia, ni 
su marcada influencia con las personas importantes liel 
país, fueron suficientes para persuadir á Moliamed-Ami- 
rul-Quiíam de cuanto le impunían sus deberes, ni para 
disuadirle del imaginario peligro á que ie expondría su 
TÍaje á Manila, donde, contra todo lo que se supuuía, se- 
ría recibido con los honores que á su rango correspon- 
dían. 

Nada, sin embargo, de cuanto se intentó produjo re- 
sultado alguno, renunciando, por último, el Sr, Ortuos- 
te al cumplimiento de su delicada misión, al oir de los 
propios labios de la sultana que el Consejo de ancianos 
estimaba inconveniente el viaje de su liijo. 

Semejante situación, harto critica por cierto, aconse- 
jaba la necesidad de abandonar los pruiientes proce- 
dimiestos en que habían venido inspirándose los gober- 
nadores generales de Filipinas y ios gobiernos de áu 
Uajestad, si habla de ser un hecho nuestra soberanía en 
el archipiélago de Joló, y si como consecuencia natural 
de ellos esa soberanía había de ser en primer término 
reconocida por los sultanes, impidiendo á toda costa que 



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ai^itnciü moros mal avenidos, y acaso subordinados á 
inflnenciiía extrañas, escog-iesen como medio de practi- 
carlas factores tan injustificados como la inexperiencia 
de un menor, y la debilidad de una ambiciosa mujer, 
condiciones, por cierto, las más á propiisito para alenta,r 
los criraeiies y atentados qne algunos, aunque pocos 
, moros, suelen cometer con nuestra afuarnición de la pla- 
za de Joló, 

Atento á tales consideraciones el general Terrero?, 
sin olvidar ni un sólo momento los derechos que como 
representante del g-obierno de S. M. podia y debía os- 
tentar, y dispuesto á la vez á que esos derechos se con- 
■virtiesoQ en hechos, y cesase de una vez para jiempre 
esii anómala situación poco ocasionada á sostener nues- 
tra leg^ítiiia influencia entre los joloanos, propuso al go- 
bierno de S, M, para sultán de Joló al diito Mohamed- 
Harurn-Narrasid, personaje que á su ilustración y gran 
influencia en el archipiélago joloano, reunía la especial 
ciri^unstaucia de ser adicto á tíspaña, y el más compe- 
tente, por tanto, para contribuii- con acierto á implatar 
en aquella raza las ideas de civilización de que por des- 
gracia carecen. 

Apreciadas por nuestro gobierno en su verdadero 
valor las razones y conveniencias que engendraba tan 
oportuna propuesta, fué aceptada, y autorizado por 
consiguiente el gobernador general de Filipinas para 
que nombrase sulti^n de Joló al dallo Mohamed-Hazum- 
Ñarrasid y le posesionase de la sultanía previo el debido 
jurfim'ínto de ñdelidad á España, realizándose ese acto 
en Manila con todas las solemnidades propias del mismo. 
Tal nombramiento, perfectamente acogido por los 
moros sensatos é ilustrados, fué mal recibido por la sul- 
tana madre y por los partidarios de Mohamed-Amirud- 
Quiram, & los q«e no se ocultaba que la personalidad del 
nuevo sultán, sería un constante obstáculo para la reali- 
zación de sus desenfrenidas ambiciones y de sus injus- 
tificadas intransigencias. 



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190 

Asi lodeíTiogtTaroii cuando al regTe,s..r á Jült'. Moha- 
med Hariim-Na7rüPÍ'i,trasnnaestandíi deuü mea próxi- 
mamente en Manila, vióse obligada á. permanecer en 
nuestra plaza ín;i.'if;ecnencia de la rebelde actitiul en 
qut ee encontmbnn los datíos partidarios de los que se 
consideraban con derechos á la sultanía, negándose, 
como consecuencia de ello, á reconocerlo como sultán. 
Ante esa complicada situación que á toá;i costa correá- 
pondía dominar, procediendo el general Terreros con 
la prudencia y previsión que la caracterizan, y .sin <j1ví - 
dar que las principales poblaciones de la isla radican eu 
sus costas y que el bienestar de sus habitantes depende 
del comercio que rpiílizan por el mar, ordenó al gobei- 
nador poLitico militar de la plaza de Joló, que é, todi> 
trance impidieso la navegación por aquellos mares de 
las vintas joloanas que no llevasen enarbolada la ban- 
dera española y un salvo conducto expeiiido y firmado 
per el nuevo sultán, á fin de que por este medíu queda- 
sen obligados á reconocerlo y acatarlo. 

Jnzgamos que tan previsor acuerdo dará a! fin los 
resultados que la autoridad superior de Filipinas se ha 
propuesto; pero aun cuando esa sea nuestra opinión, 
nos permitiremos indicar que el problema habría que- 
dado resuelto ó ae resolvería á la mayor brevedad, si 
aprovechando los elementos militares que constituyen 
la guarniciíjn de Joló, se formase una expedición que 
apoyando los legítimos derechos del nuevo sultán, lo- 
grase imponerlo á los rebeldes dlítos, como reclaman el 
prestigio de España y el desarrollo y prosperidad del 
archipiélago joloano, que dicho sea para terminar y dea- 
hacer errores incomprensibles, lo formfin todas la islas 
que se encuentran en el extremo occidental de la isla de 
Mindanao por una parte y el continente de Borneo y la 
islii de la Paragua por otra, siendo compietamente in- 
dependientes y subordinadas á distintos gobiernos las is- 
las de Joló y Mindanao. 

Pocos días de.-ipués se recibe la noticia telegráfica 



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191 

de que nuestras tropas vencen también k los rebeldes de 
Joló y la gloria de Terreros nadie la disputa ya. 

He aqui las capitulaciones según laa cuales el sultán 
de Bohayán y Kudarangán; el Datto Utto, su mujer Rad- 
ja Putri y todos los demás principales de Bohaján y Ba- 
cat, han ofreoiíto .someterse á S. M. la líeína Regente en 
nombre de &. M, el Rey D, .Vlfonso XUÍ: 

1/ Se com))rometen á deatruii" y arrasar desde lue- 
^0 cuantas cottas y defmsas nu lo hayan sido ya por 
las tropas del ejército, al obligar á desalojarlas a lo.-! que 
las defeniiian. 

2.' Losíirmantes se reconocen subditos leales y obe- 
dientes á S. M. el Rey'de E^ípaíia, y no usarán en lo su- 
cesivo otra bHDdera que la de la nación. 

3,' Ig-ualmeute esperan que se les respetarán, como 
hasta aqui lo lian sido, su religión, usos y costumbres. 

4.° Hacen presente ya gratitud poc bi concesión que 
reciben del general en jefe, en nombre de S. M. el Rey 
de España de seguir en posesión de sus antiguáis propie- 
dades, comprometiéndose íi facilitar el trftnsíto por la» 
vereda.s, caminos y esteros de los territorios de Bohayán 
y Bacat. 

5.' Kl fl-tUo Utto y su raujei* Radja Patri se raaiiilies - 
tan reconocidos al respeto de que hau sido objeto los se- 
pulcros de su familia, asi como á ia concesión espontá- 
nea dei general en jefe de que pueden edificar vivien- 
das en PUS inmediaciones. 

6,* Se someten á !a disposición de que todos los mo- 
ros que naveguen por el Rio Grande y sus afluentes en 
vintas y o^ras embarcaciones, vayan provistos de un sal- 
voconducto ó patente expedida por el gobernador de 
Cottobato ó los comandantes militares de los fuertes. 

7.* al datío \]ito y los demás de los territorios de 
BohayÉn y Bacat se comprometen solemnemente á cas- 
tigar ó entregar, según los casos, á los moros que en 
cualquier concepto cometan faltas ó delitos contra la» 
personas y propiedades. 



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192 

8.* y última. Aparte de ln estipulado anteriormente, 

nos comprometemos á no hacer la guerra á los daítos de 

la parte baja del rio, devolviéndoles todos ios moros que 

les hemos secuestrado durante la g'uerra 

Firmado en Bacatátreinta de la luna .lamadil anal 
año de la eg-ira He mil trescientos cuatro. Datto Utto. — 
Radja Putri. — Riidja Muda. — DaigTin.— l^üg-agran. — San- 
ghan. — Jamán. — Baliititik. — Ngelete. — Gugu sa Bua- 
yHii Balanag. — Manguindara. — A-mbu!iitu Dundunia. — 
l'auan, — Sandingan. — Tagauding. — Mama sa Buayan. 
— Kl yi-herif sultán de Buhayangy Kudarangan Miiha- 
mad.— Jamatudin, hijo del Sclierif «uitán Kudarangan. 
Tamhilauan. — Jarabangan. — áií. — üuafa Mama Silun- 
gan. — Mangulamas. — Haiígrtren Datto Lempan y Lu- 
raüntuEg. — Conforme. — Bacat diez de Marzo de mil 
ochocientos ochenta y siete. — El general en jefe, Emilio 
Terreros. — Kl intérprete que suscribe, certifica: que lo 
anterior es traducción fiel del escrito en árabe. — Bacat, 
fecha utstipra— Pedro Ortuoste. 

A los pocos días se recibió en Madrid un parte tele- 
gráfico de Manila, dándonos cuenta de la completa vic- 
toria que nuestras tropas han obtenido también en Joió 
■con lo que se han coronado felizmente las expediciones 
contra Borneo y Joló. El parte dice asi: 

Manila (sin fecha), — Recibido Madrid 8 Junio 1887. 
líl gobi;ruador general. 

A ios ministros de Guerra y de Ultramar: «Día 24, 
800 hombres al mando coronel Arólas, gobernudor Joló, 
to.naron después de encarnizado combate, la formidable 
Cotta del poderoso Pauguliua Sayari de la isla Tapula: 
la marina ha tomaiio parte en este glorioso hecho que 
lia costado sensibles pérdidas, por bravura de comba- 
tientes. Murió Sayari rodeado de sus principales parti- 
darios; quedando habitantes isla sometidos al sultán 
Harum.» 

El día 14 de Junio el Senado da un voto de gnicias á 



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193 

nuestro ejército por la última brillante victoria conse- 
guida contra los rebeldes de Joló. 

En la sesión del Senado de 14 de Junio de 1883, el 
señor marqués del Pazo de la Merced preg-untó al go- 
bierno si tiene detalles nuevos que comunicar acerca del 
heroico hecho y de la brillante campaña llevada á cabo 
■en Joló por el coronel Arólas. 

Creo yo, dice, que eL írobierno debe hacerse solidario 
de ese importantísimo hecho de armas, más importante 
y decisivo que otro alguno, y que debe determinar una 
política nueva de España en aquel Archipiélago. 

Ruego, pues, continúa el Sr, Paao, al señor presiden- 
te y al gobierno que pida ai Senado que ae asocie á la 
Batisfaoción pública por este hecho de armas. 

El señor ministro de Gracia y Justicia dice del go- 
bierno, que desde luego se asocia ó mejor dicho ha ex- 
presado ya, por su propia iniciativa, el júbilo de que ae 
hace eco el señor marqués del Pazo de la Merced; no 
tiene detalles nuevos acerca del brillante hecho de ar- 
mas del coronel Arólas; cuando los reciba los comunica- 
rá á la Cámara, y tendrá la honra de proponer aquellas 
recompensas que la patria debe á los que en lejanas tie- 
rras defienden su honor y bandera. 

Habló el señor presidente del Senado, diciendo que el 
señor marqués del Pazo de la Merced se había anticipado 
á la acción de la presidencia, que haciéndose eco de lo9 
deseos de todos, iba á proponer inmediatamente que la 
Cámara acordara consignar en acta la satisfacción con que 
ha sabido el hecho de armas del digníai rao coronel Arólas 
en Joló. Dijo también que el Senado diese por hecha la 
proposición de la Mesa en el mismo sentido expresado 
por el señor marqués del Pazo de la Merced. 

Los detalles de esta última victoria en Joló se reci- 
bieron en Madrid el 10 de Junio de 1887, y M Resumen 
■dio el siguiente relato; 



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El combate sostenido el 16 de Abril último por nues- 
tras tropas de Filipinas contra los moros de Maibung, 
fué una jornada gloriosa, pero triaie i la tbz, por las- 
sensibles pérdidas que ha oc69Íonado. 

La Opiííid/i de Manila, llegado en el último correo, 
amplía algunos detalies de los ya conocidos. 

Se corrió el rumor de que se hacían preparativos pa- 
ra un ataque á Tapul, y en esta inteligencia estaban to- 
dos. Sigilosamente se dio orden á loa buques de hacer 
demostraciones hostiles y hasta de un desembarco,, 
mientras una columna de 900 hombres atacó rápidamen- 
te las cottas en que tenían dispuesta su artillería para 
contrarrestar el simulado ataque por mar. 

La lucha de los moros así sorprendidos y sin escape, 
debió de ser desesperada. Cuarenta Juramentados dicen 
que habia, y que mucho daño hahrím hecho antes de 
morir. Las fuerzas creo se componían del regimiento 
número 2 y disciplinario. 

Entre ios muertos, que se haceu subir á 14, está el 
capitán Hoyos. Entre los heridos, el citado Sv. Arólas y 
el teniente coronel Sr. Novella: en total, ilegan á 49. 

En el enemigo fué mucho mayor el daüo: se le han 
cogido dos cañones de ocho centímetros, de bronce; dos 
cureñas, un cañón de doce centímetros, de bronce; una 
ametralladora, regalo extranjero, dicen, cuando la cues- 
tión de Borneo; carabinas, botes de metralla y muchaa 
embarcaciones (vintas). 

Todo se incendió, hasta las casas de los chinos allí, 
establecidos, y á ios cuales se respetó porque no se re ■ 
sistieron. 

Entre loa muertos se encontró á uno de los que acom-- 
pañaron ai sultán que vioo á jurar á Manila. 
A la llegada á Joló dejó de serle adicto. 
£1 sultán acompañó al Sr. Arólas en la expedlciónr 



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195 

que se tiene por una victoria brillante y rápida como 
pocas. 

MaibuQg' era para aqneltos moros su «ciudad santa» 
y la creían inexpugnable.» 

ÜN TELKQRA.IÍA DE SU MAJESTAD 

Por conducto del jefe del cuarto militar, S- M, la 
Eftfna ha dirigido hoy al señor ministro de Marina, como 
jefe de la irmada, un expresivo telegrama felicitándole 
por las brillantes maniobras verificadas por algunos de 
nuestros buques de guerra en el archipiélago de Joló . 
El general Rodríguez Arias ha trasmitido ít aquellos 
marinos la cariñosa felicitación de la Reina Regente, 



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CAPITULO XI 

DESCRIPCIÓN DE LA CII/DSD DB MANILA, CAPITAL DEL ABCHÍ- 
PIBLAGIO FILIPINO Y OBRAS QUE SE ESTÁN HACIENDO BM 
AQtJBL PUERTO 

(Cómo no describir al menos la capital del archipié- 
lago filipino? Mas el que no lia estado en una grande y 
hermosa cindad, como Mimila, no puede describirla sino 
por referencia, y nosotros hemos optado por referir á 
nuestros lectores la verídica descripción que de ella hace 
el Sr. Montero y Vidal en El AfcMpiélago Filipino, que 
es como sigue: 

Manila, capitnl dsl archipiélago filipino, está si- 
tuada á la izquierda del río Pásig, en ¡a costa occidental 
de la isla de Luzóü, mar de China, á 124°,37' longitud 
E. de Madrid, y 14°,36' latitud N. Su nombre procede de 
las palabras tagalas May-Nilad [sitio en que abunda el 
Nilad], planta cuyo nombre científico es I. MacropMlla, 
Bartil. Tiene espaciosas casas y buenas calles tiradas á 
cordel. 

La principal de sus plazas, llamada de Palacio, for 
ma un cuadrilátero de T.650 metros cuaiirados. En su 
centro, rodeada de un jardín con verja de hierro, se alza 
una majestuosa estatua de Carlos IV, de bronce, verda- 
dera obra de arte, fundida en Manila. Le fué levantada 
en reconocimiento k haber ordenado la conduciión de la 
vacuna, transmitida de brazo en brazo, con cuyo exclu- 
sivo objeto dispuso que saliera un navio desde Méjico, 
que arribó á Manila el 15 de Abril de 1805. En la actua- 
lidad van á hacer una fuente en el centro de dicha pla- 
za, y parece ser que coronará el obelisco central la esta- 
tua de Carlos IV. 



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197 ^.;,„. 

En un frente de esta plaza, con vistas al mar, estaba 
el magnifico palacio del capitán general, de elegante fa- 
chada de orden dórico, concluido en 1690. 

En otro, la catedral, cuyo coste fué de 2.500.00Q pe- 
etaa. La parte superior de la fachaiía pertenecía a¡ or- 
den jónico, y era toda de cantería. Dio comienzo su fa- 
bricación en 1604 y se terminó en 1671. 

El cabildo, ó sea las casas coiisisturiales, ocupaba el 
tercer frente. Era de construcción moderna, habiéndose 
inaugurado en 1738. 

Estos tres soberbios edificios se desplomaron por el 
terremoto de 3 de .Junio de 1863. El palacio y cabildo 
aún forman un montón de ruinas. La catedral lia sido 
reedificada suntuosamente, inaugurándose el 8 de Di- 
ciembre de 1879. 

Loa mejores edificios que Manila encierra son los con- 
ventos. El de la comunidad de frailes Franciscanos y su 
iglesia ocupan una extensión de 25-000 metros cuadra- 
dos; el de los Agustinos, 21.250; el de los Dominicos, 
12.750, y el de los Recoletos, 10.200. Todos ellos grao- 
diosos y con vistas á cuatro calles. 

Son también buenos edificios la iglesia de Santo Do- 
mingo, de estilo gótico, levantada por quinta vez en 
1868; los templos de San Agustín y San Francisco; ¡a 
iglesia y convento de la Compañía de Jesús, que media 
un espacio de 28.900 metros cuadrados, habiendo sido 
destrnida la iglesia por el terremoto ya citado: el con- 
vento lo habitan en la actualidad los los padres Paules. 
La universidad de Santo Tomás y el colegio de San 
Juan de Letrán, propiedad de loa Dominicos; la escuela 
normal de maestros y el ateneo municipal de los jesuí- 
tas; loa beateríos-colegios de señoritas de Santa Isabel 
y Sania Rosa; el beaterío de Santa Catalina; !a escuela 
municipal de niñas; el convento de monjas de Santa Cía 
ra; el colegio de indígenas de la Compañía, fundado por 
una mestiza bajo la dirección de los jesuítas, y el pala- 
cio arzobispal. 



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198 

Pertenecientes al Estado los había muy buenos; pero, 
arruinados en 1863, aún están como Jos dejó el terremo- 
to. La A-duana, hermoso edificio que ocupa una extensa 
manzana, ha sido reedificado y en él se hallan hoy casi 
todas las oficinas de Hacienda; él Tribunal de Cuentas y 
algún otro más fueron reparados; la Maestranza, parque 
de artillería y varios cuarteles situados dentro de Mani- 
la, reúnen buenas condiciones. Las casas de Manila, en 
gfcneral, son desahogadas, de sólida consírucción y per- 
fectamente distribuidas, aunque bajas, por temor á los 
temblores. 

Rl Hospital de San Juan de Dios, fundado en 1596 
por la hermandail de la Misericordia para la asistencia 
de enfermos pobres, de soldados españoles y sus viuda."» 
destruido por el terremoto de 1863, y rsedificado á ex- 
pensas de la caridad pública, y con el producto de va- 
rias casas que posee en Manila y los de una mag-nifica 
hacienda en Bukcán , es un excelente edifici o, donde por 
término medio hay 280 enfermos al cuidado de herma. 
ñas de la Caridad. Gobierna el Hospital una Junta direc- 
tÍTa y administrativa. La admisión de enfermos, á los 
que ae da esmerado trato, es ilimilada. 

Manila fué fundada el 24 de Junio de 1571. 

Rodea la ciudad una fortisima muralla, obra admi- 
rable, con fosos, contrafosos, reductos, baluartes y un 
fuerte bien defendido, llamado de Santiag-o, cuya cons- 
trucción presidieron los primeros gobernadores de las 
islas. Tiene la ciudad murada 1.080 metros de longitud 
y 626 de latitud máxima, en una circunferencia de 3,510 
metros. Seis grandes puertas y dos postigos, con puen- 
tes levadizos, en los que presta servicio la g-uarnición, 
facilitan la entrada y salida de la plaza. Por una parte 
casi lame sua muros el mar; por otra los baña el río 
Pasig, y lo restante da frente á los extensos arrabales 
que, unidos á Manila por varios puentes, forman la ca- 
pital, cuya población total no baja de 300.000 almas. 

En laa afueras de la puerta llarriítda de Magallaaes, 



y Google 



junto al Paeig, se eleva un airoso, aanqü« modesto 
monumento, dedicado al ilustre descubridor de Filipinas. 
Fórmase de una columna, sobre base de mármol, coro- 
nada por amplia esfera armilar de cobre. En el centro la 
decoran delfines y áncoras de oro coronadas de laurel. 
A todo lo largo del istmo, donde se halla este obelisco, 
existe un bonito paseo, cercado de árboles, construido 
en 1872. A su terminación, frente á la puerta de Pa- 
rían, ti'iy un magrnifico puente de hierro que une á Ma- 
nila con el arrabal del Binondo. Esta hermosa obra, 
cuyo material se fabricó en Paris, fué inaugurada en 
1," de Enero de 1876, con el nombre de Puente de Espa- 
ñt: su longitud es de 129 metros por 8'50 de latitud. En 
■el miamo sitio hubo uno dra piedra hecho en 1626, que 
inutilizó el terremoto <ie 1863, sieudo preciso prohibir 
el paso de coches por él y demolerlo en 1867. Poco des- 
pués de abrirse al tránsito de hierro, se desplomó uno di 
barcas que, durante algunos años, prestó grandes servi- 

En frente de la fortaleza de Santiago, ala entrada 
del Malecón, entre el rio Pasigr y el mar, existe un obe- 
lisco de 14 metros de altura, con base de g-ranito y mar- 
mol de Italia, erigido por suscripción pilblica, en honor 
del ilustre patricio D. Simón de Anda y Salazar. 

En los arrabales, situados á la orilla derecha del Pa- 
sig, está eí foco de la población y ei comercio. Su case- 
río es muy bueno. Las calles son anchas. La de la Es- 
colta, por su animación, aunque más modesta, viene 
á ser en Manila lo que la Cannebíére de Marsella ó Ib 
Rambla de Barcelona: el movimiento comercia! de la 
Escolta ofrece una copia de aquéllas. 

Los arrabales están cruzados de esteros (1) ó canalee 



(H Corrientes de agua dulce 6 salobre. No tienen ma- 
nantial de origen, recibiendo au caudal de aguas por ei 
mismo lugar eii que la rtinuovau, á Impulsos de laa ma- 



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200 
nav^ablea para embarcaciones menores. Sí loa cuida- 
ran mejor, serla Manili una segunda Venecia. Lo3 in- 
dios, en sua ligeras piraguas, van por ellos á todos l03 
extremos de la pobiación. 

En Binondo, que es el máa importante, teniendo da- 
ble extensión superficial que la ciudad murada, tienen 
los europeos sus mejores casas de comercio, y los chinos 
infinitos bazares. Llega este populoso arrabal hasta el 
Pasig: á sus orillas está la Capitanía del puerto y la 
Comandancia general de Carabineros; al final del mue- 
lle se halla e! fartj de b:ihia, inaugurado en 1843; su 
luz es roja, ttistinguiéndoae desde los buques á 14 mi- 
llas. 

La iglesia de Binondo es grande; su fachada perte- 
nece al orden dórico. El terremoto de 1S63 destruyó la 
célebre torre que cuentan tenia tantas ventanas como 
días el año. La hoy existente es más baja. A la mitad 
de la calle de Anloague se encuentra la A-dmlnistración 
de Hacienda pública, la Tercena y los almacenes de efec- 
tos estancados. 

El arrabal de Trozo ó San José, es casi todo de mo- 
desto caserío de materiales ligeros, y mucho menos im- 
portante que los precedentes. 

El arrabal de Toñdo, nombre que en lo antiguo lle- 
vaba la provincia, conserva aún mucho caserío de caña 
y ñipa. Hállase ai N. de Binondo y ¡ilcanza igual ex- 
tensión que éste. Lo más notable que contiene es su 
mercado de la Divisoria y la fabrica de tabacos de Mei- 
Sic, donde trabajan 6.000 mujeres; el teatro tagalo de 
Tondo, famoso por las producciones sui generis que re- 
presentan los indígenas en aquel dialecto, y un estable- 
cimiento de aserrar y labrar maderas, montado con 
todos los aaelantos de la mecánica. 

Baña á Tondo el canal de la Reina, abierto en 1864, 
que pone en comunicación el estero de Binondo con los 
magníficos esteros navegables de Malabón, pueblo de 
muy activo tráfico, cuyo canal facilita el comercio in- 



y Google 



201 

tenor de Manila con las provincias de Parapang-a y Bu- 
lacán. 

E! arrabal de Sttnía Oruz goza ventajosa posición. 
En su anchurosa calzada de Iris está la cárcel pública, 
que es vistosa, y frente á ella un coliseo ilamado Circo 
de Bilibid, terminado en 1870, que puede contener 
desahogadamente 2.500 peraona.s. 

Existe también en la jdrísdiccióii de Santa Cruz un 
hospital de lazarinos (I), fundado en 1577, y el cpmen- 
terio chino de La Loma. 

En Qwiapo se halla el mercado principal, llamado de 
la duirtta. Pónese en comunicación este arrabal con el 
sitio que llaman Arroceros, por medio de un puente col- 
gante, construido por una empresa particular en 1852. 
Mide aquél 110 metros de longitud por 7 de anchura, 
destacándose vistosamente sobre el río. 

Hácese notar la hermosa calle de San Sebastián, de 
eleg-ante edificación, á cuyo término se encuentra la 
bonita iglesia de su nombre, fundada en 1621 por los 
padres Recoletos. 

El de Sampaloc, nombre debido á un arbusto que 
abunda en su término {Tamarindus indica), es notable 
porque los indígenas avecindados en él son, en su gran 
mayoría, cajistas de imprenta, con motivo de haber es- 
tado allí la primera y única que hubo en las islas por 
algún tiempo. Las mujeres de este barrio ejercen casi 
todas el oficio de lavanderas. Muchas casas de Sampa- 
loc están habitadas por europeos. La buena sociedad de 
Manila ha elegido este pintoresco sitio para pasear ea 
coche. Su caserío es casi todo de ñipa, k la terminación 
de este arrabal se eleva la suntuosa fuente á donde aflu- 



(1) Este hospital, pof dos veces consecutivas fué pasto 
de las llamas y riiKdificado consiguieiitcmeiite. En 163S 
iogresaroii en él 150 liizariuos crisliauos, expulsados de¡ 
Japón. En 1662 hubo que demolerlo, levarían dele de nuevo 
en 1765. Hoy está á c&rgo de loa padres FraDCíBcanos . 



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202 
yon las aginas llevadas íi Manila mediante el legrado de 
Carriedo, 

Manila carecía de agrua, por lo que la mayor parte de 
las casas tieneii~grandes aljibes para coiservar la de 
Uavia. En la actualidad se provee, además, de aguas 
potables que han sido llevadas á ella, utilizando el refe- 
rido legado del ilustre Camedo, cuya manda, no obstan- 
te Tarias vicisitudes, ascendía, cuando comeniaron las 
obras, á más de 250.000 pesos. 

En Santa Mesa, afueras del arrabal de Sampaloc, 
háse establecido el hipódromo, rodeado de una empali- 
zada. Tiene Tanas tribunas de madera, y en este punto 
se celebrau anualmente animadas carreras de caballos. 
El arrabal de San MigMl. situado á orillas del Pasig:. 
cuenta mag-nificas casas con bellos jardines. En una 
preciosa quinta, llamada MalacaHang (sitio del pesca- 
dor), reside el gobernador capitán genera! de Filipinas. 
En medio del río existe una islita de inapreciables con- 
diciones higiénicas, donde liay un hospital que llaman 
de la Con-Baleceneift, porque Tan á convalecer á él los en- 
iermos precedentes del de San Juan de Dios. También 
se halla en San Miguel un hospicio para dementes y po- 
bres, con el nombre de San José. 

En Arroceros, punto unido a! arrabal de Quiapo por 
el puente colante, y que conserva dicho nombre por 
haber sido antiguamente mercado de arroz, se halla el 
Jardín Botánico, ni abundante en plantas raras, ni todo 
lo bueno que podía ser. Entre los edificios notables de 
este barrio, figuran los que fueron fábrica de tabacos 
4el Fortín, donde trabajaban 8.000 mujeres; de arroce- 
ros, en que hacían servicio 1.500 hombres; la adminis- 
tración eeníral de colecciones; los almacenes geueralea 
de tabaco rama; la intervención g-eneral de aforo y laa 
máquinas de prensado. También existen el hospital Mi- 
litar, un cuartel de infantería y el matadero público. 

Otro edificio, el teatro Español, donde actuaban la« 
compañías de ópera italiana que iban á Manila; fué des- 



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203 

truído por un iücendio hace pocos años. Le ha reempla- 
zado ahora un teatro de Variedades. 

Espaciosos mercados surten á la capital abundante- 
mente de toda clase de comestibles, llevados los mks d» 
las provincias comarcanas. 

üavite provee á Manila de arroz fino, y del corriente 
las de Bulacán y Pangasinán. El ganado vacuno, que es 
muy bueno, los cerdos, aves y frutas proceden de Ba- 
taneas y Laguna; el ganado vacuno inferior, de llocos y 
Visayas, por mar, y de Nueva Écija por tierra; ia leche 
huevos y hortalizas, de Mariquina y pueblos próximos á 
las capital; el pescado, en grao abundancia, de ia lagu- 
na de Bay, rio Paaig, bahía de Manila y esteros; éstos 
plagados de daíaff. 

Existen en Manila cochea en número análogo á cual- 
quiera de las principales capitales de Europa. Los caba- 
llos son pequeños y fuertes, trotan mucho y no necesi- 
tan herraduras por la dureza de sus cascos; pero muchos 
dueños de caballos suelen mandárselas poner. Las calles 
no tienen empedrado, son llanas y bien cimentadas. Po- 
see muy buenas calzadas para los paseos en coche. Las 
ca,lza.éas .son anchas vías con profuso arbolado, que les 
presta frescura y belleza. íin una de las principales, la 
de Bagumhayang, está el cuartel de ingenieros, que es 
un bonito edificio de planta baja. A su terminación, á 
orillas del mai', hay un paseo llamado Ln Luneta. 

Manila tiene una de las bahías más hermosas del 
mundo, y en ella fondean buques de todas las naciones. 
El ancho y majestuoso río Pasig está siempre lleno de 
embarcaciones de todas clases, surcado constantemente, 
lo mismo por magnificas fragatas, que por veleros va- 
pores ó ligera-s y diminutas hwmas (canoas), presentan- 
do admirable perspectiva y ia anioiación y vida que exi- 
ge el movimiento comercial de la capital. 

En Manila liay fábricas de jarcia de abacá (1) de la 



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204 

propiedad de norte americanos; varías de bebidas alco- 
hólicas y talleres de todos los oñcios. 

Son dignaü de notar en Manila, como en ia mayoría 
de loa pueblos ricos de Filipinas, las suntuosas procesio- 
nes y los fastuosísimos festejos del dia en que se celebra 
la fiesta del patrón; fiestas que, con justicia, han llama- 
do la atención de cuantos extranjeros han escrito acerca 
de aquel país. Este motivo y la extraordinaria afición 
de los naturales á ia música, es causa de que abunden 
bandas particulares, y que en casi todas las casas haya 
pianos, acordeones, viohnes, flautas, etc., y que en nin- 
guna falte el arpa, que es aiií el instrumento nacional. 
Los servicios municipales e^tán muy desatendidos 
en Manila. Carece de casas de socorro y hasta de médi- 
co municipal. 

El clima de Manila es sano. Sin embargue de ser tan 

populosa ia ciudad, hay días en que no ocurre defuncióa 

alguna, y semanas en que no fallece ningún peoinsular. 

La parte murada es la menos alegre y espaciosa. Ea 

cambio los arrabales son deliciosos y amplios. 

Sorprende á los europeos, á su lleifada á Manila, el 
triste aspecto y la soledad de las callea, á causa áe que 
los indios son poco comunicativos y bulliciosos en su 
vida ordinaria. 

Contribuye también á ello el que las casas no tienen 
balcones, y sí altas ventanas de conchas que les dan 
figura de conventos. 

El aumente de europeos, y especialmente de señora», 
que antes eran en menor número, contribuye hoy á la 
mayor animación que en la capital existe. 

En Manila residen las autoridades superiores de to- 
dos los ramos, los cónsules, la mayoría de los I 



mar, pudriéndose más pronto mojada repetidamente en 
aguadulce, al revés del cá&amo 

Guando la jarcia da abacá resulta inservible para su oh- 
jeto principal, Be aprovecha en la fabricación de papel or- 
dinario. 



y Google 



ao5 

peninaalarea y de los extranjeros, los provinciales y 
priores de las órdenes religiosas, los regimientos de ar- 
tillería, Tarios de indígenas y los de las armas especia- 
les. En CaTite, puerto próiinao á Manila, están el arae- 
y ¡os buques de la Armada. 

Manila ostenta los títulos de iRuy noble y siempre Uní 
ciudad. Sus armas consisten en un escudo cuya mitad 
superior tiene un castillo de oro en campo rojo, cerrado, 
con puerta y ventanas azules y con una corona encima. 
En la parte inferior, en campo azul, se ve el medio cuer- 
po superior de un león enlazado al medio inferior de un 
delfln de plata; lampazo de gules y la garra derecha ar- 
mada de espada con guarnición y puño. Sobre ía alme- 
na principal del castillo hay una corona real. Ei Ayun- 
tamiento goza título de excelencia. 

Inmediatos á la capital, aunque no formen parte de 
ella en concepto de arrabales, y sí como pueblos de la 
provincia, hay varios de éstos que vamos á enumerar, 

El pueblo de la Ermita, situado al S. de Manila, á 
orillas del mar, es célebre por pertenecer á. él las más 
primorosas bordadoras de tejidos Aeptña, y el de Mala- 
te, porque de él son multitud de escribientes de las ofi- 
cinas y las mejores bordadoras de chinelas. En Matate 
se ve ua mausoleo elevado á la memoria del naturalista 
Pineda, que fué á Manila á principias de este siglo. Hay 
también un cuartel de caballería y otro de infantería. 

En el pueblo de San Fernando de Dilao se halla el 
cementerio general de Paco, con cuyo nombre se cono- 
ce vulgarmente el pueblo, notable por su espléndida ve- 
getación. El cementerio es redondo, de buena construc- 
ción, con 64 columnas de orden dórico; el muro donde 
están construidos los nichos tiene 8 píos de espesor; va- 
rias calles cubiertas de árboles lo recorren en todas di- 
recciones; la capilla, que es de forma oval, sirve de pan- 
teón á los capitanes generales y prelados. Se construyó 
por el Ayuntamiento en 1820. Adolece del defecto de es- 
tar muy próximo á la capital. 



y Google 



En el pintoresco pueblo de Santa Ana hác&se notar, 
en medio de alegre campiña. La Concordia, hermoso 
edificio, donde se educan y aprenden preciosas labores 
muchas niñas y peñoritas de todas las provincias, en 
clase de internas, bfijo las dirección de las hermanas de 
la Caridad, que en Filipinas prestan útiles servicos, es- 
pecialmente en los Iiospitalea y en el ramo de instruc- 
ción pública. 

Este edificio fué cedido con tal objeto por una acau- 
dalada señora del país. 

En San Pedro Macatí tienen los protestantes su ce- 
menterio, en el cual hay algunos m^iusoleos de buen 
gusto artístico. 

Distingüese este pueblo por la elaboración de vasi- 
jas ordinarias, teja y ladrillo, poseyendo muy buenas 
arcillas. 

Los otros pueblos m¿s notables de la provincia de 
Manila son Malabón, por su activo comercio y mtiltitud 
de cascos, grandes y pesadas embarcaciones de carga y 
descarga, las cuales carecen de quilla; Navotas, por bus 
corrales de pesca, que constituyen una industria pode- 
rosa; Caloocán, por sus manufacturas, teniendo muchos 
telares de donde salen magníficos tejidos de seda, aba- 
cá fino, algodón y mezclas, de que hacen gran consumo 
las mujeres dei país; Pandac&n, isleta formada por dos 
brazos del Pasig, por sus pilanderias de arroz (estableci- 
mientos de descascarar arroz h brazo), y por su riqueza 
en zacate, único forraje que comen los 6.000 caballos de 
tiro de carruajes que hay en Manila, y Pateros, pueblo 
rico por su industria de jOífflteM(Ííí*ía de arroz y la cría 
de patos, en número que uo baja de 800.000, por el sis- 
tema de incubación artificial que le es propio. 

No deja de ser curioso el procedimiento que los indí- 
genas de Pateros emplean para obtener artificialmente 
el mayor número de polluelos. ó sea para el hdlot que 
ellos llaman. 

Preparan 1.000 ó 1.500 huevos; envuelven en im pe- 



y Google 



dazo de tela ordinaria ¡tigbó), determinada cantidad de 
paldj/ (arroa coa cascara), y lo calientan al sol ó al fue- 
go; extienden deapués en un grsu canasto (tong) una 
capa de p/i^ay caliente; encima otra de huevos, y así 
alternando colocan todos los huevos entre capas de 
palay. En esta operación invierten mBñana y tarde por 
espacio de catorce ó diez y seis días; esparcen luego to- 
dos los huevos sobre una capa de ipá (cascara de palay) 
y entonces el cuidado es mayor, ya tapándolos con man- 
tas, ya destapándolos, á fin de equilibrar conveniente- 
mente el caior y el frío: pasados aún doce ó catorce 
días, 900 ó 1.000 patitos recotapensan tanto desvelo, y 
cuatro meses después de alimentarlos esmeradamente, 
la utilidad que obtienen resarce ventajosamente sus 
afanes. 

OBRAS DEL PUHaTO DB 



Para que se juzgue bien lo hecho ya en las obras del 
puerto de Manila, copiamos á continuación lo que dice 
£1 Comercio de 25 de Enero de este año de 1887: 

Galanamente invitados por el señor presidente de la 
Junta de obras del Puerto, tuvimos ayer !a satisfacción 
de formar parte de la comitiva. 

Formaban ésta el general Moltó y su ayudante, y los 
Sres. Martín Lunas (D. Justo), Barrantes, González Luna 
Gisbert (b. Lope), Borregón, Ramírez Bazán, Tuaaou 
[D. Gonzalo), Díaz Meno. Galván, el director del DiariOf 
Moníojo, Aur^eneche, Balbás, [D. Venancio), Hervés,. 
Martín Lunas [D. Segundo), Goyenechea, García Mo- 
rón, ingeniero director de las obras, y Casademunt, se- 
cretario contador de la Junta. 

Reunidos todos los señores citados en el Malecón, 
junto ai monumento de Anda, cumpliendo con lo que 
las invitaciones decían, pasaron á visitar los extensos y 
bien ordenados talleres, dirigiéndose primeramente al 
departamento de sierras, movidas todas á vapor, des- 



y Google 



308 

puéa á la herrería y á un local destinado a grandes má- 
quinas de distintas aplicaciones; y por ultimo, á un bi«n 
provisto almacén de efectos navales, reinando en aque- 
llos, á la hora en que los visitamos, una actividad digna 
de encomio por el personal obrero en ellos empleado. 

A las siete y media se embarcaban loa visitantes é, 
bordo del remolcador Tayumin, que había de condu- 
cirles al pueblo de Angono del distrito de Morong. En el 
camino pudimos ver las obras de rectificación del cauce 
del Pío I'asig: y el corte de la fuerte roca de Malapad-na- 
bato, i[ue como ya saben nuestros lectores, fué volada ha 
pocos meses, empleando para ello la dinamita. Salió á 
recibir á tos expedicionarios el reverendo cura párroco 
de Pasig Fr. Simón Barroso, acompañado de los ayudan- 
tes de las obras del puerto allí establecidas y de la prin- 
cipalla y la música, seguidos de nuraereso pueblo. En 
aquella parte del rio hay una corriente muy fuerte, que 
fué vencida con gran facüidad por el remolcador Ta,- 
y%mán. 

Acerca de las importantes obras de rectificación del 
cauce del rio Pasig", con las cuales se suprimen varias 
do las pronunciadas curvas que el rio tiene entre Mala- 
pad-na-bató y el estero de Pateros, entre é-ste y el de Bu- 
tiog-, entre Buting y el Santa Rosa, entre éste y San 
Bernardo y entre el de San Bernardo y Barabang-, bra- 
zos todos que tiacian notablemente imperfecto el curso 
del rio, tenemos los siguientes datos, por los cuales se ve 
que el cauce correrá pronto en línea recta desde Mala- 
pad -na-bató hasta Rambang-. 



y Google 



LmgUnd total 1,235 ttítrot dividido! en cinco tnmoí 











Terr» 




gitud delttgu» 


«i^aa 


" 


ptóo 


1.* Tramoentre 












Mal8pad-na- 












b&tó y e! rio 












Patero» 


2U5.1£ 


4.125.09 


2.345,2£ 


« 47ü,3g 


3.242.96 


2.' Entre Pale- 












ros y el Butín 












(l.'corta) 


210,30 


5.451,98 


9.255,00 


.4.706,96 


3.709,83 


:3." Entre elBu- 












tiu y Santa 












Rosa (2,' id)... 


237,53 


6 &93,2C 


6.744,4T 


.3.337,6'; 


6.329,65 


4.* Eotre Santa 












Kosa y San 












Bernardo (3 ' 












Ídem).... 


289,75 


8.501,1-: 


14.103,76 


¿2.604,95 


4.993,55 


5." Eutre Sar 












Bernardo v e 












Bainbang (4. 












ídem) 


-¿y2,3a 


7.087.73 


19.356.38 


26.444. 11|7 .593,53 



.DeamoDte de la rocada Malapafl-na-batá| 3.632,81 



Terraplén de Saiitn Sosa 834.00 46.150,64 



Explanaciones. .. . 

Rstactidas 

Presa de Santa Ros 

Plantaciones 

Imprevistos 



40.ÜOO 
Entre once y doce los expcdidoiiarioa tomabaii la lo- 
comotora Bimngom». que lea li.ibía de conducir á la can- 



y Google 



210 

tera de A.ng:oiio, hoy en eíLpiotación, cuya piedra es la 
que se usa para bloques como base y cimentación del 
terraplén. Deapaés de ver la cantera, la concurrencia se 
retiró íi la casa que la Junta de Obras del puerto tiene 
gñ dicho sitio, para verificar desde alÜ, por medio de la 
electricidad, la voladura de pequfñas partes de la can- 
tera, á merced de barrenos cargados con dinamita unos 
y con pólvora otros. Verificóae dicha operación con toda 
felicidad, salvo el pequeño contratiempo de tener que 
volver á encender la mecha, que se había apag-ado ein 
duda por haberla aplastado algún pedazo de la piedra 
ya volada. Después, varios de los señores invitados se 
dirigieron de nuevo hacia la cantera para ver los efec- 
tos de la dinamita y de la pólvora. Estos destructores ele- 
mentos bien poca mella hicieron en aquella grao masa 
de piedra, que, como muy oportunamente dijo uno ds 
los concurrentes, era más que sufltjiente para ocho puer- 
tos como el que en Manila se está construyendo. 

Poco después pasaron los concurrentes á la mesa, 
ocupando una de las cabeceras el señor g:enerai Moltó, 
teniendo & su derecha al Sr. Barrantes y á su izquerda 
el Sr. Gisbert, y la otra el Sr. Martín Lunas, sentándose 
á sü derecha al Sr. González Luna y á su izquierda el 
el Sr, Bórregón. Sirvióse un selecto y bien condimenta- 
do wíí/ííí confeccionado por el ñesí«íím«í París, y con 
sólo decir que fué servido por dicho establecimiento nos 
creemos relevados de elogiarlo. .\.hi va la lista de los 
manjares. 

HÜRS-D'<E("VK1Í 



Printanier á la Póyaie. 

Releves 

Omelette aux truffes, Dorade d'Ocean g-rillé Sce. tar- 
tare. 



y Google 



Awpifs lie l'oia gvns en Uelievue, Filet á ia Ki.^helieu, 

Jíiiíref/isi 
Asperges en Braiiolies au beiirre. 

Diiiloneftiiii ñanqiiés de peCit (libier. — Sülade de 
SaiHOii. 



Desseris 

ViNS. — Jerez, St. Estéphe, Chateau Mar8:aus, Cham- 
pai^ne, Moet et Cliandon. — Café et Liqueiir.'j. 

Descofciióse el espiiuroso champag-ne é iniciáronse 
los brinilis, siendo el primero en hacer upo de la palabra 
el Sr. Martín Lunas, presidente de la .liinta de Obras del 
puerto, quién empezó dando gracias á ¡aa personas allí 
congreg-adas por haberle dispensado la honra de a'^istir 
á la visita de las obras, dándolas también á las oficinas 
de la Dirección civil, gobierno {¡-eneral é Inspección de 
Obras publicas, por la particular y predilecta atención 
que dedicaban k todo lo que con el puerto se relaciona. 
Dedicó á la prensa cuatro frases en extremo cariñosas, y 
que nosotros por nuestra parte agradecemos, y tuvo un 
justo y merecido elogio para el Sr. García Morón, in- 
geniero director de dichas obras, Seguidamente el señor 
genersi Moltó díó ias gracias, en nombre de los allí 
congreg;ados, por las frases que el señor presidente de 
la Junta les dedicara, y dirig^ió un grato recuerdo al au- 
sente general Terreros porque vuelva pronto y triunfan- 



y Google 



212 

te, acompañado de las tropas que habrán puesto en el 
lugar que siempre ha ocupado la gloriosa bandera de 
Ca-stilla. Et Director g-eneral de Administración civil se- 
ñor Barrante^! dio las gracias al presidente de la Junta 
de las Obras del puerto por los elog-ios dedicados ¿ las 
oficinas de su cargo, y declaró que él se asociaba j se 
identificaba á todo lo que fuese aíielanto, progreso, ya 
en las ciencias, ya en las artes ó en cualquier otro ramo 
del saber humano. lílogrió grandemente !a eficaz coope- 
ración que el Sr. García Morón prestaba á las citadas 
obras. El Sr. Gisbert dijo dos frases que al par que con- 
cisas, fueroa de gran significación. Hizo auyas las de 
los señores que en el uso de la palabra le precedieron y 
dijo que en un plazo más ó menos breve la realización de 
dichas obras sería un hecho, y un hecho eminentemente 
reproductivo para el país. El intendente de Hacienda 
Sr. González Luna dijo que su único deseo era que el se- 
ñor García Morón tuviese la satisfación de asistir á la 
inauguración oficial del puerto ya concluido, y dio las 
gracias al Sr. Martín Luna por las frases dedicadas á 
las oficinas de su cargo. Siguióle en eí uso de la palabra 
el Sr. García Morón, quien con una modestia que le 
honra, dijo que agradecía en extremo las alabanzas que 
todos le habían dedicado y que él sólo era un modesto 
continuador de los proyectos que sus predecesores ha- 
bían concebido. El Sr. Borregón, inspector general de 
Obras públicas, dedicó un recuerdo ít los Sres. López 
Navarro, Ramírez Bazán y Palacios; pero dijo muy opor- 
tunamente que todos aquellos trabajos preparatorios se - 
rían completamente estériles si no iban acompañados 
de la actividad, energía y decisión del Sr. García Mo- 
rón, El Sr. Martín Luna volvió á usdr de la palabra pa- 
ra hacer resaltar los trabajos del modesto cuanto labo- 
rioso é inteligente secretario de Ja Junta de Obras del 
puerto Sr. Casademunt. Las merecidas alabanzas que 
le dedicó el Sr. Martin Luna fueron acogidas y apoya- 
das por los Sres. González Luna y Barrantes, así como 



y Google 



213 

por todos los concurrentes allí congreí,'a(ios, y que nos- 
otros también hacemos nuestras. 

El director del Diirw Sr. Giraudler. hizo uso de la 
palabra, y dijo nauy oportunamente, que no las eucon - 
traba para manifestar su completa adhesión á lo ya ma- 
nifestado por los señores que le hablan precedido, y que 
solo íe restitba dar las gracia-s por las deferenciag y 
atenciones tenidas hacia la prensa. Resumió en breves 
períodos el general Sr. Moltó, deseando que e! más feliz 
éxito corone las obras ya coraeozadas. 

Nosotros, por nuestra parte, terminaremos esta mal 
pergeilada cleacripción, diciendo que SI Comercio siente 
una vivísima satisfacción al haber sostenido, en cotitra 
de opiniones sustentadas por otro periódico local, la 
conveniencia y necesidad, al par que utilidad, de la 
continuación de las obras del puerto ya comenzadas, 
porque en ello va un punto muy importante de honra, 
obras que tan adelantadas se encuentran en la actua- 
lidad. 

Réstanos solo dar las g-raciaa á los señores presiden- 
te y vocales de la Junta de Obras del puerto por la invi- 
tación que se nO:! hizo, y por las deferencias y atencio- 
nes que de todos recibimos. 

OBRA.S DBt, PUERTO DE MANILA. 

La Gaceta, de 3 de Enero de 1887 ha dado cuenta de 
la recaudación para las obras del puerto correapondiente 
& Diciembre, que ha sido la siguiente: 

Por el 2 por 100 sobre la importación de mer- 
cancías sujetas al pagxi de derechos aran- 
celarios 30.436'37 

Por el 2 por 100 sobre las libres de esos de- 
rechos 7.685*50 

Por el i por 100 sobre la exportación de mer- 
cancías sujetas al pago de derechos aran- 
celarios 5.781-47 



yGoogle 



Por el 1 por lUO Kübre las libres de los de- 

rechüa 1.4Ü0'14 

Impueato sobre ei tonelaje de buqnea de al- 
tura 1.9tíl'44 

Ídem sobre el de calotaje 1.3]9'68 

Total 48.644'60 

Van recaudados, aeg-ún los datos conocidos, desde el 
9 de Setiembre del 80, día en que se empezó la recauda- 
ción de los impuestos, hasta Diciembre último: 



Por el SJ por lOÜ sobre la imporlaáóu de 

mercancías sujetas al pago de derechos 

arancélanos 1.691.ti70'89 

Por el 2 por 100 sobre las libres de esos 

derechos 251.83o'50 

Por el 1 por 100 sobre la exportación de 

mercancías sujetas al pago de derechos 

arancelarios 767.823*35 

Por el 1 por 100 sobre ias libres de esos 

derechos 69.559'31 

Impuesto sobre el tonelaje de buques de 

altura 209.443'6(> 

ídem sobre el de cabotaje 125.130'88 

Reintegro de la Marina de 2 de Octubre á 

5 de Noviembre del 80, por sueldo déla 

tripulación de la draga 553'07 

Subvención del g-obierno de 1.000 pesos 

del mes de Abril del 80 á Julio del 84. .' 52.000 
Arbitrio de corrales de pesca de Julio del 

80 á Abril del 83 y de Junio del 83"á 

Juüodel84. , 45.653'45 

Producto de la venta de materiales so- 
brantes .' .' ; l'ld'28 



yGoogle 



KeiDteg-ros por pag-og indebidos 14'U7 

Beneficio en letras 2.925'00 



S.216.788'46. 



Bicenos persona á quien suponemos bien informada, 
que dentro de puco las obras del puerto tomarán notable 
incremento, pues se espera Ift llegada de un gran vapor 
procedente de Europa, que conduce las máquinas y apa-, 
ríttos para la luz eléctrica; mejora muy importante, pues 
con ella podrá trabajarse de noche. Además, parece vie- 
nen otras máquinas y arteí'actos necesarios para que las 
obras puedan recibir impulso. 

EL POHVBNIR DBL CANAL DB PANAMÁ 

L' Export'ation Fran^aise inserta un articulo que á 
ciantinuación public itno^, demostrando que !a apertura 
del canal de Panamá no puede ser ótU más que á Fili- 
pinas, y que entonces recogerá en sus puertos todo eí 
comercio del mar de la China y dei Pacífico, que es lo 
qué venimos nosotros sosteniendo siempre: 

«En el último número hemos llevado el tráfico del 
canal dé Panamá á un máxiatum aparente de 3.315.000 
toneladas para la navegación de los puertos atlánticos 
dll PacIflcQ- Pero esta siima, exagerada por dobles em- 
pleos inevitables, corresponde solamente al tonslaje en- 
trando en la zona de atracción del canal interocceánico. 
Ifecorrerla el canal si el paso fuese gratuüb) y tan rápido 
como una travesía de 16 kilómetros (40 nudos marinos) 
dUl mar libre. Antes de calcular la parte cónsideraible 
de ese tráfico, el que será separado del canal por el pago 
de un derecho relativamente oneroso, debe añadiraele et 
trá'fico de los mares de China y del Pacífico oriental. 

Si Se diera fe á laa declaraciones- interesadas de los 



y Google 



216 
paneg-iristas del csnal, ó ¿ las aaercionea demasiado cré- 
dulas de entuaiastas partidarios, la mitad del tráfico de 
esos mares con América y Europa, tomarla la vía de 
Panamá. Imbuidos de un excepticismo muy natural 
(basta con una ojeada sobre un mapa mundi para ad- 
quirirlo) hemos querido verificar eaas obiigaCTones. Opo- 
ner cuadroa de distancia á las apreciaciones generales 
de los partidarios del canal, era muy fácil; perj ante 
todo, ae necesita dar á esos últimos datoa un carácter de 
verdad y de exactitud incontestables. Debíamos haber 
alcanzado ese resultado copiando nuestras cifras del 
«Cuadro oficial de las distancias de puerto á puerto,, 
señaladas por el ministro de Marina para la aplicación 
de la ley sobre marina mercante.» Comparemos las dis- 
tancias de Europa ó los Estados americanos del Este, al 
Japón, á China, k la Indo-China, á las islas Filipinas, 
á Java, á la Nueva Zelanda, á la Australia, á los archi- 
piélagos é islas principales de la Occeanfa, vía Panamá 
ó vía Suez, y el Cabo de Buena Esperanza; todo desíío 
de menos en provecho de la vía del canal, hará entrar 
eee tráfico en la zona atractiva del iatmo. 

Examinaremos aparte el tráfico de Europa con «1 Pa- 
cífico oriental. Tomando Londrea por cabeza de linea,, 
puerto principal para el comercio de las comarcas baña- 
das por ese Occéano, resulta el Cuadro ojlcial de las dis- 
tancias signiientes en nudos marinos de 60 al grado: 

De Londres á Colón-Aspinwal 4.795 

Extensión del canal : 40 



De Londres á Panamá 4.833 

De Panamá al primer puerto del Japón (Yoko- 
hama), hay 7.709 



Trecho total de Londres al Japón, vía Panamá. 12.542 

La distancia de la vía Suez se establece como sig-ue 

De Londres á Suez 3.365- 



yGoogle 



217 

De Suez é. Yokohaaia 7.886 

De Londres á Yokohama, vía Suez 11.251 

ídem, por vía Panamá 12.542 



Excedente de tránsito centra el camino de Pa- 
namá i.2yi 

El puerto más grande de Europa y el más cerca de 
la salida oriental del canal de Panamá, es Lisboa. Su 
distancia de Colón- Aspinwal es de 4.100 nudos; es decir, 
que el desvio contra el Panamá es menos de 938 nudos, 
lo que le conduce á 653 nudos. Se puede, pues, afirmar 
que no habrá un solo buque de Europa que dé su prefe- 
rencia á la via Panamá, para quitarla á la de Suez para 
ir al Japón. En cuanto á los puertos mediterráneos desde 
Barcelona, están todos más alejad )s de Colón que Lon- 
dres, y más aproximados á Suez. 

De Londres hasta los grandes puertos de China, 
Shanghai y Hong-Kong-, sacamos las sig-uientes dis- 
tancias: 



Londres-Panamá ' 4.833 

Panamá- Shanghai 8.695 



Londres-Shanghai, via Panamá 13.528 



De Londres á Suez 3.765 

Suez-Shanghai 7.168 



De Londres á Shanghai 10.933 



Diferencia contra Panamá 2.595 

Por Hong-Kong, tenemos 4.833 

Panamá-Hong-Kong 9.231 



Vía .Panamá 14.064 



yGoogle 



Siidz-HoDg-Kong 6.313 

Londres-Suez 3.765 

Vía Suez 10.078 

Diferencia contra F 



lil comercio marítimo de China con log-Iaterra y 
Europa está, pues, completamente inclinado al canal de 
Suez. A medida que se baja hacia el Sur, la distancia de 
Panamá, al Tonkln, al Annam, á Salgon, á Bangkok, á 
las Indias británicas, aumenta de más en más, mientra s 
que e! camino de Suez se preaeata cada vez más venta- 
jogo. Asi, pues, Haiphong: (Tonkinj está á ^.707 nudos 
(le Panamá, Hué á 9.725, Saig-on á 10,187. 

He aqui, por otra parte, las distancias comparativas 
desde Marsella á todos los g-randes puertos de nuestras 
colonias, y de nuestros protectorados de! Asia, por las 
tres vías, de Suez, del Cabo de Buena Esperanza y del 
futuro canal de Panamá. 



ál03 p 



«'gu'g' 



del Cabo. F«utim.i. 



Haiphong; T.809 12.634 14.722 

HHó. 7.566 12.391 14.740 

Sa^n 7.168 11.989 15.202 

P6Qdicheri. : : . ; . 5.548 10.640 16.890 

KaVikál. ....;...;;. 5.500 10.594 16.861 

Ninguna de nuestras colonias asiáticas , tanto' eií 
Tonkfn como la India, sabrían preferir la vía del canal 
áia de Suez, y hasta, la misma del Cabo. El tránsito se- 
ría én ese último caso aproximadamtente de 2.000 nudosy 
ai menos por la YÍa del cana! interotfceánico'. Tomsadtt 
por punto de partida un puerto francés del Atlántico, el 
Havre por ejemplo, el tránsito ds Panamá, relativainen- 



y Google 



219 
te ül del Cabo, sería todavía de 1.800 Dudo3 máy largo. 

La prosperidad del indo-China y de la India francesa 
fcs, pues, del todo independiente de la apertura del canal 
interocceÉinico 

Las islas Filipinas parecen estar más interesadas en 
el asunto. 

He aquí sn verdadera situación considerando á Liver- 
pool y Barcelona como los centros de sus relaciones con 
Eni'opa: 

Liverpool 9.615 12.870 13.991 

Barcelona 7.964 12.523 14,275 

Diferencia en perjuicio de Panamá 6.342 nudos. 

En fin, escogiendo como puerto de Iletrada Punta de 
Gales, pcerto encajado entre los dos ffolfus que rodean 
el Industan, la distancia de Londres por el Cabo, seria de 
10.526 nudos; de Londres á Ceylan por el canal es de 
16.416 nudos. No se vé, pues, de qué modo la aper- 
tura del itamo de Panamá podría abreviar la vía de 
Europa á las Indias. 

, Queda la Australia y la Nueva Zelanda. La vía de 
Suez, es más corta que. la de Panamá, para todas las co- 
lonias australianas. La del Cabo es aún inferior para 
cuatro délas colonias del continente occeánico. Una sbla, 
la de Queeasland, gana por su puerto principa!, 35 nu- 
dos marinos, haciendo seguir á su tráfico el futuro canal 
de Panamá. 

Esa diferencia desaparece por el punto más septen- 
trional de la colonia, puerto Kennedy á la extremidad de 
la parte colonizada. La distancia de ese puerto hasta 
Londres, 

vía Panamá es de. . . 13.506 Dudó's'. 

la vía del Cabo, es de. 13.075 » 



Diferencia en provecho del Cabo . . . 431 nudos. 



y Google 



220 

Así, pues, en todo Australia, incluso Tasmania, hay 
Tentaja con la vía del Cabo; solamente una parte de 
Queensland, colonia australiana de segundo orden, ae 
aprovecharía de una ahreviación He 35 nudos siguiendo 
la vía del canal con preferencia á la del Cabo. 

¿Yes por una ventaja tan pequeña, qoe los buques 
de vela aprovecharían esa mínima reducción de distan- 
cia, y pag-arían un derecho de portazgo de 15 francos 
por tonelada, tasa adoptada por el canal de Panamá? 

En lo que concierne á este importante ArchipíélagOi 
el canal de Panamá no ofrece ninguna abreviación de 
tránsito. 

Pero la India británica, aunque los panegiristas del 
Sr. de Lesseps dericuentan una parte de su tráfico con 
Europa, e! canal de Panamá es inútil. Escogiendo por 
puertos de llegada Bombay y Calcutta, y comparando 
las dos vías del Cabo y del canal de Panamá, !aa dístan- 
eias se establecen como sigue: 

De Londres al Cabo 6,llí 

Del Cabo k Bombay 4.873 

Total 10.990 

Londres, Colón, Panamá 4.833 

Panamá, Bombay 12.123 

Total 16.956 



Abreviación del tránsito del Cabo, 5.966 nudos ma- 
rinos sobre la vía del canal. 

De Londres al Cabo 6.111 

Del Cabo á Calcutta 5.552 

Total 11.663 



yGoogle 



221 

Lonifrea, Colóo, Panamá 4.833 

Panamá, Calcutta 12.172 



Total n-005 



Kn cuanto á los vapores, la vía Suez es para ellos i 
la vez más corta y conómica. Se puede, por lo tanto, de- 
cir que es una grande temeridad atribuir al canal de 
Panamíi una parte cualquiera del trafico de Australia 
con Etii'opa. No obstante, el Sr. Amadeo Marteau, y la re- 
vista Gaceta, Mariiima, elevan respectivamente á cinco 
millones y medio y á nueve millones de toneladas el 
tráiico del canal de Panamá, y si hubiese sido abierto 
en 1884 se hace cuenta de una parte ó de la totalidad del 
movimiento marítimo europeo australiano. Su declara- 
ción es justificable, puesto que pueden cubrirse con la 
autoridad de un miembro del instituto. En 1879 el Con- 
greso internacioBal, que estudió el asunto del canal in- 
terocceánico, habla encargado al .Sr. Levasseur, calculase 
el tonelaje podiendo pasar por el canal de Panamá. 

El eminente estadista, hizo una primera valuación 
del tráfico por el año 1876, y la elevó á 2.880.000 tone- 
ladas. No se cuidó de añadirles el comercio de Europa 
con el extremo oriente. Las observaciones de algunos 
miembros del Congreao, le decidieron k dar cabida á ese 
trófico en sus cálculos. Es asi que llegó á formular en !a 
sesión de 25 de Mayo la valuación formidable de seis 
millones de toneladas. Esiste, sin embargo, algo de ver- 
dad en la atribución del canal de Panamá en una parte 
del tráfico del extremo oriente. La superioridad del ca- 
nal de Suez sobre el canal de Panamá es incontestable, 
como ya hemos indicado más arriba. Pero los buques de 
vela no pueden aprovechar de la vía del canal de Suez, 
por causa de la:-i dificultades de la navegación en el mar 
Rojo; e.stán, pues, obligados á pasar por el Cabo de Buena 



y Google 



292 
Esperanza. Asi es qae para China y él Japón, sr- entirníle 
sotamente por estos dos paíse-i, el canal de Pananiá 
abrevia la travesía hasta cierta proporción especificada 
en el cua'lro sif^niente: 

De Londres á los puertos citados más abajo: 





Tía del 


Via 
Paiismá 


HoLg-Koiig 


13.661 
13.810 
U.427 
14. 5M 








Tieiiidii 













Los buques de vela procedentes de líurops. y vice ver- 
sa, 8'fnian aproximadamente 2.000 nudos plisando por el 
canal. 

El Norte de Cíiinn es un poco menos favorecido {6(52 
nudos} por el centro; la abreviación se reduce á 282 nu- 
dos. No titubeamos t>n reconocer que el puerto más grande 
de loa mares de China, Shang-hai, lo mismo que todos los 
puertog del rio Amarillo, se encuentran en ei mismo caw. 
Pero de una parte la superioridad de la vía Panamá so- 
bre ia del Cabo es bien tenue, representa por nn buque 
de vela, tres días de tránsito de cinco nudos por hora. 
De esos tres dias uno eat4 perdido por el pasaje del ca- 
nal, de manera que economizas los glastos de dos días 
de viaje prefiriendo la vía del canal de Panamá á la del 
Cabo de Buena Esperanza. 

Esa economía, ¿puede compensar el precio del portaz- 
go? Un buque de vela de 1.000 toneladas, ¿pagarla en 
Panamá 15.000 francos de derechos? ¿Volverla á encon- 
trar el equivalente de esta suma reduciendo su travesia, 
de dos dias ó hasta de cuatro días, para los puertos del 
norte de China? 

Es casi imposible, 



y Google 



623 
En fin, la navegación de vela no representa más que 
un papel ain límites en el movimiento marítimo de los 
puertos de la China. En 1884, lo3 tuques de vela que en- 
traron y salieron de los puertos de China, aforabun 
944.655 toneladas sobre un total de 18,806,786 toneladas- 



y Google 



CA.PILULO XII 

LA, ESTADÍSTICA CMIBKCIAL Y BL AR*.NCEL DE ADUANA» 
VIOBNTB EN FILIPINAS. 

Como en el capitulo primero de este tomo nuestros 
lectores habrán visto que la estadística comercia! que 
hicimos en el discurso que pronunciamos en el Circulo 
de la Unión Mercantil en 1883, no alcanza más que has- 
ta la del año 1881 inclusive, que con las de 1884, 85 y 86 
que en las píig-inas 42 y 141 damos, se completa el pe- 
ríodo que hay desde 1810 hasta el 31 de Diciembre de 
1886 próximo pasado. Ádemíis insertamos al final de este 
capítulo el arancel de Aduanas vigente en Filipinas. 

He aquí el valor total del comercio de importación y 
exportación de Filipinas con España y el extranjero du- 
rante el bienio de 1881-83. 





IMPORTACIÓN, 






BANDERA. 




AÑOS 


Nacional. 
Petos. 


Extranjera. 
Pesos. 


Pesos 




13.478.a38 
13.795.996 


7.781 .ÍÍ36 
7.518.006 













y Google 





225 

EXPOBTACIÓN. 






BANDERA. 


TOTAL 
Pesos 


AÑOS 


Nacloual. 
Pesos: 


Exfraiijera. 
Pesos. 


1832 


5.176.1562 
8.064.769 


15.496.771 
18.315.958 




1883 









Lo3 principalea artículos importados y exportados 
por las Aduanas de FilipÍDag en 1882 y 83, fueron: 

KXPORrACrÓN 



artículos 


1882 

Valor 
en pesos. 


less 

Valor 
en peao. 




6. 839. «23 

143.151 

72.673 

51.696 

32 

8.S)33.089 

1.167.092 

116.408 
































Tabaco elaborado particular 

dem id. de Hacienda libre 


1.147.345 
S95.6t>l 


dem id. Hacienda libre 


1.420.293 




n. 325. 767 
3.347.567 


24.105.112 








20.673.334 


23.380.727 



y Google 



33« 
IMPORTACIÓN. 



Aceites iDineralee 

Aguardiente compuesto y lico- 
res 

Cerveza y sidra 

Conservas alimenticias 

ídem saladas y abumudas 

li'ideos, pasta para sopas, tolan 

Jvs, etc 

Frutas 

FljBfOFOS 

Harina de trigo 

Hortalizas 

Mantecas 

Productos farmacéuticos 

Quesos 

Tejidos de algodón 

Ídem de abacá, cáñamo, liuo 6 

yute 

ídem de lana y pelo 

ídem de seda 

Velas de esperma 

Tiuo de varias clases 

Los demás «rticuloa 



22.603 
118.437 

21].f)«2 
220. yo8 

44.800 
737.491 

S5.08(» 
6.&J6.048 

595.775 
368.350 
554.^24 
44.450 
60.(308 



218.586 
655.731 

250.368 



480.578 
279.655 

770.366 
60.770 



yGoogle 



Las mercancías que figuran en el comercio entre Em- 
palia y Filipinas, son las eiguientes, cuyos valores con- 
üfinamos por el interés que para la PeDitiBula tienen: 



Aceite (Je olivas 

Aguardiente 

Culzado 

CoDEervaa alimenticias.. 
Garbanzos 



Dulces 

Frutas 

Hortalizas 

Libros impresos 

Mapas 

Naipes 

Papel para escribir, etc 

Ídem para cigarrillos 

ídem para imprimir 

Plata eo moneda de cutio espa 



üol.. 



Productor quimícoa y farmacéu- 
ticos 

Tejidos de algodón 

ídem de punto de algodón 

Tipos para litografiar 

Tinos eeneroBos y espumosos . . . 
Tino tinto 



16.833 

n.it>5 

133.446 
20.251 
B.547 
19.125 
3.84T 
5.801 
48. 772 
014 
40.012 



25.714 
59.12(1 
22.16» 
92.034 
35.120 



36.314 
37.186 

5.966 



4.113 
11.546 

81.761 



yGoogle 



Los principales artículos filipinos exportados i 
paña duranee el quioqueiiio de 1882 á 83, fueron: 



artículos 


1882 

Pesos 


1883 

Pt7os 




25S.iri4 

32.199 

8.159 

74 

1.784 

3.559 

4.207 

2.186.156 


904. ino 


Cafe 


313.011 








3.4^2 












50O 




1. ni. 670 


Pinta en monedas 


de cuño 


eepa- 


235. 128 







Hé aqui la clasificación, según su procedencia, y dea- 
tino, de los valores importados y exportados durante el 
quiuqHenio de 1882 á 83: 

IMPORTACOIN 



PROCEDENCIAS 


1883 

PííOÍ 


1883 

Pesoí 


Posesiones inglesas 


lie Asia.... 


9.426.855 

6:613.301 

2.287.214 

529.055 

1.544.689 

6S3 

1.084 

19.216 

7.668 

512 

147.492 

1.345 


11.854.028 






















Posesiones holaudí 


saa de Asia.. 


122 































y Google 



IMPÜRTACIUU 



DESTINO 


1882 

Pisos 


1883 




6.989.684 
7.482.853 

3. 334. 488 

2.508.551 

156.000 

14.193 

6.563 

130 .S93 








Posesiones inglesas de Asia 


5.094.606 




269.841 






























Jojó 









El movimiento de navegación de alta mar habido en 
los puertos filipinos durante e! quinquenio de 1882 á 83, 
fué como sigrue: 

ENTRADA. 

Buques con carga. 





BANDERA NACIONAL 


BANDERA EXTRANJERA 


AÑOS 


Buques. 


Toneladas. 


Buques, 


Toneladas. 


1682 


114 
145 


64.779 
85.869 


166 
181 


110.366 

109.608 



y Google 





BAKDERft. NACIONAL. 


BANDÍRA B1CTRA.NJBRA 


aNüs 


Buqaes. 


Toneladas. 


Buques. 


ToDftladaa. 


1882 

1883 


8 
16 


891 
fl.047 


83 
98 


TT.386 
56.847 



SALIDA 
Bvqtiei con carga. 





BAN.EHA 


NACIONAL 


BANDERA BXTRAH/ERA 


AÑOS 


Buques. 


Touel&dBB. 


Buques. 


Toueladaa. 


1882 
1883 


98 
102 


56.797 
544.019 


247 
239 


192.113 
163.602 


Bvques COK luiré. 




BANDSIIA NA,OIONAL 


EAKDBRA E 

Buques. 


XTHANJBRA 


ANOS 


Buqnea. 


Toneladas. 


Toneladas. 


1882 
1683 


5 

to 


2.079 
3.721 


25 

84 


21.009 
71.908 



y Google 



Loa buques de guerra extranjeros entrado! eu el 
puerto de Manila durante el año 1883, fueron: 



Nacionea. 


Procedencia, 


C!aae y nombre. 


Trípu ■ 
lantes. 


Inglesa.. 


Sfdgapore y La- 


Corbeta Audadv* 

ídem Pegatuí 

Fragata Hmomter . . . . 


568 








Wem.... 


Hong kong 


230 






í iem Sheíldrai, 

i'aboiierH Fly 












Hoiig kong 






Curbeta T'íaíío» 

Fragata Duíue ot 
mimhurg... ...... 

Corbeta Éscobeief. . . . 














434 









Hesumea 0/ieral de los Dolores del comercio de impoHa- 
ción y exportación obtenidos por las Aduanas de Fili- 
pinas el año de 1883. 





Manila. 
P^ot. 


Iloiio. 

Veíos. 


Cebü. 
PfVot. 


Zam- 
boanga. 

Petos. 


Saal. 
Petos 


Por Talo- 
res de 
impor- 
tación.. 

Id. id, de 
e X p or- 
tacióu.. 


19.643.464 
I8.fi24.023 


1.317.978 
5.323.570 


273.820 
2.429.048 


12.740 


4.083 


Total.. 


88.367. 4ff7 


6.701.548,2.720.868 


12.740 


1.08S 



y Google 



232 

Jtesumeti ffeieral de H recaudicióíi oMenidn por las cits- 
dis Aduanas e>i cada uno de los ramos gueconstiUiysn 
la reitla de las mismas, en el año de 1883. 





Manila. 
Pesos. 


Iloilo. 
Pesos. 


Cebü. 
Pesos. 


Zam- 

boanga 

Pesos. 


Sual. 
Peses 


Por derechos de 
importación,. 

ídem id. de ex 
portación 

ídem id. de co- 
misca, multas 
y recargos 

ídem id. de De 
póaito mercan 


1.624.652 

278.230 

3.188 

513 

87.926 


84.024 

110.539 

i. 142 
13.205 


6.205 
46.408 

355 

4.828 


1,152 

9 

140 


102 
30 


ídem id. de Im- 
puesto de na- 
gacidn 


!.953 


TotaUi generaks. 


5.934.510 


208.911 


57.798 


1.301 


2.086 



La última Estadística oficial del Comercio exterior 
de Filipina» publicada por la Admiaistración Central 
de A-duanfis de aquellas islas, sólo alcanza al año 1884, 

Los datos particulares que conocemos de los aiios 
1S84-85 dan un aumento en la exportación é importa- 
ción con España de 3.631.893 pesoa fuertes, como he- 
mos visto en los capítulos anteriores, asi como en 1886 
hemos observado también por la Estadística de 18íí6, 
que hemos copiado de ¿"ÍCoffíemo de Filipinas, que ha 
tenido poca variación, á pesar de la crisis que atravie- 
sa el Archipiélago, pues se reduce á uaa baja de poco 
más de un millón de pesos i'uertes. 



y Google 



ARAiSÍCELES DE ADUANAS 

VIGENTES EN LAS 

láLAS FILIPINAS (1). 
ARANCEL DE IMPORTACIÓN 



















1! 


artículos 










Peaos. Ct3. 


I 


Abanicos con Tarillaje de marfil. 








nácar, carey y demás materias 








flnas aoálogas 


Uno. 


25 


2 


— con varillajes deinaders, hue- 
so, caRa. pasta, asta y demás 








materias comunes 


ídem. 
100 kgs. 




3 


Aceites minerales {b}. 


1 10 


4 


Acero en barras, planchas y pie 
zas grandes, ooino mnelles para 








carruajes & otros análogos, (a). 


ídem. 


1 30 


5 


— en agujas, plumas y otros ol> 








jetos análogos (i). 


Kilog.- 


44 


e 


Ad ERBIOS y adornos compuestos 
de ámbar, azabache, venturina 
ó coral, excepto los que tengan 








oroóplata (í). 


ídem. 


2 50 


7 


— dichosde otras materias, (b) 


ídem. 


I .50 


8 


Aguarbiente cowún y anisacio de 








todas clases (i) 


Litro. 


04 


9 


- compuesto y los licores.. (S). 


Ide-n. 


08 


10 


Algodón paro mechas, torcidas v 








otrosusos (i). 


Kilog. 


Otí 




— hilado torcido (Véase bitos.) 






11 


Aparatos para alumbrado, excep- 
to loa compreüdidos en otra¿ 
partidas por razón ele su mate- 








ria Í¿1 Avalúo, 




10 por loo 


Armas blancas y las hojas para las 







(1) Aprobados per decreto de2Ude Abril de 1874. 



y Google 



^ 








11 










ARTIGÓLOS 






Z 3 






Pesos. Gl». 




mismsa. (Véase la partida 44.; 






12 


— (Je íuefto de todas claao?, los 
cañones y damas piezas conclui- 








das para las miamas (m). 


Kilog. 


S« 






Ídem. 

ídem. 


OÍ,,, 
05'^* 




. , refluatlo-.» .» < *> . » .- - -■ » < - >' » 


13 


Barro labrado, vidriado 6 sin vi- 






driar en objetos de cualquiera 








forma para tiso domestico ó de 








las artes 


100 kgs. 


40 




— fino. (Véaae loza.) 






U 


Cacao de todaa clases (i)- 


Kilog. 


06 


15 


Ualíado de piel ó tela en botaa, 








boiitos, botines y borceguíes. . . 


Par. 


20 


16 


— en zapatos de todas clases 


Ídem. 


i:i 


n 


— eu chinelas 6 zapatillas, asi 
como el calzado inlerior.comaQ 








mente usado por los chinos.... 


ídem. 


05 


18 


— para niños adeudaré reapecti 
Tamente la mitad del derecho 
de las anteriores partidas. 






19 


Cartuchos con carga ó sin ella 
y las cápaalaa de todas cla- 








888 (W](í) 


Kilog. 
ídem, 
ídem. 
Litro. 


07 


20 


Cera 


M 


21 


fabrada (SJ 


13 


22 


Cerveza y sidra (í). 


02 




Cintas (Adeudarán como tejidos 








por las partidas reapecti vas.) 






23 


Cobre, latín y zinc eu hojas, plan- 








chas, clavos y alatoOres... {a). 


Kilog. 


05 


24 


— en toda clase de objetos de 
quiucalla común, están 6 no 
barnizadosódorados, ios de zinc 
y loacompuestua de aleaciones 
de metales comunes euqueen- 








tre el cobre (í)- 


ídem. 


15 


25 


CoNstRVAs aiíuieuticias en latas ó 
frascos, los dulces y ios embuti- 








dos (í). 


ídem. 


07 



(1) Real órdeo de 2& de Abril de 1880. 



yGoogle 



1^ 


artículos 




nERECHOS 






pesos. Cts. 


26 


Conservas en salmuera, salada, 








yahnmadfls (í). 


ídem. 


03 


27 


Embarcacionbs ds madera hasta 
la cabida de 100 toneladas iie un 








metro cubico (c). 


Ton.mél* 


6 5a 


28 


— de mu 300 toneladaei (c). 


ídem. 


5 00 


29 


— de 301 en adelante (e). 


ídem. 


2 50 


30 


— de casco de hierro de cual- 








quiera cabida (c). 


ídem. 


2 5t 


31 


~ reparadas en el Archipié- 
lago (c). 








Espejos: la luna pagará por la 








partida cristal plano azogado y 








el marco por la de muebles. 






32 


FÉcoLAS alitneoticias de todas da 








aes (í). 


Kilog. 


01 


93 


Fideos, para sopa y aotanjus de 








toilas clases Ib). 


ídem. 


02 


34 




ídem, 
ídem. 


02 


35 


Fósforos de todas clarea (í). 


02 


3fS 


OouA elástica labrada 


ídem. 


23 


37 


Harina, de trigo (í). 


loo kgs. 


1 08 


38 


— de otros cereales ¡íi. 


ídem. 


50 




HnHRAMiENTAs. {Véase hierro.) 






39 


Hierro fundido en manufacturas 








ordinarias... (a) {d). 


ídem. 


05 


40 


— Ídem id. id. ñnus, 6 sean las 
pulimentadas con baño de por- 
celaua ó con adornos de otros 








metales id)- 


ídem. 


1 40 


41 


— feriado en barras, en chapas, 




alambre, clavos, tornillos y tu- 








bos {«) (¿)- 


ídem. 


91) 


42 


— en manufscluras ordinarias, 






aun cuando tengan bañe de pío 








mo ú zinc, 6 estén pintadas ó 








barnizadas (a) [d). 


Iddm. 


2 00 


43 


— en manufacturas ñnas, osean 
pulimentadas, las con baño de 
porcelana, las que tengan ador 
nos de otros metales y tas de 
acero no expresadas en otras 








partidas del Arancel (a). 


ídem. 


4 00 


44 


— y acero manufacturado en cu- 







y Google 



Sí; 
k5 


artículos 




.E.ECUOS. 






Pesoí. Cts. 




chillos, navajas y tijeras para 








costura (í)- 


Kiiog. 




45 


HiLAZA de cáBam». lii.o 6yute. . . 


100 kgs. 


11 00 


46 


Hilo torcido de idem ¡d. id- do dns 








ómás cabos (í). 


Kiiog. 


15 


47 


— de altrodón de todcia numero^ 
y caboá y la hilaza para tii 








jer :. (S). 


Id-ím. 


10 


i8 


— de aeda 6 de borra de seda, 
torcida y síij torcer, de uü" ó 








más cabos [*)■ 


ídem. 


1 50 


49 


— de lana ó estambre (¿1- 


ídem. 


35 


50 


Hojideiftta (o). 


100 ktfs. 


1 60 


51 


— labrada (") 


ídem. 


5 00 


&2 


Hortalizas 


Kiiog. 


01 


53 


Hules y encerados para suelos y 








para eufardar 


ídem. 


04 


54 


— dichos do las demás clases... 
Instrumentos müsicos. Los de ma- 
dera y ios pianos pagaran como 
muebles, y los de naetalea por 
el metal manufacturado de que 
se compoEigaü. .4.......**-..*. 


ídem. 


08 


55 


Juseos de todas claset* (b). 

Latón. (Véase cobre.) 


ídem. 


11 


56 


Loza de pedernal y el barro vi- 








driadu lino (a). 


ídem. 


03 


57 


~ fluaó porcelana (a). 


ídem. 


005 


58 


Mantecas (*). 


ídem. 


05 


59 


Muebles de tDdas clases, excepto 
loa de liierro, que pagarán por 
las respectivas partidas de este 








Arancel. (/) Avaluó. ,. 


Uno. 


10 por 100 




Objetos manufacturados de alea- 






ciones metálicas no expresadas 








eu otras partidas, pagaran por 








la de cobre en quincalla comüu 








(partida -¿4) 






t>0 


Cao en alhajas 6 joyería, aunque 








tengan perlas ó piedras, ib) (c). 


Hectóg. 


5 00 


61 


— plata ó platino labrados 
en objetos, excepto eu mone- 
das, barras, planchas ó pas 








tas |í){c). 


ídem. 


40 



y Google 



II 








ji. 


artículos 


UNIDAD, 








Peaoa Cta. 


62 


Papel [tara imprimir, escribir, li- 








tograñar ó eatampar 


Kllog. 


40 


63 


— (iiciioe reeurtados en todas for- 






mas, l8 Cartulina y ios libros cu 










ídem. 


06 


64 


— para vestir habitaciones, es 






tampado Eobre f<judü natural, 








mate, lustroso y los piotados y 








estampados para cajas, encua- 








deruacionesyotros uso.i 


ídem. 


04 


65 


— diclioa cou oro, plata, lana ó 








crlHtal 


ídem. 




6t) 


— de todas clases para empaque- 






tar, la lija de papel Cela y el 










ídem. 


02 


67 


Paraguas y sombrillas cubiertos 






de tejidos de seda. 


Uno, 


30 


68 


— dicliúsde las demás tulas... . 


ídem. 


14 




— diclioB de papel 


ídem. 


02 


70 


Pasamanería de seda 6 de seda con 






mezclas de otras raiiterias tes 








tiles, siempre qu« la parte de 








éstas no pase del 50 por 100 del 








peso {/) 


Kilog. 


1 40 


71 


— de lana o de lana con mezcla 
de otras materias textiles, siem- 
pre que lapartedeéslas no pase 








de 50 por 100 del peso {f). 


ídem. 


70 


72 


— de las demás clase.- (/). 


ídem. 


40 


73 


Perfumería de todas clases., . (a). 


ídem. 


10 


74 


Pescados secos, salados, almma- 
doa ó escabecliados y loa maris- 








cos (i). 


100 kgs. 
Kilog, 


1 60 


75 


Pieles curtidas 


12 


76 


— las mismaa cliaroiaíias y los 








tafiletes 


ídem. 


32 


■37 


— en objetos manufacturados no 
comprendidos en otras partí 








das. (í). A vulCio 




lOprrlÜ* 


78 


Plata en alhajas ó joyería, aun- 






que tengau piedras 6 per- 








Tas \l>][cl 


Hectóg. 


"0 10 



y Google 





artículos 


UNIDAD. 


Pesoa.UCM 






Kilog. 
Uno. 

Kilog. 
ídem. 

Uno. 
Kilog. 

100 sacos 

Kilog. 

Uno. 

Kilog. 
ídem. 
ídem. 

Kilog. 

ídem, 
ídem, 
ídem. 


05(1) 
lOporlOO 


7» 
80 


Portamonedas, carleraa, petacaa, 
libritoade memoria, tarjeteros 
y estuches (/), Avalúo. 

Productos far macé uticos no prolii- 
bidos por los reglamentoa sani- 
tarios y losquiraicoB (/) [?). 


81 
88 


Queso de todas clases ¡í). 

Relojks de todHs clases. (1) Ava- 


06 








83 


BoPAs hecbas. (i). (Véase tejidos. . 


ú 40 


84 


— de tela, pagarán por las par- 
tidas de sus respectivos tejidos. 

— de abacá, cánamo, lino ó yute 
hasta 10 hilos contados eo el 
cuadrado de seis milímetros... 

Sombreros y gorras de todas cía 

ses armados y alo armar 

Sombrillas (Véase paraguas.} 


06 (3) 
16 
2 40 


Hft 




20 


88 


TÉ de todas clases (í), 

TEJIDO DE ALGODÓN. 

(í) W {*)()■)■ 

Tejidos tupidos, llanos, cruzados, 
labrados al telar, crudos, fefii- 
dos ó estampados basta 25 kilos 
inclusive contados en la trama, 
yen liunilmbre en e! coadra- 


05 


S9 


— dichos de ai é 35 hilos iaclu- 
aive 




9t 


— dichos de 36 hilos en adelante. 

— diáfanos basta 30 hilos 


22 
22 



(1) Real decreto de 13 de Octubre de 1879. 

(2) ídem. 

(3J Real orden de 19 de ídarzo de ItiSO. 



y Google 



DERECHOS, 
Pesos, Ct3, 



— dichos de 31 hilos incluaiveet 
adelante 

— acolchados y piquea 

— paitas, felpas y veladillos... 

— tules, puntillas y el piiDto di 
crochet 

— de punto en piezas y prendaí 
de Teatír 

TÍJIDOS DE ABACÁ, CÁNAMO, LINO 
ó YUTE. 

^LANOs basta 17 hilos ioclusiTe. (d) 

— de 18 á 36 inclusive 

— . de 37 hilos ea adelante 

— cruzados, labradns ó adamas- 
cados 

Encajes, puntillas y puulo de ero 

ehet ■ 

Telas de punto 

TEJIDOS DE LANA Y PELO. 

(í) (A) (»)(;■). 

[.ANO'!, cruzados ó labrados, tales 
como alpacas, merinos, museli 
naa, damascos y reps 

Cubiertos de pelo largo 6 corlo, 
como bayetas, franelas, mantas 
y oiroa semejantes 

Paños, pañetes, lanas dulces, ca 
simires y demás del ramo de 
pañería 

— de punto 

— de cerda 6 crin 

TEJIDOS DE SEDA. 

(í)W(í)(7)- 
íjiBos de seda, filoseda, borra y 



70 
025 



O 30 

2 40 

O 60 



O 40 
O 34 
O 40 



yGoogle 



ARTICULOá. 



y seda cruda, llanos, cruzados y 
labrados, inciuso los terciopelo 
y las felpas 

Tules, cjicajes y puQtill&s de sed 
y de borra de seda 

Tejidos de punto 

— de goma elástica con mezcli 
du otras materias y la ropa im 
permeable hecha á maquilla, [i] 

Vti.AS de esperraa, paraflnayea- 
tearina (b). 

Vidrios y cristales planos, estén ó 
no azogados ("). 

— hueco común en toda clase de 
objetos (a) 

— cristalizado y el cristal labra 
do en toda clase de piezas, i n 
clüso el abalorio, las cuentas y 
rocalla [a).' 

Vinos espumtisos {i), 

- los demás (í). 



ídem. 


2 40 


ídem. 
Mem. 


4 UO 
2 20 


Ídem. 


40 


Ídem. 


05 


00 kgs. 


1 EiO 


ídem. 


60 


ídem. 
Litro, 
ídem. 


3 00 
10 
05 



y Google 



241 

ARANCEL DE EXPORTACIÓN 



11 


ARTÍCULOS. 


™,.... 


DEBECHOÍ. 
Pesoa. Cts. 


1 


Abacá en rama y el obrado 


100 kgs. 
ídem, 
ídem, 
ídem, 
ídem, 
ídem, 
ídem. 

ídem. 

ídem, 
ídem. 

ídem. 


20 


¡1 










05 


.=. 


















Tabaco elaborado be fábricas de 
particulares siu distinciÓD de 




(1) 


— en rama, cosechado por par- 
ticulares, de pagayán, Isabela y 






— de Visayaa y Miudanao 

— de las demás proviüciaa de 


03 

1 80 





NOTAS 

ARANCEL DE IMPORTACIÓN 

(1) 

Del peso bruto de las mercancías que á contiauacíóu se 
expresan, sedescontará por tara el siguiente tanto por 100: 

Acero en cajas 10 por 100 

Hoja de lata en cajas lo por 100 

Hierro, cobre y latón obrado.^ en clavos; 
baterías de cocina y otros objetos an£i- 

log-os en barriles 20 por 100 

Loza en cajas y barricas 30 por 100 

— en canastas , 16 por 100 

Perfumeria, por todos los enrases y empa- 
ques interiores 25 por 100 

Vidrio y cristal en cajas y barricas 40 por 100 

— en canastos 20 por 100 

(1) Real decreto de 28 de Noviembre de 1882. 

Nota. El tabaco elaborado ó en rama comprado i, !a Ha- 
cienda se halla exento del paRo de derechos de exportación, 
ftsi como el adquirido por aquella con destino a! consumo 
de las fábricas nacionales do laPeníusula, 



y Google 



2tó 

Las mantecas, los quesos, los pescados, el cacao, las 
féculas, las harinas, las conservas alimenticias, los dul- 
ces, el té, loa fósforos, loa aceites minerales y refina- 
dos, el petróleo y bencina, pagarán con sus inmediatos 
envases. 

La quincalla, cuchillería, cera y estearina labradas, 
los jueg-os y los aderezos, adeudarán con inclusión del 

Kso de empaques, envueltas ó cajitas en que vayan co- 
lados, exceptuando los estuches de los aderezos que 
pagarán por la partida 79. 

Las botellas que contengan aguardientes, licores, 
vinos ó cerveza, adeudarán por la partida 114, calculan- 
do el pesü prudencialmeiite. 

En los tejidos de todas clases y las puntillas, se in- 
cluirá para el adeudo el peso de ias cintas y papel en 
que vayan colocados, excluyendo, *iin embargo, las ta- 
blas y cartones en que aquellos artículos se presenten 
arrollados, y las cajas de c:irtón ú otra materia que los 
contenga dentro del envase exterior. Pur enva.'íe ex- 
terior se entiende el que está á la vista, cerrado el bulto. 

(c) 

Están comprendidos en los derecho.^ señalados á las 
partidas 27, 28, 29 y 3l), y por lo tanto, no adeudarán 
cantidad alguna todos los objetos que prudencialmente 
se consideren necesarios parala maniobiH, comodidad 
y uso particular de los buques, atendidas las clases y 
condiciones de éstos últimos. 

Servirán de base para el aforo de los buques que se 
importen del extranjero las certificaciones de arqueo li- 
bradas por ios maestros mayores de ribera, la autoridad 
local lie Marina y el administrador de la Aduana ó un 
delegado suyo, con sujeción á lo prevenido en las ór- 
denes del Almirantazgo de 21 de Diciembre de 1868 y 
16 de Junio de 1869. 

Las embarcaciones que sean reparadas en e! Archi- 
piélago, para ponerse én perfecto estado de navegar y 
pretendan sus dueñus nacional izarla a, pagarán por me- 
dio de la siguiente proporción: el valor del buque reha- 
bilitado es á los derechos de Arancel que le correspon- 
den, según su tonelaje, corao el valor que tenia antes de 
rehabilitarse es al cuarto térniino que espresará los de- 
rechos que deben exigirse. 



y Google 



243 

Sin embar^'ü, si la diíereiicia entre este términu y los 
derechos integres del Arancel no Ueg-a al lü por 100, se 
cobrarán Íntegros los rterechos; y_ si pa^a del 75 por 100, 
se cobrará el 25 por 100 de los mismos. 

id] 

En compensación de las primas que disfrutaban los 
constructores de buques, y que se han suprimido por el 
articulo 16 del decreto de 16 de Octubre de 1870, se ad- 
mitirán con franquicia de derechos los materiales de 
construcción siguientes: 

Jarcia de todas clases, inclusa la de alambre, hierro 
en anclas, anclotes, resones y cadenas de todas clases 
para buques, planchas y clavos de cobre y latón pfira fo- 
rro de buques, hierro en planchas tolles, y los clavos lla- 
mados redoblones para cascos de buques y calderas de 
vapor, perchas de madera de todas clases para arboladura 
de buques, despojos de buques náufragos, ó loí que éstos 
se desagüen por haberse inutilizado para navegar. 

(') 

La caliücación de joyería ó alhajas comprende todos 
los objetos de lujo pequeños, preciosos por su trabüjo ó 
por su materia, destinados generalmeiiie al adorno de 
las personas de ambos sexos. 

La califlcación de vajilla comprende todos los utensi- 
lios de metales finos destinados al servicio de los tem- 
plos ó á objetos de uso doméstico. 

(/j 

Para calcular la mezcla de la pasamaneria se exclu'- 
r¿ el peso de ios armazones interiores. 

Para el aforo se inclinarán dichos armazones cuando 
sean de materias textiles; pero si fueren de madera, pas- 
ta ú otra materia análoga, se descontará por razón de 
tara el 10 por 100 del peso total de la pasamaneria. 

íí) 

El opio está prohibido á la importación, y sólo se 
permitirá el que en cortas cantidades se destine á las 
oficinas de farmacia, y todo el que i-ntroduzcan los con- 
tratistas de esta droga en quienes la Hacienda ha subro- 
gado su venta exclusiva en aquellas provincias, en cuyo 
caso adeudará por la partida 80, 

Los productos quíibíco -medicinales serán reconoci- 
dos á 911 importación con arreglo á los reglamentos de 
Sanidad. 



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siguí 



2U 

Los tojiíIoF con mezcla aileudarán con sujeción ¿ la^ 
^uientes reg-las; 

Los tpjirfos de hilo, lana y seda que conteng-aii 
mezcla de algodiln en una parte únicamente de la ur- 
dimhre ó de la trama, serán considerados para el adeudo 
corno de hilo, lana ó aeda sin mezcla. 

2.' Los tejidos ríe lana y peda ó borra de seda, cuya 
urdimbre ó trama sra de una de estas inalerias, adeuda 
rán un quinto del ])eso como seda y cuatro quintos como 
lana. 

3.' Los tejidos de lulo y seda, cuya urdimbre ó tra- 
ma sea de una de e^-tas dos materias, y los de algodón y 
seda, cuya urdimbre ó trama sea toda de algodón, adeu- 
darán cuatro quintos del peso como tejidos de hilo ó de 
algodón, sejíiin los caaos, y un quinto como sedería. Se 
exceptúan las telpas y terciopelos, que adeudarán tres 
quintos como algodones y dos quintos como sedería. 

4/ Los tejidos de hilo y lana, cuya urdimbre 6 trama 
sea de una de estas dos materias, adeudarán tres quin- 
tos del peso como lanería y dos quintos como lencería. 
5." Los tejidos de hilo y algodón, cuya urdimbre ó 
trama sea toda de algodón, adeudarán la mitad del peso 
como tejidos de algodón y la otra mitad por las partidas 
correspondientes Je leticeria, 

6." Loa tejidos de lana y algodón, cuya trama ó ur- 
dimbre sea de una de estas dos materias, adeudarán tres 
quintos de su peso como tejidos de lana y dos quintos 
como algodón. 

7," Los tejidos que contengan mezcla de dos ó más 
materias en ambas partes del tejido, adeudarán tres 
quintos de su peso por la materia que domine, y dos 
quintos por lo que devengue menores derechos. 

8." Los tejidos que, teniendo toda la trama ó urdim- 
bre de hilo, de lana, de seda ó de alg^odóu, contenffan en 
la otra parte de la tela (urdimbre ó trama, 'según los ca- 
sos}, dos ó raáa de estas materias, adeudarán con suje- 
ción á laa regias ¡interiores, considerándolos compuestos 
de hilo, de lana, de seda ó de algodón y de la materia 
que en la otra parte del tejido devengue menores de- 
rechos. 

9.^ Los tejidos de punto, ios encajes y las puntillas 
con mezcla, adeudarán por la materia que domine. 

{i) 
Las ropas hechas, á excepción de las de punto, adeu- 



y Google 



■245 

darán por sii total peso e! derecho señalado á la tela de 
que se compongfan en su parte exterior, y además un 50 
por 100 del mismo derecho. Se coníiiderarán como ropas 
hecbta, no sólo las completamente concluidas, sino tam- 
bién la'4 á medio coser y las hilvaniidas. 

íj) 

Liis telafi bordadas á mano y á máquina y las que 
tengan mezcla de metales fínos ó imitados, pagaWm el 
derecho correspondiente á la clase de tejidos á mu* per- 
tenezcan, y además un 50 por 100 del mismo derecho. 

(í) 

En ]o3 adeudos al avalúo, los interesados consig^na- 
rím en las declaraciones el valor de las mercancías. ?i 
la Administración no se conformase con estos valores, 
por considerarlos muy hajos, oyendo á los vistas y al 
contador, fijará el avaláo que crea corresponde, y en el 
caso de no conformarse con éste los interesados, podrán 
los empleados adquirir la propiedad de los efectos, me- 
diante el pago á los dueños de la cantidad consigTiada 
en la declaración, y un 10 por 1,00 más. En este caso, 
será de cuenta de los emplendos el pagro de los derechos 
sobre el valor fijado por ellos y no aceptado por el in- 
troductor, asi como las pérdidas y ganancias que resul- 
ten de la venta de lus efectos; para lo ctial ia Hacienda 
publica abonará la cuntidad necesaria en concepto de 
anticipo reinteffrahle. 

Por las diferencias en el valor de los graneros en los 
despachos al avaluó pagará el dueño de ellos la mitael 
más del derecho sobre e! exceso, cuando se conforme 
con el aumento hecho por la Administración. 

En los despachos por avalúo, referentes á mercan- 
cías de las que unas o más especies teng'an señalados 
derechos fijos en e¡ Arancel, se cuidará de que la- 
mercancias que se despachen en esta forma nunca pas 
g-uen menor derecho que el establecido como cuota fija 
á la especie de la calidad inferior inmediata. 



Las armas de íaego de todas clames, los cartuchos y 
cápsulas no ^Aldrán introducirse sin previa orden del 
gobier'ic general de las islas. 



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21Ü 
ADVERTENCIA. 
Están dispensadas del paffo de derechos las mercan- 
cías Pi^pañolas que se conduzcan k Filipinas por la vfa 
de 8'ifZ, aunque trasborden en el tránsito ó, bandera ex- 
tranjera, siempre que hubieren salido de los puertos es- 
pañoles en bandera naciünal, lleguen con la misma al 
puerto de trasbordo y sus mercancías vayan conducidas 
en los propios envases y con las marcas que tenían al 
ser despachadas por la Aduana de salida; debiendo ir 
acompañadas de ia correapund lente documentación jus- 
tificante, expedida por esta oficina. 

Por orden del Poder ejecutivo de la República, fecha 
6 de Mayo de 1874, se dispone ¡o siguiente: 

«Que se asimilen para el pago de dereciios los artícit- 
los que no se mencionan en el Arancel, siempre que la 
importación de los mismos no reporte beoeficios á nin- 
guno de los elementos que sirren para el fomento de los 
intereses morales y materiales de estas islas.» 

CONSEJO DE ULTRAMAR 

En sustitución del actual Consejo de Filipinas y de 
las posesiones del Golfo de Guinea, se creó por decreto 
del ministerio de Ultramar que publicó la (facetti de 15 
de Enero de 18S7, otro que se denomina Consejo de 
Ultramar, qui constará de cuatro seccioned, denomina 
das de Cuba, de Puerto Rico, de Filipinas y de las pose- 
siones españolas de África. 

El Consejo en pleno podrá usar ante el gobierno del 
deiri;ho de iniciativa que se concedió al de Filipinas. 

(Jada una de las secciones se compondrá del número 
de vocales qne se expresa á continuación: 

La sección de Cuba, de ocho vocales; la sección de 
Puerto Rfco, de seis vocales; la sección de Filipinaf, de 
doce vocales, y la sección de las posesiones de África, 
de seis vocales. 

Habrá un secretario general con 2.000 pesetas anua- 
les, cuatro vicesecretarios con 751) , y escribientes 
con 500. 

El Consejo celebrará sesión una vez á la semana, y 
los consfjeros cobrarán cinco duros por cada sesión, sin 
otro sueldo ni gratificaciones. 

La creación de este Consejo de Ultramar, dándole 
iniciativa como antes la tenia el de Filipinas, está llama- 
da á dar fuerza y cohesión á nuestra política ultramari- 
na. Y si despliega inteligencia y asiduidad , pronto re- 
remos lofl resultados. 



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CAPITULO xni 

KN QUE SB RECAPITULAN LAS CONSECUENCIAS QUE HEMOS 
a\CA,UO DE LOS PHÍNCIPALES PUNTOS QUE SB DESENVUEL- 
VEN EN ESTA HISIORIA. 

En el primer tomo hemos probado haata ¡a eviden- 
cíala ventajosa situación que ocupan las islas Filipinas 
en elIndo-Chiooy el Paciflco, sobre cuyos mares están 
asentadas, y en el segundo por el artículo del periódico 
francés L^ ExporHtión francaise. la equidistancia de sua 
puertos á los de Europa una vez concluido el canal de 
Panamáque las convertirá en elceiitro,enel corazón, del 
comercio universal por las únicas dos vías marítimas 
máscortas que eutoncea habrá alrededor del mundo, co- 
mo son las de ios canales de Suez y Panamá. 

Y esto también convertirá al archipiélago filipino en 
el corazón y centro de la Confederación Ibero-America- 
na, por la que trabajamos con tanto anhelo. 

Hemos probado ig-iialmente que .las islas Filipinas, 
Marianas, Carolinas, Palaos y la de Joló, forman hoy un 
imperio fuerte y rico que por ai solo se basta á su propia 
defensa, y también para la conquista pronta y rápida 
en aquellos lugares, como sucedió cuando ganamos el 
Anam y la Conchinchina para los franceses. De rico, 
nadie podrá negarlo ya ante loí números que hemos 
exhibido en este segundo tomo en las páginas 20, 27, 
124 y 125. lín ellas hemos probado: que unas islas que 
cuando las encontramos en 1521 no tenían arriba de 
400.000 habitantes han llegado hoy á 10.000.000. Y que 
siendo la última coloniaque fundamos, la última hija que 
á pesar de poco atendida y convertida allí á causa de loa 
piratas ingleses y holandeses de los siglos XVI y XVIIen 
el baluarte de la madre patrlaen defensa del mar Paci&co 



y Google 



j de las Américas, por af solas, sin ayuda de nadie, apa- 
recen en 1810 con on valor total de importación y ex- 
portación comercial de 19.950.000 pesos fuertes, canti- 
dad que vemo3 doblada en 1870 y mucho más que cua- 
druplicada en 1884. Y que si bien está pasando una 
criéis tabacalera y azucarera; no es difícil sacar á flete la 
riqueza de aquel país buscando el mercado del Japón, au- 
mentando el que han encontrado ya nuestros azúcares en 
China y tratando de que no í>e nos cierre el de los Estados 
Unidos. Hemos probado también quela exposición que se 
va á abrir ahora en Madrid de los efectos filipinos, dará 
un buen resultado para que el comercio entre la madre 
patria ysu querida hijaocceanica vayaen aumento, pues 
en la página 42 hemos demostrado que á consecuencia 
de menor excitación, como fué la producida por la cele- 
bración del aniversario del descubrimiento de las Filipi- 
nas en Madrid el 22 de Marzo de 1884, dio por resultado 
el aumento de 3.631.893 pesos fuertes, porque no su- 
maba anteriormente en conjunto la importación y ex- 
portación con España más que 1.500.000 pesos fuertes, 
y ha lleg-ado á fines del 84 á la suma fabulosa de pesos 
fuertes 5.131.893. 



EQUIVALENCIA DE PESAS Y MEDIDAS FILIPINAS 

MEOmAS DE PESO 



1 


Chinauta 


C. 


T.„ 


Libra. 


Kilogramos 


10 
1 


lüO 
10 

1 


1.600 

160 

16 

1 


137'500 
13'15 
1'37d 
22a<ls 


63'262 
6'326 
0'632 

39'54g:. 



y Google 



CAPITULO XIV 

RÍPIDi. OJEADA Á LOa TRABAJUS QUB SE ESTÁN HA.CIGNDO 
EN EL RETIRO PARA LA EXPOSICIÓN 

Nos dieron la noticia dft que la Exposición se abriría 
el 25 de Junio en lug-ar del 1." de Julio, como se creía, 
y fuimoa á ver si los trabajos estaban ya ad''lantados , y 
poder asi dar detalles, siquiera fuesen someros, de los 
nuevos edificios que se están construyendo. 

Fuimos, en efecto, y nos encontramos sorprendidos 
al ver cómo se han adelantado los trabajos, y atrajo en 
primer luf^ar nuestra atención el bellísimo palacio de 
criaial que se está acabando de construir, dirigido por el 
Sr. D. Ricardo Velázquez Bosco, profesor de la Escuela 
de Arquitectura. Reciba aquí nuestra cordial enhorabue- 
na. Realmente, como el gótico con sus líneas esbeltas no 
tiene rival en el mundo, mucho menos lo tiene cuando 
mano maestra le da ese toque en su cima, que disting-ue 
á todas las abadías y catedrales g-óticas de aquella 

Gratísima fué también la noticia que allí nos dieron, 
de que este palacio de cristal quedará, después de la ex- 
posición filipina, convertido en un lugar permanente de 
exposición coloQÍai española. Oonvenifcntíaima mediffa 
para promover y excitar ei desarrollo , la industria y el 
comercio de nuestras hermosas colonias las Antillas, 
FemaJido Too, Annobón y Elobey, conjuntamente con 
Filipinas. No creo pecar dando á mi amigo el Ministri) 
de Ultramar la más cumplida enhorabuena. Lo confieso: 
ante esta noticia, y la vista de todos aquellos objetos 
empezados 4 colocar en los diferentes edificios de la Ex- 
posición, no puede uno menos de ver delante de sus ojos 
un porvenir próspero de nuestro imperio colonial, as ' 



y Google 



250 

como también su complemento, que será, á no dudarlo, 
la Confederación Ibero-Americana. 

He aquí ahora la descripción de lo que vimoa y en el 
«atado en que se encuentra. 

PABELLÓN ANEXO, LA RANOHaHIA DB LOS IGORROTES, EL CO- 
BERTIZO JAP0NÉ3 T LA CASA BE HIPA I CAÑA DE LA TABA- 
CALERA. 

M pibelUíi anexo de cristal. 

Su estructura es de hierro, cristales y todo el pórtico 
de piedra artificial. El pórtico y los elegantes pabellones 
que lo flanquean, los detalles de columnas y demás ele- 
mentos ornamentales, son estilo gfriego moderno, y la 
estructura general del edificio afecta la de los ábsides de 
las iglesias góticas de principio del siglo xii y del xiii 
del antiguo territorio de la Austrasia, de los cuales, «no 
de los tipos más notables y más semejantes á éste, es el 
crucero y ábsides de !a Abadía máa bella de Bélgica. 

Este pabellón anexo e.stá. situado frente al pabellón 
de la exposición de minería, haciendo ángulo recto con 
él, y teniendo una fachada principal a! Oriente, dando 
frente al paseo de carruajes. A! pié del mismo pabellón 
y de la cascada, sobre la que está situado el pabellón del 
Rey, se ha formado un lago con una extensa escalinata 
que la enlaza con el pabellón y una ría que lo pone en 
comuníeacióa con el lago ó estanque de patinar, k las 
dos márgenes de la pequeña ría está situada la ranche- 
ría de igorrotes, á !a izquierda y á la derecha un cober- 
tizo de estilo japonés, donde han de situarse los telares 
en que estarán teg^iendo ¡as filipinas que han venido con 
este objeto, y algo más adelante y siguiendo la misma 
orilla, la casa de labor donde estarán situados todos I03 
aperos de labranza y cuanto se relaciona con el material 
de los trabajos de la agricultura. Y á la izquierda de la 
fachada principal del principal edificio está la casa de 
caüas y ñipa que está construyendo la Sociedad tabacale- 
ra de Filipinas y en donde deben instalarse las cig-arre- 
ras que de aquel país vienen á exihibir la elaboración 



y Google 



251 

de tabacos que allí se hace. Es una casa precloaa al esti- 
lo del país con ventanas y escaleras curíosímas y sin em- 
plear en ella un solo clavo, lista casa está elevada del 
suelo metro y medio sobre estacas de cañas, precaución 
que en Filipinas se toma para evitar la humedad de la 
tierra. La cubierta ea de ñipa y las paredes las forman 
esteras de caña que los naturales ilamün petates. Todos 
estos edificios se eatan concluyendo; no les faltan más 
que detalles, asi es que dentro de tres 6 cuatro días, es 
decir el 25 de Junio, se pueden dar por rematados, Bn 
la estufa de cristal que está entre la tabacalera de ñipa 
y del palacio principal, hemos visto todas las plantas y flo- 
res venidas de Filipinas en buen estado algunas (1) tam- 
bién vimos los bouDS de aéacá en muy mal estado, aunque 
ahora han empezado á retoñar. Nos dijeron que los g-ol- 
pes de ag-ua de mar á cubierta de barco de vapor en que 
vinieron y los días de frío que hicieron k su llegada á 
Barcelona es lo que ha perjudicado á las plantas y ñores. 
El ramio es el que está en un estado inmejorable. 

Los demáe efectos los están desembalando y colocan- 
do en sus respectivos sitios á toda prisa. En el edificio 
principal vimos en «no de los departamentos laterales 
empleadas las ricas y variadas conchas de Filipinas en 
formar en fondo grana sobre la puerta las iniciales de 
S. H. el Rty Alfonso XIII. En este mismo departamento 
estaban ya desembaladas las fig'uras de madera repre- 
sentando k los indios, listan muy bien hechas y acaba- 
dos, son de madera y de tamaño natural. 



(t) Las florea estáa en una e.^tufa de cristal muy bonita, 
j las plantas a! aire libre. 



y Google 



CAPITULO XV 

DB CÓMO EL AMOR Á ESPAÑA HA BENA.CIDO EN NUaSTRAS 
ANTl&UAS COLONIAS, HOY NUESTRAS MÁS QUERIDAS HIJAS 
LAS REPÚBLICAS HISPANO-AMISRICANAS. 

La mpjor prueba que se puede dar de la comente de 
atracción que existe y va cu aumento en las repiiblicas 
híspano americanas, es la manera de expresarse la prea- 
sa de aquellas reií-iones, sobre todo «u el punto concreto 
de Confederación Ibero americana que hemos predicado 
en nuestra anterior obra Historia iM co/iflicúo de las Ca- 
rolinas. 

Bepüblica Argentina.— <E1 Portefío».— Buenos Aires, Fe- 
brero 11 de 18 a7 .—Nuestro 8 amigos en Europa. 
JSindimKnvjje: v /K'vxteil. juk: .A.rN»iR>9t.x>j6: 
GRATITUD 
Un diario de méjico dice: 

«El eminente publicista y orador argentino, gloria 
de nuestra A.mérica; el famoso orador del Congreso de 
Ginebra, Héctor Várela, nos ha hecho conocer al señor 
Enrique Taviel de Andrade, como á un propagandista 
inteligente j_ desinteresado ('e nuestra gran patria, dig- 
no de su cariño y de su aprecio [1),» 

Esto dice mi apreciabie mejicano al ocuparse de un 
notable -libro escrito por el Sr. Andrade, sobre la famo- 
sa cuestión de las Oarolinus. 

Cierto és: me he conlplacidosiempre en hacer, no sólo 
popular, .lino querido en nuestras Repúblicas, el nombre 
delSr, Enrique Taviftl de Andrade; porque, conociendo la 
índole de nuestros pueblos, la gratitud que saben dis- 
pensar á sus defensores generosos, quería que supiesen 
que en España hemos tenido un propagandista entusias- 
ta, un amigo sincero, inteligente y constante, que duran- 
te varios años ha hecho verdadera gala de ser el campeón 
de nuestra generación y de todas las g-enerosas espan- 

(1) Lus periódicos mejicaiios aludían á la defensa que 
entonces hizo el autor de este libro del derecho de Méjico 
cuaudo di cütiBicto Cuttiiig con !os Estados Uui'Jos el año 
pasado de 1886. 



y Google 



sioties de libertad, democracia y progreso que van trana- 
formando al grao continente, para presentarlos, después 
de los días del niartitio y de la prueba, en este banquete 
de la esperanza, á que asisten coronados con todos los 
explendorés de su naturaleza injuriosa. 

SI. He querido liacer conocer al Sr, Andrade, como á 
uno de nuestros amigos más entusiastas, como á un lier- 
mano que nos quiere, como á un miembro de nuestra fa- 
milia, al que debemos, no solo cariñosa simpatía sino 
profunda gratitud. 

Cuando yo llegué á España, nadie se acordaba de ia 
República Argentina, ni los cónsules en cumplimiento 
de sus deberes, y si alguna vez aparecía su nombre en 
los diarios, era para tratara con tanta injusticia como 
dureza. 

Sólo teníamos un defensor: Taviel de Andrade, que 
siguiendo siempre con creciente interés el movimiento 
regenador de nuestra patria, y conociendo, como si los 
hubiese trní^do, á nuestros principales hombres públicos, 
cada vez que veia atacados á la una ú á loa otros, salía 
geaeroso al encuentro de los detractores con la misma fe 
y pa.sión con que podía defender á su patria, é! tan buen 
español como el que máa. 

Y, ¿son estos por ventura servicios que podamos ol- 
vidar los. argentinos? 

Ya se conoce cuál ba sido ¡a Goslumbre, la moda de la, 
prensa europea, cada vez que de South Améñcn se ocu- 
paba: denigrarnos, presentarnos como k un pueblo de 
salvajes, incapaz de vivir en paz y libertad; siempre 
agitado por el vértigo de las revoluciones, rebelde á toda 
pasión generosa, á la civilización y á los progresos que 
ella cobija bajo sus alas de oro y su manto de púrpura, 
Para destruir esos errores, esas injusticias, y, jpor 
qué no decirlo también? esas verdaderas in/amias, he- 
mos necesitado emprender en Europa una campaña ruda,, 
formal, tremenda, incansable, de cada día y de todas 
las horas, presentando los hechos y la, verdad, como in- 



y Google 



254 
menso foco de luz que alumbrase aquel cuadro de som- 
bras y tinieblas; en cuyo fondo se pretendía hacernos 
aparecer como una nación , carcomida por los vicios del 
Bajo Imperio. 

A esa obra ha contribuido, como pocos en Europa, 
el Sr. Andrade, con la autoridad de una palabra respeta- 
da y el brillo de un talento brillante. 

¿Cómo no hacerlo conocer entonces, y más que eso, 
hacerlo estimar y respetar entre nosotros? 

Este digno español, no es, por otra parte, U premier 
vsnv,: corre en sus venas sangre noble; hay en su vida 
antecedentes honrosos: lleva en su frente luz de inteli- 
gencia y en su espirita esa pasión delicada de que ha- 
blaba el famoso Herculano, al ponderar la misión de los 
que «en la tierra trabajan por la sana fraternidad de los 
pueblos y de las razas, en nombre de Dios, de la tradi- 
ción y de la libertad.» 

El Sr. Tavie] de Andrade es pariente del famo- 
so conde de San Luis: ha ocupado un asiento en el Par- 
lamento de su patria: figuró con brillo en la carrera di- 
plomática, y como escritor ha conquistado en Europa 
una reputación de que ranchos querrían envanecerse: 
porque es la reputación que dan §1 talento natural, el 
estudio profundo, la lectura provechosa y el acierto para 
tratar los ^Tandee problemas, que ag-itan y preocupan á 
la humanidad entera. 

Ese es el amigo de la República Argentina. 

Ese ha sido y es su constante defensor , pero no ds- 
fensor poffido, sino generoso, espontáneo, hidalgo y dea- 
prendido, hablando siempre en nombre de convicciones 
arraigadas para hacernos justicia. 

Por eso he querido hacerlo conocer en América, y por 
eso le recomiendo al cariño y á la consideración de mis 
compatriotas, que deben á D. Enrique Taviel de Andrade 
la gratitud que despiertan acciones nobles y generosas 
en el corazón de los que llegan á merecerlas! 
FIN DE LA OBRA 



yGoogle 



INDIOB 






I.— De cómo se organizó la ceiebraciúQ 
de) aniversario del descubrimien- 
to Je Filipiüas —Manera de cele- 
brarlo en el Círculo de la Unión 
mercantil de esta corle.— Discur- 
sos que se pronoiiciaroi] con este 
motivo. — Dt! cómo asi se Lia con- 
seguido aumentar nuestra impor- 
tación y exportación en Filipinas. 3 
11.— De cómo se originó la Exposición de 
Filipinas — Llegada á Barcelona y 
Madrid de los indios filipinos, ca- 
roliiios, joloanos é igorrotes, la de 
los animales y plantas y demás 
efectos que constituyen la Expo- 
sición 49 

III.— Observaciones acerca dol abacá que 
es una de las más importantes 
producciones de Filipinas 79 

IV.— ¿Qué razas pueblan á Filipinas, Ua- 
rolinas, Palaos y Marianas? ¿Dón- 
de están situarlas las tres üllimas? 
¿Uuái es el lenguaje, u.sos y cos- 
tumbres de sus habitantes? 83 

T. — En donde se dan noticias y se hacen 
reseñas de los auimaloa expuestos 
y de oíros que constituyen do an 
tiguo parte del comercio y de la 
industria Filipina..... 105 

VI.— Exportación de Filipinas durante et 
año próximo pasado segün los da ■ 
tes publicados por El Comercia de 
manila en su número de 22 de 

Enero de 18tí7 111 

"Vil.- Polémica que bao sostenido en la 
prensa los 8res. Barrantes y La 
Guardia acerca de la riqueza de 
Filipinas, y nuestra cpinión en la 
materia apoyada en cifras oficia- 
les y particulares 133 

YIII.— Da cómo la crisis azucarera y taba- 
calera afectan poco en la importa- 
ción y exportación española 158 



y Google 



256 

IX.— El nuevo Cfidigo peeai en Filipinas. 111 
X.— Expedición del general Terreros en 

Mirjdtinao y Joló 175 

XI.— Descripcióü.de la ciudad de Maolla, 
capital del Archipiélago fllipinoy 
obraa que se están hacieudo en 

aquel puerto 196 

XII. — La eatiidistica comercial y el aran 
cel de aduauus vigente en Filipi- 
nas 224 

XIII.— Eti que se recapitulan las cotise- 
cueucias que bemos sacado de los 
principaiea puntos que se desen- 
vuelven en esta historia 247 

XIV.— Rápida hojeada á los trahajoí que ae 
están bHcieiido en el Retiro para 
la Exposición 249 

XV. —De cómo el amor á España lia re- 
nacido eu nuestras antiguas co- 
Jouis.'), hoy nuo.-itras más queri- 
das hijas las Repíiblicas Hispano- 
Araericanas 252 



FB DK ERRATAS 







TOMO 1 


PáSins 


niñea 


Dice. 


DebP üeoit 


XV 


6 


1887 


1889 


i 


16 


1829 


Í529 






TOMO 


U 


4 


10 


Nosotros 


tenemos dos madres pero 


35 


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isla lie Mindanao 


ó en la isl» de Mindanao 


7 


21 


se 


y ' 


47 


35 


Edtpblecida 


establecida 


Ü3 


14 


talmente 


totalmente 


131 


21 


13.51)9. ñl3 


23,106,700 


131 


23 


23.10(1.700 


24 í.ñ^,682 


131 


25 


3.597. 127 


1 445.982 


49 


1." 


todo 


Todo 


50 


25 


a 8 millones 


á más de 9 millonea 


51 


21 


Carolinas 


üarolinas, Filipinas. Ma- 
rianas y Palaos 


153 


x^ 


Hurgh-Grab 


Amur-Daria 




25 


4 




1 71 


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5 AA A ^ 


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